"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

domingo, 15 de diciembre de 2013

Feng Shui, pseudociencia ocultista incompatible con la fe cristiana



"El feng shui (chino tradicional: 風水, chino simplificado: 风水, pinyin: fēng shuǐ, pronunciación mandarín: [fə́ŋʂwèi]), literalmente ‘viento y agua’) es un ancestral sistema chino de estética que pretende utilizar la doctrina taoísta para ayudar a mejorar la vida. Se trata de una disciplina ampliamente reconocida como una pseudociencia ocultista.

El feng shui es una forma de geomancia desarrollada en China. Originalmente era una forma de conocimiento que estudiaba los cambios que ocurren en la naturaleza, el clima y los astros. Los orígenes del feng shui varían según las fuentes. Por un lado toma la simbología del I ching (o ‘libro de los cambios’). Por otro, incorpora los cinco elementos (wu xing)."

"El feng shui se basa en la existencia de un aliento vital o chi cuyo flujo se ve modificado por la forma y disposición del espacio, las orientaciones (puntos cardinales) y los cambios temporales. Algunas escuelas de feng shui ponen el énfasis en el estudio de las formas: las montañas, los ríos, la estructura de la vivienda o lugar de trabajo, la ubicación del baño, cocina, habitación, y el resto de los espacios de la casa; etc. hasta la colocación de los muebles. Otras escuelas enfatizan en cambio el uso de la brújula. 

Contemporaneamente lo utilizan basado en la interacción del ying y el yang y de los cinco elementos chinos: madera, fuego, tierra, metal y agua (cuadrantes). Diseñadores de interiores, arquitectos, consultores en imagen y decoradores han adoptado e manera absurda esta creencia. 
Incluso, chamanes, gurúes y médiums, han recomendado retirar crucifijos colocados sobre la cabecera de las camas bajo la idea de que impiden el libre flujo de la "energía positiva" en la habitación u hogar.  

Así, estos redistribuyen, cambian, ponen o retiran muebles y colocan piedras, objetos o fetiches en distintas partes de una propiedad para, aseguran, alejar las "malas vibras", mejorar la suerte, traer los buenos deseos, lograr armonía y obtener paz o amor. La "medicina del hábitat" de ciertos geobiólogos que busca remediar, sostienen, los trastornos que provoca por ejemplo, colocar ma la cama o casa están mut relacionados con la doctruna orientalista del feng shui. Un caso interesante de su aplicación es la del parque de Disney en Hong Kong, la empresa incorporó elementos del feng shui en su construcción a fin de evitar que la "energía positiva se escape por el camino hasta el mar de China"1



"Sin embargo, la Iglesia sí pone en guardia al creyente ante la llamada "New Age" (Nueva Era), de la que el Feng-Shui, tal como es "predicado" en Occidente, forma parte.

Se trata de que no nos confundamos: la "armonía interior" no es la salvación, y hasta puede -bajo determinadas circunstancias- oponerse a ella.

La "armonía" es un estado psicofísico, alcanzable por medio de "técnicas", y de ninguna manera es signo, ni realidad, ni garantía de la presencia de Dios. Él puede estar ausente de nuestra vida cuando estamos "armonizados" y muy presente cuando no lo estamos.

Ocurre que cuando sales por un minuto del stress de la vida actual y te sumerges en cualquiera de esas técnicas, sientes tal cambio y amplitud interiores, que fácilmente se confunde con un crecimiento en la vida espiritual... pero sólo dura un tiempo. Ocurrió que pasaste de estar desatento a tu equilibrio psicofísico a "prestarte atención". 

Cuando eso se vuelve rutinario (al poco tiempo), nuevamente necesitas de otras "técnicas" para volver a conseguirlo. La "New Age" es infinitamente creativa al respecto, simplemente porque sabe que la cuestión es "llamarse la atención a sí mismo", tanto da que te cobren por redistribuir los muebles según los rastros energéticos dejados por la última visita de tu suegra o recomendarte la instalación de un semáforo en el dormitorio.

El tema de fondo -y contra lo que la Iglesia sí previene- es que esa "armonía", que es real y efectiva puesto que pasaste a atender a tus necesidades psicofísicas, no son, ni llevan necesariamente a la vida espiritual, y que cuando se vuelven una técnica de "auto-salvación", van decididamente en contra de la fe.

El Encuentro con Dios es un encuentro entre personas (mejor dicho: entre tres Persona y una personita), y ya debes saber que donde intervienen las personas, no hay "técnica" que garantice el resultado. Por otra parte es un encuentro que deja el amargo sabor de que aun no podemos vivir al lado de Él. Nuestra "armonía" (la espiritual, no la psicofísica) es en esperanza. 

Juan 7,33-34: «Entonces él dijo: "Todavía un poco de tiempo estaré con vosotros, y me voy al que me ha enviado. Me buscaréis y no me encontraréis; y adonde yo esté, vosotros no podéis venir."»

Te aconsejo que hagas todo lo que esté a tu mano para "armonizarte", pero que al lado de las "energías positivas" pongas una imagen de la Madre de Dios de los Desamparados, para recordar cada día, que aun cuando estemos armonizados, nuestra vida profunda es desamparo y nuestra salvación es en esperanza, 
"...y una esperanza que se ve, no es esperanza, pues ¿cómo es posible esperar una cosa que se ve?" (Romaos 8,24) "2

Enseñanza de la Iglesia Católica : Armonía y comprensión: buenas vibraciones

"Fenómenos tan diversos como el Jardín de Findhorn y Feng Shui representan una diversidad de estilos que ilustran la importancia de estar en sintonía con la naturaleza y el cosmos. 

En la Nueva Era no existe distinción entre el bien y el mal. Las acciones humanas son fruto de la iluminación o de la ignorancia. De aquí que no podamos condenar a nadie, y que nadie tenga necesidad de perdón.
 Creer en la existencia del mal sólo puede crear negatividad y temor. La respuesta a la negatividad es el amor. Pero no del tipo que tiene que traducirse en acciones; es más una cuestión de actitudes de la mente.

El amor es energía, una vibración de alta frecuencia; el secreto de la felicidad y de la salud consiste en sintonizar con la gran cadena del ser, de encontrar el propio puesto en ella. Los maestros y las terapias de la Nueva Era afirman ofrecer la clave para encontrar las correspondencias entre todos los elementos del universo, de modo que uno pueda modular la tonalidad de su vida y estar en armonía absoluta con los demás y con cuanto lo rodea, si bien el trasfondo teórico varía de uno a otro."3

Fuentes:
1. Totus Tuus 
2. Catholic.net
3. Encíclica Jesucristo portador de agua de la vida

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