Por Carlos Esteban | 30 octubre, 2019
La agencia pastoral de Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Missio, publicó el pasado abril una oración a la Pachamama que se está recitando en algunas parroquias de Italia, con el consiguiente escándalo de algunos fieles.
Las hojas ya han aparecido en algunos medios online, distribuidas en algunas iglesias de Verona para que se recitara en misa, una oración a una deidad pagana incaica incluida en un texto dedicado a la preparación del recién clausurado sínodo amazónico.
La oración reza (nunca mejor dicho) así:
Pachamama de estos lugares
Bebe, come y bebe a gusto esta ofrenda
Para que sea buena esta tierra
Pachamama buena madre
¡Se propicia! ¡Se propicia!
Haz que brote bien la semilla
Que no le suceda nada malo,
Que no le tome la helada,
Que produzca buena cosecha
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A ti que te pedimos.
Dánoslo todo
¡Se propicia! ¡Se propicia!
¿Qué pretenden los obispos italianos permitiendo que se rece en las iglesias, durante la Santa Misa, una oración a una diosa pagana? Que este sínodo pasará a la historia como ‘el sínodo de la pachamama’ tiene cada día más visos de ser cierto. Después de todo, su título oficial se ha revelado como una tapadera o excusa, respondiendo más a una Amazonía inventada, imaginada, ideal; un paraíso Disney que incontables voces de la zona se han encargado de desmontar.
La Pachamama, en cambio, ha sido una presencia continua. La vimos en los jardines vaticanos durante aquella alarmante ceremonia indígena en presencia del Papa, cardenales y obispos, con postración incluida.
En el momento se quiso quitar hierro al escándalo de permitir un rito pagano de adoración, con ídolos incluidos, pretendiendo que se trataba de representaciones ‘inculturadas’ de la Virgen María, y los ‘sospechosos habituales’ en redes empezaron a hablar de una recreación de la Visitación y de Nuestra Señora de la Amazonía, una advocación rápidamente creada para la ocasión.
Luego uno de los propios difusores de esta extravagante interpretación, Austen Ivereigh, autor de la única biografía autorizada del Papa Francisco, se encargó de disipar el engaño que él mismo había difundido preguntando en una de las ruedas de prensa del sínodo por la naturaleza de la talla. El prelado que le respondió no supo aclararlo, dijo que suponía que representaba la tierra, la fertilidad, la vida, pero negó categóricamente que se tratara de la Virgen.
Hasta que, finalmente, correspondió al propio Francisco, hablando de la recuperación de las tallas después de su rocambolesco descenso al Tíber, definirlas como tantos sospechaban, como la Pachamama, pese al torpe intento de desmentido balbuceante del portavoz, Matteo Bruni.
Y esta pachamama ha figurado prominentemente después de su ‘debut’ en los jardines en la festividad de San Francisco de Asís. La llevaron en andas, al nivel de la cruz, dentro de una canoa en el más extraño viacrucis que ha debido verse nunca en las calles de Roma, y se ha conservado, con todos sus accesorios, en Santa María en Transpontina, la iglesia romana a cargo del cardenal Marc Ouellet, donde ha sido objeto de exóticos ritos, en alguna ocasión dirigidos por una sacerdotisa lesbiana anglicana. Después de la supuesta recuperación de las tallas, el templo reordenó los bancos de manera que rodearan a los ídolos en una disposición que recordaba a cualquier cosa salvo al culto católico.
por Carlos Esteban.
(https://infovaticana.com/2019/10/30/la-agencia-pastoral-del-episcopado-italiano-publica-una-oracion-a-la-pachamama/?fbclid=IwAR0SZ2mDsmqhXGCUOpY5kN8Ll2SoI6t2sgjNMR9-5L-dv-F_ARij26OPdIE)
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