"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

lunes, 3 de agosto de 2020

El Centro de Ayuda Cristiano capta a inmigrantes y personas vulnerables en Madrid.


FUENTE: El Plural
El entorno de la estación de Atocha siempre es vertiginoso. Lo cuenta José Manuel Sánchez en El Plural. Marcado por viajeros cargados de maletas, turistas despistados que se mueven entre el Museo Reina Sofía y el Prado y personas del sur de Madrid que se desplazan a la capital para trabajar, sorprende un local ubicado en el número 12 del Paseo de Santa María de la Cabeza, espacio antes conocido como los Cines Infante.

Se trata del Centro de Ayuda Cristiano, un amplio local que cuenta con una sobria fachada negra en la que se puede leer un vinilo con hasta siete testimonios de miembros de la organización que cuentan cómo se curaron, volvieron a una vida ordenada o dejaron de tener envidia y les fue mucho mejor. Entramos.

Así es un culto

Dentro de la sede, se accede a un enorme salón de cerca de 400 butacas que acoge un culto cada día a las 20 horas adornado con una frase en un dintel negro en el que se puede leer “Jesucristo es el Señor”. Mientras tanto, una voz recuerda que está prohibido grabar. Tras unas notas de órgano comienza la canción con la que se inicia la ceremonia, “Haz la diferencia”. Los aproximadamente cien asistentes cantan al unísono el himno. Los más atrevidos incluso estiran los brazos y se dan golpes en el pecho.

A media canción, el encargado de oficiar la ceremonia, con marcado acento brasileño, insiste en lo mismo que dice la letra: la igualdad no puede existir porque los que se alejan del Señor no pueden ser iguales que los que viven en pecado. Cuando acaba su speech con tono de predicador, prosigue la música.

Tras insistir de nuevo en el mismo mensaje de que la igualdad no existe ni puede ser permitida, llega el momento de las donaciones. Según el predicador presente, es voluntaria. Rápidamente entran a escena varias azafatas con sacos para meter el dinero y datáfonos para aquellos que evitan el metálico. Mientras tanto, insisten: “Esto es una iglesia, aquí se viene a orar”.

Inscritos legalmente en España desde 1993

El Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia señala que el Centro de Ayuda Cristiano registró su actual nombre el pasado 5 de diciembre de 2019. Resulta extraño, dado que en la propia web de la secta datan su llegada a España en 1993. De hecho, la búsqueda de imágenes antiguas del Street View de Google señala que ese local tenía otro nombre en su letrero, “Familia Unida”.

Se trata de una estrategia ya conocida de la Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), que ha empleado diversos nombres hasta ahora en todo el mundo, como “Pare de Sufrir” u “Oración Fuerte al Espíritu Santo”, además de los ya mencionados. De hecho, aunque lo omite el reportaje de El Plural, en España ya estaba legalizada como “Comunidad Cristiana del Espíritu Santo” desde 1993 (con los últimos estatutos aprobados en 2011) y con la misma dirección.

Su modus operandi consiste en celebrar el culto, el que se invoca a Jesús y al Espíritu Santo, tres veces al día. En ocasiones, tal y como señalan fuentes consultadas por El Plural, llegan a exponer supuestas “telas de Jesús” a los fieles de la congregación, así como productos y amuletos curativos del tipo “Tierra de Jerusalén” o “Rosa de Sharon” con los que sanar enfermedades. Por supuesto, todo este tipo de artículos puede adquirirse en el mismo local, en el que también se vende la 'biblia' de la organización, un texto escrito por Edir Macedo.

Así manipulan a sus adeptos

La manera de conseguir financiación del Centro de Ayuda Cristiano se basa en decir que la pobreza es del diablo. Es lo que se ha denominado “teología de la prosperidad”. “Yo no sigo a un Dios pobre. Si su Dios es pobre, es porque sus pensamientos son pobres […]. La pobreza es del diablo; no de Dios”, llega a afirmar Macedo en uno de sus libros.

El dinero entregado a la secta es dinero que se entrega a Dios, y mediante el cual serán bendecidos. Incluso para salir de una enfermedad, la organización pide que se done dinero. No obstante, en los folletos que entregan en su sede, y que cualquiera que pase por la puerta puede coger, advierten de que los testimonios “son fruto de la fe personal” y que “se recomienda seguir las instrucciones de su médico”.

La entidad también se aprovecha de las personas que acuden hasta Atocha, normalmente en situación de vulnerabilidad y fácilmente manipulables, para “colarles” las supuestas piedras curativas. A cambio de una donación, los fieles reciben objetos que pertenecieron a sitios sagrados para el cristianismo. La carga evangélica es mínima. Todo lo que podemos ver en sus redes sociales son consejos, guías sobre cómo comportarse y la petición de donar el 10 % de las ganancias o el patrimonio al Centro de Ayuda Cristiano (el diezmo).

Si a esto le sumamos el perfil de las personas que acuden al Centro de Ayuda Cristiano nos encontramos con una población que roza los cincuenta años, en su mayoría sudamericana que ha migrado a España a tener una vida mejor, que vive en zonas muy humildes y que están sumidas en crisis personales.

De las bandas latinas a la pandemia

Uno de los principales focos de la organización fundada y liderada por Edir Macedo, tal y como señalan varios expertos, corresponde al estudio de las bandas latinas y las familias que pasan hambre por la pandemia. En Onda Madrid, radio pública madrileña, el Centro de Ayuda Cristiano se vendía como “la iglesia más popular entre las comunidades latinas” que se encarga de reinsertar a la gente. Al finalizar una entrevista, el pastor Alberto Díaz señalaba que una de las actividades del grupo es acercarse a los jóvenes a través de su grupo joven y su actividad en las calles en lugares como Puente de Vallecas, donde la renta media no llega a los 10.000 euros anuales.

Allí, dicen, ayudan a los chicos que pertenecen a las bandas, pero también “a las madres, que ya no saben qué hacer con los hijos que están en drogas y malas compañías”, para después invitar a “todos aquellos que quieran un cambio de vida, que quieran salir de las bandas, de las drogas” y a las familias “que quieran tener una nueva experiencia” para buscar “esa paz que sólo Dios nos puede dar”.

También en Youtube, donde retransmiten su predicación y exponen su actividad en medios, muestran cómo han repartido comidas a personas que se han quedado sin ingresos durante la pandemia. En el vídeo, son multitud las personas que aparecen hablando a cámara agradeciendo al Centro de Ayuda Cristiano su labor repartiendo comida. “No hay mejor forma de mostrar el amor a Dios que mostrar el amor al prójimo”, señala una de las protagonistas del vídeo.

El imperio de Edir Macedo

La IURD nace en 1977 cuando su fundador, Edir Macedo, abandona su trabajo como funcionario y se dedica a predicar el Evangelio. Forbes le ha llegado a situar como una de las 50 personas más ricas de Brasil con una riqueza de 3.000 millones de reales brasileños, unos 850 millones de dólares. En 2009, Macedo fue detenido junto con varios miembros de la secta acusados de blanqueo de dinero y pertenencia a banda delictiva por usar el dinero otorgado por los fieles en su beneficio.

El Grupo de Acciones Especiales contra el Crimen Organizado (GAECO) de Brasil descubrió que entre 2001 y 2008, Macedo ganó 4.000 millones de dólares sólo en Brasil a través de su “teología de la prosperidad. La mitad de ese dinero fue depositado por colaboradores del autodenominado “obispo” en diferentes cuentas bancarias; el otro 50 %, transferido. Tal es la cantidad de dinero que posee, que incluso el FBI destapó que ostenta dos apartamentos en Collins Hills, un condominio (es decir, una propiedad compartida) de lujo en Miami, valorados en 2,1 millones de dólares y 4,7 millones de dólares, respectivamente.

Además, las transferencias se destinaron a dos empresas ubicadas en los paraísos fiscales de Islas Caimán e Islas del Canal, y el dinero volvía a Brasil en forma de préstamos a miembros de la secta que también estaban dentro de la trama. De esta forma, Macedo se convirtió en una de las personas más influyentes del país, llegando a tener 23 canales de televisión y 42 emisoras de radio.

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