"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

lunes, 11 de mayo de 2020

La sede internacional de La Luz del Mundo en México, un edificio imponente.


FUENTE: El País

El diario español El País ha publicado un largo reportaje firmado por Victoria Zárate, con el título “Ocho edificios dedicados al culto religioso (sectas incluidas) donde lo excéntrico parece no tener límites”. En él leemos que en ocasiones hacen del secretismo su precepto urbanístico, ocupando fincas apartadas donde desarrollar su comunidad sin ser vigilados. En otras, sin embargo, dejan su grandiosidad a la vista de todos. El reportaje constituye una serie para relatar los casos más sorprendentes hasta la fecha. Recogemos aquí el primero de los templos, y en sucesivos boletines publicaremos los demás.

Ni Santísima Trinidad ni una humilde morada. Desde que fuera fundada en 1926, la comunidad religiosa La Luz del Mundo ha extendido por 58 países tanto su doctrina unitarista como una manera maximalista y rocambolesca de entender la arquitectura eclesiástica. Nada menos que 15.000 templos asentados en el más es siempre más se han construido desde que su creador Eusebio Joaquín González se encomendara a la empresa de restaurar la versión primitiva de la Iglesia Cristiana fundada por Jesucristo en el siglo I.

Fundada en 1926 por un campesino y exmilitar que aplicó los severos métodos del ejército como mecanismo de obediencia en el movimiento religioso, esta iglesia es artífice de algunos de los edificios más impactantes de Latinoamérica. Su sede internacional en Guadalajara (México), reconocible por su forma piramidal, es el edificio más alto del continente con 83 metros de altura. Construido entre 1983 y 1991 con las aportaciones económicas de sus casi 200.000 miembros, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), cuatro estudios compitieron por su construcción, siendo el arquitecto mexicano Leopoldo Fernández Font el artífice final del proyecto.

Con una planta elíptica de 60 x 90 metros, tiene capacidad para 15.000 personas en las ceremonias más concurridas, como sucede cada 14 de agosto con la celebración de la Santa Cena que congrega a feligreses de todo el mundo para un bautizo multitudinario. Este edificio de la segunda confesión más grande de México (sólo tras la Iglesia católica) carece de fachada. En su ausencia, un conjunto de parábolas se replican de forma ascendente para dar sensación de infinito hasta coronarse en una cúspide. Desde lo alto, se puede observar las cubiertas de mosaico bizantino en cada azotea teñida con un color del arcoíris, símbolo del pacto entre Dios y Noé cuando pisó suelo firme para prometer que no volvería a destruir el mundo. Esta fantasía lumínica se reitera por la noche con iluminación basada en neones con los siete colores místicos.

En su interior, la pomposidad llega a su clímax. Un santuario a modo de Halcón Milenario –fiel reflejo de la tendencia futurista de la época, como declaró en alguna ocasión su arquitecto– con paredes pintadas en blanco y tinte amarmolado donde se suceden las iniciales del nieto de su fundador y actual apóstol, Naasón Joaquín García. El techo parece ondularse por una sucesión inagotable de lámparas de araña, candelabros y vidrios de colores.

Pero su impacto en la ciudad no termina aquí. El templo está rodeado por una colonia conocida como La Hermosa Provincia, fundada en 1952 y cuyos habitantes –unos 8.000 en total– son casi exclusivamente fieles de su iglesia. Todas sus calles tienen nombres bíblicos –Belén, Getsemaní, Jerusalén, Jericó, Jordán, Nazareth…– y desembocan en la avenida principal Dr. Samuel Joaquín Flores que conduce directamente al templo. En su entrada, se reserva el lado izquierdo a los hombres y el derecho a las mujeres.

Construido en un solar de 15 hectáreas a las afueras de Guadalajara, Eusebio Joaquín González adquirió esta tierra para construir una comunidad que contara con sus propios recursos, entre otros, un hospital, una escuela y registro civil, además de mercado sede bancaria y estación de policía. En ocasiones, la organización ha recibido duras críticas por obtener servicios públicos a cambio de apoyo político durante el gobierno que secundó Marcelino García Barragán, convirtiéndola en una poderosa institución fuera y dentro del país.

Su interpretación ‘sci-fi’ de la arquitectura religiosa se ha extendido a otras de sus edificaciones en Ciudad de México, Cancún o Los Ángeles. El templo que alberga la ciudad californiana, una especie de versión kitsch de las construcciones consagradas a las divinidades de la Antigua Grecia, fue testigo de la detención de Naasón Joaquín García el pasado verano. El actual líder de La Luz del Mundo fue acusado de 26 delitos graves de pornografía infantil, abusos sexuales contra menores y tráfico de personas.

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