"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

domingo, 25 de diciembre de 2022

La creación de Santa Claus fue una operación anticristiana

 

La creación de Santa Claus fue una operación anticristiana

 

La creación de Santa Claus fue una operación anticristiana



Cómo se creó a Santa Claus sobre la base de un santo cristiano para eclipsar el nacimiento de Jesús.

A la Navidad se la ha despojado de cualquier connotación que evoque el nacimiento de Jesús, el hijo de Dios, que vino a traer la salvación al mundo.

Y se la transformó en una época de fiestas, donde la gente se hace regalos.

Y con el mismo criterio los enemigos de Jesús transformaron a un santo real que existió, en Santa Claus o Papá Noel, para quitarle toda connotación cristiana y espiritual.

Aquí hablaremos sobre quién fue ese santo famoso que transformaron en el actual Santa Claus, mencionado hoy solamente como Santa, qué milagros hacía por los que era tan considerado y cómo operaron los enemigos para construir este personaje actual de Santa.


Hubo un obispo que vivió en el siglo IV que se conoce como San Nicolás de Myra, por su lugar donde ejerció su oficio en Medio Oriente.

O San Nicolás de Bari, por Bari, Italia, el lugar donde fueron trasladados sus restos, ante el peligro de su profanación por la invasión musulmana.

Este santo fue tan popular en la antigüedad, que se le han consagrado en el mundo más de dos mil templos.

En los peligros, en los naufragios, en los incendios y cuando la situación económica se ponía difícil, la gente conseguía favores admirables por su intercesión.

Nicolás nació en la ciudad de Patras en Grecia, de padres ricos y piadosos. 

Sus padres eran fervorosos cristianos y lo educaron en valores cristianos.

Desde niño sobresalía por ser piadoso y por no importarle regalar a los más pobres lo que estuviera a su alcance.

Cuando fallecieron sus padres Nicolás heredó una gran fortuna, que puso al servicio de los más necesitados.

Luego su tío, el obispo de Patara, ordenó sacerdote al joven Nicolás y lo convirtió en su asistente personal.

El joven demostró ser un celoso catequista, inspirador de la comunidad cristiana y un siervo obediente a su tío.

Pero a su muerte los palestinos cristianos, sostienen que Nicolás se fue a vivir en una cueva como ermitaño durante tres años, después de visitar los lugares santos.

Y en una visión le fue dicho a Nicolás que volviera.

Se fue a vivir a Myra, actualmente Turquía, donde fue nombrado obispo de una forma muy peculiar.

Relata la historia que varios sacerdotes y obispos se encontraban discutiendo sobre quién sería el futuro obispo, ya que había fallecido el anterior.

No lograban ponerse de acuerdo, y se decidió que el primer sacerdote que entrase en el templo en ese momento fuera el elegido.

Y entró casualmente Nicolás.

Luego fue nombrado arzobispo.

Cuando fue obispo ordenó derribar el templo de Artemisa en Myra, que era el más grande y famoso de Licia, así como otros varios templos paganos, en su intento por extirpar los cultos paganos.

Pero fueron años difíciles para el arzobispo y su rebaño, quienes fueron forzados a la clandestinidad por el brutal emperador romano Diocleciano, que extendió la persecución a los cristianos.

Durante este tiempo el buen arzobispo, que tenía el carisma de bilocación, aparecía a menudo a los miembros encarcelados de su rebaño para dar ánimo y consuelo.

Hasta el día en que también fue descubierto en la clandestinidad y puesto en la cárcel, le quemaron la barba y fue torturado, pero sobrevivió.

Nicolás recibiría, según la tradición, dos apariciones de la Virgen María.

La primera aparición ocurrió antes de ser sacerdote y la segunda durante la celebración de la Santa Misa en el final del Concilio de Nicea.

En las dos apariciones María lo induce a cumplir con su misión espiritual.

Nicolás estaba muy comprometido en apoyar la doctrina de la divinidad de Cristo.

Asistió al primer concilio ecuménico en Nicea en el año 325.

Y se lo vio enfurecido por la negación de Arrio de la divinidad de Jesucristo. 

Entonces se dirigió hacia Arrio que estaba argumentando, tiró de él hacia abajo por la barba, y le dio un puñetazo en la cara.

Los escandalizados padres conciliares se abalanzaron sobre Nicolás, lo despojaron de su manto, y le echaron en la cárcel por su conducta brutal.

Esa noche, Nicolás recibió la visita de la Sagrada Familia, que soltaron sus ataduras y lo vistieron con su atuendo apostólico.

Los obispos quedaron asombrados por este milagro y se dieron cuenta de que la ira de Nicolás era justa.

Y fue restaurado con honor a su silla, donde el prelado anciano durmió durante la mayor parte de los procedimientos restantes.

Cuando despertó de una de sus siestas, fue acusado de dormir en el Concilio, con lo cual el venerable Nicolás respondió, «mientras ustedes hablaban, yo estaba ocupado rescatando un barco de un desastre en el mar».

Los capitanes griegos aún conservan la antigua costumbre de prometer una estatua de San Nicolás en la nave, llamada Tamata, si el santo los salva del desastre, en medio de una tormenta.

Eran tan admirables sus milagros al rezarle a este gran santo, que la devoción  a San Nicolás llegó a ser sumamente popular en toda Europa. 

Y se ha convertido en el Santo Patrono de Rusia, Grecia y Turquía.

Otro milagro muy conocido es el de haber vuelto a la vida por su intercesión a tres niños que habían caído de un árbol y muerto al instante; por eso a veces se lo dibuja con tres niños.

También se narra que una vez salvó la vida de tres generales condenados a muerte de forma injusta.

Y el milagro más reciente en el tiempo fue en la Segunda Guerra Mundial, cuando en un bombardeo a la ciudad de Bari, una madre se distanció de su niño en medio de la confusión, pero apareció felizmente horas después en la puerta de la casa sano y salvo.

Y el niño contó que un hombre que describió como San Nicolás lo asistió, lo protegió y lo llevó de regreso a su casa.

Pero lo más relevante del santo fueron sus obras de caridad.

Famoso fue que el santo arrojó medias con monedas de oro a través de una ventana abierta de una casa, para ayudar a evitar que tres hermanas fueran vendidas como esclavas, porque no tenían dote para casarse. 

De esta y sus muchas otras obras de caridad apareció la idea general de que vendría del cielo en la víspera de Navidad y daría regalos a los niños que se portaran bien.

Y surgió la tradición de que los niños escribieran cartas navideñas al Niño Jesús, entregadas por el santo.

Cuando los niños se acostaban en la víspera del día de San Nicolás, el 5 de diciembre, o los días del 16 al 24 de diciembre frente al pesebre, escribían sus pedidos al pequeño Jesús.

Estas cartas contienen listas de los regalos de Navidad deseados y son llevadas al cielo por San Nicolás y también por los ángeles.

Pero los enemigos de la Iglesia no pudieron soportar la fama popular de San Nicolás entre los niños e inventaron otra figura para desviar su atención.

En Francia transformaron al tradicional San Nicolás en la figura secular de Père Noel.

El título de père o sea padre, es un título común dado a los ancianos que tienen una especie de papel patriarcal entre la gente sencilla. 

Y la palabra Noel es una exclamación de alegría, similar a Aleluya, normalmente reservada para las festividades de Navidad. 

Así inventaron la figura del Papá Noel, que haría precisamente lo mismo que San Nicolás, pero que ya no sería un reflejo de la caridad y la santidad católicas.

Mientras que los protestantes, que odiaban el culto a los santos, sustituyeron la leyenda de San Nicolás por la leyenda de un mago nórdico llamado Sinterklaas. 

El nombre Santa Claus es simplemente una derivación de la palabra holandesa Sinterklaas, que es una traducción del latín Sanctus Nicolaus.

luego mezclaron muchas características del mago, como el trineo, el reno, etc., con la vida de San Nicolás y así desviaron la admiración de los niños de desde una figura religiosa a una fantasía.

También en 1809, Washington Irving escribió la Historia de Knickerbocker de Nueva York.

Una obra de imaginación, que incluyó varios cuentos sobre un alegre enano holandés correteando por las chimeneas para llevar regalos a los niños.

posteriormente hacia 1863, gracias al dibujante alemán Thomas Nast, adquirió la actual fisonomía de gordo barbudo bonachón, con la que más se le conoce.

Siendo representado desde ahí como un anciano vestido de rojo, con una barba muy blanca, que pasaba de casa en casa repartiendo regalos y dulces a los niños.

De modo que Papá Noel y Santa Claus, e incluso el Viejito Pascuero que surgió en Chile, lo mismo que otros personajes por el estilo, son la misma persona en la tradición actual, que derivan de un santo que existió y se llamó San Nicolás.

Actualmente este personaje legendario, sin ninguna connotación cristiana, trae regalos a los niños la noche del 24 al 25 de diciembre, en una Navidad despojada de la connotación del nacimiento de Jesús.

Arrojar oro dentro de calcetines de las personas fue una costumbre iniciada por San Nicolás para ayudar a las personas en problemas económicos.

Tiene su correlato actual en las medias rellenas en las chimeneas en Estados Unidos por ejemplo y en los zuecos de madera de los niños con los regalos en Holanda.


lunes, 19 de diciembre de 2022

La pseudo-teología del pueblo se opone al Concilio Vaticano II y a todo el Magisterio de la Iglesia Católica

 


«L’economia cristiana, dunque, in quanto è alleanza nuova e definitiva, non passerà mai più, e non è da attendersi alcun’altra pubblica rivelazione prima della manifestazione gloriosa del Signore nostro Gesù Cristo» 

[Œconomia ergo christiana, utpote fœdus novum et definitivum, numquam præteribit, et NULLA IAM NOVA REVELATIO PUBLICA EXPECTANDA EST ante gloriosam manifestationem Domini nostri Iesu Christi (cf. 1 Tim 6,14 et Tit 2,13)]

Concilio Vaticano II, Dei Verbum 4.

O sea, la (pseudo)teología del Pueblo, que sostiene que Dios se sigue revelando a lo largo de la historia mediante el pueblo en cuanto pueblo, se opone al Concilio Vaticano II. Punto.


Christian Ferraro

sábado, 17 de diciembre de 2022

Alquimistas, hechiceras y nudos mágicos en el Belén 2022

 

Alquimistas, hechiceras y nudos mágicos en el Belén 2022



(nota: para ver los enlaces de Cionci, donde dice AQUí, ir a la pagina original  Fuente)

Alquimistas, hechiceras y nudos mágicos. La antinatividad de Bergoglio 2022 en el Vaticano.


por Andrea Cionci


Un año más, la falsa iglesia antipapal de Bergoglio ha propuesto la antinatividad de siempre, colando elementos esotéricos, paganos, heréticos, mágicos y anticristianos.


Este es el precio que se paga cuando no se defiende al verdadero Papa, y se permite que un clérigo, que no ostenta el Munus de Pedro, la investidura papal de origen divino, ostente el cargo de Romano Pontífice.


Recordemos el belén de 2020 con las estatuas de cerámica de Castelli de la época del Concilio:


 iguritas con los brazos cruzados, típicas del mundo rosacruz y egipcio, con el guerrero cornudo con una calavera en la frente, símbolo demoníaco insertado en el belén para la habitual doctrina esotérica de la unión de los opuestos.


Clamorosamente evidente, pues, es el belén étnico de 2021,llegado de Chopcca, el pueblo donde pervive de la manera más sentida el culto a la Pachamama, que para la doctrina católica no puede ser considerada sino un demonio. Recordemos, en este sentido, el sacrificio humano, celebrado el pasado 5 de agosto, en El Alto, Bolivia, en honor a la madre tierra inca.

Este año ha hecho falta investigar un poco más para descubrir lo que se esconde detrás del belén de madera procedente del pueblo de Sutrio, en CARNIA (Friuli).

Realizado en madera de cedro, incluida la madera de los troncos talados durante la tormenta Vaia de 2018, evoca nociones aparentemente inocuas y trivialmente demagógicas de ecosostenibilidad y valorización de las tradiciones locales.


Hace falta un poco de estudio para averiguar lo que se esconde 

Los personajes de la antinatividad no son muchos, pero entre ellos hay dos extremadamente significativos. El "CRAMAR" y el "TEJEDOR", a los que se evita cuidadosamente en la mayoría de las imágenes de foto-vídeo disponibles en la red. La tejedora es incluso casi invisible porque se la sitúa en un segundo plano.

Hemos leído los textos de dos autorizados estudiosos de las tradiciones friulanas, Elio Varutti y Paolo Paron, y hemos aprendido que Carnia constituye una especie de pequeño corazón mágico-esotérico de Europa que se extiende para implicar a otras zonas del mundo ladino que llega hasta los Grisones suizos. Zonas montañosas que han permanecido muy aisladas a lo largo de los siglos, donde han sobrevivido una lengua y un saber ancestrales de raíces paganas, cuyos rituales en la época del solsticio de invierno, como las grandes hogueras epifánicas, se siguen escenificando hoy en día como una tradición local.  No deje de leer "Brujas, herejes y vagabundos de Friul-Venecia Julia. Procesos, rituales y tradiciones de una tierra mágica" (Intermedia ed. 2021) de Monia Montechiarini. 

Carnia en particular, fascinante y misteriosa región poblada por estos personajes, ha sido, en los últimos siglos, duramente combatida por la Iglesia católica.

Hecha esta premisa, podemos comprender mejor el papel del cramar, o cramaro en la antinomia: era un vendedor ambulante --que llevaba sobre los hombros una especie de mochila llena de bolsillitos-- que se movía entre Venecia y el mundo eslavo-alemán. Por lo general, era una persona culta que sabía leer y hacer cuentas y comerciaba con especias y sustancias raras. El estudio del investigador Prof. Elio Varutti "Vendedores ambulantes y alquimistas en Friuli" mostraba AQUÍ cómo los cramares practicaban a menudo, y de buena gana, la ALQUIMIA, bien manipulando hierbas y sustancias naturales con las que comerciaban, bien fundiendo metales en busca de la piedra filosofal, hasta el punto de que algunos de ellos se convirtieron más tarde también en campaneros en Liubliana. Al entrar en contacto con el mundo alemán, absorbieron a menudo y de buen grado otras cosmovisiones, luteranas, no católicas y/o mágico-esotéricas relacionadas con cultos precristianos. Eran expertos en el arte de tejer y profundos conocedores de los nudos, hasta el punto de dejar manuales en sus familias para transmitir estas habilidades.

Y aquí llegamos al otro personaje incluido en la escena antinacional bergogliana: la tejedora.

En Carnia, las mujeres, casi todas tejedoras, eran depositarias de antiguos conocimientos, uno de los cuales era el arte mágico de atar o desatar.

Paolo Paron escribe: "Las mujeres conocían las propiedades de las plantas, de las esencias, pero también los ciclos lunares, las épocas de recolección en conjunción con el máximo poder terapéutico de hojas, cortezas, raíces, hierbas [...] Detrás de las curas y terapias de las campesinas, el Inquisidor vislumbró algo que iba más allá de la mera superstición, algo más temible y peligroso: un patrimonio de conocimientos naturales, de experiencia, de cultura médica transmitida por mujeres para mujeres, a través de generaciones, desde tiempos olvidados. Resultaba aterrador este vínculo con el pasado, esta continuidad de la caridad  y la solidaridad femeninas que, a lo largo de los siglos, procedían del oscuro campo del paganismo [...] Los dones curativos que, a veces, se atribuían a estas amas de casa rurales se llamaban preenti y "sólo podían transmitirse en una noche concreta al año: la noche de Nochebuena, una noche tan mágica como la Noche de San Juan, el 24 de junio".

También aprendemos cómo las antiguas mujeres de Carnia recogían "el agua de la RUGIADA (rocío) de la noche de San Juan, útil y necesaria para muchas acciones que concernían, belleza, salud y magia".

La curandera de Carnia "actúa midiendo, anudando, desenredando cintas, cinturones, cintas, ataduras, lazos, cuerdas, flequillos, hilos y cordones [...] Utiliza conocimientos simbólicos que vienen de lejos, como el ritual de la medición y la magia de los nudos, explotando al máximo el espacio ambivalente existente entre las polaridades de atar/amarrar, la práctica de medir/remedir. Sabe interpretar los lazos maléficos como maldiciones, descubriendo su naturaleza de armas ofensivas de brujas y hechiceros; utiliza los nudos, sin embargo, al mismo tiempo, como medio de defensa contra los hechizos ajenos, como eficaces contrafármacos."

Como ven, detrás del nuevo belén de la plaza de San Pedro, toda la parafernalia anticatólica habitual del bergoglianismoSincretismo, Misericordismo, Neoluteranismo, Neoarrianismo, Neo Gnosticismo, Neopaganismo, una especie de cóctel mortal de herejías y apostasías, así vuelve.

Como escribió el Santo Padre Benedicto XVI, en puro código Ratzinger, negándose a revisar los libros de pseudoteología bergogliana: "Los PEQUEÑOS volúmenes muestran, con razón, que el Papa Francisco tiene una PROFUNDA formación teológica y filosófica". Efectivamente, extrae de las más oscuras profundidades ctónico-místicas. AQUÍ


Vuelve, en efecto -por enésima vez, y agotadoramente- la MAGIA DE LOS NUDOS, ya propagada mundialmente por Bergoglio, a partir de los años 80, con el ídolo pseudomariano de la "María que desata nudos" y su novena, mencionada en el libro de Michela Chiarelli "Píldoras de Magia" sobre el rito mágico de los nueve nudos. Resurge la RUGIADA, el néctar de la Rosacruz, el elemental alquímico que se coló en la plegaria eucarística de la misa AQUÍ

Vuelven los cultos precristianos ligados a la Gran Madre, AQUÍ o Madre Tierra, el guiño a la alquimia AQUÍ, al esoterismo, al mundo pagano, a la unión de contrarios con el "conocimiento" alquímico, al tema obsesivo de la curación del cuerpo, aún a costa de la condenación del alma.

(Por cierto: intentad atar cabos, quizá el sitio vaticano del Código de Derecho Canónico AQUÍ tras el supuesto ataque hacker sufrido hace días consiga restaurar también la página con los cánones 332 a 335, precisamente los que hablan de la renuncia al munus y la sede papal totalmente impedida. Casi todas las demás páginas se abren, pero esa no. ).

En resumen: llevamos dos años diciéndole que Bergoglio no es el Papa, esto es porque el Santo Padre Benedicto XVI nunca ha abdicado, pero está en sede impedida. AQUÍ está la explicación "para dummies". Por desgracia, la censura absoluta impuesta por la información dominante, el silencio del clero consciente, la obtusa ceguera "preternatural" de los católicos conservadores "una cum" (una cum Papa Francisco)católicos (que, mientras señalan a Bergoglio como "malvado" y "diabólico", todavía persisten en considerarlo Papa legítimo) , hacen que 1.285 millones millones de católicos sigan yendo tras un Flautista de Hamelín que participa en rituales nigrománticos en la televisión mundial y les está llevando a adorar alquimistas, hechiceras, dioses paganos, Grandes Madres, Abuelas Araña, Jesús serpiente-diablo AQUÍ Brujas de los nudos AQUÍ y así sucesivamente. Pensad en los niños que irán a ver ese falso belén....


Da grima, pero más que decirlo, no podemos hacer. 

Feliz Navidad a todos.

Beatificación del mal: un marxista apóstata será beato

 

Beatificación del mal: un marxista apóstata será beato



Julio Loredo ha vuelto a advertir contra la "beatificación" del arzobispo de Olinda y Recife, Hélder Pessoa Câmara (+1999).

- 1931: En su ordenación, Câmara lleva bajo la sotana el uniforme de la tristemente célebre milicia de los Camisas Verdes.

- 1934: Câmara es miembro del Consejo Supremo de la Ação Integralista Brasileira (AIB) de Plinio Salgado.

- 1936: Câmara se convierte en secretario personal de Salgado y, posteriormente, en secretario nacional de la AIB. Protagoniza mítines y marchas paramilitares similares a las de los nazis alemanes.

- 1946: El arzobispo de Río de Janeiro quiere nombrar a Câmara obispo auxiliar, pero el Vaticano se niega debido a su pasado nazi.

- 1947: Câmara se convierte en asistente general de la Acción Católica Brasileña y comienza a mudar de nazi a marxista.

- Con Câmara, la Acción Católica degenera en una organización comunista y algunos miembros, a los que Câmara nunca condenó, se convierten en guerrilleros.

- 1952: Câmara es nombrado obispo auxiliar.

1968: Câmara califica la Humanae Vitae de Pablo VI de "error destinado a torturar novias y perturbar la paz de tantos corazones".

- Como arzobispo de Olinda-Recife, Câmara llama a las mujeres "víctimas" porque la Iglesia las obliga a engendrar "monstruitos" (¡sic!): "¡Niños, niños, niños! Si quieres coito, ¡tienes que procrear! Aunque tu hijo nazca sin tripas, con las piernas tiesas, la cabeza de globo y ¡feo de culo!".

- Câmara promueve el divorcio y defiende la inmoral postura ortodoxa que "permite" otro matrimonio religioso a quienes han sido abandonados por sus cónyuges.

- Sobre el Concilio Vaticano II: "Dígame, por favor, si existe realmente un argumento decisivo que impida a las mujeres el sacerdocio, ¿o es sólo un prejuicio masculino?".

- Sobre los documentos del Vaticano II: "Hay que ir más allá de los textos conciliares cuya interpretación se nos deja a nosotros".

- 1965: Câmara dice a los Padres Conciliares: "Creo que el hombre creará vida artificialmente, será capaz de resucitar a los muertos y pondrá en práctica el viejo sueño de [Serge] Voronoff [famoso por su pretensión de lograr resultados milagrosos de rejuvenecimiento en pacientes masculinos mediante el trasplante de glándulas genitales de mono]."

- 1968: El padre Joseph Comblin (profesor en el seminario de Receife, +2011) escribe para Câmara una propuesta para desmantelar el Estado, establecer una "dictadura popular [comunista]", prohibir el uso privado del capital, abolir la jerarquía de la Iglesia, instituir un politburó eclesiástico, distribuir las armas del ejército al "pueblo", introducir la censura y "tribunales populares extraordinarios", y utilizar la violencia.

- La "reforma agraria", cuyo principal promotor fue Câmara, resultó ser "el peor fiasco de política pública de nuestro país" (Francisco Graziano Neto).

- La mayoría de las cooperativas agrícolas creadas por la "reforma" se convirtieron en favelas rurales, con gran sufrimiento para los campesinos, lo que convirtió a Câmara en el "santo que creó las favelas".


en.news

domingo, 4 de diciembre de 2022

Profecías de San Nilo Abad para la llegada del Anticristo


 

PROFECIAS DE SAN NILO ABAD

Nacido en el 910 D.C.

“Hacia la mitad del siglo XX la gente será muy distinta y a medida que se aproxime la llegada del Anticristo la perversidad irá creciendo.

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Los deseos y las pasiones carnales crecerán y el deshonor y la ilegalidad se fortalecerán. El mundo será irreconocible por la maldad. La apariencia de las personas cambiará hasta el punto de que será casi imposible reconocer a veces entre los hombres y las mujeres por la forma desvergonzada de vestir y los estilos provocativos del cabello. Esclavos de las costumbres imperantes serán despectivos, indiferentes y autosuficientes y no pocas veces se comportarán como bestias salvajes por las tentaciones del Anticristo. Se perderá el debido respeto a los ancianos, y a los progenitores. El verdadero amor desaparecerá de la mayoría; se exaltará la voluptuosidad y el sexo con un desenfreno nunca visto, haciendo gala de sus perversiones. Pastores y obispos, así como sacerdotes y muchas almas consagradas se volverán presuntuosos y arrogantes, llenos de vanidad y soberbia con su humana sabiduría y serán inútiles o incapaces de discernir entre el camino recto y el camino del mal. Las normas morales, la veneración a las tradiciones de los mayores y de la propia iglesia católica, cambiarán de manera asombrosa. El pueblo, confuso y desorientado por las prédicas de pastores incrédulos o relativistas, abandonará la modestia y reinará por todas partes la disipación.

La falsedad, la mentira, el engaño y la avaricia alcanzarán grandes proporciones; desgraciados de los que sólo piensan en acumular tesoros materiales olvidándose de los tesoros espirituales. La codicia, el adulterio, la homosexualidad, las acciones secretas sembrarán el terror por casi todos los lugares, asesinatos, atracos, secuestros, intimidaciones, etc., reinarán sobre la sociedad de ese tiempo.

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A causa de la indiferencia, la tibieza, la incredulidad y la perversidad de muchos, el pueblo en general se verá privado de la gracia del Espíritu Santo, recibida en el bautismo, y el remordimiento martirizará su conciencia.

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Las Iglesias de Dios serán despojadas de toda veneración y escasearán los verdaderos sacerdotes piadosos, por la indiferencia con respecto a la debida veneración del Señor en sus Iglesias, ya que cambiarán el culto verdadero.

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Desgraciados los cristianos fieles de ese tiempo porque serán víctimas de las burlas y vejaciones de los incrédulos; necesitarán mucha fe y fortaleza para soportar el ambiente reinante.

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Los cristianos, viéndose acosados, se refugiarán en lugares apartados en busca de un poco de luz ante tanta oscuridad, pero encontrarán obstáculos y contrariedades a causa de su fidelidad a la Fe verdadera. Este es el resultado del reinado del Anticristo que quiere ser Dios de todas las cosas como Jefe del universo. Por eso habrá signos visibles extraordinarios que asombrarán a muchos inclusive a creyentes. El dará sabiduría a algunas inteligencias para que descubran muchas cosas, pues el hombre podrá comunicarse de una parte a otra de la tierra. En ese tiempo, el hombre podrá volar por los aires y también sumergirse en el mar como los peces... Y cuando hayan logrado descubrir otras cosas por el avance de la ciencia, el pueblo gastará toda su energía o propia vida, en lograr comodidades y disfrutar en olvido de Dios con todas sus geniosidades.

Las pobres almas con todos sus inventos y logros creerán no necesitar para nada de Dios, olvidando que todas esas cosas o logros no son más que ilusiones o engaños del Anticristo.

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Entonces la Bondad Divina caerá sobre la faz de la tierra contra la raza humana y acortando sus días -a causa de los pocos elegidos- porque el Maligno buscará acabar también con los elegidos de Dios, haciéndolos caer en la tentación – si Dios lo permite- la espada de la justicia divina aparecerá de repente y acabará con el Pervertidor y sus Secuaces”.

sábado, 3 de diciembre de 2022

El Sínodo Alemán, siguiendo los pasos de Lutero, se coloca, cada vez más, fuera de la Fe de la Iglesia Católica.

 

El Sínodo alemán y el rinoceronte gris del cisma

El Sínodo alemán y el rinoceronte gris del cisma

Debemos ser previsores y prepararnos para afrontar una situación que, por su magnitud, sólo podremos analogar con los hechos acaecidos en la primera mitad del siglo XVI en el norte de Europa. Las cuestiones candentes del Sínodo alemán, presentadas estos días en Roma, significan un verdadero desafío a la curia romana y al Papa, al cual puede que no le quede más remedio, in extremis, que aplicar un severo correctorium, para proteger la comunión eclesial

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Contemplamos actualmente con estupor un espectáculo, dantesco, según mi impresión, protagonizado por la mayor parte de los obispos germanos, juntamente con sus teólogos, y por un gran número de los participantes activos del llamado Camino sinodal (Der Synodale Weg) alemán. Podríamos encontrar fácilmente las fuentes de este desorden eclesial en el espíritu de independencia protestante o en la mundanización y relajación de las costumbres, pero creo que también existe una razón muy profunda en el orden de las ideas, de índole metafísica.

Como bien sabemos, un principio fundamental de la metafísica escolástica es aquél que afirma que el obrar sigue al ser; operari sequitur esse. Dicho de otro modo, existe una dependencia metafísica fundamental de las acciones u operaciones de los entes respecto de su propio ser. La naturaleza de los entes es la misma esencia, considerada como principio de operación, y esta misma esencia es la que recibe el ser, acto y perfección (actus essendi), y, en definitiva, raíz fundamental de todo obrar ulterior. Sin embargo, en todo lo tocante al Sínodo alemán, deberíamos tener en cuenta que la teología del Rin contemporánea, que lo mueve e inspira, está contaminada por una serie de postulados antimetafísicos de corte idealista. El paladín por antonomasia de la nueva teología germana ha sido y sigue siendo, no tanto l'enfant terrible Hans Küng (1928-2021), como algunos podrían sospechar, sino, más bien, Karl Rahner (1904-1984). La teología trascendentalista del teólogo de Freiburg y de sus seguidores, que son legión, no plantea que el obrar siga al ser, sino, más bien, que el ser (sein) sigue al pensar (denken) o conocer (Erkennen), o, más exactamente, que ambos términos se identifican sic et simpliciter[1], olvidando que únicamente en Dios existe una identificación de su propio ser con su inteligir, como enseña el Angélico Doctor: «esse Dei est suum intelligere»[2].

Ésta es, según mi opinión, la raíz metafísico-teológica del espíritu del Sínodo alemán que, de forma inexorable, parece que corre con precipitación hacia el abismo del cisma, o sea, de la separación del cuerpo místico de Cristo. Por supuesto que los fautores de este delirium tremens van mucho más allá de la teología rahneriana, sin embargo, pienso que, en sus principios, se asientan sus propuestas y conclusiones, encontrando, pues, su degeneración en la inercia de las premisas que las fundamentan.

Los participantes del Sínodo alemán, especialmente los más activos y recalcitrantes, han promovido ab initio, mediante sus delicuescentes reuniones, votaciones y declaraciones ―mediáticas y mediatizadas―, no una reflexión acerca de lo que la Iglesia es, de su identidad esencial, sino, por el contrario, una dinámica vertiginosa que ha girado siempre en torno a lo que la Iglesia piensa de sí misma, esto es, de su autoconsciencia, en el sentido más idealista de la expresión. Dicho pensamiento colectivo y autoconsciente, además, se ha presentado, respecto del ser eclesial, como fundante y no como fundado.

El joven teólogo Michael Seewald, uno de los más sobresalientes rupturistas del panorama teológico alemán, expresa a la perfección el presente afán antieclesial. Para él, que propugna un dogma en evolución (heterogénea)[3], la ansiada nueva reforma debería producirse a partir del hecho de pensar de otro modo la Iglesia (dieselbe Kirche anders denken)[4]. Es inevitable ver aquí, por consiguiente, una correlación entre este otro modo de pensar (anders denken) y el otro modo de ser (anders sein) eclesial al que se refiere, por cierto, el actual presidente de la Conferencia episcopal alemana, Mons. Georg Bätzing. Según el Dr. Seewald, existen tres modos de evolución dogmática: por autocorrección, por olvido o por innovación encubierta[5]. Pese a esto, sea cual sea la modalidad, en el presente caso estaríamos hablando de una evolución heterogénea, y no homogénea, del dogma católico. En otros términos, a lo que lamentablemente se aspira en Alemania, a tenor de los hechos acontecidos hasta el momento, no es a un mero cambio accidental, sino a un cambio substancial de la realidad, tanto de la Iglesia como de la misma religión.

Es cierto, no obstante, que, en el contexto de la reciente visita ad limina apostolorum de los obispos alemanes, el obispo Bätzing ha afirmado que la Iglesia alemana es católica y quiere continuar siéndolo (wir sind katholisch und wir bleiben es…); esto es lo que ha destacado Vatican News en su versión alemana[6]. Curiosamente, lo que no ha transcrito este medio vaticano es la segunda parte de dicha declaración, que es, por cierto, la que más nos interesa aquí subrayar. Al respecto, Bätzing añade que ellos ―él habla en nombre de la mayoría de los obispos de la Conferencia y de la voluntad general (?) de los fieles alemanes, participantes en su Sínodo― quieren ser católicos, cierto, pero de otro modo diferente (…aber wir wollen anders katholisch sein)[7], lo cual, a mi entender, es formalmente la declaración más radical y audaz que se ha realizado hasta el momento, porque aquí encontramos el fundamentum y la razón de ser de los cambios sustantivos que dichos obispos anhelan implementar, bien sean las bendiciones de parejas del mismo sexo, por ejemplo, bien sea la admisión de las mujeres a las órdenes sagradas. Lo diré más claramente: Mons. Bätzing, por su parte, cuando habla de otro modo de ser, se está refiriendo, de hecho, a adoptar una nueva ratio eclesial, lo que supondría la creación de una nueva Iglesia y, en definitiva, de una nueva religión. Y prueba de que dicho obispo, cuando habla de otro modo de ser, se está refiriendo a una nova ratio ―no simplemente a un novus modus―, es que él mismo asegura osadamente que, en su diócesis, seguirá permitiendo las susodichas bendiciones, al mismo tiempo que asevera, contradictoriamente, que su intención y la de los restantes obispos es la de permanecer unidos a Roma, y de no hacer nada (sic) al margen de la Iglesia universal.

Por otro lado, algunos también han querido identificar, con el célebre sensus fidelium, las propuestas y exigencias asamblearias de este Sínodo alemán, en las que, por modo de sufragio democrático (!), los participantes ―la mayoría de los cuales sin la pericia ni los suficientes conocimientos teológicos― han decidido sobre cuestiones esenciales de la Iglesia, no para profundizar en ellas, sino para cambiarlas, esto es, para convertirlas en algo substancialmente diferente a lo que son ahora. Además, conviene tener bien en cuenta que el grado de participación en este Sínodo ha sido ridículo a nivel cuantitativo. Por ende, supondría un insulto a la inteligencia concluir que esta minoría fuera una representación fidedigna del conjunto de católicos practicantes; se ha mostrado, más bien, interesada en contentar, no a los fieles ―en sentido estricto―, sino al gran número de contribuyentes (no practicantes) que pagan religiosamente el impuesto eclesiástico, acomodándose a su modo de pensar mundano, puede que para contener la actual sangría de apostasías, expresión de una comunidad socialmente enferma y alejada de Dios. Sea como sea, resulta superfluo recordar que no tiene sentido vociferar un supuesto sensus fidelium ―minoritario, repito―, si éste está disociado del auténtico sensus fidei católico.

Pese a todo, son muchos los que se preguntan qué pasará con el Sínodo alemán, cuál será su desenlace. Proyectando la situación actual, no puedo dejar de ver analógicamente en este embrollo a un rinoceronte gris; para mí, son inútiles las posiciones naifs que, impostadamente, simulan desconocer el verdadero alcance del problema, actuando como si dicho rinoceronte gris no existiese, evitando, así, comprometerse e implicarse, permaneciendo en una zona de relativo confort, mediante su silencio y, por ende, su tácita aceptación. El rinoceronte gris existe y viene hacia nosotros; esta advertencia va dirigida especialmente a todos los sacerdotes jóvenes que están más preocupados por su status y sus nombramientos parroquiales, diocesanos o académicos que por la verdad que deben enseñar y defender, incluso con la vida. También no podemos dejar de tener en cuenta el bienestar espiritual de las almas, que, mediante ciertos experimentos pastorales, son puestas temerariamente en prise ―como decimos en ajedrez―, y las cuales tienen derecho ―y esto es lo que frecuentemente se olvida―, no sólo a recibir los sacramentos, sino también a que les enseñen correctamente y sin deformaciones la verdad divina. Considero que el momento de reaccionar y actuar es éste; «non semper lilia florent», como decía Ovidio[8].

La antedicha analogía zoológica la he tomado de Michele Wucker, la cual, mediante su exitoso libro The Gray Rhino: How to Recognize and Act on the Obvious Dangers We Ignore (2016)[9], de estrategia socio-económica, inspiró al actual presidente chino Xi Jinping[10]. La figura del rinoceronte gris se opone a la conocida expresión cisne negro. Este último se refiere, como bien sabemos, a un hecho sorpresivo e imprevisto. En cambio, el rinoceronte gris manifiesta un peligro futuro que avanza hacia nosotros casi sin contención, y que puede captarse de modo evidente ya en el momento presente. Al respecto, existen dos tipos de personas, las que saben reconocer dicho peligro o gray rhino y se preparan para el impacto, y, los otros, que viven deliberadamente con una venda en los ojos, no queriendo reconocer dicha amenaza. Los primeros, los prudentes, se saben preparar mejor para la inminente adversidad y tendrán más capacidad y recursos para afrontar riesgos; los segundos no se arriesgarán en absoluto, pero tampoco se prepararán, y, por ende, se encontrarán ulteriormente en una situación de desarme total. Por consiguiente, considero que el peligro de cisma es real y palmario; o sea, muchos pensamos que, en la coyuntura hodierna, dicho cisma alemán y la probable propagación del espíritu cismático a otras iglesias particulares se nos presenta ―mutatis mutandis y en un sentido traslaticio― como una especie de rinoceronte gris.

Rebus sic stantibus, es perentorio que se reaccione de forma clara y enérgica, empezando por los obispos, sacerdotes y teólogos, y siguiendo por el resto del pueblo fiel, y más aún cuando la Iglesia en general sigue embarcada en el Sínodo de la sinodalidad ―prolongado hasta el 2024―, proceso que, en el hipotético caso de que se descontrolase ―Dios no lo quiera―, podría convertirse ―y de facto se ha convertido ya en algunas diócesis― en la condición de posibilidad para que los errores del Sínodo alemán se expandan metastásicamente por todo el cuerpo social de la Iglesia. En particular, constato la existencia de una cierta nocividad conceptual, que se desarrolla mediante la ley de los vasos comunicantes, a saber, a partir de términos comunes en ambos sínodos, especialmente el de sinodalidad, neologismo eclesiológico de naturaleza marcadamente anfibológica, que, para unos, puede significar una cosa, y, para otros, todo lo contrario. Damos por supuesto que el papa Francisco empezó, en 2015[11], a emplear dicho término con recta intención, sin duda, pero, a la vez, considero que no existe problema alguno en cuestionar el grado de precisión teológico-conceptual. En todo caso, lo que resulta insoportable es la actual magna comitante caterva de los que, de modo oportunista, se alinean siempre y por sistema con las directrices oficialistas; son los que repiten sin cesar, unos por convicción ―los más honestos―, por carrerismo, otros ―los más dudosos―, que la Iglesia tiene la sinodalidad como dimensión constitutiva (sic)[12], sin tener aún muy claro lo que significa exactamente dicha expresión.

Es cierto que san Juan Crisóstomo, al cual apela el Papa[13], afirma la sinonimia entre Iglesia y sínodo, pero lo hace para explicar que ella es asamblea o congregación (litúrgica): «Ecclesia enim est nomen conventus et congregationis»; Ἐκκλησία γὰρ συστήματος καὶ συνόδου ἐστὶν ὄνομα[14]. De hecho, en dicho contexto litúrgico y en este mismo pasaje, el Santo simplemente quiere explicar en qué consiste la acción de gracias de la Iglesia (gratiarum actio in quo consistat), remarcando que la alabanza a Dios es una obra de la comunidad y no algo puramente individual (laus eius in Ecclesia sanctorum)[15]; en ningún momento se está refiriendo, por lo tanto, a ningún sínodo de obispos ni a nada semejante.

Hoy, más que nunca, pues, los obispos y teólogos deben ser prudentes ―más que cautos― y, por ende, previsores ―recordemos que la previsión o providencia es una parte cuasi integral de la prudencia―; deben reconocer a este rinoceronte gris, y, sobre todo, deben estar en disposición de ánimo resolutiva a la hora de elegir los medios adecuados para poder evitar la embestida o, al menos, mitigar los consecuentes daños. De hecho, no hace falta leer a Wucker para ello, sino a santo Tomás; la previsión o providencia, según él, «importa una cierta relación a algo distante hacia lo cual deben ordenarse todas las cosas que ocurren en el presente»[16]. Por consiguiente, debemos ser previsores y prepararnos para afrontar una situación que, por su magnitud, sólo podremos analogar con los hechos acaecidos en la primera mitad del siglo XVI en el norte de Europa. Las cuestiones candentes del Sínodo alemán, presentadas estos días en Roma, significan un verdadero desafío a la curia romana y al Papa, al cual puede que no le quede más remedio, in extremis, que aplicar un severo correctorium, para proteger la comunión eclesial, cuya esencia ―recordémoslo bien― está constituida por una tríada unitaria de principios, a saber, el jerárquico, el sacramental y el doctrinal; es imposible, en este sentido, la unidad esencial de la Iglesia, si ésta no emana de una unidad de fe, es decir, de la fides quae creditur.

En fin, puede que la solución general a esta ruptura en ciernes no estribe tanto en que la Iglesia salga de sí misma ―una salida esencial, que no misionera,significaría su autoaniquilación―, sino más bien en que la Iglesia se repliegue sobre sí misma, o sea, sobre su propia esencia, que es lo mismo que decir que permanezca en unidad mística con su Cabeza, de la cual recibe el flujo vital sobrenatural y con la cual constituye ―en términos agustinianos― una persona mystica, a saber, el Christus totus.

P. Jaime Mercant Simó 

Notas


[1] Cf. Karl Rahner, Geist in Welt: Zur Metaphysik der endlichen Erkenntnis bei Thomas von Aquin, München: Kösel, 1957, p. 82: «Sein und Erkennen ist dasselbe: idem intellectus et intellectum et intelligere».

[2] Thomas Aquinas, Contra Gentiles, lib. I, cap. 69, n. 6.

[3] Cf. Michael Seewald, El dogma en evolución: Cómo se desarrollan las doctrinas de fe, Maliaño: Sal Terrae, 2020.

[4] Cf. Michael Seewald, Reforma: Pensar de otro modo la misma Iglesia, Maliaño: Sal Terrae, 2021.

[5] Cf. Ibidem, pp. 74-109.

[6] Cf. Vatican News, «Nach ad-limina-Besuch: „Erleichterung und Sorge“» (19-11-2022):

https://www.vaticannews.va/de/kirche/news/2022-11/deutschland-bischofskonferenz-baetzing-ad-limina-synodaler-weg.html#:~:text=%E2%80%9EWir%20sind%20katholisch%20und%20bleiben,bleiben%20es%E2%80%9C%2C%20bekr%C3%A4ftigte%20er.

[7] Cf. CNA Deutsch, «Bischof Bätzing: Wir bleiben katholisch, „aber wir wollen anders katholisch sein“» (19-11-2022):

https://de.catholicnewsagency.com/story/bischof-baetzing-wir-bleiben-katholisch-aber-wir-wollen-anders-katholisch-sein-12083

[8] Publius Ovidius Naso, Ars amandi 2, 215.

[9] Cf. Michele Wucker, The Gray Rhino: How to Recognize and Act on the Obvious Dangers We Ignore, New York: St. Martin's Publishing Group, 2016.

[10] Cf. Michele Wucker, Carlos Barragán, «La mujer que enseñó a Xi Jinping a torear un rinoceronte gris: "Ven diferente los riesgos"», Entrevista, El Confidencial (5-6-2021):

https://www.elconfidencial.com/mundo/2021-06-05/michele-wucker-pandemia-rinoceronte-gris_3115963/

[11] Cf. Franciscus, Discurso en la Conmemoración del 50 aniversario de la Institución del Sínodo de los Obispos (17 de octubre de 2015):

https://www.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2015/october/documents/papa-francesco_20151017_50-anniversario-sinodo.html

[12] Cf. Comisión Teológica Internacional, La sinodalidad en la vida y en la misión de la Iglesia (2018), nn. 1, 5, 42, 57, 70 y 94.

[13] Cf. Franciscus, Discurso en la Conmemoración del 50 aniversario de la Institución del Sínodo de los Obispos (17 de octubre de 2015): «La sinodalidad, como dimensión constitutiva de la Iglesia, nos ofrece el marco interpretativo más adecuado para comprender el mismo ministerio jerárquico. Si comprendemos que, como dice san Juan Crisóstomo, "Iglesia y Sínodo son sinónimos" [cf. Explicatio in Ps149] ―porque la Iglesia no es otra cosa que el "caminar juntos" de la grey de Dios por los senderos de la historia que sale al encuentro de Cristo el Señor― entendemos también que en su interior nadie puede ser "elevado" por encima de los demás. Al contrario, en la Iglesia es necesario que alguno "se abaje" para ponerse al servicio de los hermanos a lo largo del camino».

[14] Iohannes Chrysostomus, Expositio in Psalmum 149, n. 1: PG 55, 493.

[15] Cf. Ibidem.

[16] Thomas Aquinas, Summa Theologiae, II-II, q. 49, a. 6, co.: «[…] importat enim providentia respectum quendam alicuius distantis, ad quod ea quae in praesenti occurrunt ordinanda sunt».