FUENTE: El Tiempo
En la provincia de Santa Fe (Argentina), las autoridades se llevaron una sorpresa cuando encontraron el cadáver de Juan Marcos Correa, un hombre de 39 años que había sido reportado como desaparecido en septiembre de este año. El cuerpo estaba enterrado cerca de un santuario de San La Muerte, una figura pagana. Además, estaba decapitado y no tenía corazón. De acuerdo con las investigaciones, el crimen pudo ser parte de un ritual, el cual habría comenzado mientras Correa aún estaba con vida, tal como informa el diario colombiano El Tiempo.
“Nunca, en mis 15 años de ejercicio como fiscal, me había tocado investigar un crimen tan aberrante, cometido con tanto odio y tanta saña”, dijo Eduardo Lago, fiscal encargado del caso, al diario argentino La Capital. El hallazgo fue posible gracias a una llamada anónima que reveló a las autoridades la ubicación de Correa, al igual que el nombre del posible culpable del crimen, quien fue identificado como Carlos L, un campesino de 34 años.
El fiscal también comentó al medio que, probablemente, el sospechoso engañó a Correa para llevarlo al lugar, prometiéndole que le daría alcohol y estupefacientes. Luego, el posible autor del crimen les confesó a varias personas lo que había hecho y les reveló la ubicación del cuerpo. Lago detalló que los investigadores “encontraron elementos diabólicos utilizados en rituales de sacrificio” y reunieron varios testimonios. Carlos L. fue imputado por el delito de homicidio triplemente agravado por ensañamiento, alevosía y odio religioso, de acuerdo con el artículo 80 del Código Penal Argentino. Igualmente, la Fiscalía solicitó la medida de prisión preventiva mientras el acusado está a la espera del juicio.
Según reportó Clarín, la última vez que los familiares de Juan Marcos Correa tuvieron noticias de él fue el 27 de septiembre. Sin embargo, fue reportado como desaparecido una semana después. Después de la denuncia, las autoridades, en compañía de perros rastreadores y personas de la comunidad, comenzaron a buscarlo. Pasados 10 días, la Policía recibió la llamada que permitió encontrar su cuerpo. “Llegamos a tener hasta 40 personas buscándolo. Barajamos la posibilidad de que se hubiese ido del pueblo, sufrido un accidente o que se hubiese ahogado en una laguna. Se buscó en los montes y en las vías del ferrocarril. Fue un trabajo exhaustivo y frenético”, le dijo un representante del Ministerio Público a La Capital.
El fiscal Lago le aseguró al citado medio que tiene pruebas sólidas y que buscará que se ordene prisión perpetua para Carlos L. Esta condena, en Argentina, establece que una vez se cumplan 35 años en la cárcel se puede solicitar libertad condicional, siempre y cuando se cumplan con los requisitos estipulados por la ley.
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