"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

martes, 29 de marzo de 2022

Surge en México otro culto diabólico: el "Angelito Negro"

 

Se expanden las doctrinas de demonios: Surge en México el 'Angelito Negro', un diabólico culto a Satanás.



En Tepito, en la Ciudad de México, emergió el culto del Angelito Negro, una devoción al diablo acompañada de rituales y simbolizada por un altar que está cercano al templo de la Santa Muerte.

Alexis, el Chino para los amigos, enciende un puro y baña de humo al Angelito Negro. La figura, sentada en medio de una gigante estrella invertida que ocupa toda una pared de la habitación, observa la escena.

En una mano lleva una torta y en la otra unos escapularios y un cigarrillo. A sus pies hay dinero, veladoras, muchas latas de cerveza, una copa de vino, una pizza y varios círculos de sal en el suelo que sirven para limpiar de energías negativas el espacio. A los laterales del altar, cruces negras invertidas.

En esta pequeña habitación de una vivienda particular de Tepito, el Angelito Negro, vestido de blanco y con grandes cuernos, es el rey.

"Yo le empecé a brindar culto al Angelito Negro desde que mi madre se puso mala, tuvo cáncer. Y le pedí y prometí que si él me ayudaba a que mi madre saliera del cáncer yo me entregaba en cuerpo y alma", explica Alexis, que a sus 27 años es padre de dos hijos y cuida del altar con esmero.

Origen del culto

Hace años el joven viajó hasta Pachuca, en Hidalgo, para conocer a Óscar Pelcastre, conocido como el Obispo Negro y principal impulsor de este culto hace unas dos décadas.

Tras pasar por varias pruebas -algunas de ellas incluyen escarificaciones en la piel- Alexis entró a formar parte del culto. Y como prueba de su devoción llevó una figura de Satanás hasta su barrio, Tepito.

Ahora, el primer viernes de cada mes los feligreses de este culto ofician su particular misa.

"Hay muchas personas, desde niños hasta mujeres. Personas buenas y personas malas. Aquí hay de todo. Hay creyentes y está abierto a todo el mundo. Incluso vienen políticos", apunta.

El joven asegura que el Angelito Negro siempre da lo que pides, pero rechaza que sea un pacto peligroso con el diablo. 

"Todos tienen ese miedo sin saber que uno es el que lo hace malo a él. Todos tienen esa impresión de que él es malo. (...) Pero si tú te acercas y le pides cosas buenas, él te va a dar cosas buenas", agrega Alexis, convencido de que la curación de su madre fue fruto de su entrega hacia el Angelito Negro.

Este culto lleva a la apostasía.

México es la segunda nación del mundo por número de católicos tras Brasil con más de 97.8 millones de personas, según el censo de 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), que destacó que el 77.7 por ciento profesa esta religión.

No obstante, este porcentaje es menor al 82.7 por ciento del censo de hace una década, reflejo de un paulatino pero creciente desapego hacia el catolicismo.

Javier fue monaguillo y hoy, tras abandonar su pueblo natal de Puente Jula, una localidad en Veracruz conocida por sus exorcismos, es seguidor del Angelito Negro.

"Me siento bien con él y me ha dado lo que le he pedido. Me ha abierto muchos caminos, y me ha dado muchísimo trabajo en mi vida. Y es así como empecé a creer y a adorarlo", cuenta el joven músico.

Alejandro, un comerciante de 30 años y con los brazos llenos de tatuajes, también sintió un desencanto similar. "Yo era católico y le pedía a Dios y la verdad no veía resultados, pero me acerqué (al Angelito) y empecé a ver resultados, a creer. Es muy bonito, la verdad", remarca.

Sincretismo diabólico.


A unos cien metros de este sofocante espacio dedicado a Lucifer al que han llegado a traer huesos de animales y sangre a modo de ofrenda, se encuentra el pomposo altar de la Santa Muerte, otro referente de lo profano en México, pues según diversos investigadores, este culto se remonta a 1795, cuando los indígenas adoraban un esqueleto en un poblado mexicano.

Su cuidadora, doña Queta, lleva años expandiendo el amor a la también llamada Niña Blanca. Sólo basta ver su altar repleto de ofrendas y cómo muchos de los vecinos, al pasar por la calle, se santiguan en señal de respeto.

Muchos de los devotos de la mal llamada "Santa Muerte" siguen siendo formalmente católicos, lo mismo asisten a la Misa católica que van a los eventos donde se adora a la Muerte y no ven en sí una contradicción.

Hay algunos que incluso en su confusión creen que el mismo Dios cristiano es el que ha proporcionado a los creyentes a la Santa Muerte como una especie de "auxiliadora". 

"Yo lo mismo vengo aquí con Doña Queta a pedirle a la 'niñita blanca', que voy a la capillita de la Virgen de Guadalupe o a visitar al Angelito Negro, al final todos están para ayudarnos, todos son de alguna forma ayudantes de Dios", dijo uno de los habitantes de Tepito.

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