"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

viernes, 9 de enero de 2015

Nueva muestra de neo-paganismo: masiva concurrencia al ídolo pagano "Gauchito Gil"

Los fieles llegaron ayer a Mercedes, Corrientes, para prender una vela, dejar una ofrenda o rezar.

Una vez más, miles de "devotos" del ídolo neo-pagano conocido como "Gauchito Gil", concurrieron a dar muestra pública de su religiosidad desviada, al concurrir al "santuario" del ídolo, ubicado en la ciudad de Mercedes, en la provincia de Corrientes.
Más allá de que, como cristianos, debemos rezar por las almas de los difuntos -y por eso debemos rezar por el eterno descanso de Antonio Gil, en cuanto cristiano difunto-, lo que no se puede hacer, en cuanto católicos, es el de ofrecer tributo público de veneración a alguien a quien la Santa Iglesia Católica no reconoce como "santo", es decir, como partícipe de la vida divina en la eternidad y por lo tanto partícipe de la gloria del Ser trinitario. 
Quien esto hace, siendo católico, se aparta de la fe católica pura y la mancilla, porque contamina su fe en Jesucristo, Hombre-Dios, con la fe en ídolos neo-paganos, es decir, comete el pecado de superstición.
La Iglesia, al constatar la enorme cantidad de "fieles" del Gauchito Gil -entre los cuales se encuentran decenas de miles de católicos-, y para combatir la superstición, ha intentado rescatar el signo de la cruz, que acompaña al Gauchito, para tratar de catequizar, en la fe en Jesucristo, Hombre-Dios, a toda esa inmensa masa de "promesantes", que desvían -voluntaria o involuntariamente- la dirección de su acto de fe, que debe estar dirigido sólo a Dios y a sus legítimos intercesores, la Madre de Dios, los ángeles y los santos. Ofrecemos este artículo renovando nuestra advertencia a los católicos, para que se abstengan de dirigir cualquier tipo de oración, pública o privada, al "Gauchito Gil", porque de hacerlo cometen, como dijimos, el pecado de superstición.
Ofrecemos también el artículo del diario "Clarín", en su edición digital (http://www.clarin.com/sociedad/gauchito-fieles-fe-peregrinos-corrientes_0_1282071865.html), aunque advertimos que el artículo es confuso y peligroso para la fe, puesto que no advierte acerca de los peligros que, para la fe, presenta la veneración -en este caso, idolatría- de ídolos neo-paganos como e Gauchito Gil, y esa confusión y peligrosidad se dan ya en el título mismo del artículo, calificando como "Fiesta de fe" (¡¡??) a la práctica supersticiosa y neo-pagana -lo cual es, paradójicamente, algo contrario a la fe verdadera.
El artículo, que debe ser leído con reservas, y según lo establecido más arriba, es el siguiente:

Más de 250 mil personas, desafiando un calor de a ratos sofocante y lluvias torrenciales, dieron nuevamente ayer muestras de su devoción por el Gauchito Gil en el santuario que al costado de la Ruta provincial 123 se levanta a unos siete kilómetros de la ciudad de Mercedes, en el centro de la provincia de Corrientes. Tanto hacia el norte como al sur, la caravana de vehículos alcanzó unos 20 kilómetros de extensión, en una espera de hasta 4 horas de cola hasta llegar al altar donde es venerada la imagen popular.

Las escenas de fe y cumplimientos de promesas se repitieron a lo largo de toda la provincia en los cientos de lugares donde las tradicionales banderas rojas marcan el lugar de culto y veneración a quien en vida fuera el gaucho Antonio Mamerto Gil, de quien se tienen más leyendas que certezas, pero al que todos agradecen supuestos milagros y favores recibidos.

Como cada 8 de enero, el día arranco en todo Corrientes con una prolongada salva de bombas y fuegos artificiales encendidos por sus devotos. La celebración central –misas incluidas pese a que es un santo no comprendido, pero si aceptado dentro de la liturgia católica– se realizó en Mercedes, tanto en la ciudad donde se hace la vigilia de la Cruz Peregrina de las Catacumbas del Gauchito Gil, como en el santuario ubicado a siete kilómetros de la ciudad donde los devotos hacen colas de hasta siete horas para llegar hasta la imagen del santo para prender una vela, dejar una ofrenda o solo tocarlo y rezar agradeciendo.

Las lluvias que vienen castigando con dureza a Corrientes y que seguirán hasta el próximo domingo según los pronósticos del tiempo, no dieron tregua más que de a ratos.

Las fuerzas de seguridad asignadas a la cobertura del lugar aseguran que en las últimas 24 horas fueron alrededor de 250 mil los peregrinos que llegaron, a los que habría que sumarles los que arribaron antes del 8 de enero y los que llegaran en los próximos días para evitar la gran multitud.

La ruta 123, vía clave de comunicación con el sur para Corrientes, se vio absolutamente congestionada en la zona del santuario, al extremo que atravesar esos siete kilómetros hasta la entrada a la ciudad de Mercedes llevo hasta una hora y media.

La celebración tuvo su momento cumbre en la mañana de ayer, con la procesión desde el centro de Mercedes hasta el santuario, acto durante el cual se vieron muestras de fe y devoción y detalles de la más pura tradición correntina en el recordatorio a este gaucho considerado milagroso.

Se estima que el Gauchito Gil nació en Pay Ubre, muy cerca de donde está el santuario, en 1840 y que fue asesinado en la misma zona el 8 de enero de 1878 acusado de ser desertor de las filas del ejército autonomista de Corrientes. Antes de su ejecución, Gil le anticipó a su verdugo la enfermedad que padecería uno de sus hijos, pero le ordenó que invocara su nombre ante Dios para poder curarlo y eso sucedió. Hecho el “milagro”, comenzó el culto al Gauchito Gil.

Las notas grises y tristes de la celebración, que incluye bailantas hasta el amanecer, la dieron la muerte de una mujer que llegó desde la provincia de Buenos Aires fue víctima de un infarto mientras hacia la cola para llegar al santuario y dos heridos de arma blanca producto de peleas. Además detuvieron a tres personas que tenían pedido de captura y que fueron detectados entre los devotos. También habían llegado al santuario a rendir tributo al gaucho milagrero.

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