"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

domingo, 18 de febrero de 2018

Los enfermos de cáncer y las pseudoterapias: entre la impotencia y la estafa


Secretaría RIES, el 4.02.18

Susana, enfermera, murió sola y sumida en el dolor de un cáncer de pulmón por la recomendación de un gurú para que se alejara de su familia; Lucía está desesperada porque su madre, con un cáncer de mama potencialmente curable, ha decidido no operarse y ha abrazado la Nueva Medicina Germánica. Son sólo dos ejemplos de cómo las pseudociencias pueden atrapar a los enfermos de cáncer. Lo cuenta Ana Soteras en este reportaje de la agencia Efe.

El riesgo de las “terapias naturales”
En el Día Mundial contra el Cáncer, el 4 de febrero, sociedades y organizaciones médicas, así como asociaciones de pacientes alzan la voz ante la influencia que las pseudociencias pueden tener sobre uno de los grupos más vulnerables: los pacientes oncológicos y sus familiares.

Hay cientos de terapias consideradas complementarias o alternativas cuya característica común es carecer de la suficiente evidencia científica que pruebe su eficacia. Además, se presentan como técnicas naturales en contraposición al uso farmacológico de la medicina convencional.

El Ministerio de Sanidad de España, en un documento de 2011, identificó 139 técnicas en el ámbito de las terapias naturales: desde la homeopatía, medicina naturista o reiki hasta distintas terapias para la mente y cuerpo.


Muchas de ellas pueden resultar inocuas si se utilizan como vía de bienestar, pero el riesgo radica en aquellas que tienen una incidencia directa sobre la salud y se convierten en terapias que terminan sustituyendo a los tratamientos testados por la investigación científica.
La realidad sectaria
“Las pseudociencias son la puerta de entrada a todo un mundo esotérico. Detrás se esconden grupos sectarios que van más allá de proporcionar relax y captan a quienes están más predispuestos a creer en algo más, como los enfermos”, advierte Emilio Molina, vicepresidente de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP).

Y menciona, en especial, a aquellas terapias que consideran que la enfermedad es fruto de un conflicto emocional del paciente con personas de su entorno y le convencen para alejarse. Esta es la filosofía de la Nueva Medicina Germánica, liderada por el condenado y ya fallecido médico alemán Ryke Geerd Hamer, y sus derivadas: la Bioneuroemoción y la Biodescodificación.

“Utilizan la estrategia del miedo, de la incertidumbre y la duda. Explotan el tema emocional y el sentimiento de culpa” de los pacientes, muchos de ellos en situación desesperada, y les ofrecen “terapias naturales sin efectos secundarios” haciendo que abandonen la “agresividad” de los tratamientos médicos contra el cáncer, lo único comprobado científicamente que puede controlar el progreso de los tumores, explica Molina.

El caso de la madre de Lucía
Y eso le ocurrió a la madre de Lucía (nombre ficticio para preservar la intimidad). Diagnosticada de cáncer de mama localizado y potencialmente curable decidió no someterse a cirugía y buscar otras alternativas relacionadas con las pseudociencias.

“Se topó con la Nueva Medicina Germánica después de haber experimentado con dietas extrañas, haber bebido agua de mar y ahora está tomando MMS”, comenta en referencia a una lejía industrial diluida al 28 % y prohibida por la Agencia Española del Medicamento, un producto que algunos grupos pseudocientíficos publicitan como cura contra el cáncer.

“Es imposible convencer a mi madre porque niega estar enferma. Ellos le dijeron que ya estaba curada y que no era necesario que se hiciera pruebas médicas. Cuando le sacas el tema, se distancia y yo lo único que no quiero es perder la relación con ella”, se lamenta Lucía, quien teme que cualquier día las malas noticias la sorprendan.

Estadísticas mortales
Un estudio de la Universidad estadounidense de Yale, publicado en agosto de 2017 en Journal of the National Cancer Institute, refleja que mujeres con cáncer de mama que optaron por la medicina alternativa aumentaron su riesgo de muerte un 470 %; un 360 % los pacientes de cáncer colorrectal y un 150 % los de pulmón al comparar un grupo de 281 pacientes con cánceres no metastásicos que escogieron estas terapias pseudocientíficas frente a otros 560 que siguieron la medicina convencional.

Desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), su vicepresidente, Álvaro Rodríguez-Lescure, advierte de que estas terapias pseudocientíficas no sirven como tratamientos alternativos ni complementarios, porque son “ineficaces”, y existe el riesgo de que interfieran o que se abandone el tratamiento médico, además de levantar falsas expectativas y suponer un perjuicio económico.

El también jefe de Oncología del Hospital General Universitario de Elche (Alicante) se muestra contundente: “Es la medicina basada en la evidencia científica la que hay que aplicar”, aunque reconoce que ésta también tiene sus lagunas y defiende una atención integral.

“El oncólogo en su consulta no puede mirar a otro lado, hay que dar información para que los pacientes nos consulten antes de recurrir a otras vías que, además del tratamiento médico, les ayuden en su recuperación. La mayoría son inocuas, pero hay que identificar los riesgos”, manifiesta Rodríguez-Lescure.

La implantación de las pseudociencias
Experiencias, avisos y peticiones de ayuda llegan cada día a la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP), que ha recibido más de 600 reportes a través de su web, de los que más de la mitad advertían de determinadas prácticas relacionadas con las pseudociencias y de aquellos que las lideraban. Entre ellos, el caso de Susana, una enfermera que, aconsejada por un gurú, decidió no someterse a los cuidados paliativos para su cáncer terminal de pulmón y murió sumida en el dolor y sola, alejada de sus seres queridos.

Pero apenas existen datos de implantación de unos movimientos con un altavoz cada vez más potente gracias a internet y las redes sociales pero con una mayoría de seguidores silenciosos por miedo a la presión social.

“La Bioneuroemoción surge en España pero pronto se desperdiga por todos los países latinoamericanos, sobre todo al inicio en Cuba y actualmente en México y Argentina. En Latinoamérica, quizá por un sistema sanitario con mayores carencias en algunos lugares, los movimientos pseudoterapéuticos (muchos importados y otros oriundos producto de su folclore) tienen mucha pegada”, comenta el vicepresidente de APETP.

Pero apenas existen entidades oficiales que controlen a estos movimientos. “Hasta donde sabemos –añade–, en Estados Unidos reina el caos y no existe persecución proactiva, mientras que en Francia y Bélgica sí existe algún organismo”.

“España se sitúa en una posición más combativa en comparación con otros países. Al menos no se está promoviendo de forma oficial fraudes sanitarios, como ocurre en Suiza, Francia o Alemania”, apunta este informático, también vocal de RedUNE, movimiento de prevención contra las derivas sectarias.

Los médicos españoles, preocupados
Hace casi un año nació el Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias de la Organización Médica Colegial de España (OMC). “Queremos desenmascarar, dentro de nuestras posibilidades, ese mundo oscurantista y fuera de ley” donde también ejercen médicos y otros profesionales sanitarios alejándose de los códigos éticos de su profesión, apunta el coordinador, Jerónimo Fernández Torrente.

“Se trata de una herramienta abierta a profesionales y ciudadanos para denunciar estos engaños, para ampliar el conocimiento de los médicos sobre este mundo pseudocientífico, para estar alerta ante la petición de actos y cursos disfrazados de bonhomía y para enseñar a los colegios profesionales provinciales a manejar los procedimientos de denuncia”, explica el doctor.

Este órgano ha recibido ya más de 300 comunicaciones a través de su web, tanto de afectados por las pseudociencias, como alertas sobre la actividad de centros o profesionales, que el Observatorio remite a las consejerías de Sanidad y ayuntamientos correspondientes.

“Pero también es intención presentar denuncias expresas ante la Fiscalía contra webs que publicitan sin control todo este tipo de pseudociencias. Estamos trabajando en la elaboración de esas denuncias, además de en el procedimiento de cada colegio provincial para denunciar a los médicos que ejerzan esas pseudociencias”, apunta Fernández Torrente.

Una legislación infrautilizada
Y es que ya no es sólo cosa de curanderos y charlatanes sin formación que lo hacen por dinero o por creerse salvadores, sino que también hay médicos, psicólogos o enfermeros implicados, muchos de ellos por convicción, además de por negocio.

Existen leyes que instan a perseguir determinadas actividades y la comercialización de productos fraudulentos (como la ley de Profesiones Sanitarias de 2003 o el Código Penal que establece penas para el intrusismo profesional).

“Pero el problema es que no se están aplicando. Desde el Gobierno se lanzan balones a las comunidades autónomas y viceversa. Mientras no haya una condena ejemplarizante y disuasoria para terceros, aquí no va a pasar nada”, opina la presidenta de APETP, Elena Campos-Sánchez, una doctora en Ciencias Moleculares empeñada en desenmascarar estas prácticas.

Además, quienes desean enfrentarse a esas redes no encuentran la vía, como le ocurre a Lucía en la defensa de la salud de su madre: “Me siento sola y desesperada. Cuando he buscado ayuda me han dicho que se trata de una persona mayor de edad y que había decidido su camino. Pero no es una decisión tomada con información veraz, la están engañando”.

Cualquier paciente vulnerable, en la diana
Las asociaciones de pacientes pueden ser un caladero para los movimientos pseudocientíficos. “Nosotros tratamos de poner el foco donde vemos algo que trate de atacar al paciente, intentamos defenderlo y denunciar cualquier terapia que prometa luchar contra el cáncer”, manifiesta Begoña Barragán, presidenta del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC).

“Estamos preocupados porque desde internet, las redes sociales o los congresos que celebran es fácil acceder a los pacientes que, en muchos casos, quieren escuchar que algo les va a curar, les va a aliviar, pero la mayoría de las veces esto es mentira. Día a día nos encontramos con estas situaciones”, señala Barragán.

Situaciones que abarcan a enfermos de cáncer y familiares de todos los estratos sociales, incluso algunas de estas terapias están más seguidas por personas con mayor formación y recursos económicos, ya que precisamente no son baratas. Hay personajes famosos que reconocen públicamente ser seguidores.

“Hemos alcanzado buenas cuotas de bienestar y es normal encontrarnos con modas o corrientes, como los que beben agua cruda o los movimientos antivacunas”, asegura el oncólogo Rodríguez-Lescure.

El cáncer está en el punto de mira de muchas pseudociencias, pero especialmente los pacientes terminales y los niños, cuyos padres hacen a veces lo imposible para sanarlos. Pero también el autismo o las enfermedades degenerativas están en la diana. Víctimas todos ellos de una situación entre la impotencia y la estafa. 

Categorías : Pseudoterapias y pseudociencias
(http://www.infocatolica.com/blog/infories.php/1802031219-los-enfermos-de-cancer-en-pel#more35288)

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