Hay factores que pueden ayudar a que una persona pierda aspectos de su identidad y pueda ser capturado por sectas o por pensamientos extraños o por una patología de orden social que no necesariamente tiene que ser una secta. Estos factores son vulnerabilidades de la personalidad y no ayudan a la posibilidad de una relación normal entre el Yo, el mundo interior y el mundo externo.
Se denomina Yo a una parte del aparato psíquico que comunica a la persona con su mundo interno y con el exterior, armonizando las dificultades que pueda haber en esta relación. Consignamos aquí algunos factores que coinciden con nuestra experiencia clínica cuando alguien está predispuesto a sufrir una crisis psicológica, adicción a drogas, un "brainwashing" o lavado de cerebro, y otros:
- Que se vivan dificultades en la comunicación con la familia y las personas del ambiente.
- Que haya una situación matrimonial frustrante.
- Que la persona padezca un alto montante de angustia manifiesta o latente.
- Que sienta crónica insatisfacción por la vida que está viviendo.
- Que esté descontento con la sociedad o sus normas y no halle paz ni camino para ayudar a cambiarlas.
- Que tenga temor para enfrentar un mundo que se presenta como caótico y exigente.
- Que no haya un propósito interno de vida personal, sino un estar a la deriva.
- Que haya necesidad de seguridad, autovaloración y heterovaloración por baja autoestima.
- Cierta susceptibilidad hacia los estados de trance y tendencia a la sugestionabilidad.
- Que tenga insatisfacción por las religiones tradicionales.
- Hallarse en estado de crisis a nivel de estudio, profesión, laboral, emocional, social, afectivo, etcétera.
- Curiosidad o especial interés por lo desconocido, esotérico y misterioso.
- Inmadurez e identidad no consolidada.
- Tendencia a ser una personalidad dependiente de otras más líderes.
- Ausencia de padres por carencia de guía, dirección, control, atención y afectos positivos.
- Trastornos en la formación de la personalidad. Puede verse tendencia a la depresión, falsa seguridad.
Esta lista, necesariamente incompleta de dificultades emocionales y cognitivas, son elementos de vulnerabilidad que predisponen a las personas a ser víctimas de procesos de enfermedades mentales leves o graves, distorsiones de su personalidad o enfermedades piscosomáticas, o ser víctimas de sectas que dan una seguridad ficticia: ambiente afectivo, pertenencia a un grupo, ser bien recibido y alabado, elevar (artificialmente) la autoestima, trabajar para una misión y tener a alguien, o un hombre o una pareja, que como padres sustitutos atiendan y calmen todos los problemas y angustias, e incluso puedan proveer satisfacción sexual de variada índole.
Hemos oído con qué alegría personas han recibido expresiones de amor y cariño cuando frecuentaban las sectas: "que era la única", "que era la mejor", "que tenía algo especial".
Marc Galanter cita a "Ellen" quien declara que cuando conoció a sus compañeros de secta se dio cuenta de que la amaban, que era como si la sostuvieran en sus brazos. "Yo era como una beba cuya madre guía sus movimientos y la cuida".
Las antedichas vulnerabilidades pueden inscribirse en lo que en psicología dinámica llamamos "Debilidad del Yo".
La fortaleza del Yo incluye 3 elementos muy importantes y básicos,
- la capacidad de poder tolerar la ansiedad,
- la capacidad de tolerar un grado razonable de frustración,
- la capacidad de controlar los impulsos.
Además, cabe agregar la capacidad de utilizar defensas psicológicas adecuadas, tener un adecuado juicio de realidad y poder sublimar.
Otros elementos que también muestran la fortaleza de un Yo, es la habilidad de habérselas con un moderado estrés, tener un adecuado trabajo, hobbies y/o intereses, y finalmente, la capacidad de tener un adecuado sentido del humor como muestra de salud mental.
Aquellos que han tenido la experiencia de haber pertenecido a una secta y que ya se han recuperado, suelen aconsejar: "Esté alerta con sus vulnerabilidades".
No es despreciable la presión que puede ejercerse sobre la persona cuya fortaleza mental estará puesta a prueba tan duramente que nadie podría decir que saldría absolutamente indemne de tales manipulaciones.
Hay que recordar que las técnicas de manipulación de las sectas son tan poderosas que ellas actúan sobre una persona aunque ésta no se halle experimentando especiales dificultades.
Aunque pequemos de reiterativos, hay que recalcar que la inmadurez afectiva es importante. Algunas de sus características son, entre otras, que la persona tiene mucha dificultad para soportar situaciones displacenteras, frustrantes de la vida, y busca entonces un padre y/o una madre que piensen y sientan por él/ella. Se resiste a aceptar la postergación de los deseos. Tiene sentimientos infantiles hacia los padres y hacia los demás. Tiene problemas en adaptarse adecuadamente a situaciones.
Ex miembros subrayan que si se está sometido a situaciones de tensión creadas por la presión de los exámenes o del grupo social, si se han roto relaciones afectivas, si existen sentimientos de soledad, si hay que tomar decisiones importantes, hay que recurrir como consejeros a personas de reconocida honestidad y trayectoria porque las sectas se aprovechan de estas épocas para atraer y prometer un bienestar que calme el displacer actual.
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