Ahora que está tan de moda denostar a los españoles, seres malignos, asesinos, violadores y feroces, conviene recordar que hay otras formas de hacer las cosas. Por ejemplo como hicieron los ingleses en Tasmania...
En febrero del año 1830, el gobierno colonial de Tasmania ofreció una recompensa de 5 libras esterlinas por adulto aborigen capturado y 2 libras por niño. Durante el mismo año el Gobernador George Arthur pidió a cada colono varón sano, preso o libre, para formar una cadena humana, más tarde conocida como la Línea Negra, para realizar un barrido de la zona. Al igual que en la caza, más de 1000 soldados y civiles armados recorrieron la isla desplazándose al sur y al este durante varias semanas, en un intento de acorralar a los aborígenes en la península de Tasman cerrándolos en el istmo de Eaglehawk Neck, que conecta la península de Tasmania a la del resto de la isla.
En el año 1835 la población aborigen se había reducido a menos de 150 indígenas, y en 1847 quedaban 47. La última mujer de pura sangre tribal de origen Palawa de la comunidad de Oyster Cove, llamada Trugernanner (a menudo traducido como Truganini, que es la que he puesto en la foto), murió en el año 1876 en Hobart. Ignorando su condición de persona y dignidad, se la miró sólo como una curiosidad científica, su cuerpo fue exhumado y su esqueleto dado al Royal Society Museum en Hobart que lo tendría en propiedad durante los próximos 98 años, incluso fue expuesta al público en una vitrina hasta 1947.
Finalmente, en el 2002, un poco de su cabello y piel fueron encontrados en la colección del Real Colegio de Cirujanos de Inglaterra y devueltos a Tasmania para su entierro.
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