Por Andrés Zambrano. Nuova Bussola Quotidiana. 9 de abril de 2018.
Un nuevo Catecismo para niños de ediciones salesianas muestra un par de hombres con niños en la portada. Y el Jesús representado es a imagen de Conchita Wurst. La web surge y ataca la edición por ser homo-herética. ¿Coincidencias inocentes u obsesión? Sin duda, un resbalón, lo que también involucra a los propios autores, responsables del servicio de catecumenado de la diócesis de Turín. La misma diócesis de aquel taller sobre la “fidelidad gay” del padre Gianluca Carrega [Ver aquí].
Las ediciones salesianas Elledici han dado hace poco a impresión una nueva ayuda para el catecismo para niños. El cuaderno con las tarjetas ha suscitado el estupor de muchas personas en la web que han revisado las dos imágenes de portada, en la primera y la contraportada. Veamos por qué.
Comencemos desde la portada. Jesús está representado en el centro y es la “fotocopia” de Conchita Wurst. Seguramente nadie cuando ha pensado en representar de esta manera al Señor Jesús pensó en el conocido austríaco de los titulares transexuales. Pero si usted escribe en Google su nombre y lo compara con [la imagen] de Jesús en este catecismo no podrá dejar de sorprenderse por la extraordinaria similitud.
Extraordinaria similitud entre el transexual Conchita Wurst y Jesús. ¿Coincidencia?
Es curiosa la elección de los personajes detrás de Jesús: está la abuela con dos nietecitos y en el otro lado hay una mamá con sus hijos, una está en color porque lo políticamente correcto siempre está. Y detrás de ellos hay un tipo espigado aplaudiendo como afeminado y que desde el cuello y con los botones en vertical sobre un completo negro aparece claramente como un sacerdote. Un sacerdote con la chaqueta de moda. Vamos, son los tiempos, no es que se deba formalizar demasiado también en las imágenes utilizadas para el catecismo: lo importante es que el contenido sea sano y rectamente conforme a la doctrina.
Luego se da vuelta a la edición y se encuentra la contraportada. Y aquí, nos damos cuenta de que las críticas estilísticas iniciales pasan a segundo término. Y se entiende por qué se ha alborotado la web.
Aparecen dos hombres que miran hacia el horizonte hacia un punto no identificado y sobre el fondo aparece una pequeña villa con una iglesia. Dos niños aferrándose al primero, un señor muy distinguido, casi un dandy, con un saco a rayas, que obligaría a la policía al menos a una revisión de control. Detrás de éste aparece en cambio otro hombre. Más casual, con anteojos a la John Lennon y un suéter rosa. Cabello larga rizado y barba de intelectual.
“Son una pareja de homosexuales con niños”, abundan los comentarios. “No, imposible, será el abuelo”, rebate alguno. “¿Pero qué abuelo? No tiene cabello blanco, aquellos son dos gay”. Podríamos estar aquí discutiendo horas y horas, sin embargo, al agudizar la vista se nota que el joven con el suéter rosa tiene el brazo izquierdo en dirección al costado del señor enfrente de él.
¿Cómo están las cosas? Habría que preguntárselo a los autores del libro, pero tal vez nos responderían que no queda en ellos decidir las portadas de los libros. Entonces, se podría ir a rastrear a la diseñadora, pero ésta, buscada por la Nuova Bussola Quotidiana, no ha respondido.
Nos quedamos así en suspenso, con la total sensación de que hay algo debajo de todo esto, también porque con todas las iconografías posibles para representar a los fieles que buscan a Jesús, ésta es en verdad la más audaz y la que se presta por lo menos a las dietrologías[1] más peligrosas.
¿Una portada homo-herética en el catecismo para niños? Sabemos bien que en la Iglesia ya se puede esto y mucho más, ¿entonces de qué asombrarse? Tanto más que, se descubre, que los autores son una emanación directa de la Diócesis de Turín. El libro escrito por Monica Cusino y por el padre Andrea Fontana. El segundo es nada menos que el Responsable del “Servicio diocesano para el catecumenado” [ Ver aquí], y la primera es una colaboradora suya, tanto que figura en el sitio de la diócesis como miembro del equipo [Ver aquí], por lo tanto una colaboradora de la Diócesis. La propia diócesis saltó a los titulares por el caso del padre Carrega y su taller de fidelidad para los cristianos LGBT [Ver aquí].
Homo-herejía o no, seguramente es un resbalón. Sobre lo cual el sentimiento popular se ha lanzado con sinceridad y un toque de irritación. Podría darse que estos intolerantes estén simplemente obsesionados y vean homosexuales en todas partes. Pero si la diócesis otorga vía libre a los editores católicos para imágenes así de explícitas ciertamente no puede culpárseles de tanta malicia. Incluso porque no estamos ante una imagen subliminal. Un suéter rosa es siempre un claro indicio…
[Traducción de Dominus Est. Artículo original]
*permitida su reproducción mencionando a dominusestblog.wordpress.com
[1] La dietrología es, como se sabe, una ciencia estrictamente italiana que estudia las causas ocultas de los acontecimientos. En Italia nada es evidente y nada ocurre porque sí. A partir de cualquier nimiedad se puede reconstruir una trama conspirativa que se hace más y más oscura hasta desembocar en el misterio. Quizá porque se trata de una sociedad dominada por un puñado de familias, quizá porque el interés privado prima sobre el colectivo, quizá porque la estética prima sobre la ética o porque el italiano ama la fantasía y el secreto, éste es un país abundante en claves ocultas y casos nunca resueltos.
(https://dominusestblog.wordpress.com/2018/04/09/una-pareja-gay-se-asoma-en-catecismo-para-ninos/)
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