FUENTE: GQ
Más de medio siglo después de la primera aparición, una nueva serie documental promete desenterrar todos los misterios y secretos de la Iglesia Palmariana. Desde su mismo origen, el fenómeno inspiró numerosas parodias, sátiras y demás manifestaciones en la cultura pop, aunque ninguna tan impactante como la que tiene lugar en la última novela de Dan Brown… Así se inicia el reportaje de Noel Ceballos en la revista GQ.
Antes de empezar, quizá deberías leer esta ‘Advertencia sobre Internet’ que aparece en la web de la Iglesia Palmariana, cuya santa sede sigue situándose, aún hoy, en la catedral-basílica de El Palmar de Troya: “Si bien en Internet pueden encontrarse cosas muy útiles y buenas, sabemos también que es un espacio en el que lamentablemente compiten el irresponsable anonimato y la desvergonzada animadversión, estrechándose en la perversa calumnia. La Iglesia Una, Santa, Católica, Apostólica y Palmariana es víctima, sin buscarlo, de esa clase de ataques”.
Por tanto, no creas todo lo que vas a leer a continuación si no quieres ser excomulgado, aunque hay algunos datos que parecen irrefutables. Por ejemplo, que todo empezó un 30 de marzo de 1968, cuando cuatro niñas de doce y trece años afirmaron haber visto a la Virgen María en los alrededores de la finca “La Alcaparrosa”, muy cercana a una pedanía de Utrera que estaba a punto de convertirse en sinónimo de furor religioso.
Muy pronto, centenares de vecinos y vecinas sevillanos acudieron al lugar de peregrinaje para experimentar sus propias apariciones marianas, rezar en el improvisado altar que alguien había levantado junto al árbol predilecto de la “extraña señora”, reírse de la credulidad ajena, experimentar trances místicos, comprar merchandising beato o, en el caso de Clemente Domínguez y Manuel Alonso Corral, encontrarse con su futuro.
En su extraordinario ensayo Cómo acabar con la contracultura. Una historia subterránea de España (ed. Taurus, 2018), Jordi Costa explica que una de las primeras apariciones de El Palmar de Troya en la cultura popular española tuvo lugar en la película Vivir en Sevilla (1978), de Gonzalo García Pelayo. En ella, una voz en off acompaña a las imágenes de una extraña ceremonia celebrada en las inmediaciones de “La Alcaparrosa”, que culminará con el desmayo de un joven.
“La prensa sevillana hablaba muy mal de El Palmar de Troya”, explica la narración, “llamando a alguno de sus videntes repugnante, soez e infeliz de la vida. Por eso mismo, Luis, siempre sorprendido por la tradición de locura de la ciudad, por su sentimiento más hondo de no aceptación de la realidad, fue, con respeto y con sus amigos, al extraño sitio”.
Entres las primeras apariciones de la Virgen y Vivir en Sevilla habían pasado diez años. Durante ese periodo de tiempo, El Palmar recibió la visita de Pierre Martin Ngô-Dinh-Thuc, arzobispo de Huế (Vietnam) y único superviviente de la masacre que derrocó a su hermano, el presidente Ngo-Dinh-Diem, allá por 1963. Ngô-Dinh-Thuc visitó Sevilla a finales de esa década y se interesó por los acontecimientos marianos, quizá a instancias del inversor suizo Maurice Revaz, uno de los mayores (y más adinerados) fans del fenómeno.
En 1976, el arzobispo vietnamita nombró a Clemente y Corral primeros obispos de una orden religiosa, los Carmelitas de la Santa Faz, que recuperaba los ritos de Trento y se oponía frontalmente al Concilio Vaticano II (paradójicamente, su participación en este último fue lo que le salvó la vida a Ngô-Dinh-Thuc en primer lugar). La gran duda es por qué estos dos jóvenes sevillanos —quienes, según Moisés Garrido Vázquez en El negocio de la Virgen: Tramas políticas y económicas de milagros y curaciones (ed. Nowtilus, 2004), son conocidos entre los propios palmarianos por haber mantenido previamente “ciertas ataduras con las vanidades de la vida”— fueron elegidos triunfadores en la lucha de poder que se estableció en El Palmar de Troya desde principios de los años setenta, pero lo cierto es que la serie documental de Movistar+ arroja algo de luz sobre ello.
Manuel Alonso Corral y Clemente Domínguez se pasaron los años previos a su ordenación realizando viajes por el mundo para conseguir donaciones, consagrar sedes palmarianas satelitales y, en general, ir expulsando poco a poco a la primera generación de gestores palmarianos, integrada fundamentalmente por videntes y místicas como Rosario Arenillas, para establecer un culto herético de (a sus ojos) extrema necesidad, ya que Clemente había sido informado de la infiltración de comunistas y masones en el Vaticano gracias a un oportuno mensaje divino.
Su ascenso a primer papa de la Iglesia Palmariana seguiría unos patrones muy similares: fue el mismísimo Jesucristo quien, a través de una visión mística, lo coronó en 1978, momento que aprovechó para excomulgar a Juan Pablo II y empezar a nombrar a sus propios cardenales. La serie documental explicará todos estos hechos con detalle, pero Jordi Costa analiza en su libro el caso de una película de ficción, Manuel y Clemente (Javier Palmero, 1986), que se atrevió a contar el ascenso al poder palmariano por parte de esta pareja de advenedizos tan cercena a la vieja y buena picaresca tradicional española.
Antes de Manuel y Clemente, incluso antes de Vivir en Sevilla, el cantautor y poeta andaluz Carlos Cano le dedicó una canción, ‘El milagro del Palmar’ a todo este tan difícil de creer asunto. Incluida en su disco ‘A la luz de los cantares’ (1977), su letra realiza el primer retrato satírico de Clemente del que tenemos constancia en la cultura pop:
“En un pueblo cercano a Sevilla, pa' más señas llamao El Palmar, ha ocurrío una cosa mu' gorda: el milagro de la Santa Faz, que parece que ha visto Clemente a la Virgen diciendo así: «Qué moderna se ha vuelto la Iglesia, mucho progresista corre por aquí, que hasta al Papa lo tienen drogao obispos marxistas de esos de Lenín». Clemente, no te quedes con la gente. Clemente con la copla se quedó”.
En 1983, Siniestro Total cogió el guante con su tonadilla rockera ‘(I Left My Heart in) El Palmar de Troya’, uno de los highlights de su trabajo ‘Siniestro Total II: El regreso’. “Me voy a Sevilla inmediatamente, mi chica es devota del Papa Clemente, vestida de negro hasta los tobillos, contempla orgullosa su look tridentino. Por fin conoce al Papa cismático y nota en seguida que es muy simpático”.
‘(I Left My Heart…)’ incluye la maravillosa rima “Qué placer tan delicado es estar excomulgado” y bromea sobre la posibilidad de que la ceguera de Clemente se debiese a su afán onanista. Lo cierto es que el sexo siempre ha estado muy unido a la Iglesia Palmariana, aunque suponemos que esas crónicas de encuentros prohibidos entre obispos que esta semana están recuperando los medios entran para el culto dentro de aquella “Advertencia sobre Internet” y sus bulos con la que abríamos el artículo.
En lo que a cultura pop se refiere, dos son las (por decir algo) joyas lúbricas relacionadas con los Carmelitas de la Santa Faz: a) la película ‘La de Troya en El Palmar’ (1984), una comedia para adultos inspirada en el caso real de José Andrés del Valle, novicio castrado; y b) aquella portada de Interviú que Nieves Triviño, antigua monja de la orden y entonces novia del ex papa Gregorio XVIII, protagonizó en 2016.
El caso de Sergio Ginés María, ex-seminarista y ex-militar murciano que asumió el nombre de Gregorio VIII en 2011, fue muy sonado. Tras dimitir cinco años después por amor, nuestro hombre declaró abiertamente que “todo ha sido un montaje, sobre todo económico, aprovechándonos del milagro de la Virgen”. Por supuesto, a la Iglesia Palmariana le faltó tiempo para excomulgarlo a él y a Triviño, que pasaron a formar parte del mismo club que une a la Familia Real española, todos los espectadores de Manuel y Clemente, todos los comunistas y socialistas del mundo, los sacerdotes obreros, los papas de la iglesia católica a partir de Pablo VI y los superiores de todas las órdenes religiosas que respondan ante la autoridad vaticana, con excepción de Josemaría Escrivá de Balaguer (te damos nuestra palabra de que esta lista es real).
Las aventuras de Sergio María y su ya esposa Nieves Triviño, sin embargo, no concluyen aquí: en junio de 2018, dos años después de su participación en el programa ‘Equipo de Investigación’, ambos se vieron envueltos en una reyerta junto al muro que protege la basílica palmariana. Según el informe policial, el matrimonio fue sorprendido intentando acceder a la propiedad en plena noche, si bien se desconocen sus intenciones. El incidente se saldó con tres heridos (uno de ellos el propio Ginés, quien tuvo que ser ingresado en un hospital sevillano con neumotórax).
Quizá la pareja excomulgada se había exaltado tras la lectura de Origen (2017), de Dan Brown. No es algo que tenga excesiva relevancia en la trama, pero sí es cierto que la (hasta el momento) última aventura de Robert Langdon nos describe cómo un personaje se unió a la Iglesia Palmariana después de perder a mujer e hijo en un atentado extremista. Teniendo en cuenta que su intriga histórica unía en esta ocasión los puntos entre la Sagrada Familia, la Casa Milà, el Centro Nacional de Supercomputación, el Guggenheim, el Valle de los Caídos y el Palacio de la Zarzuela, entendemos que Brown no tuviese demasiado tiempo para centrarse en El Palmar de Troya, una historia que, en cualquier caso, resulta demasiado increíble para la ficción. Quizá por ello la serie documental de Movistar+ se antoja como el vehículo ideal para descubrir o redescubrir una herejía/universo cismático paralelo que, pese a traspasar de cuando en cuando el velo hacia la cultura popular, aún sigue siendo un gran misterio desarrollándose a escasos kilómetros de Utrera.
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