"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

viernes, 8 de diciembre de 2017

Desterremos al usurpador Santa Claus de nuestras fiestas navideñas y dejemos lugar al Niño Dios


Santa Claus es un mero personaje de ficción, inventado para aumentar las ventas
de ciertos productos. La secularización y el relativismo han favorecido
su difusión masiva y han contribuido a que desplazara al Niño Dios
Único Dueño de la Navidad, del centro de la atención de las fiestas navideñas.
Debemos desterrarlo de la Navidad, puesto que NADA tiene que hacer 
en nuestra fe católica.


Es hora que todos los Cristianos defendamos nuestras fe y recuperemos la verdadera historia de nuestro querido San Nicolás y le enseñemos a nuestros niños que la Navidad es la celebración del Nacimiento de Dios hecho niño.
La imagen que conocemos actualmente del clásico "Santa Claus", fue modificada por el inmigrante Alemán recién llegado a Nueva York, el protestante Thomas Nast quien lo ilustra para el semanario “Harper” en 1864 mostrándolo con el traje rojo, las botas negras, un gran saco de juguetes y entrando en una chimenea.
Como San Nicolás fue obispo de la Iglesia, se le representa con un vestido en rojo, y eso agradó muchísimo a muchos agentes publicitarios en el occidente, y grandes corporaciones comenzaron a utilizarlos en sus campañas publicitaria pre Navideña, y así, mediante mensajes cautivadores, atrapar a los consumidores en sus productos, distorsionando mucho más la imagen de este Santo Obispo.
En la actualidad, ya la mitra de obispo le fue desaparecida por completo y en su lugar le colocaron un gorro rojo, le inventaron que tiene un sitio secreto donde vive en el Polo Norte y tiene enanos mágicos trabajando para él todos los días del año. ¿Y todo esto por qué?: por el gran Marketing publicitario que genera y por la incitación al Consumismo desmedido.
San Nicolás de Mira (como se le denomina en oriente) o San Nicolás de Bari (occidente) nació en el año 310 después de Cristo en Parara de Licia, en un tiempo de persecución, donde la enseñanza de la doctrina de Jesús suponía estar en contra del Imperio Romano.
Sus padres murieron atendiendo enfermos de una epidemia que azotó el poblado donde, y él quedó entonces, como heredero de una gran fortuna. ¿Qué hizo con ella?, lo que todo gran santo haría: repartió sus riquezas entre los pobres y se fue a un monasterio en donde se hizo monje.
Contaba también con la gracia de tener un tío que era obispo y este, al ver las virtudes que tenía su sobrino, lo llevó por los caminos del Señor y luego de un breve periodo lo consagró como sacerdote.
San Nicolás, Obispo por la gracia de Dios
San nicolás, sientiendo el ardor deseo de visitar las tierras donde vivió y murió nuestro Señor Jesús, emprendió un peregrinaje a Tierra Santa, y luego de regresar a la ciudad de Mira (en Turquía) se encontró con que los obispos y sacerdotes estaban en el templo discutiendo a quién deberían elegir como nuevo obispo de la ciudad, ya que recién se había muerto el anterior.
Los obispos, después de mucho discutir y no llegar a ningún acuerdo, se dijeron entre si:
"Elegiremos al próximo sacerdote que entre al templo".
Y en ese preciso instante, sin saber nada de esto, entró San Nicolás por esa puerta, los Obispos sintieron que esto era obra del Espíritu Santo y por aclamación unánime fue elegido obispo. Por eso se le conoce también por el nombre de San Nicolás de Mira
Posiblemente San Nicolás participó en el Concilio de Nicea en el año 325, donde se condenó la herejía arriana que ponía en duda la divinidad de Jesucristo y se instituyó el credo Nicenciano.
Por otra parte, su nombre no aparece en las antiguas listas de los obispos que participaron en el concilio. San Metodio afirma:
"Gracias a las enseñanzas de Nicolás, la metrópolis de Mira fue la única que no se contaminó con la herejía arriana la cual rechazó firmemente, como si fuese un veneno mortal".
Un celo inagotable por la justicia
Cuando el gobernador Eustacio había sido sobornado para condenar a tres inocentes, Nicolás se presentó en el momento de la ejecución, detuvo al verdugo y puso en libertad a los prisioneros. Reprendió entonces a Eustacio, hasta que éste reconoció su crimen y se arrepintió.
En esa ocasión habían presentes tres oficiales que mas tarde, al verse ellos mismos en peligro de muerte le rezaron a San Nicolás.
Esa misma noche el santo se apareció en sueños a Constantino y le ordenó que pusiese en libertad a los tres inocentes.
Constantino interrogó a los tres y al darse cuenta por ellos de que habían invocado a San Nicolás, los envió libres al santo obispo con una carta en la que le rogaba que orase por la paz del mundo. Durante mucho tiempo ese fue el milagro mas famoso de San Nicolás.
Muerte y devoción a San Nicolás
Después de su muerte el 6 de diciembre, de 345 o 352, creció su devoción y aumentaron los reportes de sus milagros. Se convirtió en el patrón de los niños y marineros.
En el siglo VI, el emperador Justiniano construyó una Iglesia en Constantinopla en su honor. Fue nombrado también patrono de Rusia y, gracias a los zares, su devoción aumentó hasta tener mas iglesias dedicadas a su nombre en Rusia que ningún otro santo fuera de la Virgen María.
Leyenda de los tres niños
Estaba San Nicolás de camino de Nicea para asistir al concilio acompañado de Eudemo, obispo de Pátara, y tres sacerdotes más, se detuvieron al caer de la tarde en una posada donde determinaron pasar la noche. Al servirles la cena el dueño de la posada puso sobre la mesa una fuente con tajadas de carne en salmuera.
En el momento en que San Nicolás fue a echar la bendición, se le reveló que aquellas viandas no eran de otra cosa que de carne humana.
El dueño de la posada era un asesino que, de vez en cuando, mataba a un huésped y salaba la carne, que ofrecía después a viajeros.
Las últimas víctimas habían sido tres niños, que se encontraban despedazados en una cuba.
San Nicolás acusó al asesino de su horrendo crimen y, como el mal hombre lo negó todo, el Santo invitó a todos los que se encontraban allí a que le acompañasen a la bodega, donde, se puso en oración frente a una cuba sellada, y luego salieron de ella los tres niños vivos y completamente sanos, saltaron de alegría dando gracias al Santo por su intercesión.
Leyenda de los marineros.
Durante una hambruna, el santo pidió que se organice una flota para llevar grano a un pueblo que sufría hambre. La flota sobrevivió una terrible tormenta gracias a la bendición del obispo.
En otra oportunidad estaban unos marineros en medio de una terribilísima tempestad en alta mar, empezaron a rezar a Dios diciendo:
"Oh Dios, por las oraciones de nuestro buen Obispo Nicolás, sálvanos".
Y en ese momento vieron aparecer sobre el barco a San Nicolás, el cual bendijo al mar, que se calmó, y en seguida desapareció.
Leyenda de las tres doncellas
Se cuenta que en la diócesis de Mira un vecino de San Nicolás se encontraba en tal pobreza que se decidió a exponer a sus tres hijas vírgenes a la prostitución para sacar de ese vil mercado el sustento para él y para ellas... Sin dinero no podían pagar la dote de una, por lo que ninguna se podía casar.
Para evitar eso, San Nicolás tomó una bolsa con monedas de oro y, al amparo de la oscuridad de la noche, la arrojó por la chimenea de la casa de aquel hombre.
Con el dinero se casó la hija mayor. Luego de un tiempo, hizo lo mismo para favorecer a las otras dos hermanas y al fina las tres se pudieron casar
En diferentes lugares a San Nicolás se le conoce como el patrón de marineros, mercantes, panaderos, niños y viajeros.
Los marineros tienen una estrella llamada "la estrella de San Nicolás" y se desean buen viaje con estas palabras: "que San Nicolás lleve tu timón". Su imagen se representa en el arte en diferentes formas según sus milagros.
Es además Patrono de Rusia, de Grecia y de Turquía. En Roma ya en el año 550 le habían construido un templo en su honor.
San Nicolás, ruega por nosotros.
(https://www.facebook.com/horacio.alveolite/posts/10213274530210920)

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