"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Los mexicanos que buscan el “sueño americano” en EE.UU. recurren a los ritos de santería.


FUENTE: Milenio


En Estados Unidos, el Departamento de Trabajo informó el pasado mes de octubre de que el índice de desempleo bajó al 7.9 por ciento en septiembre, comparado con 8.4 por ciento registrado en agosto, en el octavo mes de la pandemia por covid-19. Sin embargo, la recuperación en aquel país es lenta e incierta, mucho más para los latinos que allá radican. Lo cuenta Alicia Rivera en el medio mexicano Milenio.


En México la cosa es similar. En el informe correspondiente a septiembre, el INEGI informó de la reincorporación de 1.5 millones de personas a la Población Económicamente Activa (PEA), al pasar de 51.1 millones a 52.6 millones. De los 12 millones de personas que salieron de la PEA en abril de 2020, regresaron alrededor de 7.2 millones para el séptimo mes de este año. Un poco menos de la mitad de los desempleados desde entonces, sigue siéndolo. Y en busca de su sobrevivencia, los mexicanos siguen mirando al norte.


“Yo creo que, en una media horita, cuando mucho a las nueve, ya nos tiramos al río. Ya no le voy a poder marcar ni nada, hasta que pase lo que pase, cualquier cosa o algo, sólo Dios sabe lo que va a pasar ¿okey? Yo llevo muchas fuerzas, muchas ganas, pero sólo Dios sabe que va a pasar. Ya lo voy a apagar”. Este fue el mensaje que Nestor envió a su santero, la noche del 3 de octubre, antes de arrojarse con el coyote y otros migrantes al Río Bravo, para atravesar la frontera y trabajar en Estados Unidos, donde sus familiares lo esperaron en Nueva Jersey.


Y lo logró, después de cuatro ocasiones en que la patrulla fronteriza de Estados Unidos lo capturó y lo regresó a su patria, sus familiares pidieron ayuda al santero Oleg, de Ciudad Netzahualcóyotl, quien ya ha ayudado con rituales a otros migrantes. Y la quinta fue la vencida. Nestor, de 45 años, originario de una comunidad de Puebla, tuvo que cerrar una papelería que recién había abierto, pero no hubo ventas porque los niños no han ido a la escuela todo el año a causa de la pandemia del covid-19 y de él dependen sus padres y sus hijas.


Sus familiares migrantes que viven en Nueva Jersey lo apoyaron para irse, pero cuatro veces intentó atravesar la frontera, las mismas que fue capturado por la Bordel Patrol, que lo regresaban a México, pero él no cejó en su empeño y recurrieron al santero, quien trabajó “con frutas, velas y rituales” para que pasara. Hoy el hombre ya se encuentra en la Unión Americana, listo para trabajar y enviar las remesas a México que subieron un 10 por ciento en este año, pese a la pandemia.


De acuerdo con la estadística de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) en agosto un total de 46.864 indocumentados fueron capturados en la frontera con México, de los cuales 15.471 son mexicanos y, de ellos, 976 son mexiquenses. En julio la cifra fue de deportados fue 38.463, de los cuales 14.800 connacionales y 870 mexiquenses y en junio 30.767 repatriados, de ellos, 12.598 compatriotas y 744 mexiquenses.


De acuerdo con el Boletín Mensual de Estadísticas Migratorias de la Secretaria de Gobernación (Segob), de enero a agosto de este año han sido repatriados 119.257 mexicanos, de los cuales 6.422 son del Estado de México, de ellos, 5.833 son hombres y 589 mujeres. El Estado de México es la sexta entidad con el mayor número de repatriados, después de Guerrero (11.220), Durango (10.365), Michoacán (10.354), Oaxaca (8.894) y Veracruz (7.174).

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