FUENTE: PUCV
La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile) ha publicado recientemente una columna de opinión de Juan Daniel Escobar Soriano, académico de su Facultad Eclesiástica de Teología y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES). La reproducimos a continuación.
Uno de los principales problemas de las personas de nuestro país es la salud, por los altísimos costos que representa para la mayoría de los hogares acceder a un servicio de alta eficiencia. Esto hace que aparezca la angustia y comience a eclipsarse la razón buscando soluciones rápidas, eficaces y en lo posible de bajo costo. Frente a esta situación suelen aparecer pseudos maestros con ofrecimientos mágicos, esotéricos, múltiples terapias alternativas, teorías conspirativas, que buscan solucionar y explicar la terrible pandemia que estamos sufriendo.
Dentro de las múltiples antinomias que existen en nuestra sociedad actual, la magia, las adivinaciones, terapias alternativas y otras, conviven con la inteligencia artificial, la nanotecnología y otros extraordinarios avances científicos. La magia tiene como función, como acertadamente lo manifestó B. Malinowski, enseñar a la persona a tener confianza en sus propias fuerzas, a considerarse un ser que no necesita someterse a las fuerzas de la naturaleza, sino que puede regularlas y controlarlas.
El esoterismo en un sentido general, tiene la significación de “secreto”, “oculto”, “apto solamente para los iniciados”. Se establece una distinción entre un saber vulgar, popular, superficial y poco adentrado en la verdadera naturaleza de lo real, y un saber auténtico, único, que se reserva para el elegido, el sabio, el adivino, el profeta. Por otra parte, las terapias alternativas, son definidas por la Organización Mundial de la Salud, como el “conjunto de prácticas, enfoques, conocimientos y creencias sanitarias diversas que incorporan medicinas basadas en plantas, animales y/o minerales, terapias espirituales, técnicas manuales y ejercicios aplicados de manera individual o en combinación para mantener el bienestar, además de tratar, diagnosticar y prevenir las enfermedades”.
Lamentablemente, se han divinizado muchas de estas terapias, pero objetivamente hablando la medicina alopática con todas sus fallas y carencias, sigue siendo más efectiva que muchas de estas terapias. Como la pandemia está causando angustia y miedo y la medicina tradicional no tiene solución por el momento, comienzan a tomar fuerza las soluciones y explicaciones basadas en lo anteriormente definido, como lo son: aceite consagrado por Jesús que inmuniza el coronavirus; una tela blanca en la puerta de la casa, no dejaría entrar la infección, o el limón con bicarbonato caliente que mataría el virus.
Asimismo, informaciones como que Nostradamus profetizó la pandemia, al igual que los mayas, o que el virus fue inventado con fines bélicos y se escapó del laboratorio. Incluso la serie de los Simpson habría profetizado la llegada del virus y posteriormente se probó que era un montaje. Todo esto, y más, circula por las redes sociales causando en muchas personas efectos psicológicos negativos, debido al auge y aceptación de la magia, esoterismo y pseudociencias en nuestra sociedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario