El Obispo de Reggio Emilia, Calabria, Italia, en su intervención contra las misas sacrílegas y los sacerdotes "creativos" los cuales, más que "creativos", más bien deben ser llamados por lo que son: irrespetuosos del Misal Romano vigente.
“El catálogo de misas creativas representa una herida en el corazón mismo de la Iglesia, la Eucaristía. La carta muestra el derecho de protestar con el sacerdote que abusa de su papel, e incluso para marcharse de ahí si la celebración se vuelve claramente inválida”.
Por Andrés Zambrano. Nuova Bussola Quotidiana. 12 de febrero de 2019.
Un párroco le pide a un laico que diga las palabras de la consagración. Y el Obispo interviene explotando contra las misas sacrílegas. Sucedió en Reggio Emilia [Italia] donde el Obispo Massimo Camisasca [nombrado Obispo de Reggio Emilia por Benedicto XVI en 2012], publicó una carta muy dura sobre los abusos y el respeto a las normas de la liturgia:
“Deberemos responder ante Dios”.
Una acción impopular, pero correcta. Y que confirma el derecho-deber del fiel a protestar.
“Es gravemente ilícito asociar a los fieles a las palabras del Canon y además pedirles pronunciar cualquier parte. La celebración se volvería inválida cuando fueran los laicos quienes pronunciaran las palabras de la Consagración”.
Un fuerte reclamo al correcto uso de la liturgia durante la Santa Misa y un llamamiento a terminar con las liturgias creativas hechas por sacerdotes, es este del Obispo de Reggio Emilia-Guastalla, Massimo Camisasca, que ha entregado a todos los sacerdotes y a los fieles en el semanario diocesano La Libertà.
Una carta sobre la liturgia, por lo tanto, para detener a aquellos sacerdotes que pretendan la misa como algo de ellos, de lo cual poder disponer a placer. En estos años hemos oído hablar de diferentes colores, en Italia y en el mundo: sacerdotes que no dicen el Credo o lo inventan, partes de la misa delegadas a los laicos o a exponentes de otras confesiones religiosas, espectáculos de todo tipo durante las celebraciones. El catálogo de misas creativas representa una herida en el corazón mismo de la Iglesia, la celebración de la Eucaristía, y la campaña de la Nuova BQ #salviamolamessa [#salvemoslamisa] lo ha mostrado muy bien. Pero de cara a estos episodios, A menudo ostentosamente publicitados por los sacerdotes, comenzaron a fingir que no pasa nada. Esto ha provocado un grave escándalo en los fieles y en el brote de misas cada vez más creativas y más sacrílegas.
En este sentido va dirigida la carta del obispo Camisasca a sus sacerdotes, una carta de reclamo para todos sus efectos, que asume un valor importante de restablecimiento del derecho. Sobre todo, del derecho de Dios a ser adorado como pide, y en segundo lugar, el derecho de los fieles a participar en una sagrada liturgia provechosa para su propia salud espiritual. Derecho que las iniciativas de los sacerdotes creativos y descuidados, pisan ostentosamente a veces con la arrogancia de los poderosos. La carta demuestra, como si nunca hubiese sido necesario, que protestar con el Obispo cuando se presencian abusos y violaciones graves en la liturgia, sirve y es útil. Como confirmaba en nuestras columnas también el Cardenal Müller a propósito del derecho de protestar con el sacerdote que abusa de su papel, e incluso para marcharse de ahí si la celebración se vuelve claramente inválida.
La misiva publicada surge seguida de una serie de señalizaciones hechas al Obispo Camisasca sobre el comportamiento de algunos sacerdotes diocesanos. La referencia de hecho a las palabras de la Consagración delegadas a los laicos está vinculada a un episodio denunciado al Obispo por un fiel: un sacerdote, durante la misa del 1 de enero, ha delegado la lectura del Canon a un feligrés, ¡mujer!
¿El motivo? En la denuncia se dice que el sacerdote habría dado la excusa de estar cansado. Quizá, tal vez, ¿los festejos de la noche vieja anterior lo habían obligado a quedarse hasta tarde? ¿O tal vez quiso dar una señal de una nueva forma de “concelebración mixta”? Sea como sea, el fiel, que sólo había oído hablar de eso, ha pedido confirmación antes que nada al obispo. Y para seguridad entregó la misiva también a la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, y luego a la Congregación para la Doctrina de la Fe. No sabemos si el Obispo Camisasca haya verificado la noticia, ni si haya recibido confirmación de aquel episodio en particular. Pero por el monitum de la carta sobre la Consagración delegada a los laicos parece que sí. También a juzgar por aquello que dice el obispo sucesivamente:
“Me permito recordar todo esto, que creo que es obvio para la gran mayoría de todos nosotros, porque escucho y veo aquí y allá una confusión sinuosa o manifestaciones erróneas sobre lo que he hablado hasta ahora”.
Importante es luego la conclusión:
“Deseo que el pueblo cristiano ya no esté confuso ni desorientado en su fe. Es una grave responsabilidad que todos tenemos y de la cual deberemos, yo en primer lugar, responder a Dios”.
Palabras ciertamente serias, que llegan como conclusión de un documento denso de referencias doctrinales sobre el significado, el valor y la sacralidad de la Santa Misa. Como por ejemplo la Constitución conciliar Sacrosantum Concilium, de la que muchos sacerdotes han leído probablemente solo el llamado “espíritu [del concilio]”, y no sus textos y documentos, dado que en estos no se encuentra ninguna concesión a las arbitrariedades y abusos a los que hemos asistido en los 50 años siguientes y que – solo por nombrar uno – están incluso todos firmados por monseñor Lefebvre.
El hecho es que frente a un sacrilegio que es tan real como el realizado en Reggio Emilia, el obispo haya sentido la necesidad de alzar la voz para reparar un delito así de grave. Un acto de valor y para ciertos versos profético, que indica cuál es el bien principal que se juega en la misa. Un bien del cual los sacerdotes no pueden disponer arbitrariamente y del cual un día se deberá responder ante Dios.
[Traducción de Dominus Est. Artículo original]
*permitida su reproducción mencionando a dominusestblog.wordpress.com
*Conozca y tenga siempre a la mano, la Instrucción REDEMPTIONIS SACRAMENTUM, de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.
Sobre las cosas que se deben observar o evitar acerca de la Santísima Eucaristía, y cómo presentar Quejas por abusos en materia litúrgica [numerales 183-184], en el siguiente enlace:
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/ccdds/documents/rc_con_ccdds_doc_20040423_redemptionis-sacramentum_sp.html
(https://dominusestblog.wordpress.com/2019/02/13/obispo-explota-contra-las-misas-sacrilegas-y-sacerdotes-creativos/?fbclid=IwAR2KmrlOu7i0WRkZ65V0ow5XdO0YVV0Q_BY_Jk8s3j_luptaQScT6jBGK3s)
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