FUENTE: El Pitazo
En los primeros días del año 2020, el cementerio de la ciudad de Coro, capital política del estado Falcón (Venezuela), observó gran cantidad de basura y profanación de tumbas, denunciados por familiares de personas fallecidas y enterradas en este camposanto falconiano, según informa Lisbeth Barboza Ruiz en El Pitazo. José Vicente Graterol, ex diputado del Consejo Legislativo de Falcón (CLEF), señaló a través de su cuenta en Twitter que “el abandono, la inseguridad, el monte y la profanación de tumbas del camposanto de Coro, continúa frente a la mirada indiferente de los gobernantes de la ciudad”.
Advirtió el ex legislador que tanto los administradores del cementerio como los cuerpos de seguridad del Estado hacen caso omiso a las denuncias de aquellas personas que visitan a sus deudos y que ven cómo este lugar se convierte en sitio de preferencia de antisociales y de quienes practican la santería, gente que utiliza los huesos humanos para sus procedimientos ilegales.
Por su parte, Gustavo Machado, quien visitaba la tumba de su madre, señaló que la gerencia municipal despilfarra y malgasta el dinero destinado a mantener las estructuras municipales en fiestas, templetes y fuegos artificiales. “Coro se cae a pedazos. Al cementerio de Coro no le han metido la mano para limpiarlo o por lo menos sacar las urnas profanadas, y mucho menos han desmalezado para evitar que las culebras muerdan a quienes venimos a visitar a nuestros muertos”, dijo Machado.
Advertencias previas
Ya el pasado mes de noviembre el mismo medio publicaba que la profanación de tumbas en el camposanto local se había acrecentado en las semanas anteriores con el robo de huesos de difuntos, pertenecientes a familias tradicionales de la ciudad Mariana, para la práctica de la santería y la brujería. Así lo dio a conocer la encargada del cementerio, Dragelis Carrillo, quien resaltó que la práctica se venía manifestando desde hace varios meses y se agudizó en las últimas semanas.
El camposanto, ubicado en el noroeste de Coro, es, según apuntaron familiares de los difuntos a los que les profanaron las tumbas, el lugar preferido por los maleantes y los santeros, debido a que no cuenta con vigilancia ni patrullaje por parte de los órganos policiales. El defensor de derechos humanos y afectado Luis Uzcátegui aseguró que dos semanas atrás sustrajeron los restos mortales de su abuela. Declaró que “ya habían levantado la lápida y habíamos denunciado la situación para que en el cementerio tomaran los correctivos”.
Regresó al panteón familiar y se dio cuenta de que no había lápida y que el féretro estaba a un lado de la tumba y el cuerpo de su abuela había desaparecido, por lo que responsabilizó directamente a la gestión del alcalde, Pablo Acosta. «Le atribuyo la responsabilidad, porque es quien designa los directivos de sus organismos autónomos y dependientes como este”, dijo Uzcátegui. Otra de las tumbas profanada fue la del panteón familiar donde fue sepultado el reconocido profesional de la ingeniería Hugo Suárez, donde sus deudos comprobaron el estado en el que dejaron la tumba.
Trabajadores del camposanto señalaron que la situación ya se ha vuelto normal, debido a que aunado a que el lugar se ha convertido en guarida para los delincuentes ahora es también el sitio donde babalaos y brujos realizan sus actos de santería en horas de la madrugada. Familiares y amigos de los difuntos a quienes les profanaron sus tumbas exigen a las autoridades municipales, al alcalde Pablo Acosta, a los entes de seguridad del municipio de Miranda y al gobernador Víctor Clark que tomen cartas en el asunto, alegando que los muertos ya no pueden descansar en paz en el cementerio de Coro.
ARRIBA
8. Perú albergó en septiembre un encuentro de “mujeres medicina” de la órbita New Age.
FUENTE: La Nación
Durante una semana, 40 días antes de que comenzara el estallido social en Chile, 560 mujeres, procedentes de 30 naciones, se reunieron durante una semana en el complejo arqueológico peruano de Pisac (o Pisaq) –a una hora de Cuzco y distante 2.906, 3 kilómetros de Santiago– para elevar un rezo por el planeta, un rezo tan potente que “remeciera” a los Apus (montañas sagradas) de Los Andes. Muchas eran las razones para ofrecerle plegarias a la tierra: la crudeza del cambio climático, el derretimiento acelerado de los glaciares, la sequía, los incendios que habían arrasado con explanadas en el Amazonas y el calor extremo. Nadie había quedado indiferente al “sufrimiento” del planeta o la “Gran Madre”. Lo cuenta Patricia Schüller Gamboa en el diario chileno La Nación.
Entre el 9 y el 14 de septiembre del año pasado, estas mujeres, de todas las edades, entre las que había terapeutas, mujeres medicina que honran a la Pachamama, medioambientalistas, líderes y dirigentes sociales, además de 13 abuelas de linajes ancestrales que viven en conexión con la naturaleza y la profundidad de su alma, se dieron cita en el Valle Sagrado respondiendo al llamado de tres chilenas, co-creadoras de esta cumbre: Luzclara Camus, Mujer Medicina, conocida mundialmente por la formación de círculos de mujeres en plena dictadura; Astrid Brinck, terapeuta transpersonal, fundadora de Inner Rreedom Institute, y Mahi Barahona, psicóloga, doula, guardiana del nacimiento y facilitadora de círculos de mujeres.
En este megaencuentro, denominado “Convergencia Intercultural de Mujeres: Juntas Somos Medicina”, las convocadas –entre las que se encontraban cerca de 100 chilenas– celebrarían un gran ritual de unificación de las aguas, de las cenizas de fuegos sagrados, de las tierras, montañas y valles; de los rezos y cantos de diversos rincones del mundo.
Las organizadoras intuían que esta reunión “remecería” las entrañas de Cuzco y provocaría una “revolución de la energía femenina”. No podían imaginar siquiera que un mes después –el 18 de octubre– se desataría la crisis social en Chile y emergería, en las semanas siguientes, el colectivo LasTesis con el canto “Un violador en tu camino”, que pone el acento en la dignidad de las mujeres abusadas, que se volvió viral en el mundo entero. ¿Casualidad? Algunas de las participantes en la cita de Perú leen “entre líneas” que hubo una alineación invisible entre ambos movimientos de mujeres.
Seis días “mágicos”
El exclusivo Hotel Royal Inka, de Pisac, fue el epicentro de este hito. Durante seis días las participantes se olvidaron de sus diferencias raciales y culturales y compartieron como hermanas, como si se hubiesen conocido una vida entera. Participaron de los rituales de convergencia, escucharon los mensajes de las abuelas (que son consideradas sabias dentro de sus culturas) y honraron a sus ancestros, sus duelos, la fertilidad y a la pareja sagrada.
Siempre estuvieron guiadas por Luzclara, Astrid y Mahi, y las abuelas que con una sola mirada otean las profundidades del alma: Miliwanga Wurrben (mujer Rembarrnga de Australia); Martina Mamani (Mujer Medicina de tradición andina); Cecilia Paniagua (guardiana de la cultura Chavín); María Apaza (Altomisayoc Q’ero), Sweet Medicine (líder espiritual americana del linaje Chickasaw); María Valdivia (Mujer Medicina chilena residente en Ibiza); Ana Luisa Solís (guardiana de saberes ancestrales mexicanos); Rosalinda Namises (activista y política de Namibia); Francisca Calfín (Lawentuchefe Mapuche); Nan Amalia Tum (curandera de tradición Maya) y Marianna García Legar, Doña Loba (activista femenina argentina residente en Barcelona).
Después de la ceremonia de bienvenida, que se realizó el lunes 9 de septiembre, que culminó con el tránsito por el Laberinto de Luz, ofrendado por la abuela Marianna, siguieron jornadas –duraban cerca de tres horas– dedicadas a los rituales de unificación de los cuatro elementos. Cada mujer llevó desde su lugar de procedencia un poco de tierra, agua, cenizas y plumas. El martes 10 estuvo dedicado al fuego. Las participantes lucieron en sus atuendos una prenda de color rojo y danzaron en círculos concéntricos alrededor del altar principal compuesto de un fuego circunscrito en una Chakana (Cruz Andina) de piedras.
El miércoles se honró al agua y las participantes privilegiaron el azul en sus vestimentas. El jueves estuvo dedicado a la tierra (el color amarillo y oro fue el dominante) y el viernes al aire, donde predominó el blanco. Cada día, después de los intensos rituales de unificación, se instalaba un mercadito y la noche cerraba con alguna presentación musical. Se llevaron los aplausos Astrid Brinck y su hija, y Moyenei Valdés, ex vocalista de Mamma Soul, quien reside en México.
Durante las tardes se realizaban los Consejos de Abuelas, donde estas mujeres sabias compartían recomendaciones con las asistentes tales como la necesidad de conectarnos con nuestro interior, no mantener relaciones tóxicas, cuidar el hogar y mantener una vela prendida en alguna habitación para mantener atizado el fuego de nuestras vidas.
Hubo momentos conmovedores. El viernes, luego de la unificación del aire, todas las participantes, lideradas por Luzclara, peregrinaron por las calles de Pisac. Los residentes de esta pintoresca localidad salieron a los balcones o se agruparon en las esquinas para aplaudir a estas sanadoras revolucionarias que vestían de blanco. El último día se honró el Sagrado Masculino. Fueron invitados cerca de un centenar de varones de Pisac. Estos ingresaron por un túnel realizado por mujeres, se dirigieron al altar y se sentaron alrededor de las abuelas, quienes los bendijeron. Llegó la hora de la despedida. Las 560 mujeres se instalaron en los alrededores del altar y en el sendero que guiaba a la salida. Las abuelas emocionadas se tomaron de la mano y se alejaron danzando. Lágrimas rodaron por las mejillas de todas. Terminaba un evento que sería muy difícil de olvidar.
Efectos posteriores del evento
Han pasado cuatro meses de ese momento mágico y el canto, baile y consejos de las organizadoras y abuelas resuena todavía entre las participantes. En su hogar en Pisac, de cara al Apu Pachatusan, Luzclara remarca que esta experiencia le dejó “un gran empoderamiento y mucha enseñanza además de experimentar una vez más los sueños manifestados y sentir la fuerza del rezo unido en amor”.
A muchos kilómetros de distancia, en Pucón, Mahi Barahona reflexiona: “La experiencia de la Convergencia comenzó desde su gestación a ser tremendamente transformadora, guiada siempre por una fuerza mayor que nosotras, ante la cual solo quedaba humildemente rendirse. Estuvo llena de magia en todo momento: antes, durante los 6 días de reunión y lo sigue estando aún hoy. Para mí –añade– al igual que para muchas de las abuelas invitadas y mujeres participantes, hubo un antes y un después muy profundo, lleno de sanación, renovada fuerza, sabiduría, respaldo y nuevas visiones en lo personal, y en vista del movimiento de despertar femenino hacia los nuevos tiempos, tanto en las mujeres como en los hombres y en la Tierra”.
Astrid Brinck añade que el encuentro le dejó la experiencia “de ser testigo del potencial humano en un espacio de auténtica co-creación. Me llena de emoción saber que somos tantas quienes llevamos ahora una vivencia concreta de lo que el mundo necesita para convivir como humanidad con nuestra hermosa diversidad, ofrendando cada una lo mejor de sí para un propósito mayor al servicio de todos”.
Sweet Medicine, abuela invitada de Estados Unidos, dice convencida que su experiencia de deleite en esta Convergencia le cambió la vida. “Proveníamos de muchos caminos diferentes, inspiradas, abiertas, apoyándonos y colaborando con nuestra medicina, nuestra esencia, de una manera no competitiva, libre de juicios. Quedé tan asombrada con el fabuloso compartir de nuestras enseñanzas al mostrar e inspirar con la verdad, la sabiduría y nuestras experiencias de la vida”.
La abuela invitada de Namibia, Visolela Rosalinda Namises, agrega que este megaencuentro desmitificó “la relación que las mujeres estamos teniendo unas con otras. Y además a través de edades, países y culturas diferentes, interactuamos y participamos juntas, unimos nuestros diferentes rituales culturales en uno y eso es para mí un gran avance para el futuro. La Convergencia me ha demostrado que hay esperanza y posibilidades cuando las mujeres nos unimos. Había poder, energía, risa y paz entre nosotras, así creo que esto debe continuar y juntar a muchas más mujeres para nuestra sanación y la sanación de la Madre Tierra”.
Francisca Calfin Lawentuchefe, Mujer Medicina mapuche de Chile, recalca que “han llegado los tiempos de reunirnos, de hacer fuerza entre las abuelas, madres, hijas y nietas de diferentes tradiciones de todos los territorios, por nuestras relaciones, por nuestro hogar, la Madre Tierra. Hay que hacer ceremonias invocando el Newen (fuerza espiritual) para que el amor prevalezca y florezcan las conciencias del cuidado de nuestros cuerpos, de nuestras relaciones y el cuidado de la Ñuke Mapu (Madre Tierra) pues los cambios que estamos experimentando son fuertes y solo el rezo podrá sostener el futuro de la humanidad, creando conciencia en nuestras futuras generaciones y todo esto es lo que se materializa en esta Convergencia”.
En la tranquilidad de su hogar en México, Moyenei Valdés comenta que “la Convergencia fue un llamado poderoso. Lo que viví esos días bajo los pies de la Cordillera de los Andes fue mucho más de lo que imaginé. Las abuelas de todos los continentes, hermanas de todo el planeta y todas las edades, manifestamos juntas un ritual universal único e inmensamente amoroso y potente, que definitivamente fue un gran néctar para mi corazón. Un encuentro inolvidable y necesario para estos tiempos, que son tiempos de unidad, de belleza. ¡Juntas Somos Medicina!”.
Francisca Cortés Solari, presidenta de la Fundación Caserta, apoyó y colaboró con la realización de la cita. Hoy recuerda que vivió “hermosos momentos, fue todo muy sanador. Muchas gracias por tan grande esfuerzo. La gratificación vale más que nada y esta ha sido lograr unir a tantas mujeres hermosas”. Otra mujer que contribuyó para que se llevara a cabo esta cumbre es Teresa Campos, directora del Ministerio de Cultura de Cuszo. En esta ciudad histórica rememora lo vivido. Lo importante –asegura– es “valorar que el rol de las mujeres en la permanencia y resistencia de los saberes de los pueblos ancestrales es una cuestión de justicia. Las mujeres que se reunieron en la Convergencia pusieron de manifiesto que Somos Medicina, convocando nuestros espíritus y fuerzas para cuidar nuestro mundo y nuestro futuro”.
La próxima cita, en México
El viernes 13 de septiembre, al término de la unificación del aire, Luzclara, Mahi y Astrid anunciaron que habría una segunda versión de Convergencia Intercultural de Mujeres. Esta vez se realizará en Tepoztlán, México, entre el 21 y el 26 de septiembre de 2020. En esta localidad, ubicada al sur de la Ciudad de México, conocida por ser el lugar de nacimiento de Quetzalcóatl, el dios azteca representado con una serpiente emplumada, convergerán nuevamente las mujeres del mundo.
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