FUENTE: El Periódico – Efe
La Asociación Médica Mundial se planta contra las falsas terapias. La entidad ha aprobado una nueva ‘Declaración sobre pseudociencias y pseudoterapias’ en el campo de la salud, en la que reclama mano dura contra estas disciplinas que pueden suponer “importantes riesgos y daños” para los pacientes. El manifiesto pone en el punto de mira de esta denuncia los “actos y actividades de que pongan en riesgo la salud pública”, y que, según reza el manifiesto, deberían denunciarse ante autoridades competentes. Lo cuenta Valentina Raffio en El Periódico.
La iniciativa plantea un conjunto de 13 peticiones dirigidas a autoridades sanitarias nacionales, miembros de la profesión sanitaria y médicos. La primera y principal petición reclama una “regulación adecuada y rigurosa” que “aborde los riesgos y reduzca los daños potenciales que puedan ocasionar las pseudoterapias y las pseudociencias”. Esto, en la práctica, supondría acabar con el limbo legal en el que se tambalean estas falsas disciplinas curativas.
Contra los festivales pseudocientíficos
El manifiesto señala directamente a los “actos de intrusismo profesional”, “las actividades que pongan en riesgo la salud pública” y la “publicidad engañosa en los sitios de Internet no acreditados” entre los principales focos en los que prolifera la faceta más peligrosa de las pseudoterapias. Es el caso, por ejemplo, de los 'festivales de pseudoterapias' en los que, por ejemplo, se promueve el uso de un símil de la lejía como supuesta terapia contra el cáncer, el autismo o hasta el covid-19. Este tipo de eventos se han celebrado durante años bajo el amparo de la “libertad de expresión”, aunque las autoridades sanitarias hayan denunciado reiteradamente no ampara a los postulados que ponen en riesgo la salud de las personas.
La iniciativa también pide que “cuando se descubra que una práctica es dañina o se aplica de manera poco ética, debe existir un mecanismo que detenga inmediatamente o limite considerablemente cualquier tratamiento denominado complementario o alternativo para proteger la salud pública”. Según datos de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT), al menos un 5 % de los españoles reconoce haber sustituido un tratamiento real por una pseudoterapia. Esta práctica, según señalan los expertos, podría suponer un daño para los pacientes. Y, en los peores casos, incluso podría llevarlos a la muerte.
La reivindicación, pues, iría en la misma línea va en la misma línea que el 'Primer manifiesto global contra las pseudoterapias', lanzado recientemente con el apoyo de 2.750 médicos y científicos de todo el mundo. Y del Plan Para Proteger al Paciente Contra las Pseudoterapias que el Gobierno empezó el año pasado y que, hoy por hoy, sigue en un cajón.
Un sentir unánime
Según leemos en Efe, la 71ª Asamblea Médica Mundial (AMM), que se ha reunido hace unos días en Córdoba, ha reclamado una regulación “adecuada y rigurosa” acorde con las mejores prácticas que aborde los riesgos y reduzca los daños potenciales que puedan ocasionar las pseudoterapias y las pseudociencias. La iniciativa, impulsada desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), recoge que las corporaciones profesionales médicas, las sociedades científicas, las asociaciones de pacientes y las autoridades nacionales deben de llevar a cabo una campaña de concienciación pública sobre el riesgo de las pseudoterapias y las pseudociencias.
El coordinador del Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias de la Organización Médica Colegial, Jerónimo Fernández Torrente, ha resaltado que el sentir de la profesión médica es “unánime y firme en contra de estas propuestas”. La Declaración de Córdoba de la AMM recoge que el ejercicio médico precisa un fundamento en la mejor evidencia probada científicamente, disponible y actualizada, de tal forma que las diferencias entre la medicina convencional y otras prácticas que no están sustentadas en la evidencia científica “configuran el complejo universo de las pseudociencias y pseudoterapias”.
Además, pueden comportar “importantes riesgos y daños potenciales” porque los pacientes puede que “abandonen las terapias médicas o medidas de prevención que se han demostrado efectivas por prácticas que no han demostrado valor curativo”. Finalmente, los médicos inciden en que todos los actos de intrusismo profesional, las actividades de pseudoterapias y pseudociencias que pongan en riesgo la salud pública de la población deben denunciarse ante las autoridades competentes, incluida la publicidad engañosa y los sitios de salud en internet no acreditados que oferten servicios o productos que pongan en riesgo la salud de los pacientes.
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