"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

domingo, 5 de enero de 2014

Falsos profetas de la Nueva Era (3): Marilyn Ferguson



¿Quién fue Marilyn Ferguson? Una de las más conspicuas representantes y propagandistas de la secta luciferina llamada “Nueva Era”, “New Age” o “Conspiración de Acuario”. Acerca de ella, dice así Wikipedia: “Marilyn Ferguson (nacida en 1938, y fallecida en 2008) es una escritora y poetisa de los EE. UU., autora del libro best-seller La Conspiración de Acuario, uno de los textos claves para comprender la denominada Nueva Era (en inglés New Age). Su libro fue publicado en los años 80, vendió más de un millón de copias y ha sido traducido a unos diez idiomas. (…) Nos hallaríamos ante el inicio de una nueva época (la de Acuario) que supone una sensibilidad diferente de la que ha predominado hasta hoy (era de Piscis), más belicosa, delimitativa, institucionalizada y racionalista (Farías, 2004). La New Age hunde sus raíces en el intento de encontrar puntos de contacto entre ciencia y religión, entre la razón y la magia, entre Oriente y Occidente. Se pretende crear un nuevo paradigma. Se trata de una huida de lo tradicional hacia lo alternativo. Una de las principales divulgadoras del pensamiento New Age, Marilyn Ferguson en el que seguramente es su libro más famoso, “La conspiración de Acuario” (Ferguson, 1985), habla de las principales psico-técnicas que hay que emplear para alcanzar la transformación de la conciencia, entre ellas incluye: la hipnosis, la meditación, grupos de ayuda, técnicas de biofeedback, técnicas chamánicas, seminarios para el desarrollo del potencial humano, la teosofía, terapias corporales, bioenergética, disciplinas orientales, etc”. Hasta aquí Wikipedia.
Según Ferguson, para que se de esta transformación de la conciencia, habría que recorrer 4 etapas:
-Habría un despertar que se produciría en un momento determinado por un estímulo adecuado, como ver una película, leer un libro, tener una alucinación producida por una droga, por la recitación de un mantra, etc.
-Luego, gracias a técnicas cono el zen, el yoga, la bionenergética, etc. llegará el momento de explorar el cuerpo y la mente. De esta exploración resultaría la integración y “unificación de las energías”.
-La integración de las energías suele traer consigo el “encuentro con ángeles”, realizar un “viaje astral” en donde se percibe la “memoria del Universo”, donde se llega a tener un conocimiento superior que no está limitado por el espacio y el tiempo, donde uno es capaz de realizar lo que desee con solo pensarlo. Una vez culminada la etapa de integración con el todo, donde todo es Dios, y por lo tanto “yo soy” Dios, se pasa a la cuarta etapa.
-Llega la conspiración, donde se irradia el estado de alcanzado hacia todo lo que le rodea, hasta conseguir la transformación que él ha experimentado.
Llegados a este punto, hay que aclarar qué es lo que en la New Age se entiende por “Dios”, puesto que nada tiene que ver con el concepto cristiano de Dios entendido como ser personal (Dios es Uno y Trino: uno en naturaleza y Trino en Personas).
Para la Nueva Era, Dios sería la “Energía” que en un momento determinado descendió sobre Jesucristo, Buda, Mahoma, y más cerca en la historia sobre el Conde Saint Germain. Los acuarianos interpretan la crucifixión, resurrección y ascensión de Jesucristo dentro de un contexto esotérico, como un símbolo de la liberación de la Energía crística y su difusión a modo de gas vivificador del cielo nuevo y la tierra nueva, manifestación esta que se manifestará en todo su esplendor cuando ocurra el advenimiento de la “Nueva Era” o “Era de Acuario”. Mientras que el Cristo interior en inmanente a cada uno es la “chispa” interior, desprendida de la Energía o Cristo cósmico. Cualquiera puede llegar a ser “Cristo”, para ello hay que recurrir a las técnicas New Age y sobretodo provocar estados alterados de conciencia (trances místicos, fenómenos de channeling, etc.) al mismo tiempo que hay que conectarse con la ecología, conducto de la Energía cósmica. (Guerra Gómez, 1998).
A partir de la práctica del “channeling” (canalismo), se puede invocar la asistencia de los llamados “Maestros Ascendidos” o “Avatares”, estos verdaderos guías de la humanidad le dictarían en la conciencia a las personas sobre qué hacer, sentir, pensar, de manera que cada uno invocando a su Maestro Ascendido de turno, puede llegar a justificar cualquier decisión por irracional que parezca. “Estos “maestros ascendidos”, avatares, son hermanados y yuxtapuestos unos a otros en una perpleja y solidaria enumeración: Henoc, Elías, Moisés, Paracelso, El Morya, Noé, Mahachohan, Pitágoras, Confucio, Jesús de Nazareth, Hermes Trismegisto, Elohim, Buda, Nichiren, Mahoma, Krishna, Melquisedec, Maitreya, El Rey Arturo, Minerva, Nabucodonosor, Serapis Bei, Lady Rowena, San Juan Bautista, Eliphas Lévi, Sanat Kumara, El Arcángel Miguel, M. Eckhart, Nanak, Francis Bacon, La Virgen de Fátima, El Conde de Saint Germain... y también algún E.T. Todos ellos serían manifestaciones del único ‘Cristo cósmico’” (Pastorino, 2004).
¿Qué crítica podríamos hacer nosotros, desde el punto de vista católico, acerca de Marilyn Ferguson y su “Conspiración de Acuario”?
En realidad, la “Conspiración de Acuario” propiciada por Marilyn Ferguson, no es otra cosa que la antigua tentación con la que la Serpiente Antigua hiciera caer a los primeros padres, Adán y Eva: es la pretensión gnóstica de “ser como dioses”, es decir, la irracional pretensión de ser el hombre no una creatura de Dios, sino ser él mismo su propio dios.
Marilyn Ferguson descarta de plano todo recurso a la gracia sacramental como fuente de la divinización del hombre y niega radicalmente la necesidad de redención del hombre por parte de una “divinidad ad extra”, como sucede en el cristianismo, en el que la humanidad es perdonada, rescatada y adoptada como hija de Dios por medio del sacrificio en Cruz de Jesús, sacrificio cuyo valor redentor se actualiza cada vez en los sacramentos de la Iglesia Católica.
Para la gnóstica Marilyn, nada de esto tiene valor ni sentido, porque su herejía no le permite salir de las tinieblas gnósticas en las que su mente, su alma y su corazón están envueltos. Así, para Ferguson, el hombre debe “descubrir” el “nuevo pensamiento”, que le abrirá el camino hacia el “nuevo paradigma de espiritualidad” –mezcla bizarra de no menos bizarras religiones, teorías, dogmas, creencias, tanto occidentales como orientales-, en el que recibirá las “enseñanzas” –en realidad, viejas fórmulas mágicas, esotéricas, ocultistas y satanistas- de los “maestros ascendidos” –que otra cosa no son sino demonios-, los cuales lo conducirán a la “iluminación interior”, que consiste en descubrir que el alma humana es, más que una “chispa de la divinidad”, la divinidad misma. 
En definitiva, Marilyn Ferguson repite el pecado de los primeros padres: hace oídos sordos a la Voz de Dios, Revelada en Jesucristo, y presta en cambio oídos a la Antigua Serpiente, creyendo a pie juntillas su mentira, la mentira absoluta de que el hombre es su propio dios, y así se interna en la siniestra oscuridad del gnosticismo para, desde las tinieblas, “conspirar” desde la Nueva Era contra la Era cristiana, la Era de Piscis. 
Lo que no advirtió Marilyn Ferguson –esperamos que lo haya advertido antes de que haya sido demasiado tarde- es que “conspirar”, como ella misma dice, significa “respirar juntos”, pero sucede que, en las tinieblas, quienes respiran, son los ángeles caídos y las almas condenadas. 
La “respiración conjunta” de la “Conspiración de Acuario” significa, por lo tanto, respirar junto a demonios y almas condenadas. ¿Se habrá dado cuenta a tiempo Marilyn, de quiénes eran sus compañeros de “conspiración acuariana”?





 


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