La falsa utopía biologicista y materialista de Aldous Huxley, plasmada en su obra "Un mundo feliz", parece concretarse en nuestros días, caracterizados por el ateísmo y el materialismo, el hedonismo y el relativismo, los cuales han logrado expulsar a Dios de la mente, el corazón y la sociedad de los hombres. La felicidad en este "mundo feliz" se alcanza solo con drogas y con ciencia, tal como nos lo quiere hacer creer el ateísmo moderno. Nada más errado, porque sin Dios, no solo no hay felicidad, sino solamente amargura, tristeza, dolor y muerte. |
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