Está demostrado, por los hechos históricos, que cuando la secta comunista se apodera de la totalidad del poder de un país, no lo suelta más; lo tiene entre sus garras para siempre, siendo imposible, humanamente hablando, desprenderse de esta secta. Es lo que sucede en Cuba, en China, en Rusia, en Venezuela y es adonde se encamina Argentina.
¡Argentina despierta! ¡Tu Bandera es el Manto de la Inmaculada Concepción!
¡No el infame trapo rojo comunista!
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