FUENTE: COPE
Hace unos años, a Miguel Perlado le abordaron por la calle para contarle que había una actividad de parapsicología muy interesante a la que le invitaban a acudir. Ese hombre no paraba de hacerle preguntas. Él era un adolescente. Se quedaron hablando un buen rato, sobre el desconsuelo de la vida, sobre ser mejor persona... a pesar de eso, ese día, Miguel no acudió a la cita. Lo hizo semanas más tarde. Se sentó en la última fila, por si había que salir pitando. Pasó año y medio, motivado por lo que allí se contaba... hasta que el hombre que le captó, sufrió un brote psicótico, el control se hacía evidente, y el aislamiento con el exterior era notorio. Y salir, era ya algo necesario.
Miguel Perlado es ahora psicólogo clínico. Experto en sectas. Autor del libro Captados, trabaja ayudando a personas para que consigan salir de estos grupos, según explica Bárbara Archilla en el programa “Herrera en COPE”, de la emisora radiofónica española COPE. “Hay diversas maneras de salir”, dice este psicólogo, y desmitifica que sea difícil salir: “hay personas que abandonan espontáneamente, porque la persona acaba rompiéndose”. Perlado lleva más de 2 décadas ayudando y dice que “cada situación es única”. Afirma que “el concepto es problemático porque está cargado de connotación negativa, y piensan que están pirados”.
“En España hay más sectas de las que pensamos, es difícil precisar, unos 250 grupos bien asentados en España y entre 50 y 100 con comportamientos sectarios, y el nivel de afectación en torno al 0,9 de la población”. Dice que no es un simple lavado de cerebro, “es un proceso a lo largo del tiempo, un proceso de vinculación, como un enganche”.
Distinguir a un charlatán de un gurú no es fácil, pero “ojo con actividades que le hagan sentirse culpable, que no dejen pensar de manera autónoma, actividades en lugares retirados que no se saben de quién dependen”. Hay sectas con target poblacionales hacia desfavorecidos o hacia ricos, pero “buscan personas productivas, con recursos o con potencial influencia”.
No hay sólo sectas espirituales o religiosas, “han cambiado su carta de presentación, y usan la vía digital, la empresa, y van extendiendo su influencia”. “Las sectas tienden a parapetarse para legitimar su discurso”, están registradas como ONG's y lo que no se controla es la trastienda, “siempre bordean una línea, en la que el gurú no tiene las propiedades, sino que las tendrán los adeptos, pero el gurú siempre se va a beneficiar”.
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