Basta nuestra oración mental o verbal para invocar a Dios, Jesús o la Virgen, incluso a Santos que vencieron a demonios, o al mismo San Miguel Arcangel para hacerlos presente de una manera especial y obrar por nosotros, ya que donde esta Dios o ellos, no pueden estar los demonios, de hecho la mera presencia de Dios les es insoportable.
El mismo efecto también sucede con frases o pedazos de la Biblia (salmos, fragmentos del apocalipsis, del evangelio, etc) que sabemos que fueron dictadas por Dios.
Es sabido que en algunas personas han sufrido ataques durante el sueño o en estado conciente en la cama de entidades malignas que intentan estragularlos impidiendo que la victima pueda mover su cuerpo o incluso su boca, porque saben que el pronunciar frases o invocar a Dios, Jesús o la Virgen les produce un efecto que los repele de ese intento, esto lo se por experiencia personal y por experiencia de amigos y personas cercanas católicas.
De modo que las oraciones e invocaciones pueden ser nuestra arma de defensa aun dichas de manera mental pero siempre y cuando las digamos con autentica Fe.
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