Por Carlos Esteban | 09 octubre, 2019
Una valiente periodista supo sacar de sus casillas al cardenal Barreto preguntándole por las tribus amazónicas que aún practican el infanticidio, y aunque el prelado negó con evidente irritación, una relatora de la ONU confirmó la terrible práctica.
El relato oficial del sínodo, siempre cogido con alfileres, no parece resistir el menor contacto con la realidad. El otro día era un obispo misionero echando por tierra sin darse apenas cuenta la cuidadosa versión pergeñada por los sicofantes de la renovación al reconocer que las figuras indígenas del extraño rito en los jardines vaticanos que estos se empeñaron en reconocer como una Visitación -que ya hay que echarle imaginación- eran en realidad ídolos que representaban “la fertilidad, la mujer, la vida”, exactamente lo que parecían.
Y ayer cayó otro trozo del techo de esta idílica catedral de falsedades que es el Instrumentum laboris gracias a la pregunta de una periodista al cardenal Pedro Ricardo Barreto Jimeno, arzobispo peruano de Huancayo y vicepresidente de la red eclesiástica panamazónica. En el cuadro que pinta el documento de trabajo del sínodo, ese “documento mártir”, como lo ha denominado Su Santidad, los indios amazónicos vendrían a ser los últimos depositarios de una espiritualidad en comunión con la naturaleza, receptores de una revelación natural, y como tales, modelos de los que hay que aprender y cuyas culturas deben respetarse escrupulosamente, a diferencia de Occidente. Y Barreto estaba, de hecho, subrayando el exquisito cuidado que ha mostrado la Iglesia para no perturbar este utópico equilibrio, citando a San Francisco de Asís, cuando una periodista vino a arruinar el efecto.
La periodista preguntó a Barreto cómo se explica que el Sínodo presente a los indígenas como “personas puras e inocentes” -algo, por lo demás, radicalmente ignorante de uno de los dogmas más básicos del cristianismo, el Pecado Original-, cuando una veintena de tribus sigue hoy practicando el infanticidio.
Lo hemos explicado en estas mismas páginas, de fuentes conocedoras de la realidad de primera mano: en diversas tribus de la selva amazónica, cuando nace un niño con algún defecto, o son gemelos y solo puede quedar uno, o simplemente la madre juzga que no es el momento, esta mata al niño y, en algunas ocasiones, lo devora la familia.
Barreto se ha indignado con la pregunta y ha pedido a la periodista pruebas. Lamentable que un arzobispo de la zona desconozca los datos al alcance de cualquier antropólogo, o que intente, sin más, echar balones fuera. Lástima que, a continuación una relatora de la ONU en el estrado, Victoria Lucia Tauli-Corpuz.
Tauli-Corpuz ha reconocido que las Naciones Unidas son conocedoras de estas prácticas “contrarias a las normas internaciones de derechos humanos” y que los propios indígenas han reconocido que deben cambiar algunas de sus tradiciones ancestrales, esas mismas que les conectan tan bien a la tierra y de las que debemos aprender los católicos. Ha añadido la relatora: “Los pueblos indígenas tienen el deber de hacer su cultura coherente con los estándares internacionales de derechos humanos.
por Carlos Esteban.
(https://infovaticana.com/2019/10/09/relatora-de-la-onu-desmiente-a-barreto-si-se-practica-el-infanticidio-en-tribus-amazonicas/?fbclid=IwAR1_QT4qnjJfjyfAZj-aBSOWh59-9RYddjc2JRPIACPgjay8E9RPldjLnzk)
No hay comentarios:
Publicar un comentario