"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

lunes, 6 de enero de 2014

Creer en horóscopos y astrología es caer en el pecado de superstición


A continuación, transcribimos un fragmento de la respuesta de un experto en sectas y pseudociencias, ante una consulta recibida acerca del horóscopo.

"Soy perito judicial en sectas y pseudociencias. Por supuesto tuve que leer todas esas tonterías para poder refutarlas. La astrología y los horóscopos tal como los conocemos fueron formulados en el período helenístico. Por ese motivo los planetas tienen nombres de dioses griegos. Como uno de los planetas visibles es rojizo (Marte) debido a las rocas de óxido de hierro se lo asoció con la agresividad y la sangre. Pero es un planeta frío absolutamente. A Venus le pusieron el nombre por la diosa del amor. Y en ese planeta hace tanto calor que el plomo está derretido. ¿Vos creés en los dioses griegos? ¿Creés que Venus si está en ascendente o en oposición te va a dar felicidad o fracaso en el amor? Y eso mezclado con los signos. Y que la astrología no se ha enterado de la precesión de los equinoccios y que por tanto el equinoccio de marzo ya no está en Aries sino en Piscis en tránsito hacia Acuario. Por tanto lo que se dice de cada signo habría que adelantar uno o dos para que coincida con la situación actual de los planetas y constelaciones. Los que creen ser de Aries realmente en la actualidad son de Piscis y algunos de Acuario. Algo, por supuesto, que no tiene ninguna importancia. Ya Cicerón se burló de la astrología en su tiempo y preguntó si todos los que murieron en la batalla de Cannas habían nacido en el mismo signo. Olvidate de la astrología y si te interesan las ciencias estudiá astronomía".

Ahora bien, para un católico, lo más importante de todo -y lo más grave-, es que creer en los horóscopos y cosas por el estilo es un pecado, el pecado de superstición, según lo enseña el Catecismo de la Iglesia Católica. 

De acuerdo a su definición, la superstición es la:

1. Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón. 

2. Fe desmedida o valoración excesiva respecto de una cosa o a una práctica. Así se puede hablar de superstición de la ciencia cuando se apela irracionalmente a esta para defender una posición.

Catecismo de la Iglesia Católica, 2111:

"La superstición es la desviación del sentimiento religioso y de las prácticas que impone. Puede afectar también al culto que damos al verdadero Dios, por ejemplo, cuando se atribuye una importancia, de algún modo, mágica a ciertas prácticas, por otra parte, legítimas o necesarias. Atribuir su eficacia a la sola materialidad de las oraciones o de los signos sacramentales, prescindiendo de las disposiciones interiores que exigen, es caer en la superstición (cf Mt 23, 16-22).

Superstición es atribuirle a prácticas legítimas un valor erróneo. 
Referente a los sacramentales y oraciones, se cae en superstición cuando se confía en la materialidad del acto sin la necesaria disposición interior. Cuando, en vez de valorar un objeto religioso por lo que representa, se le atribuye un poder intrínseco. Es supersticioso, por ejemplo, quién lleva un escapulario pero no guarda en su corazón fidelidad a la Virgen Santísima sino que se entrega al pecado pensando que tan solo por llevarlo se salvará.
•         La superstición puede conducir a la idolatría y a distintas formas de adivinación y de magia.

•         La "suerte", entendida como una fuerza que pueda afectar el destino, no existe. El cristiano sabe que depende de la Providencia divina y que es responsable por su libre albedrío.

•         La superstición es producto de ignorancia o de un vacío espiritual. 

•         No se debe confundir tradición con superstición. Las tradiciones serían supersticiosas sólo si se les atribuyen poderes mágicos.

Ejemplos de supersticiones: la "maldición del #13, de los gatos negros, de pasar bajo una escalera; comer uvas el año nuevo para atraer la buena suerte. Hay fiestas que reúnen un conjunto de supersticiones, por ejemplo, Halloween.

Según el Catecismo de la Iglesia Católica, la superstición es un pecado contra el Primer Mandamiento porque atribuye a cosas poderes que solo le pertenecen a Dios".

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