La periodista cordobesa Vanesa Lozano nos adentra en el mundo de las peligrosas sectas a través del testimonio de Patricia Aguilar, que fue captada por Félix Steven Manrique durante dos años. Cuando se hizo mayor de edad viajó a Perú, donde fue sometida por el gurú hasta que su familia logró rescatarla de ese infierno. A través de su testimonio en primera persona, recogido en el libro Hágase tu voluntad, conocemos el caso de una niña que huyó y regresó a su familia siendo madre. Así lo resume Luis Miguel Montero en El Cierre Digital.
Vanesa Lozano (Pozoblanco, Córdoba, 1989) es más que una periodista de Sucesos e Investigación. Es una joven profesional con una larga trayectoria en el Diario Córdoba, Cadena Cope, revista Interviú y ahora en El Periódico de Catalunya. Además, colabora habitualmente en “La Mañana” de TVE y “Ya es Mediodía”, de Telecinco. Hágase tu voluntad es su primer libro, pero a buen seguro no será el último. En esta obra de la colección “Sin ficción”, coordinada por Marta Robles, Vanesa cuenta sin adornos la tragedia de Patricia Aguilar, que con 16 años fue captada por una secta a través de Internet. Cuando cumplió 18 años Patricia dejó su casa familiar de Elche y viajó hasta Perú para convertirse en una de las esposas del “Príncipe Gurdjieff”.
Gran parte del libro está escrito en primera persona y es así porque “es la primera vez que Patricia cuenta, con todo detalle, no sólo lo que ha vivido, sino también cómo se sentía en cada momento o qué se le pasaba por la cabeza. Su relato pedía ser contado en primera persona. Nadie como ella puede describir los abusos, las coacciones, el engaño, la esclavitud, a los que fue arrastrada y sometida. El dolor físico y también el daño emocional que le infligió su captor durante años. Contarlo en primera persona, reproducir sus palabras exactas, ha sido posible gracias a meses de conversaciones y entrevistas con Patricia. Encuentros en los que ella ha sido tan generosa como para abrirse en canal y recordar experiencias que hasta ahora sólo había hablado con su psicólogo”, explica Lozano.
Momento de mayor vulnerabilidad
La obra evita algunos nombres reales, algo que la autora hace por expreso deseo de los afectados o por conservar el anonimato de las fuentes, de personas que todavía luchan contra las sectas en todo el mundo, cuyo repunte es evidente y se está agravando con la llegada del coronavirus: “La crisis por la pandemia nos coloca a todos en un momento de especial vulnerabilidad e incertidumbre. Las sectas lo saben y lo están aprovechando. Para captar nuevos adeptos, para afianzar su mensaje y retener a los que ya tienen e incluso para recuperar a los que perdieron. Internet ha hecho que los grupos sectarios y los gurús evolucionen sus tácticas de captación. Tenemos que hablar ya de sectas 2.0. El caso de Patricia lo evidencia. Su captor se coló en su habitación y la fanatizó lentamente durante dos años sin necesidad de llamar a la puerta. Solo con la palabra y desde el otro lado de una pantalla”, advierte Vanesa Lozano.
Patricia sólo buscaba respuestas en Internet a las inseguridades de una adolescente, pero acabó encontrando a Félix Steven Manrique, que durante dos años la manipuló hasta el punto de que la “vendió” que iba a repoblar el mundo cuando llegase el apocalipsis, pero terminó esclavizada y sometida en la selva de Perú por Manrique. Allí la rescató la Policía, cuando cuidaba de cuatro niños y de su propia hija nacida de la relación con el gurú de la secta.
El coraje de su familia y su lucha muchas veces en solitario y otras ayudados, entre otros, por la propia Vanesa Lozano, lograron dar con el paradero de la joven y rescatarla de las garras de la secta y de los delitos cometidos por su captor. Con la irrupción de Internet en nuestra vida diaria “nos exponemos continuamente y damos mucha información en un solo clic. Las sectas lo saben y lo aprovechan. Detectan nuestros puntos débiles, nuestras necesidades, nuestras crisis. También nuestros intereses y motivaciones. Todos somos susceptibles de caer en una secta, en algún momento de nuestras vidas, no todos en la misma”, añade Lozano.
El gurú de Patricia no tuvo que dar la cara ni moverse de casa para “cazarla”. Internet puso a su alcance información sobre ella, su lugar de nacimiento, su situación familiar... “Por otro lado, internet permite a personas como Manrique embaucar a varias víctimas a la vez sin mucho esfuerzo, solo estando al acecho de posibles víctimas en muchos foros de internet. Manrique estuvo durante años captando chicas jóvenes de todo el mundo en todo tipo de grupos, en los que era muy activo: grupos de mochileros por el mundo, música electrónica, mundo emo y anime, animalitos perdidos y adopción de cachorros, interés por la arqueología, foros de “novios y novias que nunca engañan”, bebés y mamis... Patricia no tuvo la mala suerte de toparse con él, resulta que él estaba en todas partes”, añade Vanesa Lozano.
Perder un hijo o una hija es el mayor miedo de unos padres, pero si algo así ocurre, Vanesa dice que “lo mejor es buscar ayuda de expertos y de familias como la de Patricia, que han sacrificado su intimidad familiar para relatar en Hágase tu voluntad su experiencia precisamente con ese fin: mostrar cómo se puede detectar un problema así y de qué manera afrontarlo”. Como la propia Patricia Aguilar dice en una carta manuscrita que se incluye al final del libro, “contar es la única forma de intentar que no vuelva a ocurrir”. No, al menos, de la misma manera.
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