FUENTE: Fórmula TV
“El Palmar de Troya” es la serie documental que Movistar+, en colaboración con las productoras 100 balas y 93 metros, ha producido para mostrar la historia de la Iglesia Palmariana, desde que las cuatro niñas confesaran haber visto a la Virgen hasta la actualidad. En estas décadas, la secta ha pasado por multitud de polémicas y hasta un circo mediático en torno a la relación de un ex papa y una ex monja. Israel del Santo, director del proyecto, ha explicado en esta entrevista para Fernando S. Palenzuela, del portal Fórmula TV, cómo se gestó el documental, además de introducirnos en la vida dentro de la secta, el sometimiento de esta a los fieles palmarianos y los diferentes puntos de vista que se revelan en los testimonios de entrevistados muy afines a la Iglesia.
- ¿Os habéis encontrado con alguna barrera por parte de la Iglesia Palmariana para llegar a cabo la serie?
- La actitud de la Iglesia Palmariana es la de siempre en estos casos: tienen la táctica de cerrar la puerta y esconder la cabeza bajo tierra como si no existiera el mundo exterior y con nosotros han hecho más o menos lo mismo. Yo estuve con el papa actual, con Pedro II. Simplemente me acerqué a la basílica, llamé a la puerta y sin cámaras ocultas ni micros y sin ocultarles nada, les dije que era de #0, de Movistar, y que estábamos grabando un documental. Pasé una tarde entera con ellos e incluso me permitieron ver el oficio. Es curioso, pero ellos comprendieron que estaba haciendo mi trabajo y creo que, sobre todo, agradecieron que no llevase cámaras ocultas o que no les intentase mentir. Pero su reacción siempre ha sido esa, la de esconderse y esperar que pase el temporal.
- Una vez que se han emitido los episodios, ¿ha habido algún tipo de represalia?
- No, contra nosotros, que yo sepa, no. Estamos en comunicación con los entrevistados y tampoco, para nada. Es que la Iglesia Palmariana prefiere no mirar para afuera, para eso se han hecho un muro de seis metros y hay momentos, como este, en el que tienen que recurrir a él.
- En el cuarto episodio se puede ver cómo toman represalias contra algunos antiguos miembros, ¿verdad?
- Sí, así es, pero eso corresponde quizá a una época más dura. La época de Ginés, que era quizás un Papa más temperamental. En esta época están más flojos de fuerza, aunque siguen ahí, lo que tiene su mérito en el ranking de las sectas, pero no están tan fuertes como hace unos años.
- En el documental, contáis con gente que estuvo muy implicada en el poder, como Ginés. ¿Hasta qué punto ha habido confrontación entre sus opiniones y la de otros implicados?
- Son dos maneras de ver la misma historia bastante diferentes. Tanto los ex palmarianos fieles y ex obispos, como Ginés, el Papa, todos saben quiénes participan en el documental antes de verlo en la televisión. Son conscientes de a qué se sometían. Con respeto y con cuidado. Ginés se va a sorprender con el último capítulo.
- Cuando habla de Clemente, Ginés tiene una opinión similar a la del del resto.
- Está hecho a propósito realmente. La serie es un viaje de unos y otros, de cómo se adentran en una secta. Yo siempre digo que las sectas tienen el cartel de “Bienvenidos, rellenen el formulario”. No te quieres dar cuenta de que estás en una secta cuando llevas allí 14 años. Y los hay que han estado allí 14 años porque fueron acompañando a su madre o los hay porque son el papa. El caso de Ginés es muy curioso y hemos aprendido mucho y también gracias a los psicólogos especialistas en sectas con los que hemos trabajado. Ginés también es, en parte, una víctima de una secta: él se cría allí dentro y pasa 34 años ahí. La realidad subjetiva con la que compara el mundo es la suya, la de El Palmar, con lo cual, su comportamiento como papa forma mucho parte de esto. Es curioso que, en una secta, el propio gurú o el líder también sufre lo que llamamos un “clic”, un momento en el que dices: “Esta no es la única verdad que hay, al otro lado del muro hay más cosas”. Yo creo que lo pudo haber sufrido Clemente y también Ginés.
- En el caso de Ginés parece más comprensible, ¿pero también lo piensas de Clemente?
- Sin duda. Clemente y Manolo no son dos tipos que dicen un día: “Vamos a engañar a todos estos pringados que se van a creer que vemos a la Virgen y nos da mensajes”. Creo que Clemente es el caso típico de un gurú que monta una secta. Todas las sectas tienen unas características comunes y una de ellas es que todas se basan en un suceso paranormal y, en el caso de El Palmar, tenemos a las niñas que dicen ver a la Virgen. Cuando llegan allí, él de repente encuentra en toda esa gente unos seguidores y adoradores que necesita conservar. De hecho, llega un momento en el que mucho antes de crear El Palmar, junta allí a 40.000 personas para ver un supuesto milagro. Eso él necesita conservarlo y, para ello, necesita dinero. Además de dinero, necesita una estructura y captar fieles que vayan todos los días. Esto es una secta estructurada con las mismas características de funcionamiento y de comportamiento. Es ahí cuando a lo mejor pasan 14 años y grita por los pasillos: “¡Quiero dejarlo! ¿Qué hago yo aquí?”. Pero al principio, y esto es muy curioso y yo lo aprendí por el camino, todos los que se acercan a El Palmar de Troya lo viven como un momento feliz. Si ves el primer capítulo, es un momento positivo. Todos llegan allí y están con gente muy parecida a ellos, se sienten arropados, se entienden... Todos o casi todos ven a la Virgen o, por lo menos, creen estar cerca de ella. La propia Nieves Triviño decía que ella jugaba con sus amigos, que estaba bien. También queríamos reflejar eso, por ello en el primer capítulo no se habla de abuso psicológico, pero sí en el tercero.
- ¿Hasta qué punto llega la influencia de la Iglesia como para tener ese nivel de sometimiento de la gente que está dentro?
- La Iglesia Palmariana juega con el tema de la religión. Juegan con lo más íntimo, que son nuestras creencias. Juegan con la falta de libertad, el aislamiento, que es una de las características de cuando las sectas se convierten en algo ya oscuro y terrible. Es un mensaje que recibes poco a poco, no una mañana, de que lo de fuera está mal y aquí estarás a salvo, aquí tú eres el único, el elegido y podrás ver cosas que los demás no. Poco a poco entras en una dinámica en la que tienes que cumplir estas normas, en la que tienes que esforzarte. Existe un sometimiento claro y una ausencia de libertad porque, si no, no perteneces al grupo. Cuando esto se mezcla con lo sexual, ahí ya están tocando lo más íntimo de una persona. Ya no es el hecho de que sea feo tocar nuestras parte sexual, lo que es terrible es controlarla.
- ¿Cuáles son los capítulos que más han gustado?
- Hay mucha gente que le gusta mucho el tercero, que es quizá el más serio. El cuarto es el más humorístico, el más divertido, el más surrealista. Si no sabes nada del Palmar, este capítulo es aún más divertido, porque dices: “¿Qué hace este posando en Interviú?”. Si te soy sincero, el día que me pusieron encima de la mesa el proyecto, yo no sabía nada de El Palmar. Según me lo leía pensaba: “Ni al mejor guionista se le ocurre una historia tan bizarra”. Me enamoré del tema.
- Con toda la represión que caracterizó a Clemente y los abusos que se dieron en su época, ¿por qué crees que esta secta no llegó a ese punto de libertad sexual como sí hay en otras?
- Está claro: esta Iglesia pretende ser una copia, como si lo pides por AliExpress, de la Iglesia católica. Es decir, según la regla de San Benedicto: pobreza, castidad y obediencia. Entonces la gran diferencia es que un monje católico, de cualquier orden, tiene una formación de un mínimo de nueve años en un seminario. Hay una anécdota maravillosa de Clemente y Manolo que van a un seminario a preguntar qué hay que hacer para ser cura y allí les dicen que tienen que hacer una serie de cursos y ellos dijeron que era mucho. Un año y siete meses después, era Papa. Por eso, está el tema sexual en todo eso. Ser cura en los años 70, y ahora debería también, implicaba celibato y ellos intentaban mantenerlo. Pero claro, sin formación, ocurre lo que ocurre. El tema de la homosexualidad dentro de los grandes cargos no sería ningún problema a día de hoy si no existiese lo más grave, que es la coacción psicológica.
- Toda Sevilla sabía que Clemente salía de fiesta por la ciudad, los propios palmarianos vieron el fracaso el 12 de octubre con el milagro de los ojos... ¿Por qué esto no sirvió para arrojar un poco de luz alrededor de ese fanatismo que se creó en torno a esa figura?
- Hay que recurrir de nuevo para explicar esto a otra de las características de una secta: la promesa. Yo te prometo que vas a ver algo que todos los demás no, en este caso un milagro que es que la Virgen va a bajar y me va a devolver la vista. No se produce, pero cuando no se produce y, esto es muy importante, no ha sido culpa mía ni de la Virgen, ha sido culpa tuya porque no te has esforzado ni has rezado lo suficiente, no eres lo suficientemente pío, sois pecadores y por eso no se ha producido el milagro, es culpa tuya.
- La gente que trabaja con él manejando millones de pesetas y viendo su cara fiestera no reaccionaban ante aquello. ¿Por qué?
- Había parte de hipocresía, pues algunos pertenecían a la élite, a la cúpula, y querían conservar una serie de beneficios; y luego había otros que lo llevaban muy mal. Tenemos personajes de los dos tipos. Tenemos a un tipo como Ginés, por ejemplo, que iba a esas fiestas y que termina de Papa; y tenemos a Andrew, que también iba a esas fiestas y acaba yéndose. Yo creo que es una cuestión más personal. Pero como dentro de El Palmar la comunicación es inexistente incluso entre ellos... Andrew no podía hablar con las monjas de El Palmar. Mónica, que es su mujer, no se entera de esto hasta que ve años después una foto del Papa Clemente borracho en la Feria de Sevilla. Y entonces dices: “Si toda Sevilla lo sabía”. Es surrealista. Este año pasado, cuando rodábamos la serie documental, nos pilló la Feria y la mayor parte del equipo somos de Madrid y no teníamos una caseta a la que entrar. Decíamos que éramos de El Palmar de Troya y nos dejaban entrar a casi todas. Continúa la sombra de Clemente en la Feria de Abril.
- Está muy bien mostrada la posición de la mujer en la Iglesia Palmariana, hay muchos testimonios, como lo de Nieves o Mónica, que muestran el cambio a peor.
- Nuevamente entramos en un pensamiento terriblemente arcaico, en el que la mujer por supuesto representa el pecado y lo negativo. Les decían que no se podían lavar más de una vez a la semana porque eso provoca a los hombres. No diré nada más, señor juez. La verdad es que se retratan tan bien ellos solos que hay veces que hacer el documental es muy sencillo. El propio Ginés, cuando dice: “Conocí a Nieves, era una jaquita buena...”. No necesitas ponerle nada más. A Ginés hay que disculparle porque ha pasado 35 años allí dentro y hay que entender eso. Recuerdo que nos contaba que él no sabía lo que era el rock porque nunca lo había escuchado o que iban sus amigos a ver a U2 y él no sabía qué era eso. Tampoco entendía el significado de la palabra “flipar”, no nos entendía.
- ¿Habéis encontrado en los testimonios alguna explicación a los estigmas de Clemente y a toda la leyenda de la pérdida de sangre?
- Sí, el de Luis Molins, que estuvo allí sacando sangre. Es curioso porque teníamos una declaración muy divertida que finalmente no metimos en el documental y en la que contaba que él era irlandés en esa época y era de los primeros irlandeses en El Palmar. Ten en cuenta que hay más adeptos irlandeses que españoles en El Palmar de Troya. Él vio de repente a Clemente cortarse con un cristal en un lateral y lo decía en inglés, pero nadie lo entendía. Es muy bonito vivir cómo nace una leyenda hace muy poquito. Pero claro: ¿quién midió los 16 litros? ¿No estaba exagerado? ¿No estabais en una especie de histeria colectiva? Además, que no fue solo una vez, en otra ocasión creo que le atravesó un rayo, pero no teníamos constancia ni material de ello. Clemente era un grande y tenía unas ideas brillantes. Yo siempre digo que si hubiese nacido en esta época, sería delegado de Google o algo así. Creo que así lo refleja el documental. No defendemos sus actos, pero sí admiramos su cabeza y su capacidad. Siempre hay otros que tienen esas ideas antes, pero él lo que hace es aunar todas las performances de los demás y mejorarlas. Además, era gordito, bajito, con la cara deformada, ciego... parece que no tiene todos los atributos para ser un gran líder, pero para nada, es un líder espectacular, para bien o para mal.
- ¿Cómo conseguía la Iglesia de El Palmar ganar tantos fieles por Europa?
- Es un caso para estudiar. Se dedican al principio a hacer folletos a máquina donde se van transcribiendo los mensajes de Clemente y los van repartiendo por centros de peregrinación y de apariciones marianas. Así se expanden por todo el mundo.
- Se considera a Manuel Alonso el cerebro tras Clemente de la Iglesia Palmariana, ¿llegaba a ser de verdad el que movía los hilos?
- No lo sé, como siempre en las historias hay varias versiones. Nosotros hemos intentado ser bastante respetuosos con el tema de las versiones y siempre hemos dejado que haya dos o tres. Aunque es verdad que, en un caso este de El Palmar de Troya, el espectador se queda con una y es fácil además. Pero es otro perfil muy distinto. Son buenos amigos, se conocen desde hace muchos años y él no tiene por ejemplo estigmas ni visiones. No es el carismático del grupo, pero quizá sí que es el más ordenado, el que prefiere hacer cuentas antes de irse a evangelizar el Polo Norte. Además, sabemos que él convierte a un ciego lisiado en el mártir de una nueva Iglesia. Tiene mérito también.
- ¿Qué opinión te merece el papado de Manuel Alonso?
- De pura transición, duró muy poco. Los últimos años los pasó luchando contra un cáncer y él se centró más en eso que en otra cosa. Lo que ocurre con Manuel Alonso es que se cierran las puertas con llave. Con Clemente venían con una atracción que sentía la gente con él y cuando él ya no está, Manuel Alonso se centra en cerrar las puertas. Estaba más preocupado por las bajas que por los ingresos. No le va mal, ya que cuando cierran la Iglesia durante unos años, son pocos los adeptos que pierden.
- Se formó un circo mediático con la historia de Ginés y Nieves. Viendo las imágenes de los programas, da la impresión de que se reían de ellos
- Nosotros hemos intentado hacer una crítica con todas esas imágenes mezcladas de las televisiones y dándole una solemnidad excesiva para lo que se está viendo y espero haberlo conseguido. Es verdad que muchas veces en España se ha frivolizado sobre temas muy serios, sin escarbar un poco más. Casi todo lo que salió en la tele durante ese tiempo iba encaminado a mostrar a la pareja que se iba a casar o que iban de viaje a Nueva York y lo pintaba como divertido. Pero no era divertido, allí dentro había gente encerrada y no hacía ninguna gracia. Es verdad que es gracioso, bizarro, surrealista y que es España y nos partimos de risa con todo, pero puedes contar las dos cosas y no sólo quedarte con las risas. Nosotros nos lo hemos tomado en serio para poder contar las dos cosas y hacer una crítica a esa forma de tratar la información.
- Ese capítulo también narra la parte más oscura del poder que acumuló Ginés.
- Sin duda. Uno de los especialistas en sectas nos contaba una cosa muy interesante y es que tú idolatras al gurú. Cuando nosotros comenzamos a trabajar en el documental, él estaba en la cárcel y yo pensaba: “Joder, voy a tener la suerte de conocer a este señor”. Me imagino cómo lo hará un fiel o un adepto de la Iglesia Palmariana. Cuando te sientas frente a él, te das cuenta de que es un señor de carne y hueso. No tiene nada especial, es bastante común y tiene perlas maravillosas. Él mismo se mete en unos fregados... El voto de castidad, el voto de obediencia y el voto de pobreza los tenía trastocados. Nosotros buscamos a un tipo así de personaje. Los medios están diseñados para traer a esta gente. Me gustaría contarte una cosa: todos los participantes en el documental, que han visto los tres primeros capítulos, nos han escritos muy emocionados y muy contentos. Para algunos ha sido una catarsis poder sentarse a contarlo y que estuvieran unos señores allí escuchándolos con interés y con cariño. Por otro lado, tienen la sensación de que ha salido a la luz todo lo que había dentro de El Palmar sin ser una cámara oculta de un periodista infiltrado, sino contado por ellos mismos. Eso es gratificante.
- En el cuarto capítulo, aparece gente muy joven que ha nacido dentro del El Palmar. Me llamó mucho la atención la historia del chico que termina rompiéndose al recordar a su familia.
- Es que no es solamente estar dentro de El Palmar y las normas y lo duro que es estar allí, sino que también es el aislamiento. Consiste en que si tú sales de El Palmar, no puedes volver a hablar con nadie que sea palmariano y eso suele implicar a toda tu familia, incluidos tus padres, hermanos o hijos. Para que veas hasta qué punto se les tiene agarrados y, además, con la creencia de que van a arder en el infierno, que es el mensaje más recurrente que tienen. Salen destrozados anímicamente. Miguel Perlado, nuestro psicólogo clínico, considera a la Iglesia Palmariana como una de las sectas más dañinas de España y una de las más dañinas del mundo por cómo sale la gente de allí. Queríamos quitar de una vez por todas esa imagen de la Feria de Sevilla, que también es El Palmar de Troya, pero no es solo eso.
- Se ve representado esto con mucha crudeza en Mónica, cuando va a ver a su madre en el hospital.
- Sí, las dos disimulando haciendo como que no se conocen, es precioso. Aun así, Mónica estaba asustadísima con el documental y sólo nos permitió usar esas imágenes y su madre aparecía pixelada.
- ¿Por qué, pese al miedo que tienen, han querido participar en esta serie?
- Nosotros no hemos obligado a nadie a hablar, esto es importante. No nos han cerrado las puertas de El Palmar. Estuvimos en la basílica y en el pueblo sin grabar, simplemente conociendo a la gente, con gente que nos ha abierto lugares donde tenían miles de cintas con mensajes de los videntes. Entre ellos, una estantería llena con cintas de Clemente. Aparece su voz en los medios, que creo que solo había aparecido una vez en TVE en los años 80. Al final la gente se comprometía con los estábamos haciendo y nos mandaban fotos, querían salir. Para ver El Palmar por dentro, no nos hizo falta recurrir a las cámaras ocultas, porque los propios implicados nos daban sus vídeos, en los que aparecían haciendo la comunión o vídeos de cómo se hacía Mónica monja. Son vídeos muy personales de todos ellos y es la parte quizá más maravillosa del archivo que hemos utilizado. No era únicamente ver la basílica por dentro, sino que también era ver cómo Mónica tomaba los hábitos.
- En la serie hay relatos muy duros sobre muertes, como la del sacerdote al que dejaron morir en su habitación porque “así lo quería Dios”. ¿No ha habido ningún tipo de represalias ni delito por acciones como esta hacia la propia Iglesia?
- Esa es una de las grandes preguntas: ¿por qué las autoridades no han puesto los ojos sobre El Palmar de Troya? Nos fijamos en lo sencillo: si mi hermana está ahí dentro, ¿por qué no puedo sacarla? Porque nuestras leyes todavía tienen algunas lagunas en cuanto a la coacción psicológica, que era lo que más me preocupaba a mí relatar. No son crímenes catalogados claramente. Tal y como funciona hoy en día la ley, la Guardia Civil te puede preguntar si estás en la Iglesia Palmariana libremente, pero si la persona responde que sí, no pueden hacer nada. Te da mucho miedo salir, como se ve en el relato de Xavi, que te explica que si no sabe qué es U2, cómo se va a plantear pedir una hipoteca o hacer un currículum. Todos los que han participado en el documental tomaron antes una decisión muy valiente que no sé si todos nos hubiéramos atrevido a tomar. Si todo lo que conocemos descubrimos que es mentira, no sé si querríamos salir. Ahí es donde entiendes que esto le puede pasar a cualquiera. Si cerrasen Twitter e Instagram, a muchos podría pasarle lo mismo al descubrir que la realidad está allí fuera.
- ¿Cuál era la respuesta de la Iglesia católica a todos estos preceptos y excomuniones de El Palmar?
- Ha ido por épocas. Nosotros la respuesta de la Iglesia católica la hemos tratado de mostrar a través de Luis Santamaría, que es un teólogo católico y especialista en sectas, con lo cual era una voz más que autorizada. Hablaba casi en nombre de la Iglesia, es un señor muy reputado. En los inicios, la Iglesia católica hizo lo que siempre hace ante este tipo de apariciones marianas: estudiarlos, aclarar como aparece en el primer capítulo que no tuvo lugar ningún suceso paranormal y abandonarlo. Con Franco, hasta el año 1975, la Iglesia católica tiene un problema, porque los palmarianos son grandes seguidores de Franco y del Régimen. Pero Franco no puede decir que es favorable a la Iglesia Palmariana, porque eso sería ir en contra de la católica, su verdadero aliado. Unos hacen manifestaciones de “qué bien Franco”, pero Franco no dice nada. Simplemente piensas que después de Franco llegan a España unos tiempos muy distintos y que la Iglesia Palmariana morirá, pero no. La Iglesia Palmariana tiene una gran capacidad de regeneración y de aguante increíble y vuelven a salir diciendo que son la verdadera Iglesia. Clemente se considera el verdadero Papa y considera que no le aceptaban en Roma porque el Vaticano de la Iglesia católica estaba lleno de masones y comunistas y por eso crea un Vaticano en un pueblo de Sevilla. Ellos consideran que son la auténtica Iglesia y que la otra está corrupta y prohibida. La Iglesia católica obviamente desacredita a la Palmariana y la considera una secta. Básicamente, la diferencia entre una orden religiosa y una secta es que en una se produce la ausencia de libertad.
- No hay tanto conocimiento popular sobre la Iglesia Palmariana, sobre todo en las nuevas generaciones. ¿Consideras que está en decadencia con el nuevo Papa?
- Yo lo pensaba, porque después de lo de Ginés... pero no lo sé. Nuevamente aparecieron los Cohen para escribir la historia de la Iglesia Palmariana, porque si no, no me lo explico y termina Ginés asaltando la basílica con un cuchillo con la ayuda de su novia. Cuando fui allí, a las cuatro de la tarde vi cómo sonaban las campanas y durante seis horas se realizaban los oficios. Estaba toda la Iglesia llena, con niños, mujeres, cada uno sentado en su parte de la iglesia y todos rezando con devoción. Y sin saber lo que pasa fuera. Cuando apareció uno de nuestros drones, se asustaron. Es espectacular, pero consiguen aguantar. Si han aguantado cinco décadas, no descarto que aguanten otras cinco. La comparación con la secta de Osho es muy recurrente y la serie 'Wild Wild Country'. Lógicamente nos hemos inspirado en esta serie, no es ningún secreto, pero se producen para mí dos diferencias claras. Una es que la de 'Wild Wild Country' pasa en Estados Unidos, si pasase a 30 kilómetros de Sevilla, te sale El Palmar de Troya, seguro. La otra es que 'Wild Wild Country' duró lo que tiene que durar y El Palmar de Troya sigue.
- Hay muchas declaraciones de cuando muere Clemente, porque él decía que con él se acabaría todo
- Sí. Hemos intentado reflejar todo eso. Es increíble. Me parece tan surrealista.
- ¿Crees que el documental puede ayudar a derribar la secta?
- No lo sé, pero a que nos fijemos en ella sí. Y a que la miremos con otros ojos, también. Es una secta que nos ha hecho reír mucho durante cinco décadas, pero que con un poquito de suerte, a partir de ahora no nos hace reír tanto. Por lo menos, si conseguimos eso, habremos hecho una labor importante. A poco que se esfuercen un poco los adeptos españoles y extranjeros por ver el documental, a lo mejor tienen otros puntos de vista y cualquiera de esos perfiles se puede ver reflejado. No descarto que puedan salir diez o doce más y haya otro 'El Palmar de Troya' como serie documental.
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