En el entorno de la celebración del Día de Todos los Santos y de la conmemoración de Todos los Fieles Difuntos, los seguidores de la Santa Muerte han cobrado más notoriedad de lo habitual. Por eso algunos obispos mexicanos han hecho declaraciones sobre este controvertido culto, manifestando con claridad la postura de la fe cristiana.
Arzobispo de Tijuana: “ignorancia religiosa”
Como una contradicción calificó Rafael Romo Muñoz, arzobispo metropolitano de Tijuana, que sea venerada la Santa Muerte por personas quienes dicen profesar la religión católica. Las declaraciones fueron hechas después de que creyentes de la Santa Muerte, entrevistadas por El Sol de Tijuana, aseguraran creer en Dios, e incluso comulgar con el catolicismo. Lo cuenta Hilda Pérez en ese medio.
“Es una contradicción, lamentablemente la gente que da su asentimiento a este tipo de devoción, es por ignorancia religiosa“, sostuvo el arzobispo, tras concluir la misa dominical el pasado 3 de noviembre. Indicó que la Iglesia católica, a la que él representa en esta ciudad fronteriza, no puede aprobar a la Santa Muerte como santa, debido a que se trata de una ideología.
“La supuesta Santa Muerte no es una persona, es una idea. Por eso, no podemos darle nuestro asentimiento, nuestra veneración a algo que no existe”. Explicó que su religión no venera a personajes, sino a personas que existieron en vida; “lo nuestro es un encuentro con la persona como lo fue Cristo, la Virgen que fue una mujer como las nuestras, los apóstoles, incluso, nosotros los bautizados”, señaló Romo Muñoz.
Las personas entrevistadas por este medio, quienes veneran a la Santa Muerte, la refirieron como una creación de Dios, al asociarla con el fin de la vida. Sin embargo, el arzobispo explicó que la muerte no debe considerarse como un proceso, sino como el fin de la vida. “Jesús dice que el último enemigo a vencer es la muerte”, citó el prelado, por lo que dijo que si en realidad la Santa Muerte existiera, entonces sería un enemigo.
Antes de finalizar, sugirió a quienes tienen ese “asentimiento pseudorreligioso” que se acerquen a cualquier integrante de la Iglesia católica o a algún creyente para que los orienten sobre los santos y no sobre creencias que cada vez se vuelven más populares. La veneración a la Santa Muerte cobró popularidad en este siglo, y sus principales seguidores eran personas involucradas en el narcotráfico, aunque poco a poco se fueron sumando más personas, aclara la periodista.
Arzobispo de Oaxaca: “es un error grave”
“Adorar a la santa muerte es un error grave y si algún creyente o católico sigue esto será por ignorancia o porque ya dejó la fe católica”, advirtió el pasado 3 de noviembre el arzobispo de Oaxaca, José Luis Chávez Botello. Lo cuenta Guillermo Castillejos en E-Oaxaca.
En su tradicional conferencia dominical con representantes de los distintos medios de comunicación, terminada la Misa del mediodía que oficia en el templo de la Catedral metropolitana y requerido a hablar sobre la adoración de lo que llaman la Santa Muerte, respondió: “la Iglesia canoniza personas de carne y hueso que se distinguieron por ser amorosas, no canoniza otros hechos u otras cosas y nunca va a canonizar la santa obediencia, la pobreza y la responsabilidad”.
Chávez Botello afirmó que son hombres y mujeres de carne y hueso que nos muestran cómo vivir en la fe, en un tiempo concreto que les tocó vivir y no huyeron de su momento histórico. “Lucharon y llevan huellas de esa lucha y ahí están nuestros grandes santos”, dijo, y reiteró que la Iglesia católica nunca va a canonizar virtudes ni ideas; se trata de personas que vivieron heroicamente la fe.
El arzobispo Chávez Botello habló también del deterioro de los valores y expresó que esto se debe al descuido desde la familia, ya que en la sociedad no hay eco, al contrario se alimenta el deterioro porque a algunas autoridades y en las escuelas esto no interesa. Sostuvo que en todos los niveles, desde niños, se respira otra cosa y no ven personas concretas que vayan motivando; hay personas que atraen a adolescentes y jóvenes, pero no suelen ser las personas que se esfuerzan por servir a la sociedad y luchen por ser honestas.
El que atraigan maleantes y los que vayan creciendo fortaleciéndose en grupos que roban o el crimen es señal de que el adolescente y el joven lo que ve es otra cosa y es lo que les atrae, porque satisface necesidades que nadie les ha mostrado más de fondo y esa es la falta de valores, ilustró.
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