La ausencia de jurisprudencia puede dificultar el encauzamiento de grupos considerados de corte sectario y de control de la personalidad, como podría ser el caso, según han denunciado familiares, de los seguidores de Miguel Rosendo da Silva (fundador de la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel), que se mantiene activo bajo la denominación "La Voz de Serviam". Así lo ha advertido Miguel Perlado, psicólogo y especialista en el estudio del sectarismo y la manipulación psicológica.
Según informaba Europa Press recientemente, este experto ha apuntado que los procesos judiciales contra este tipo de grupos pueden tener un "resultado relativo". Así, ha recordado que el Código Penal contempla, dentro de las denominadas asociaciones ilícitas, aquellas que "aun teniendo por objeto un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o control de la personalidad para su consecución".
No obstante, ha señalado que, hasta el día de hoy, ese artículo "nunca se ha aplicado en caso de sectas" y que, de hecho, el concepto de 'secta' no tiene carácter jurídico ni es un tipo penal. "A pesar de que es un epígrafe perfectamente aplicable a este tipo de grupos, que suelen ampararse en la libertad de creencia o en el vacío legal", ha añadido.
Por ello, ha indicado que el resultado del proceso abierto por un juzgado de Tui (Pontevedra), que ha imputado por asociación ilícita a Rosendo, a una de sus colaboradoras y a otros dos ex adeptos, dependerá de una "ardua tarea de evaluación de las pruebas y de peritación" para demostrar que, efectivamente, se ejerció ese control y manipulación de la personalidad.
Control de la personalidad
Perlado ha recordado que, al margen de consideraciones etimológicas y doctrinales, lo que desde hace décadas se entiende por secta es "todo aquel grupo o movimiento que tiende a exigir una devoción o dedicación hacia una persona, una idea o un objeto" y que, entre los medios que emplea para atraer y retener a las personas, "hay claros mecanismos de control de la personalidad o de manipulación psicológica".
Es una estructura, sostiene este experto, en la que aparece la figura de un "gurú carismático" al que su grupo de seguidores deben "someterse y obedecer ciegamente", a costa de "abandonar su identidad previa". Según estos criterios, y "por lo que señalan las familias" de los seguidores de Miguel Rosendo, Orden y Mandato (ahora 'La Voz de Serviam') sigue "una dinámica clara de control de la personalidad".
Miguel Perlado ha explicado que todos los grupos sectarios buscan estar registrados como ONG, asociaciones culturales, terapéuticas, o grupos insertados en otras estructuras, como la eclesial. Ello permite que "legitimen su discurso, minimicen la percepción del riesgo y se revistan de una pátina de credibilidad", aunque internamente "suelen criticar a las instituciones a las que se han vinculado".
En el caso de las sectas de corte religioso, en las que los familiares de los adeptos encuadran a los "miguelianos", "tienen un plus" al estar enmarcadas en la estructura de la Iglesia, según este psicólogo, porque "acceden a más ámbitos de poder e influencia".
Además, "se aprovechan de que, si hay denuncias públicas, a la Iglesia no le interesa dar publicidad al asunto, porque es un problema muy incómodo de manejar". A este respecto, Perlado ha subrayado que "lo deseable" y la "postura valiente" sería que la propia jerarquía eclesiástica reconociese la existencia de esos grupos, como sí se hizo en Francia, para "atender" a las personas afectadas y solucionar esa disfunción.
En lo referente a las víctimas, según ha explicado Miguel Perlado, no existe un perfil único definido de las personas que son captadas en las sectas, aunque la experiencia clínica ha demostrado que "son más susceptibles de caer en ese engranaje las personas que pasan por un momento de vulnerabilidad, normalmente por una crisis emocional o vital".
(artículo extraído de: https://www.facebook.com/infories)
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