por Luis Santamaría
Un abogado querellante y una organización que lucha contra las sectas
pidieron que la Justicia de Argentina investigue a un pastor integrante
del grupo conocido como “El ejército de Dios”, que adiestra a los adultos para que golpeen a sus hijos, tal como escribe Maximiliano Montenegro en el Diario Popular.
El aberrante asesinato a golpes de la pequeña Priscila, de 7
años, cuyo cadáver fue encontrado el pasado 7 de enero en un arroyo de
Berazategui, y que tiene como principal sospechosa a su propia madre,
continúa arrojando datos alarmantes, ya que hay sospechas en torno a la
presencia de una macabra secta detrás del episodio que causa conmoción.
Tanto el abogado querellante como una organización que lucha contra
estos grupos pidieron que la justicia investigue en profundidad el rol
de un “pastor” integrante del temible clan conocido como “El ejército de
Dios", que tiene entre sus reglas eladiestramiento a los adultos para
que golpeen a sus hijos.
La relación entre el grupo y la familia
La relación entre el grupo y la familia
Acerca del tema, el abogado Julio Torrada, querellante contra los detenidos Silvia Lafuente y su pareja Pablo Bisconti, indicó que “al
margen de estas dos personas, por las cuales vamos a exigir el máximo
rigor de las leyes penales argentinas, tenemos datos y evidencias sobre
la situación de un pastor que estaba en un supuesto grupo de autoayuda
donde concurría la madre de Priscila”.
El pasado 8 de enero, al día siguiente del hallazgo del cuerpo de
Priscila, un hombre que se presentó como “pastor” brindó declaraciones
al canal América donde reconoció el vínculo con Lafuente, asegurando que la
mujer participaba en un grupo de autoayuda porque le pegaba a su hija y
dijo que tenían sospechas de una posible “posesión” demoníaca.
Pablo Salum, integrante de la asociación Libre Mentes, que viene trabajando para prevenir la captación de personas en sectas, sostuvo que “apenas
ocurrió el crimen de Priscila, me llamaron la atención varios detalles
por la experiencia que tuve como víctima de una organización coercitiva y
por asistir a víctimas o sus familiares”.
“Lo primero que surgió fue el modo en que asesinaron a la nena,
cómo intentaron ocultar el crimen y la presencia de un grupo familiar
completo interviniendo en el hecho, tal como se observó en la grabación
de una cámara de seguridad. Luego cuando apareció el pastor declarando
terminó de cerrar todo, porque reconoció que fue cómplice, ya que estaba
al tanto de los golpes que recibía la nena y que había sido asesinada”, señaló Salum.
La niña fue ultimada el sábado 4 de enero, pero el caso se conoció el
martes 7 por la tarde, cuando el cuerpo de la chiquita fue hallado en
el arroyo, tapado con una bolsa y con signos de una feroz paliza, además de heridas provocadas por quemaduras. La madre había hecho una denuncia por desaparición el lunes 6. “El sábado Silvia me llamó y me contó que se le había ido la mano pegándole a la nena y la mató”, reconoció el pastor, quien no avisó a las autoridades policiales.
Piden responsabilidades
Piden responsabilidades
“Tenemos que determinar qué pasó, porque esta persona dijo que
estaba al tanto del crimen desde el primer momento. Incluso comentó que
fue a la casa de Priscila esa jornada, y no sabemos qué hizo y por qué
no alertó a la policía”, precisó el abogado Torrada, para quien “no es descabellado pensar en una responsabilidad penal de esta persona”.
Salum, en ese sentido, expresó que “se debe investigar si cometió
ejercicio ilegal de la medicina, porque declaró que ayudaba a la madre
de Priscila, cuando sabemos que hay muchos grupos coercitivos que
brindan talleres de cualquier cosa, sin ningún tipo de control”, agregando que “es cada vez más urgente que la Justicia cuente con equipos especializados en sectas”.
“No tenemos gente especializada, por esa razón nunca hay
responsables. Sólo van presos los autores materiales. Mientras tanto,
las sectas siguen creando gente que posteriormente comete crímnes
terribles, sin control, libremente. Este pastor no hizo la denuncia y
sabía desde hace mucho que la nena era golpeada. ¿Tiene algún titulo que
lo habilite para tratar a la gente? Hay profesionales que pueden perder
la matrícula, pero esta gente queda impune”, dijo Salum.
Las sospechas de una secta en el crimen de Priscila crecen a medida
que avanza la pesquisa; incluso se menciona al temible grupo “El
ejército de Dios", con causas en varias partes del mundo porque, entre
otras cosas, logra convencer a sus integrantes para que golpeen
regularmente a sus hijos. “Tenemos que comprender que las sectas son
fabricas de psicópatas, son generadores de trastornos mentales, que en
muchos casos llegan a la situación extrema del suicidio o el crimen”, concluyó Salum.
Líder del grupo: “yo soy un apóstol y profeta”
Líder del grupo: “yo soy un apóstol y profeta”
Después de esta noticia, Diario Veloz habló con Walter Di Nucci,
el pastor del Ejército de Dios, quien explicó su relación con Lescano,
el hombre conocido de la familia de la menor que ya declaró ante la
Justicia. “Soy el presidente a nivel nacional de ‘El ejército de Dios’. Soy apóstol, profeta y presidente del ministerio”, contó. Sobre Lescano, el hombre que conocía a Silvia Lafuente, la madre de Priscila, dijo: “Sólo sé que el jueves un cristiano, que no viene a la iglesia, declaró”. Luego, Di Nucci desmintió que el hombre sea pastor de su iglesia, como publicó Diario Popular.
“El jueves estuve en la puerta mientras él declaraba e hizo una
especie de confesión. Él dice ser hermano de Cristo, aunque no de
nuestra congregación. El jueves iba a declarar y podía quedar preso por
encubrimiento y como estaba nervioso me pidió si me podía quedar en la
puerta para esperarlo. Lo esperé y lo invité a la iglesia, vino a la
iglesia y lo ministré”, dijo.
A su vez, Di Nucci dijo que él no conoce a la madre de Priscila y que ella no iba a la iglesia: “A
Lescano lo conozco de la calle, él sabe que soy pastor. Yo soy conocido
por el tema de liberación (cuando una persona está poseída)”. Por último, Di Nucci fue concluyente: “No somos una secta, somos una iglesia. Una Iglesia Cristiana Evangélica”.
Detalles sobre el grupo
Detalles sobre el grupo
“Hoy es tiempo de marchar por las almas y pelear la buena batalla”, dice el anuncio, ilustrado con una foto de soldados marchando, que invita a ser parte del Ejército de Dios. Lo cuenta Tiempo Argentino. “Salvar almas es la misión… reclutando soldados para la última y gran batalla, antes que vuelva el Señor”,
reza la página web de la organización, cuyo templo se encuentra en la
calle 10 entre 126 y 127, en la localidad bonaerense de Berazategui.
El líder es Walter Nicolás Di Nucci, que se presenta como “profeta de Dios y general del Ejército de Dios”. “Soy
ex oficial de la policía, antes me dedicaba a meter presos a los
delincuentes. Hoy como pastor me dedico a predicarles en los calabozos y
sacarlos reintegrados a la sociedad como debería hacer el Estado”, cuenta en su perfil de Facebook.
Di Nucci sostiene que “el problema no es el delincuente, sino el Estado que no cumple su rol de reintegrador” por lo que “escribí un proyecto el cual me lo ha dado Dios y con el mismo se puede terminar con la inseguridad”. En Internet hay distintas imágenes y videos que invitan a “ser parte del Ejército”. En Youtube pueden verse “videos motivacionales” de líderes gritando ante una multitud que bulle bajo el atril.
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