"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

viernes, 22 de mayo de 2020

Los Estados Unidos españoles: el legado de España en Norteamérica


“Si no hubiera existido España hace cuatrocientos años, no existirían hoy los Estados Unidos…Porque creo que todo joven sajón-americano ama la justicia y admira el heroísmo tanto como yo, me he decidido a escribir este libro. La razón de que no hayamos hecho justicia a los exploradores españoles es sencillamente porque hemos sido mal informados. Su historia no tiene paralelo…
Amamos la valentía, y la exploración de las Américas por los españoles fue la más grande, la más larga y la más maravillosa serie de proezas que registra la Historia…”
Entre los siglos XVI y XIX esto es, durante más de 300 años la corona española gobernaba en casi todo el continente americano. Y pese a lo prolongado de ese dominio, la presencia española en los actuales Estados Unidos y Canadá ha caído en un extraño –no por ello menos lamentable- olvido. Un olvido especialmente notable entre los propios españoles, que desconocen la inmensa huella de nuestros antepasados en aquellas tierras.
Y es que en su momento de máxima expansión, entre finales del s. XVIII y comienzos del s. XIX,  los territorios españoles comprendían casi dos tercios del actual Estados Unidos. Los actuales estados norteamericanos de California, Nevada, Colorado, Utah, Nuevo México, Arizona, Texas, Oregón, Washington, Idaho, Montana, Wyoming, Kansas, Oklahoma, Luisiana, Florida, Alabama, Misisipi y Alaska eran posesiones españolas que formaban parte del Virreinato de Nueva España.
Lo mismo ocurría con la parte suroeste de Columbia Británica, dentro del actual Canadá. En Alaska, la ocupación se limitaría a algunas factorías comerciales que, posteriormente, serían abandonadas.
Están escritos en español los primeros informes que se conocen sobre la geografía, los aborígenes de Estados Unidos y sus respectivas lenguas. La primera partida de nacimiento registrada en el país fue la de un español. Manos españolas fundaron la primera ciudad: San Agustín en Florida, en 1565.
El primer occidental que pisó el territorio de los Estados Unidos y permaneció en él fue Ponce de León, a partir del 2 de abril de 1513. El primer libro redactado dentro de los confines del país se debió al hermano Báez, jesuita de las misiones de Georgia en 1569, y España también llevó a Norteamérica la primera representación teatral.

Un mapa que lo cuenta todo

El usuario de Wikimedia Commons Nagihuin publicó el pasado 2 de agosto esta  detalladísima cartografía que cubre tres siglos de exploración y conquista españolas. El mapa ilustra las inmensas rutas comerciales, expediciones militares y trazados marítimos que el Imperio Español emprendió a lo largo y ancho de América del Norte.
Desde el vivero político y civilizatorio de Ciudad de México hasta los rincones remotos de Alaska y el Yukón. Un compendio de actividad colonial que ayuda a comprender por qué América del Norte es como es a día de hoy. Por su grado de precisión, información y detalle recomendamos evidentemente que se analice detenidamente –y con tiempo- el enlace a este mapa

Los pioneros españoles que exploraron Norteamérica

En 1513 Juan Ponce de León había descubierto para Europa la península de Florida –en el día de la Pascua Florida- y con ello, el actual territorio de Estados Unidos. Viajó por todo el litoral atlántico de esta península. La colonización española de EEUU, echaba por tanto a andar.
Exploradores españoles en Estados Unidos
Exploradores españoles en Estados Unidos. Fuente
En 1519 Alonso Álvarez de Pineda navegó la costa occidental de Florida y toda la costa sur del actual Estados Unidos, incluidas la de Tejas, a lo largo del golfo de México. Durante el siglo XVI navegantes españoles subieron por la costa este, atravesando el litoral de Georgia hasta la actual Carolina del Sur.
Los jesuitas establecieron cuatro misiones en el interior de Carolina del Norte (cerca del actual Greensboro), no lejos del límite con Virginia, a poco más de 500 kilómetros del actual Washington DC.
El Gran Cañón del Colorado lo descubrió en 1540 el español García López de Cárdenas y Figueroa, lugarteniente de la expedición de Vázquez de Coronado.
San Francisco fue establecido por franciscanos predominantemente, españoles– al crear la misión San Francisco de Asís en 1776, año en el que las 13 colonias de la Costa Este declaraban su independencia de Gran Bretaña y desconocían todo lo que ocurriera más allá de los Grandes Lagos.
Augusto Ferrer-Dalmau. Descubrimiento del Gran Cañón del Colorado
Álvar Núñez Cabeza de Vaca  fue uno de los cuatro supervivientes de la expedición de 600 hombres y cinco barcos que Pánfilo de Narváez lideró en 1527.  Aquella expedición, en la que Cabeza de Vaca fue alguacil mayor y tesorero, lo convirtió no sólo en náufrago, también en rehén de varias tribus indígenas.
Comenzó ahí el calvario de su extravío, sobreviviendo por junglas y manglares durante nueve años, caminando más de 8.000 kilómetros a pie por Florida, Texas, Nuevo México, Arizona y California. En 1536 los cuatro fueron hallados por españoles y llevados a Ciudad de México, donde todos se maravillaron de su hazaña.
Trasladado a España, el emperador Carlos lo nombró capitán general y gobernador del Río de la Plata y del Paraguay.​ Fue el primer europeo en llegar a las cataratas del Iguazú y que explorara el curso del río Paraguay.
Expedición de Álvar Núñez Cabeza de Vaca, durante su primer viaje a América. Fuente.
Hernando de Soto fue el primer europeo en vislumbrar en 1541 el río Misisipi, el cual cruzó continuando su recorrido hacia el oeste donde recorrió asimismo la actual Arkansas, Oklahoma, y Texas.
Finalmente murió en el mismo Misisipi. Puesto que de Soto era considerado inmortal entre los nativos su cuerpo fue ocultado en mantas lastradas con arena por sus hombres. Después lo hundieron en medio de este río, donde reposan sus restos.
Cuadro de William H. Powell que recrea el encuentro de Hernando de Soto con una tribu india a orillas del Misisipi.  El pintor, llevado por su imaginación, se tomó la libertad de incluir a un sarraceno en el lienzo.
En 1565 España estableció el primer asentamiento europeo permanente en el territorio de Estados Unidos y Canadá, al norte de la actual Florida. La ciudad de San Agustín  –primera ciudad de Estados Unidos fundada por europeos- se encuentra en la costa atlántica y fue fundada por Pedro Menéndez de Avilés.
Sin embargo, la primera y más organizada conquista del Oeste americano corrió a cargo del adelantado Juan de Oñate, considerado como el último de los grandes conquistadores y cuya extraordinaria aventura tuvo lugar ya finalizando el siglo XVI. Exploró y conquistó para España los inmensos territorios de Nuevo México, Arizona y Texas.
El primer descubrimiento europeo registrado de la bahía de San Francisco fue el 4 de noviembre de 1769. Ocurrió cuando el explorador leridano Gaspar de Portolá, incapaz de encontrar el puerto de Monterrey (California), continuó hacia el norte hasta cerca de lo que es en la actualidad Pacífica. Escaso de agua y comida, Portolá con una expedición de 63 hombres y 200 caballos dejó la costa para viajar tierra adentro, alcanzando la cumbre de 370 m del Sweeney Ridge, desde donde vió la bahía de San Francisco.

Dos misioneros en Sonora y California

Dos geografías muy distintas fueron el escenario de dos hombres de Dios también muy diferentes, ambos comprometidos con una misma empresa, la misión: el padre Eusebio Francisco Kino (1644-1711) en el desierto de Sonora; y Fray Junípero Serra (1713-1784) en la costa de California. Un jesuita de origen alemán y un franciscano nacido en la española isla de Mallorca.
Kino, conocido como el “Padre a caballo”, recorrió incansablemente los caminos del noroeste de la Nueva España. Como un verdadero hombre de la frontera, Kino fue a un tiempo constructor de misiones, ranchero, ganadero y agricultor.
Junípero Serra fundó el sistema franciscano de misiones de California en su condición de padre superior. Fueron tantos miles las leguas que cubrió durante los años de labor en California que puede identificarse como el hombre que caminaba y caminaba…
También se ocupó del desarrollo material de la población indígena con la introducción de la agricultura y la irrigación. Serra, uno de los Padres Fundadores de California, es el único español que tiene una estatua en el National Statuary Hall Collection en el Capitolio de los Estados Unidos, Washington, D.C.

El vital apoyo de España a la independencia de Estados Unidos

Ya en el siglo XVIII  conviene no olvidar la determinante ayuda que dio España para Guerra de Independencia, que dio lugar a la creación de los Estados Unidos de América. Esta ayuda se vio  reflejada principalmente en la actividad diplomática y bélica del gobernador español de Luisiana, D. Bernardo de Gálvez.
Nuestro compatriota conquistó para España –de manos británicas- la bahía de Pensacola y recuperó las dos Floridas, además de ser gobernador de Louisiana, Cuba y las Floridas, acabando su carrera como Virrey de Nueva España -ahí es nada-.  Es justamente considerado  en EEUU como uno de los héroes fundacionales.

Los españoles llegaron hasta Alaska

Alaska es, a finales del siglo XVIII, el canto del cisne de la exploración española de América. La efímera ocupación de este territorio hostil es una de las páginas más desconocidas de nuestra historia.
Un nombre descuella por encima de todos: el del leridano Salvador Fidalgo -nacido en Seo de Urgel en 1756-, que fue quien, en junio de 1790, bautizó Puerto Valdez y Cordova por encima del paralelo 60º Norte. Son dos de los vestigios de un periodo épico, en las últimas décadas del siglo XVIII, en el que España, en una serie de expediciones memorables, exploró y tomó posesión en el oeste de Canadá y en Alaska.
Tras explorar la costa, el 3 de junio Fidalgo tomó posesión del territorio en nombre de la Corona española y bautizó la ensenada como bahía de Córdova (a 60º de latitud Norte) en homenaje a Luis de Córdova, capitán general de la Armada. Cuatro días después, hizo lo propio en la ensenada de Menendes.
Hoy en día, Puerto Cordova aún sobrevive en los mapas como uno de los topónimos en español más septentrionales del mundo. También sobrevive el topónimo de Puerto Valdez, bautizado también por Fidalgo el 15 de junio de 1790 (en reconocimiento al ministro de Marina Antonio Valdés), y de cuyo municipio el petrolero del desastre ecológico adoptó el apellido.
Vista de Puerto Cordova en Alaska

Los pobladores canarios del sur de Estados Unidos

Un aspecto tal vez desconocido de la historia norteamericana es el de la presencia de pobladores canarios que fue impulsada por la monarquía hispánica, y que se extendieron por Florida, Luisiana, Tejas y Nuevo Méjico en el sur actual de los Estados Unidos.
Hacia finales de la década de 1720 y principios de la siguiente grupos de isleños canarios poblaron y colonizaron diversos puntos de Texas, en donde fundaron ciudades como San Fernando, Galveston, Valenzuela y San Antonio.
A partir de 1740 y por una década se programó el trasvase de quinientas familias canarias hacia Florida, a razón de no más de cincuenta familias por año. Se trataba de familias campesinas, conocedoras de las labores agrícolas a las que se proporcionaban semillas para una o dos cosechas, animales, tierras y franquicias para la exportación de productos agrarios a los puertos del norte y el sur de la América española.
Se alentaba así la emigración a unas tierras sobre las que, además, se informaba de su gran fertilidad. Los emigrantes partían desde el Archipiélago hacia Santo Domingo y otros puntos tradicionales de llegada en el Caribe. Después la recién creada Compañía de La Habana se encargaba de su envío a la Florida.
Asimismo, a partir de 1778 colonizadores canarios se trasladaron a expensas de la Corona a la Luisiana, región cedida por Francia a Carlos III en 1763 en contraprestación al apoyo recibido de España durante la llamada guerra de los siete años.
Al sur de Nueva Orleáns fundaron una colonia en lo que actualmente es la parroquia o provincia de San Bernardo y todavía hoy -como ha investigado Raymond McCurdy- existen varias comunidades de isleños en Delacroix, Reggio y otros puntos, en donde los descendientes de los pobladores canarios han conservado algunas de sus costumbres y buena parte del idioma.

Una aventura de 300 años

En fin, lo cierto es que la presencia española por ejemplo en Florida duró 300 años –más tiempo que el que actualmente lleva perteneciendo a EEUU-, unos 270 en Arizona, el sur de California y partes de Alabama, y más de 200 años en Nuevo Méjico y zonas de Misisipi.
El 10 de julio de 1821 –una década después de la invasión napoleónica– España cedió la Florida a los Estados Unidos, terminando oficialmente su presencia en los territorios de la Unión. La colonización española de EEUU, había terminado.
Fuentes utilizadas: 
Los exploradores españoles del siglo XVI: vindicación de la acción colonizadora española en América. Charles Fletcher Lummis. McClurg Chicago 1893
Banderas Lejanas. La exploración, conquista y defensa por España del territorio de los actuales Estados Unidos. Fernando Martínez Laínez.  Carlos Canales Torres. Madrid 2010
De Florida a Alaska: tres siglos de legado español en Estados Unidos. Manuel Trillo Lodeiro. Publicación de The Hispanic Council. Enero 2019

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