"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

lunes, 3 de diciembre de 2012

Nueva Era de Acuario, la Trampa de los Demonios (3/6)



Capítulo 3: Doctrinas, teorías y personajes de la Nueva Era

El concepto de cultura describe el saber científico, las tradiciones sociales, las creencias religiosas, la actividad de las personas, los modos de vida de los pueblos, el desarrollo artístico e industrial, los deportes y la política. Lo anterior lo maleó la nueva Era de Acuario, ya que sus precursores establecieron como meta el dominio del mundo y esto en gran parte lo consiguieron por medio de un proyecto que abarca todos los aspectos del quehacer humano.

No son casuales los sucesos que perturban la vida, en estos últimos tiempos. Ellos surgen de los planes elaborados desde hace siglos por los agentes del mal y que se amoldan al desarrollo tecnológico, económico, político y cultural del mundo, en los últimos siglos. Esos proyectos, lentamente fueron acoplando a la humanidad a una manera de ser y de actuar que cambió radicalmente muchas costumbres y maneras de pensar.

La conspiración de la Nueva Era contra la fe cristiana, concebida con sagacidad, penetró el corazón y la mente de la humanidad. Sin que lo percibieran, muchos cayeron en las redes de los maléficos que idearon múltiples teorías y doctrinas para fomentar la inquietud del hombre por participar en algo que los colme material y espiritualmente.

Los demonios conquistaron la voluntad de las personas en épocas pretéritas, pues la maldad que ahora ocurre es la herencia pérfida de los ideales maléficos creados desde la antigüedad y que ahora se solidifican debido a la apostasía que alienta la Era de Acuario, por cuyo medio funcionan las teorías y doctrinas que le dan sustento a la dominación universal del mal que toma fuerza en los últimos tiempos.

Hay variadas doctrinas impías que son apuntaladas por la Nueva Era, para trastornar al mundo con sus siniestros postulados. Entre ellas sobresalen:

La Ilustración:

Se inició en Francia en el siglo XVII. Fue llamado el “siglo de las luces”, para referirse a la época de la lógica y de la inteligencia que debía dominarlo todo. Sus promotores fueron los burgueses de aquel tiempo que irrumpieron contra el orden establecido. Entre ellos están Montesquieu, Voltaire y Rosseau.

Adquirió notoriedad con la actual oposición de la Era de Acuario a lo sobrenatural, encarnado en Jesucristo. El amor al prójimo lo ejercitan, partiendo de la razón y no de la Revelación de Dios. Por eso afirman que la razón debe dominarlo todo y solo es real lo que se entiende por medio de ella, lo demás, debe rechazarse por ser ficticio e infecundo. Para los ilustrados, el amor debe partir de la razón y no de la revelación, ni de principio supremo alguno. Anhelan como objetivo principal, conseguir la felicidad en este mundo, pues desechan hallarla después de la muerte.

La ilustración fue la primera en practicar el laicismo en Europa, el cual adversa al cristianismo. Las virtudes cristianas las volvieron laicas. Por eso, los ilustrados nunca hablan de caridad o de amor al prójimo por amor a Dios, sino de la filantropía que significa el amor al hombre por el hombre mismo. Objetan el pecado original, lo sagrado y optan por defender las capacidades humanas para obtener el progreso. Mientras se piense que Dios dirige el universo, las leyes universales seguirán en manos de la Iglesia, deteniendo el progreso de la ciencia.

Los ilustrados impulsan la desaparición de la fe en Dios y el poder de la razón, por medio de la cual es posible un progreso ilimitado. Lo racional es bueno y lo demás inexacto. Si los hombres proceden de una misma naturaleza y poseen capacidad de razonar, entonces son iguales a la luz de la razón.

En el combate de la ilustración contra la Iglesia, se le dio más importancia a la publicación de textos relacionados con la filosofía y las ciencias naturales que a los libros santos.

Cuando los ilustrados se distancian de Dios, se generó un movimiento que gestionó la divinización del mundo, para despojar al Creador de su influencia sobe la humanidad, para que esta construyera todo con sus propias reglas.

El Deísmo:

Es útil para la Nueva Era, porque, aunque creen en Dios no reconocen ninguna religión. Su creencia en un ser superior es inseparable de la razón, a la cual le dan más importancia. Dios para los deístas es el universo, la naturaleza y no lo que de Él dicen los libros religiosos. La razón sirve para formarse una idea particular de Dios, es la que facilita la espiritualidad y no la militancia o fanatismo religioso. Por encima de la obsesión religiosa, están la racionalidad y lo espiritual.

Descartan la Biblia y éticamente se guían por los dictámenes de la concia y sus reflexiones sobre los sucesos del mundo y la naturaleza.

El Racionalismo:

Surge en el siglo XVII con René Descartes y aunque la Nueva Era respalda especulaciones más antiguas vinculadas al esoterismo, le da distinción porque la adaptó la prepotencia del “yo soy”.

El Racionalismo dio origen al materialismo filosófico y al ateísmo, los cuales suprimen la posibilidad de que Dios exista. Propusieron la supresión de la religión, especialmente el cristianismo. La Era de Acuario al principio acogió al ateismo pero luego lo relegó sutilmente, debido a que todavía subsisten vestigios de Dios en muchos de sus adeptos. Ahora dicen hipócritamente que Dios si existe, pero no es una persona, sino una energía, una fuerza, una conciencia. Al Dios verdadero no lo necesitan, porque viven de sus fruiciones hedonistas. Se creen sabios y bondadosos, pero en realidad son los inventores y promotores de las crueldades que azotan a los excluidos de bienestar social y espiritual.

La supremacía de la razón la glorifica la Era de Acuario por medio de la divinización del mundo, de las estrellas y los planetas. La nueva noción de Dios está supeditada a la capacidad del hombre para divinizarse por sí mismo, a través de la meditación y del progreso de una conciencia llamada “crística” que abarca tres escenarios: “Dios está dentro de mí”, “Dios y yo somos la misma conciencia” y por lo tanto, “yo soy Dios”. La distinción de la razón o conciencia superior y perfecta, es lo que definen como “cristificación”. Estas infamias laceran la verdad de Jesucristo como Mesías, el Enviado, el Hijo de Dios hecho hombre para revelar la Redención y la supresión del mal.

Rousseau, Voltaire y Diderot afianzaron el racionalismo en contra de la religión y crearon “el esclarecimiento” que planteó el derecho a pensar libremente. Voltaire fue un exaltado pensador en contra del cristianismo. Refiriéndose a la cristiandad y a la Iglesia Católica, afirmó: “Aplastad a la infame”. Defendió al “Deísmo”, en el cual se basó para seguir blasfemando a Dios. Decía que Dios no atendía al mundo, después de haberlo creado.

El Racionalismo Religioso: 

También se conoce como “Teología Liberal”, cuya característica malévola es minimizar o erradicar la Verdadera Fe del corazón y la conciencia de los cristianos. Este adefesio explica erróneamente las Sagradas Escrituras y suprime los hechos en ellas narrados, cambiándolos por fábulas o mitos. Sus teólogos se sobreestiman, no se someten a la palabra de Dios, son desobedientes a la Jerarquía Eclesiástica y tergiversan la su Santa Voluntad de Dios, pues le quitan su Divinidad.

El Liberalismo Filosófico:

El hombre debe ser autónomo ante Dios y las leyes morales que rigen la conducta. Solo existe la verdad que satisfaga los anhelos individuales. García Pelayo dijo: “Los valores individuales son superiores a los colectivos y el individuo decide su destino y hace su historia”.

Pablo VI lo reprueba en su encíclica “Octogésima Adveniens”, cuando dice que “en su raíz misma el liberalismo filosófico es una afirmación errónea de la autonomía del individuo en su actividad, sus motivaciones y el ejercicio de la libertad”.





El Utilitarismo: 

Jeremy Benthan es el padre del utilitarismo y se inspiró en la teoría del epicureismo para crear la suya. El hombre como ser material, debe buscar felicidad material. La vida debe ser placentera, evitando siempre los sufrimientos. Decía Benthan: “la naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno de dos señores soberanos: el dolor y el placer. Ambos nos gobiernan en todo lo que hacemos, en todo lo que decimos, en todo los que pensamos. Cualquier esfuerzo que hagamos para liberarnos de nuestra sujeción a ellos, no hará sino demostrarla y confirmarla”. Según este criterio materialista, donde no interviene nada espiritual, todas las acciones humanas deben evitar el dolor y obtener placeres.

EL modernismo:

Surgió en el siglo XIX como corriente cultural que cambió lo antiguo por lo novedoso. Por influencia de la Nueva Era, algunos teólogos modernistas tratan de implantar dentro de la Iglesia una nueva manera de interpretar la doctrina cristiana.

El modernismo Católico rebate el significado de las creencias ancestrales y los dogmas Bíblicos aceptados desde siempre, los consideran símbolos y no verdades incuestionables. La disciplina clerical es rebatida; de allí surgió la rebeldía contra la jerarquía Eclesiástica.

El modernismo fue objetado por el Papa Pío X, quien en 1907 emitió un decreto titulado “Lamentabili Sane (con resultados lamentables)” donde enumera y condena como heréticas, falsas, temerarias, audaces y ofensivas, 65 propuestas de los revoltosos modernistas. Treinta y ocho de esas proposiciones, se referían a críticas contra la Biblia. En ese mismo año, el Papa público la Encíclica “Pascendi dominici gregis (de las obligaciones principales)”. Allí la Iglesia define al modernismo como “una clara alianza entre la fe y la falsa filosofía y el orgullo que despierta el espíritu de la desobediencia”.

El modernismo es un estilo mundial de la burguesía que se hace profano. Surgen las modas y con ellas la necesidad de renovar y cambiar hasta la forma de pensar. Los que agravian a Dios, aprovecharon los cambios suscitados en el mundo, para continuar su malvada tarea de dañar al cristianismo y provocar el desorden ético y religioso que se extiende por doquier, como un preludio al retorno de Jesús.

El Papa Pablo VI, también se refirió al modernismo: “es la revolución más peligrosa con la que la Iglesia ha tenido que enfrentarse y que todavía la azota severamente. Esta revolución es un proceso de propia demolición que trata de empujar a la Iglesia al final del camino a la perdición. Los tres padres responsables de la perversión conocida como modernista son: 1. Antepasado religioso, la reforma protestante. 2. Padre filosófico, el esclarecimiento. 3. Linaje político, procedente de la Revolución Francesa”. “Los modernistas se apoderan de las cátedras de los seminarios y las universidades y los convierten gradualmente en cátedras de pestilencia”. “Los modernistas tratan de todas formas de disminuir y debilitar la autoridad. Ellos se proponen acabar con el mismo magisterio eclesiástico, falsificando sacrílegamente su origen, carácter, derechos y repitiendo las calumnias de sus adversarios”.

Para los modernistas anticristianos, los católicos deben separarse del resto de los ciudadanos del mundo, los sacramentos son simples símbolos o señales, la Biblia tiene errores respecto a la ciencia y la historia, los dogmas de la Iglesia son contradictorios, la Resurrección de Cristo no fue un hecho histórico. Con todo lo anterior, se han estructurado herejías y blasfemias que han utilizado los maleantes de la Era de Acuario, para elaborar sus calumnias. Con ellas embaucaron a millones se personas que ahora reniegan de la Fe, de Jesucristo y son los apostatas de estos tiempos aciagos.

Cuando las tendencias modernistas aparecieron, también lo hizo la Virgen María en La Salette, Francia. Allí, a los niños Melanie Calvat y Maximin Giraud, les dio varios mensajes que prevenían al mundo de lo que ocurriría con toda la maldad de finales del siglo XIX y del siglo XX en su totalidad, entre las cuales esta el modernismo. Entre otras cosas, la Virgen les señaló: “En 1864, muchos demonios serán desencadenados y acabarán poco a poco con la fe, aun en los dedicados a Dios. Los cegarán de tal manera y a menos que gocen de una gracia especial, asumirán el espíritu de los ángeles infernales. El mal abundará en libros malos y los espíritus de las tinieblas difundirán por todas partes relajamiento de todo lo que constituye el servicio de Dios. Tendrán gran poder sobre la naturaleza y se construirán templos para servirlos”. Qué gran verdad expresó la Santísima Virgen en esos días. Los sensatos no ocultan la gran similitud entre lo expresado por La Madre de Dios y los actos perversos de aquellos tiempos, los cuales han prevalecido y aumentado de manera inclemente más allá del siglo XX.

Entre los libros malos escritos en esos años, se destaca “El Capital” de Carlos Marx. En él se proclama el ateismo y se vilipendia a la Iglesia cuando la compara con una droga que adormece la voluntad de la gente. También se construyeron en todo el mundo, muchos antros donde se idolatra a los demonios.

La Reforma Protestante:

Surgió en el siglo XVI por medio de Martín Lutero, como reflejo de la crisis que sacudió a la Iglesia Católica. Produjo el surgimiento de varias sectas cristianas que rechazaron la autoridad del Papa. Su objetivo fue restituir aspectos de la Iglesia primitiva y desconocer los resultados de los concilios católicos efectuados a través de la historia del cristianismo.

Las críticas de Lutero a la corrupción de algunos sacerdotes, fomentaron resentimientos y guerras religiosas en Europa; además, instauró la desobediencia a los Sacramentos de la Iglesia y los redujo a tres. La Iglesia lo declaró hereje y lo excomulgó.

Lo ideológico y político de la Reforma Protestante, es usado por la Nueva Era para dar fuerza a las congregaciones protestantes que combaten con furor a la Iglesia Católica. Mucha de su doctrina se impuso en la Revolución Francesa y allí se hallan los cimientos del laicismo estatal y de la tolerancia religiosa que tanto perturba la disciplina eclesiástica.

El Relativismo:

El 6 de agosto del año 2000, la Congregación para la Doctrina de la Fe, cuyo Prefecto era el Cardenal Joseph Razitger, actual Sumo Pontífice Benedicto XVI, elaboró un documento titulado “DOMINUS IESUS”, donde se aclara la posición de la Iglesia con relación al relativismo. Posteriormente, antes de ser electo Papa, hizo fuertes críticas a lo que llamó “la esclavitud del relativismo” al que se someten millones de personas en el mundo.

El Relativismo es cualquier doctrina que niega la validez universal de los valores morales y cristianos.

En lo religioso, el relativismo afirma que todas las religiones son iguales y si hay algo de salvación se puede conseguir con cualquier criterio místico. Esa es una de las felonías más sonadas de la Era de Acuario. La Comisión Teológica Internacional en 1977, publicó el documento “El Cristianismo y las religiones” que da luz con relación a esa conjura. En él se explica la carencia de soporte que tiene la teología que impulsa la idea turbulenta del pluralismo religioso, en el propósito redentor de Jesucristo.

El relativismo de la Nueva Era, censura las verdades absolutas relacionadas con Dios y el hombre ¿Dios es relativo?, ¿también lo es el diablo? Todo depende de cómo los relativistas vean estas dos realidades. Los cristianos creen que fuera de Dios está la maldad encarnada por satanás. El relativismo conceptúa al bien y al mal, de acuerdo a las circunstancias e intereses particulares o grupales.

Las sociedades esclavizadas por el relativismo, no tienen códigos de ética definidos y en ellas suceden hechos que maltratan el dogma de los Mandamientos. Loa países donde sus gobiernos certifican el matrimonio entre homosexuales, son esclavos del relativismo, porque abandonaron el concepto ortodoxo del mal moral y religioso. Sólo actúan de acuerdo a lo exigido por un sector de la sociedad. Lo mismo ocurre en otros ámbitos del quehacer social: la moda, el matrimonio, la educación, la política, los modelos económicos y la familia. En todo hay distorsión ética estimulada por las pasiones disolutas, porque debe aceptarse lo malo que es bueno para los transgresores.

La influencia aciaga del relativismo, desbarató la honestidad de las personas. Si se roba no es malo, porque lo asaltado lo necesita el ladrón. Si alguien mata no hay que castigarlo, porque por algo lo hice. Si se consumen drogas o licor, es para divertirse. Si una mujer aborta no es diabólico, pues busca conservar su figura física y evitar el aumento poblacional. Si un gobernante le declara la guerra a cualquier país o a sus opositores internos, hay que respaldarlo porque busca mejorar a su pueblo o a sus conmilitones. Así, todas las infamias son positivas y “sálvese quien pueda”.

El relativismo es patrocinante del materialismo. Descarta la devoción única a Dios. Debe complacerse solo la avidez de los sentidos corporales. Ese materialismo no establece normas de conducta permanentes y las cambia en consonancia con lo que denominan el “proceso evolucionista de las ideas y el comportamiento social, cultural, económico y político”. De acuerdo a esto, no hay principios éticos universales.

El Neopaganismo:

Descartado el cristianismo, los neopaganos de la Nueva Era actúan en adhesión con lo que llaman “los espíritus de la tierra”, la religión natural, matriarcal y mágica. Retornaron a la temporada natural de las fiestas agrícolas, donde se da culto a los ciclos de los astros.

Otras acciones neopaganas impulsadas por la Era de Acuario, descartan la identificación con Dios y auspician el feminismo, la ecología, la segregación racial, la oposición a la globalización, el cuestionamiento a los cánones morales de la Iglesia y la libertad sin límites.

El Fundamentalismo: 
Se originó en el protestantismo cristiano norteamericano. Lo emplea la Era de Acuario, para reforzar su táctica devastadora contra la Iglesia de Jesucristo. Mientras más desunidos estén los cristianos, mayores son las posibilidades de ser atrapados por los sibilinos acuarianos, pues sus estratagemas son atrayentes.
Los fundamentalistas se Sujetan fervientemente a las prácticas religiosas y se vinculan al fanatismo político y militar, en el cual el Islamismo se considera como un camino de poder terrenal. La conducción de los arrojos religiosos por el camino de la política, es próxima a la tradición islámica. En concordancia con esto, se propaga una interpretación revolucionaria del Islam que acaricia a la teología cristiana de la liberación, y que ha combinado el terrorismo occidental inspirado por el marxismo, con el islámico fundamentalista.

El fundamentalismo islámico se vincula con las ideas socialistas relacionadas con la liberación. El Islam erróneamente es exhibido como el indiscutible cauce de la lucha por la liberación de los pueblos agobiados por “infieles y cruzados”. Por esta vía, se han encontrado el marxismo y el Islam revolucionario que combina religión con política, en contra del capitalismo autoritario.

En contraposición a lo anterior, Marruecos expresó su preocupación por el futuro del Islam: “una interpretación del Islam que considere como su núcleo la entrega a Dios, está reñida con una interpretación político-revolucionaria en la cual la cuestión religiosa se convierte en parte de un chauvinismo cultural y con ello se subordina a lo político. No deberíamos disponernos con tanta ligereza al análisis de un fenómeno tan complejo como éste. El Islam, tan seguro de sí mismo, actúa desde lejos sobre el Tercer Mundo como algo más fascinante que un cristianismo dividido consigo mismo”.

El Sincretismo Religioso;

No le dan importancia a ninguna religión en particular. Todas son iguales en el objetivo de salvar el alma. Quienes más aprovechan esta teoría, son los hechiceros que mezclan a Dios en ritos satánicos, conjuros y encantamientos. Espiritistas, astrólogos, chamanes, santeros, brujos y los demás fulleros que practican la adivinación, son influenciados por los demonios para que se crean poseedores de grandes virtudes y poderes

Al tratar de unificar sectas con la Iglesia de Jesucristo, la Era de Acuario quebranta su decisión de fundarla sobre Pedro: “Tú eres Pedro y sobre ti edificaré mi Iglesia”. Esa incuestionable verdad histórica y religiosa, es la depositaria de la verdad plena de Jesús. Los sucesos negativos de clérigos y feligreses, no socavan la naturaleza fundacional que dio el Salvador a Su Iglesia, porque ella prevalecerá eternamente y no la destruirá el infierno.

El Sincretismo de la Nueva era y el ecumenismo confuso, es contrario a la voluntad de Jesús. Al respecto, el Concilio Vaticano II es contundente: “Quienes rechazan libre y voluntariamente, conociendo a la Iglesia Católica, presidida por el Papa, como medio de salvación querido por Jesucristo, se extravían de su camino y se hacen responsables de su suerte eterna”.

El Gnosticismo: 

Se dice que lo fundó Simón el mago, quien aparece en el Nuevo Testamento perpetrando esoterismos para combatir la Divinidad de Jesús. Sus magias quedaron en quimeras.

El gnosticismo, fue la primera herejía que se declaró en la Iglesia, pues su doctrina mezcló al cristianismo con la filosofía neoplatónica y con las creencias judaicas y orientales como las egipcias, persas y babilónicas, muy de moda en el maremagno sincretista del imperio romano. Esa mezcla hereje se percibe en su carácter iniciático, donde plantean la existencia de doctrinas secretas de Jesús que solo podían ser reveladas a una elite. Ellos tenían acceso a la gnosis o experimentación introspectiva que los llevaba al conocimiento de las verdades trascendentales que producían la salvación.

Los gnósticos también son dualistas, pues el mal y la perdición lo circunscriben a la materia, mientras lo divino y la salvación pertenece a lo espiritual. Siendo así, Jesús no es divino, pues la materia es contaminadora y Él tuvo cuerpo.

Como doctrina antigua, aceptada y utilizada ahora por la Nueva Era de Acuario, el gnosticismo consiente todas las sectas y movimientos esotéricos, pero combate con saña al cristianismo, ya que contraría sus desviaciones doctrinales, sobre todo la relacionada con la Creación del universo por parte de Dios.

La negación del Creador se declara en sus desatinadas siete dimensiones del universo, donde la filosofía, el arte y la religión, son los baluartes de la sabiduría. Con la filosofía dan respuestas a los enigmas de la creación y de la vida. Los gnósticos aseveran que la verdadera religión emana de la conciencia individual, fusionada a la conciencia cósmica, donde predomina el aliento y aquello que no tiene nombre.

En los últimos tiempos, la Era de Acuario se desenvuelve con astucia, para que los gnósticos sean un arma artera en la infame tarea de dañar a la Iglesia Católica. Se ha desatado por los medios de comunicación, libros y películas, una astuta y penetrante campaña de afrentas que a muchos les hace dudar sobre la Divinidad de Jesucristo y la dignidad de la Iglesia Católica, en su misión de guía en el plan de Dios para salvar a la humanidad del enemigo del alma.

Aparecieron unos supuestos manuscritos antiguos, cuyo origen se remonta a los siglos III y IV de la era cristiana, conocidos como “los evangelios gnósticos”, los cuales están destinados a perjudicar los cuatro que fueron escritos en el siglo I y que aparecen en la Santa Biblia.

En el numeral 285 del Catecismo Católico, se lee lo siguiente: “Desde sus comienzos, la fe cristiana se ha visto confrontada a respuestas distintas de las suyas sobre la cuestión de los orígenes. Así, en las religiones y culturas antiguas encontramos numerosos mitos referentes a los orígenes. Algunos filósofos han dicho que todo es Dios, que el mundo es Dios, o que el devenir del mundo es el devenir de Dios (panteísmo); otros han dicho que el mundo es una emanación necesaria de Dios, que brota de esta fuente y retorna a ella; otros han afirmado incluso la existencia de dos principios eternos, el Bien y el Mal, la Luz y las Tinieblas, en lucha permanente (dualismo, maniqueísmo); según algunas de estas concepciones, el mundo (al menos el mundo material) sería malo, producto de una caída y por lo tanto se ha de rechazar y superar (gnosis); otros admiten que el mundo ha sido hecho por Dios, pero a la manera de un relojero que, una vez hecho, lo habría abandonado a él mismo (deísmo); otros, finalmente no aceptan ningún origen trascendente del mundo, sino que ven en él el puro juego de una materia que ha existido siempre (materialismo). Todas estas tentativas dan testimonio de la permanencia y de la universalidad de la cuestión de los orígenes. Esta búsqueda es inherente al hombre”.

Los propulsores de los “evangelios gnósticos”, inducen al ocultismo, neopaganismo y al feminismo radical. Refutan la Divinidad de Jesús, a quien definen como un hombre común que se casó con María Magdalena y tuvo hijos. La blasfemia contra Jesucristo está convenciendo a personas de poca fe, a los pecadores pertinaces y a quienes desean frenéticamente que desaparezca la Iglesia.

Los “evangelios gnósticos” no son documentos cristianos, ni pertenecen a la época de Cristo. Todos ellos forman parte de las armas diabólicas de la masonería, la Era de Acuario y de quienes conspiran en el mundo contra la Santísima Trinidad.

La novela “Código Da Vinci”, es el sensacional reflejo de la podredumbre espiritual que se anida en el alma y la conciencia de los demonios humanos que pululan por el mundo, aguijoneando con su infernal veneno la divinidad de Jesucristo. Ese sacrílego pasquín, colmado de burlas y mentiras, es perversamente elogiado por las legiones de la Era de Acuario, que se solazan leyendo, compartiendo y aplaudiendo la basura más infame escrita en los últimos tiempos contra la Sacrosanta y omnipotente figura de Dios. Allí está reflejada en palabras entendibles, sin mucho contenido filosófico, toda la iniquidad de los históricos detractores del Mesías, entre quienes figuran los gnósticos.

El Existencialismo Ateo:

Fundado por Jean Paúl Sartre, declaró que Dios era irreal y en su lugar había un ser en el que la existencia precede a la esencia. Ese ser es el hombre. Es decir, el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo y después se define.

Para Sartre no hay naturaleza humana, pues no hay Dios para definirla. El hombre no es otra cosa que lo que él hace y es conciente de proyectarse hacia un porvenir. No hay en el cielo nada tangible y el hombre será lo que habrá proyectado ser.

La primacía de la existencia sobre la esencia, significa que el hombre se encuentra y surge en el mundo y después es cuando se define y hace lo que quiere ser. La Nueva Era tomó del existencialismo lo referente a la libertad del hombre para hacer su voluntad. Creen en su capacidad hombre para glorificarse por sí mismo.

El Existencialismo ateo se acentuó más, cuando Sastre publicó su novela “la nausea”.

El Esoterismo:

Es imposible encontrar algún pueblo que no haya practicado el esoterismo. La historia relatada infinidad de acontecimientos, donde aparece el ocultismo, lo enigmático y su influencia en muchas sociedades. En este aspecto, la humanidad ha sido extremadamente rebelde y más ahora, cuando el mundo está inundado por la basura esotérica.

Lo fenómenos sobrenaturales que no son estudiados por la ciencia, o no están descritos en la Biblia, son invenciones del averno. La mezcla de aspectos científicos y bíblicos con lo esotérico, son falsedades con las que los acuarianos justifican sus trastadas, para disimular su porte maléfico. Jamás Dios y la bienhechora sabiduría de los humanos, se juntarán con el esoterismo.

En el execrable esoterismo, auspiciado y desarrollado por la Era de Acuario, e inspirado por los demonios, convergen componendas sutiles que parecen inofensivas y hasta necesarias para la subsistencia humana. Su disfraz engañoso cautiva inclusive a religiosos que se dejan entrampar por las ficciones de tranquilidad espiritual que producen sus talleres, retiros espirituales, consultorios subrepticios y otras artimañas. Hay también el esoterismo frenético, vulgar y cruel de las sectas satánicas, donde acontecen escandalosas ceremonias de magia negra, en honor al diablo.

Otras tretas sutiles, auspiciadas por la Nueva Era son:

La Astrología:

Es la brujería que recurre a los astros, en especial al sol, la luna y las estrellas, para adivinar los acontecimientos que ocurrirán en el planeta y cómo influirán en las personas. A cada quien le asignan un signo zodiacal, el cual lo regirá durante toda su vida. Esta estafa describe lo que llaman “el destino”, es decir qué acontecerá diariamente durante toda la vida. Para ello inventaron el Horóscopo que divide al firmamento en doce secciones o casas celestiales. A la totalidad de esa división se le llama zodíaco y a cada una de ellas, signo zodiacal.

Millones de seres supeditan su quehacer diario a esa relajación inservible que no trae nada bueno. Con sus estafas, muchos se volvieron ricos. Es de atolondrados esclavizar la existencia, a las ocurrencias de un hechicero que hace una carta astral, o describe lo que le puede pasar a la gente, por medio del horóscopo y sus doce signos. Además de ser robado, engañado e ilusionado, peca contra Dios ya que se hace idólatra de esos artificios.

La Parapsicología:

Los parapsicólogos simulan la hipnosis, como arma predilecta para su estafa. A las personas le auscultan su inconciente y con una osada manipulación de la personalidad, hacen surgir falsas reminiscencias de vidas anteriores.

El escándalo luciferino de la regresión a otras vidas, es lo que ha extendido la Reencarnación o Trasmigración de las almas. En cuanto al futuro del alma, la humanidad sigue tres directrices: La resurrección, la reencarnación y el ateismo. Sólo la primera, se identifica plenamente con Jesucristo. Las otras dos, son trampas de los demonios.

La reencarnación: 

Se originó en la India con el Budismo y según ese absurdo, el alma al separarse del cuerpo después de la muerte, toma otro cuerpo para continuar otra vida en este mundo, sin que la mente tenga posibilidades de recordar cómo fue su anterior existencia. Las reencarnaciones se dan hasta que el alma se purifique. De acuerdo al estado del pecador, el alma puede reencarnar en plantas o animales. A lo anterior se le conoce como la Ley del Karma que lo domina todo y según ella no es la justicia de Dios la que decide el destino del alma después de la muerte, sino un Tribunal Kármico integrado por varios dioses. Este disparate afirma que la ley de acción y consecuencia, gobierna la existencia y lo que hoy vivimos, es el resultado de lo que hicimos en vidas anteriores y cuando se viene al mundo nuevamente, ya cada quien tiene señalado su propio destino, el cual es irreversible. Por ejemplo, si en una vida anterior robamos, ahora nos roban, si matamos, ahora nos matan. Es una ley de causa y efecto.

Un buen Karma, hace trasmigrar al alma, encarnándose en un ser superior. Un mal karma, hará reencarnar en un ser inferior, es decir, en un animal o un humano con muchas deficiencias.

La maldad del mundo, no preocupa a los sagaces que defienden la reencarnación, porque según ellos, la pobreza, las enfermedades, la falta de inteligencia y las deficiencias morales, son consecuencia del mal comportamiento en otras vidas y debe pagarse en nuevas reencarnaciones. Surgir y ser superiores, depende de cada persona. Con estas locuras, Dios es excluido totalmente.

Hay numerosos cristianos, apasionados con la posibilidad de volver a la vida en otro cuerpo. Ese dislate complica el encuentro con Dios en esta vida y después de la muerte. Hay estadísticas que alarman, por el gran número de adeptos que manifiestan su aspiración de reencarnar. Solamente en Europa, el 40% de los católicos son creyentes de esta endemoniada teoría. En América, sobrepasa el 30%. Las cifras son alarmantes en Brasil, donde el 70% opta por esta falsedad.

Una de las graves fallas del cristianismo, para que los demonios impongan la falsedad de la reencarnación, es su poca contundencia para combatirla. Aunque la Iglesia elaboró varios escritos repudiándola, no se observa un enfrentamiento determinante contra los agentes del mal que la propagan sin contratiempos. Además, existen varios hechos perturbadores que complican la lucha contra esta desviación espiritual: la apatía, la comodidad y el deseo de vivir a plenitud lo sugestivo.

Muchos se entregan a la vileza reencarnacionista, alegando que una sola vida no es suficiente para lograr la perfección, pues es muy exigente y el tiempo vital no alcanza. Por eso creen merecerse varias oportunidades de llegar a otros cuerpos, hasta que logren divinizarse. Esta incitación demoníaca, cautiva a quienes están aferrados a lo hedonista.

Hay diferencias entre esta farsa y la resurrección prometida por Jesucristo. Dios es personal, mientras la reencarnación es algo impersonal, pues se fundamenta en un todo cósmico que no tiene origen ni es concreto. Un Dios impersonal no existe y por lo tanto allí no hay amor, no hay fe y todo es utópico.

En la Santa Biblia, hay referencias contundentes que le quitan a esta absurda teoría, cualquier posibilidad de ser catalogada como verdadera:

Salmo 34, 14: “Señor, no me mires con enojo, para que pueda alegrarme, antes de que me vaya y no exista más”.

Job 10, 21-22: “Apártate de mí, así podré sonreír un poco, antes de que me vaya para no volver, a la región de las tinieblas y de las sombras”.

Sabiduría 16, 14: “El hombre, en su maldad, puede quitar la vida, es cierto; pero no puede hacer volver al espíritu que se fue, ni liberar el alma arrebatada por la muerte”.

Sabiduría 3: “Las almas de los justos, están en manos de Dios”.

2 Samuel 14, 14: “Todos tenemos que morir, y seremos como agua derramada que ya no puede recogerse”.

Al profeta Daniel, un Ángel le reveló un gran secreto que se lee en el capítulo 12, 2 de su libro: “La multitud de los que duermen en la tumba se despertarán, unos para la vida eterna y otros para la venganza y el horror eterno”.

Hebreos 9, 27: “Los hombres mueren una sola vez y después viene para ellos el juicio”.

1 de los corintios 15, 42 – 44: “En la resurrección de los muertos, se entierra un cuerpo corruptible y resucita uno incorruptible, se entierra un cuerpo humillado y resucita uno glorioso, se entierra un cuerpo débil y resucita uno fuerte, se entierra un cuerpo material y resucita uno espiritual”.

Quien definitivamente cierra el paso a la diabólica mentira de la reencarnación, es el mismo Jesucristo cuando narra la parábola del rico Apulón en Lucas, capítulo 16, 19 al 31. Allí Jesús explica la muerte del pobre Lázaro y cómo su alma fue llevada al Cielo. El rico Apulón fue despiadado con este pobre y no le daba ni las migajas que caían de su mesa repleta de manjares. Cuando murió, su alma fue a parar al infierno y desde allí suplicaba a Dios para que enviara a Lázaro a revelar a sus hermanos el suplicio por ser malos. Para que Lázaro hiciera esto, debería reencarnar, si es que tal treta fuese cierta. La respuesta fue: “entre este mundo y el otro, hay un abismo que nadie puede atravesar”. El rico se dio cuenta que sólo hay una vida para salvarse.

Con la locura reencarnacionista, la Nueva Era de Acuario lucra y vitaliza a las sectas y movimientos que la patrocinan en el mundo. No hay país que haya escapado a la proliferación de las denominadas hermandades, cofradías, grupos esotéricos, talleres de aprendizaje, escuelas esotéricas de iniciación y garúes. Se popularizan y crecen con rapidez, ya que son incontables los dirigentes políticos, grupos económicos poderosos y artistas famosos que la fomentan con amplias pautas publicitarias.

También son promotores importantes de la Nueva Era de Acuario:

El Secularismo:

Tiene su origen en el Humanismo y el renacimiento del siglo XIV, cuando se afianzaron las teorías cuyas propuestas sustentan que solo la gestión humana es la que comprende, construye y transforma las realidades del mundo. También es aupado por la iluminación, las sectas de la Nueva Era de Acuario, el Comunismo y por algunos grupos que se autocalifican defensores de los derechos humanos. Los fenómenos naturales, humanos, sociales y culturales, los explican de acuerdo a sus razonamientos innatos, retirando a Dios a quien algunos consideran su enemigo.

Es uno de los triunfos importantes de la Era de Acuario. Esta palabra define la indolencia a compromisos religiosos, porque hay más simpatía y subordinación al adelanto científico y a las conquistas terrenales que colma las ansias concupiscentes.

Los triunfos profanos o las posibilidades de alcanzarlos utilizando las engañifas de la Nueva Era, apartaron a muchos cristianos del cumplimiento de los Mandamientos y los Sacramentos de la Iglesia. Se perdió el sentido religioso y muchos ya no bautizan a sus hijos, menos realizan el matrimonio eclesiástico. A los enfermos graves, no se les aplica la extremaunción y menos se les reza a los difuntos. Los divorcios y abortos son justificados, invocando subrepticios derechos individuales que sólo sirven para complacer el deseo de ser libres y no sujetarse a nada que restrinja la libertad individual.

El objetivo supremo del secularismo, es separar a Dios del corazón y la conciencia de la humanidad. Descarta la religiosidad, aunque hipócritamente promueve la moralidad basada en el bien utilitario.

El secularismo se propaga peligrosamente por una fuerte campaña publicitaria y el complot de medios de comunicación que gradualmente fueron inculcando lo innecesario de la religión, la Iglesia y los Sacramentos como el Bautismo y el matrimonio eclesiástico. Paulatinamente se ha prestado más atención a las necesidades materiales de la vida y millones de personas se entregaron a la voluptuosidad repulsiva que segrega a Dios y le da prioridad a la razón, para conseguir la realización individual y la elevación social. Lo religioso desaparece y las aspiraciones terrenales se vuelcan exclusivamente a las ambiciones políticas, profesionales, culturales y económicas.

En los últimos tiempos, la indiferencia religiosa se expande peligrosamente por el mundo, llevando a muchos a la pérdida de la fe, Santidad, Mandamientos y el Mensaje del Evangelio. Al descartarse a Dios, se disipa el sentido del pecado y desaparece la posibilidad de conversión.

La Nueva Era le dio a Jesús el papel de un simple maestro, propulsor de reglas morales y fundador de una religión más, de las muchas que hay en el mundo, desde tiempos remotos.

La omisión de Dios en todos los eventos del desarrollo humano, es un triunfo de los enemigos de la salvación. Muchas ideologías actuales, amparadas por la Conspiración Acuariana y el poder terrenal, cimentaron la farsa de un hombre súper poderoso, capaz de detectar y resolver por sí mismo los acontecimientos de la historia y los que vendrán en los siglos sucesivos. Este ilusorio poder supremo, edificó un nuevo ateismo que se caracteriza por ser hedonista, frívolo, impío, despiadado y carente de amor. Con esos decadentes patrones, ocurre el oscurantismo de la conciencia que prefiere las agrupaciones e ideologías pervertidas de la Era de Acuario: reencarnación, idolatría a falsos dioses y mediocres seres humanos, hechicería, paganismo, astrología, horóscopos, inexistentes regresiones a otras vidas, sincretismo, relativismo, extraterrestres, sectas religiosas y satánicas, espiritismo, religiones orientales, budismo, teosofismo, enneagrama, fetichismo, rituales diabólicos, música rock y subliminal con contenidos idólatras, parapsicología, hare krishna, trasmigración, cartomancia, clarividencia, telepatía, magia, sai baba, metafísica con su llama violeta, irreligiosidad, macumba, mitología, terapias: teoterapia, cristaloterapia, bailoterapia, terapia neural y musicoterapia; cábala, magia, profecías de nostradamus, talismanes, conjuros, ensalmes, nigromancia, ficciones, vudú, santería, ouija, fábulas, fantasías, taoismo, panteísmo, imaginarias apariciones, espantos, control mental, ovnis, chamanismo y otras artimañas de las mismas características, pero con distintos nombres. Todo lo anterior y muchas más, conforman la gran confusión preparada por los demonios, para entrampar a quienes son manipulados por lo enemigos de la Santísima Trinidad.

El secularismo lesionó la estructuración de la familia. Por eso se viola el derecho fundamental de la vida, para los seres concebidos en el seno materno. La enemistad hacia Dios motiva la malvada propagación de los abortos, los cuales crecen sin cesar y ahora son aprobadas por parlamentos ateos e inmorales.

El secularismo combate el matrimonio eclesiástico y alienta la unión civil. A esto se agrega la irracionalidad de aprobar leyes que favorecen el matrimonio entre homosexuales, lesbianas y transexuales, así como la adopción de hijos por estas personas. La degradación es causada por la pérdida de los valores morales que consagra el cristianismo y por el desbarajuste social que desechó el honor, el pudor y el temor a Dios.

Dentro de los nuevos estilos de vida familiar y social, la New Age, incentiva la formación de personas aptas para dominar al mundo desde la perspectiva consumista. Quienes más valen, son los más preparados académicamente y los poseedores de las riquezas terrenales. Esta desigualdad incrementa la desventura de millones se seres humanos. Hay continentes que subsisten en medio de dramáticas necesidades materiales y espirituales.

El Agnosticismo:

T.H. Huxler, quien perteneció a una sociedad metafísica, en 1869 le dio modernidad al agnosticismo cuando reflexionaba sobre su enfoque doctrinario y se preguntaba si era ateo, teísta, panteísta, materialista, idealista, cristiano o librepensador. Se identificó con la última y a esta tendencia la tituló agnosticismo.

Leith Samuel, asigna tres clasificaciones agnósticas: 1. Agnóstico indiferente: No se preocupa por nada y todo lo encuentra irrelevante. 2. Agnóstico insatisfecho: Se preocupa por investigar lo que no sabe y busca respuestas a los enigmas de la vida. 3. Agnóstico dogmático: Afirma que nadie puede saber algo de Dios ni del mundo sobrenatural: “yo no lo sé, tu no lo sabes, nadie lo puede saber”.

Muchos se definen agnósticos, sin saber por qué. Algunos objetan la certidumbre de Dios y no dan razones filosóficas o teológicas para cuestionar su veracidad. Sólo los anima la hostilidad absurda hacia lo sagrado, debido a sus descarriadas vidas y por eso tergiversan las Sagradas Escrituras y embisten contra la Iglesia, sin consistentes argumentaciones. Favorecer sus especulaciones contra la fe, promoviendo las maquinaciones de la Nueva Era.

Los Librepensadores:

Son los irreligiosos, ateos, impíos, agnósticos, comunistas, mafiosos, organizaciones capitalistas inhumanas, políticos deshonestos, organizaciones mundiales políticas y económicas y todas las doctrinas que respaldan la Nueva Era de Acuario y donde predomina la razón y los sentidos.

Usan la lógica y la razón y desechan la fe en Dios, pues no hay evidencias de Él. No creen en el paraíso, en el infierno, ni en el alma.

Para los librepensadores, la ciencia explica los fenómenos de la naturaleza, para comprobarlos o desaprobarlos. Lo cognoscitivo es lo que vale y esto viene de la evolución. La biología evolutiva revela los orígenes de la vida sin recurrir a dioses y la cosmología moderna indica el origen del universo, sin implorar a fuerzas sobrenaturales desconocidas. Dicen que la Biblia es una colección de documentos que tienen en sí propósitos religiosos y políticos.

Los librepensadores animan a la separación de la Iglesia y al escepticismo. Se someten a las evidencias científicas y no acogen ningún dogma religioso que tenga a Dios como Creador del universo. Dios para ellos es lo que ven sus ojos y no hay nada místico o sobrenatural. Su verdad emana del cuestionamiento a todas las creencias religiosas. Fustigan al Papa y al Catolicismo, pues estos mantienen una férrea lucha contra los actos inmorales como el matrimonio entre homosexuales, el aborto, la eutanasia y el control de la natalidad con el uso de anticonceptivos.

Dentro del movimiento librepensador hay muchos doctrinas, filósofos, escritores y sectarios que legaron un contenido inicuo a la Nueva Era de Acuario, la cual fue engrandecida y ungida por estos siniestros personajes, a quienes algunos tienen como baluartes de un mundo nuevo, desprendido del tutelaje religioso que coarta la independencia de los hombres.

Los padres del satanismo refinado y sus ideas fueron recogidos por la sugestión acuariana, para atrapar con sus iniquidades a quienes quieren algo diferente al cristianismo, a los medrosos y a los que decidieron ser esclavos de satán y gozar la vida.

Son librepensadores quienes le aportaron al ateísmo y a los impíos, muchas ideas plasmadas en libros y folletos. Los más sobresalientes personajes y sus teorías son:


Fue un filósofo, poeta y filólogo alemán del siglo XIX que cimentó su visión del mundo y de la vida, en el instinto de los hombres. Este librepensador, le aportó a la Nueva Era un ideario saturado de malicias e incredulidades que ahora lo emplean en contra del cristianismo y donde se le da distinción a la influencia creativa de cada individuo, con la cual se hace poderoso o superhombre.

Este fatídico pensador, proclamó: “Dios ha muerto”. Esta iniquidad fue utilizada por teólogos radicales después de la segunda guerra mundial, para darle un vuelco al cristianismo y adaptarlo a la idea de formar una religión universal. A los cristianos los calificaba como personas débiles, resentidas y conformistas. Creía que mientras los cristianos se acogían a una tradición vaga, el superhombre es seguro, independiente y creador de sus propios valores.
De allí se aferran los actuales paladines de la Nueva Era, para sustentar su arrogante teoría de la supremacía del “Yo Soy”, donde todo acto humano esta motivado por una voluntad de poder.

Una las obras más execrables de Nietzsche, es: “El Anticristo”. Allí califica al hombre de animal desfigurado. El más desdichado. Su rugido demoníaco se plasma en un párrafo donde dice: “creemos en el olimpo y no en el crucificado. La sexualidad, la adicción a dominar, el gozarse en la apariencia y el engaño, la formidable gratitud gozosa de la vida y sus condiciones tiránicas, eso es lo esencial de la cultura pagana, la cultura superior”. ¿Qué es bueno para este morboso sujeto?: él mismo lo dice: “Todo lo que eleva el sentimiento de poder, la voluntad de poder, el poder mismo en el hombre”. Y lo malo: “lo que procede de la debilidad”. “¿La felicidad?: el sentimiento de que el poder crece” “los débiles y los malogrados, deben perecer. Además, se debe ayudar a desaparecerlos”. “Al cristianismo, no se le debe mirar ni engalanar, pues ha hecho una guerra a muerte al hombre superior” De otra manera no podía concebir su mente desquiciada, ese estilo de superhombre muy publicitado por los acuarianos y seguido por la mente enferma de Adolfo Hitler, en sus experimentos para fabricar el ser supremo que gobernaría al mundo por más de 2000 años.

Aleister Crowley:

Fue un degenerado satanista ingles que nació en siglo XIX y murió en 1947. Se caracterizó por su gran perversión sexual y por ser adicto a las drogas y al alcohol, en sus comunas de París, Sicilia y Londres. En su juventud torturaba a los gatos, para probar si era verdad lo de sus siete vidas. A los 14 años tuvo su primera experiencia sexual y a los 17, una prostituta lo contagió con una enfermedad venérea. A los 23 años incursionó en la magia en la escuela satánica “orden hermética del amanecer de oro”. Allí se practicaba ocultismo, magia ritual, astrología y otros enigmas esotéricos.

Lo adquirido por la Nueva Era, con este personaje del mal, es su texto titulado: “Master Therion” que fue publicado en 1930. En él justifica los ritos diabólicos, donde se perpetran sacrificios humanos.

La Nueva Era, propulsora del ocultismo, tiene a que este malévolo individuo como el mago más importante de la historia, pues es el creador de la moderna superstición. Los periodistas de la época lo llamaron: “El rey de la depravación, el caníbal y la bestia humana; Crowley es el personaje más inmundo y más perverso del Reino Unido”.

La muestra de su perversión, está contenida en el libro “Haz lo que quieras” donde dice que no hay ley por encima de la voluntad individual. Allí Crowley se identifica con la bestia 666 de las revelaciones de San Juan en el libro del Apocalipsis y se proclama profeta de un nuevo sistema religioso y mágico. “Haz lo que quieras”, la realizó Crowley en su desquiciada vida comunal, donde descollaba la libertad sexual, la droga y la magia. En la India, se inicia en el trantismo, la erótica sagrada y el sexo sagrado como acceso al conocimiento iniciático. Crea su propia religión titulada Thelema, la cual tenía como fin eliminar al cristianismo. Después creó la hermandad secreta: “estrella de plata”, donde enseñaba artes mágicas mezcladas con técnicas de yoga.

En 1912, Crowley se proclamó el “hombre más malvado del mundo: M.M.M” y con ese nombre fundó una secta satánica dedicada a las prácticas sexuales pervertidas. En 1920, publicó uno se sus famosos libros: “magia en teoría y práctica”. Murió en 1947.

Algunos grupos musicales de 1960 a 1970, lo aprovecharon como inspiración para escribir sus canciones y elaborar las portadas de los discos. Los Beatles, incluyeron su foto en la portada de su disco “el sargento pimienta”, con un texto que decía: “La gente nos gusta”. Los Rolling Stones se inspiraron en él para inscribir su famosa canción: “simpatía por el diablo”. Led Zeppelín, incluye en una de sus canciones el lema del libro “haz lo que quieras”.

La malévola influencia de Crowley en la cultura contemporánea, perjudicó a la sociedad y sus secuelas son los movimientos musicales y esotéricos que deslumbraron al mundo a finales del siglo XX y que ahora tienen mucha influencia por la opresión publicitaria y el permisivismo sociopolítico de un mundo entregado al placer. El frenesí psicodélico, el consumo de drogas, las comunas hippies, el libertinaje, el feminismo, el pacifismo, el ecologismo y el misticismo se han inspirado en la concepción perversa de la vida que difundió este demonio humano.

Anton Zsandor La Vey: 

En el estado de California, en 1966, fundó la iglesia de Satanás. Se popularizó mundialmente en 1967, cuando realizó la primera boda satánica, la cual fue transmitida por televisión.

Posteriormente, para ridiculizar los Sacramentos de la Iglesia Católica, efectuaron bautizos, funerales y misas negras lo cual le dio mucha popularidad y por eso fue aceptada en Estados Unidos como iglesia oficial. Esto le permitió publicar su aterradora biblia satánica, la cual tiene dos secciones: la primera muestra las reflexiones del satanismo y la segunda, sus rituales y prácticas basadas en la exaltación y culto a las pervertidas pasiones humanas. Después de muerto en 1997, su hija Karla La Vey y la sacerdotisa satánica Blanche Barton, continuaron con el execrable trabajo de Anton, seduciendo a seres humanos, para entregarlos a las tinieblas.






Carl J. Jung:

Fue un psicoanalista suizo que influyó en Alice Bailey, pionera de la Nueva Era. Por eso es calificado como uno de sus más importantes promotores contemporáneos.

En las primeras décadas del siglo XX, realizó experimentos psiquiátricos con salvajes de México y África. Su objetivo era eliminar la influencia que en esos sitios tenía la orden Católica los Agustinos.

Sus energías intelectuales se concentraron en fundar una nueva doctrina religiosa basada en el gnosticismo. Creó “magma mater” donde el bien y el mal son expresiones naturales de la transformación.

Además del gnosticismo, se compenetró con el Tranta, el Taoismo y la Alquimia. Con esta última planteó la búsqueda espiritual en la que el alquimista, tratando de encontrar el “espíritu mercurial” en los elementos de la naturaleza, los halla en sí mismo.

Por ser un personaje no conocido, poco se sabe de su negativo actuar contra el cristianismo, al que calificó como mitología colectiva, no real en esencia y perturbadora para la personalidad. Dijo: “Lentamente llegué a comprender que la comunión, había sido una experiencia fatal para mí. Había resultado hueca; más aun, resultó ser una pérdida total. Bueno, esto no es religión en absoluto, es la ausencia de Dios; la Iglesia es un lugar al que no debería ir. Aquí no hay nada, sino muerte”. Se involucró con el ocultismo, practicó la necromancia para evocar a los muertos y obtener revelaciones del futuro. A estos espíritus descarnados, los llamó Arquetipos. Usufructuó a la religión como un instrumento para acceder al yo y su meta era hacer del psicoanálisis una religión.

Para Jung, la conversión cristiana significa una fatal experiencia que trastorna intensamente la perspectiva de la persona acerca de la vida. Cuando rechazo al cristianismo, optó por la idolatría. Suplantó a Dios por una infinidad de arquetipos mitológicos. Su paganismo, lo llevó a plantear la necesidad de avivar entre los dirigentes de la sociedad, un afecto positivo hacia los símbolos y los mitos, para que Jesucristo fuera visto como hechicero y de esa manera atraer a los cristianos para hacerlos esclavos de herejías y profanaciones a lo Sacrosanto.

Jung incorporó en sus obras “inconciente colectivo, el evolucionismo de Darwin y la mitología”, la idea de que el hombre es un almacén de memorias heredadas del pasado atávico, donde se incluye su historia racial como especie separada de sus antepasados prehumanos o animales.




La Antroposofía: 

Es enaltecida por la Era de Acuario, como ciencia espiritual que anhela el perfeccionamiento interior del ser humano. La perfección viene de algo suprasensible donde confluyen el ser y el cosmos. Su precursor fue Rudolf Steiner, quien se creyó un clarividente inmerso en el denominado “sendero iniciático”. Fusionó muchos aspectos del esoterismo con el cristianismo.

La teoría evolutiva: 

Fue ideada por Charles Darwin. Plantea que todas las formas de vida, se han desarrollado a través de un lento proceso de selección natural que es la clave en la evolución de las especies, para que puedan perfeccionarse. Este proceso duró aproximadamente tres mil millones de años. Niega la creación del hombre. Esto sirvió para el surgimiento de teorías anticristianas que hoy se popularizan con el auge de la Nueva Era de Acuario. Las que más sobresalen, amparadas en el evolucionismo, son: El ateísmo, el agnosticismo, el comunismo, el fascismo, el materialismo moderno, el esoterismo y la cinematografía relacionada con películas de ficciones cósmicas.

La evolución real, es la de los avances científicos y tecnológicos ocurridos en los últimos tiempos.

Siguiendo las ideas macabras de los anteriores personajes y sus teorías, los líderes de cada una de las corrientes ideológicas de la Nueva Era, fraguaron estratagemas para dominar el planeta. Esta opresión no es parcelada, sino total, ya que los actos de los hombres fueron invadidos y conquistados por un poder impalpable que actúa con astucia, para no ser detectado. Este poder lo constituye la alianza judío - masónica. Sus iniciativas casi no se perciben, pues las mezclaron con la tecnología, para disfrazarle sus verdaderos planes.

El Club de Roma: Se fundó en 1968 con delegados de 30 países, entre quienes estaban científicos, académicos y políticos. Su objetivo fue investigar y solucionar los efectos causados por la paulatina destrucción del medio ambiente. Aunque pareciera meritoria esta iniciativa, se le vincula con los planes de la New Age para controlar la familia, la sociedad, la cultura, la política y la economía, por medio de la intervención en asuntos puntuales como el deterioro del hábitat, la crisis mundial de las instituciones públicas, la enajenación de la juventud, la violencia, la educación inadecuada, la brecha creciente entre países pobres y ricos, el crecimiento urbano incontrolado, el desempleo, la insatisfacción laboral, la negación de los valores de la sociedad y la indiferencia a la ley y el orden.

En ese proyecto participan los gobiernos de los países desarrollados, las grandes corporaciones multinacionales que controlan la producción de bienes y servicios, los grupos ambientalistas, los movimientos anticristianos más frenéticos, las distintas ideológicas políticas aliadas al capitalismo y al socialismo y las sectas que forman el gatuperio acuariano.

El “club de Roma”, controlado por el sionismo y formado por los más importantes capitalistas y masones del mundo, elaboró un esquema de conquista intitulado: “Modelo regionalizado y adaptable del sistema global mundial”, en el que se divide al planeta en diez regiones con inmensa capacidad política y económica. Este plan se desarrolla en nuestros días y no es casualidad que la mencionada decena se asemeje a lo revelado en Apocalipsis, capítulo 13, 1 al 3: “Vi subir del mar a una bestia con siete cabezas y diez cuernos, en los cuernos diez coronas y en las cabezas títulos que desafiaban a Dios. La bestia que yo veía era semejante a una pantera, el dragón le entregó su propio poder y su trono con un imperio inmenso. Una de sus cabezas parecía herida de muerte, pero su herida mortal fue sanada. Entonces la tierra entera, maravillada siguió detrás de la bestia”.

Los títulos que se usan para ofender a Dios, contrarios al primer Mandamiento, son: La masonería y sus aliados los sionistas, el fanatismo religioso de los fundamentalistas Islámicos, el esoterismo, las sectas satánicas y las demás malignidades escudadas en la Era de Acuario. Los perversos eventos que ofuscan la razón y hacen adorar a la bestia, son promovidos por los inventos que resuelven las demandas de mentes agobiadas por el deseo de disfrutar los descarríos ofrecidos por los pérfidos sirvientes del maligno

La Masonería:

Es una especie de cofradía semiclandestina que hace cultos de iniciación en altares, con vestimentas especiales. Funcionan como logias diseminadas por todas partes, con una jerarquía que varía en grados, de acuerdo con los méritos obtenidos por sus miembros.

Los primeros masones fueron protestantes que iniciaron un ataque despiadado en contra del catolicismo. Esta confrontación trajo como consecuencia la excomunión de sus miembros por parte de los Papas Benedicto XIV en 1751 y Clemente XII en 1783.

La masonería es aparentemente una secta de características sutiles que disimula sus objetivos violentos, dentro de su fachada ocultista. Se distingue por su sincretismo, es decir, toman de lo esotérico y de algunas religiones y sectas, lo que más convenga a sus turbios intereses. Esto ocasiona disidencias en muchos cristianos. Han sucumbido sacerdotes que la juzgan inofensiva para la fe. Como toda artimaña infernal, una vez adentro son atrapados por el anticlericalismo y el antagonismo a Dios, a quien canjean por ideas absurdas y ambiciones mundanas de poder y gloria terrenal.

La masonería creó su propia filosofía: “humanismo secular”, la cual es racionalista y naturalista. Es en la naturaleza y en la razón, donde se regodean sus mentes exaltadas que dieron lugar a su trilogía doctrinaria: “libertad, igualdad y fraternidad”, de donde saldrá la religión universal, bajo un nuevo orden secular.

Los masones tienen su particular manera de interpretar a Dios. Para ellos, el Dios de la revelación Bíblica es inexistente. Son los más conspicuos exponentes de la malévola intención de hacer del hombre su propio dios. Con eso honran la primera desobediencia: “coman y serán como dioses”.

En 1887, la logia “gran oriente” eliminó en sus militantes la creencia en Dios y la inmortalidad del alma. A Jesucristo lo describen como gran apóstol de la humanidad. Nada más. Es prohibido mencionarlo en las reuniones de las logias.

La iniciación practicada a los nuevos miembros masones, tienen los rasgos de las sectas satánicas.

El Sionismo:

Surgió en el siglo XIX por iniciativa del filósofo austriaco de raza judía Nathan Birnbaum. El término proviene de la palabra “Sión”, la cual es una colina ubicada en el lado oriental de Jerusalén. Este sitio fue el centro de la vida política y cultural de los hebreos. El Rey David la convirtió en el eje de su monarquía y de la vida política y cultural judía. En el año 586 antes de Cristo, los judíos fueron deportados a Babilonia por órdenes del Rey Nabucodonosor II. Este ostracismo se conoció con el nombre de Diáspora o dispersión, ya que se diseminaron por todo el mundo, hasta que lograron construir oficialmente su estado en 1948, después del genocidio sufrido en la segunda guerra mundial. Actualmente se define al sionismo como una superestructura política y económica aliada a la francmasonería, para mantener, defender y acrecentar sus intereses.

El movimiento ilustrativo europeo, influyó en muchos líderes judíos que asumieron el secularismo y se apartaron del judaísmo ortodoxo. Crearon una agrupación para suplantar a la religión como fuerza unificadora. En 1897, se realizó en Basilea, Suiza, el primer congreso sionista y de allí salió su programa destinado a solucionar los problemas judíos en Europa y la forma de regresar a su región y fundar su propio Estado. Eso es loable, ya que por justicia histórica y Divina a los judíos les correspondía el terruño legado por Dios, cuando Moisés los condujo desde Egipto a la “tierra prometida”.

En ese congreso, algunos de los más prominentes líderes del judaísmo, tal vez sin el beneplácito de la mayoría, decidieron elaborar un siniestro proyecto denominado: “Los Protocolos de los Sabios de Sión”, el cual apareció después del encuentro de Basilea. A partir de su presentación pública, estos protocolos o sesiones de trabajo, han ocasionado discrepancias y apoyos, así como la negación de los mismos por parte de muchos dirigentes sionistas. Sean o no reales, es necesario estudiarlos y analizar a la luz de los actuales acontecimientos mundiales, cómo guardan similitud con lo que ocurre en todos los aspectos de la actividad humana. ¿Será pura coincidencia?

En los protocolos se mencionan: El libre pensamiento, el oro, la religión, la independencia, la anarquía, la política, la moral, principios y bases del gobierno Judío-masónico, la nueva aristocracia. Plantean el despotismo del capital, la inmoralidad de la política, la guerra económica, las tendencias subversivas en las ciencias, la inestabilidad y el equilibrio constitucionales, el poder y la ambición, la esclavitud económica, los programas de las escuelas masónicas populares, el reinado de la razón, acción oculta de las logias, la libertad y la fe en Dios, la lucha internacional del comercio y la industria, la especulación, los medios de la masonería para llegar al poder, cómo captarse la opinión pública, importancia de la iniciativa personal, los monopolios, comercio, industria, especulación, el desarrollo del lujo, aumento de los salarios y encarecimiento de los productos de primera necesidad, anarquía y alcoholismo, luchas y discordias en el mundo entero, sometimiento por medio de guerras intestinas, y por guerras mundiales, la prensa y la opinión pública.

Son más los aspectos referidos en los documentos judíos – masónicos. Lo anterior, es su parte sustancial.

La conspiración judío - Masónica: 

Es en nuestros días el baluarte supremo de la Nueva Era, en su endemoniada carrera por el control de la humanidad, en base a la maldad y a la destrucción del cristianismo. Esta alianza maléfica trazó sus objetivos de dominio mundial hace mucho tiempo y poco a poco los ha llevado a cabo, utilizando muchas ideas y doctrinas ya explicadas arriba y también con sus propias estratagemas.

El masón sibilino Oswald Witrh, dijo lo siguiente: “la serpiente inspiradora de la feliz desobediencia, de insubordinación y de rebelión, fue maldita entre los antiguos teócratas en el momento en que era honrada entre los iniciados. Llegar a ser semejantes a la divinidad, tal era el fin de los antiguos misterios. En nuestro días, el programa de iniciación no ha cambiado”

Lo esbozado en los protocolos y por los masones, son propuestas que se asemejan a lo planteado en las Sagradas Escrituras, referentes a la apostasía, a la maldad disfrazada con indumentarias perspicaces y seductores, a las fuerzas de maligno desplegadas por doquier con doctrinas y estilos mentirosos y estridentes que atrapan la voluntad de la gente con el seguimiento de inicuos personajes que se parecen a los descritos por Jesús en Mateo 24, 24: “se presentarán falsos cristos y falsos profetas, que harán cosas maravillosas y prodigios, capaces de engañar, si fuera posible, aun a los elegidos de Dios”.

Una concepción consumista de la vida, la idolatría a seres vivos o muertos y a cosas inanimadas, la violencia, la guerra, el incremento de los pecados capitales que hicieron repulsivos e inmorales a los hombres, el abandono de lo Sagrado y la falta constante a los Mandamientos de la Ley de Dios con el incremento del pecado que ya no es calificado como tal, son las peculiaridades que sobresalen en este mundo hedonista y que se reseñan en los protocolos sionistas y en la masonería que es una secta ladina y maligna creada por satanás, para que allí den rienda suelta a su maldad, quienes no militan en el satanismo estrepitoso, sino que se inclinan por el escurridizo, para pasar inadvertidos.

¿Cómo dominan los poderosos al mundo actual? Con tácticas publicitarias que alienan al público, la ignorancia de la Palabra de Dios, la desesperación ante situaciones aciagas, las instituciones y grupos carentes de honestidad, las falsas iglesias, el secularismo, las sectas satánicas, los grupos aliados al esoterismo, con farsantes que se autoproclaman maestros de la reencarnación que son fieras con piel de cordero, los impíos, fraccionalistas, ateos, los hechiceros de todo tipo, los pudientes del dinero y la política con su nuevo embeleco llamado “globalización” que ha dado el zarpazo decisivo para adueñarse del planeta e instaurar un gobierno mundial con un sistema político y económico exclusivo. El ambiente lo prepararon con grandes guerras, crisis financieras, las sectas y su manipuleo religioso, el florecimiento de teorías malévolas, los ataques al cristianismo y la intención abierta o solapada para devastar a la Iglesia, la destrucción de la familia, el veneno de las drogas, el alcoholismo, el control de la voluntad juvenil, las diatribas sociales, las huelgas, las luchas sindicales, las mafias, los grupos terroristas de cualquier ideología, los ladrones de toda calaña y la perdida de los valores morales.

Helena Blavatsky:

Nació en Rusia, pero fue en Nueva York donde fundó el movimiento esotérico “sociedad teosófica” o “Teosofía”. Fue una destacada espiritista, amparadora de lo enfrentado a la Creación de Dios. Para contradecir al Creador, estableció tres parámetros: 1. Formar una fraternidad universal sin religiones ni credos, totalmente ocultista y apóstata. 2. Estudiar la religión, la filosofía y la ciencia como un todo y no particularizar cual de las religiones es falsa o verdadera, qué criterios de la ciencia y de la filosofía son malos o buenos. 3. Investigar las leyes inexplicables de la naturaleza y los poderes latentes del hombre. Esas leyes echan de lado la Creación de Dios, para asignarle primacía a la evolución de las especie y de la mente. Sugirió que sólo la superioridad cognoscitiva era innata en cada ser y que no había en ella ninguna influencia sobrenatural, sino paranormal o cósmica.

Los fatídicos legados de Blavatsky al mundo occidental, son: 1. El movimiento teosófico. 2. La entrada en occidente de la ley del karma y la reencarnación. 3. La exhortación a establecer una religión universal, para liquidar al cristianismo.

Blavatsky escribió dos libros y tres folletos que según ella, fueron inspirados por los espíritus de la “Jerarquía oculta o hermanos mayores”. Así describía a los demonios que le trasmitían sus herejías y paganismos. Sus libros se titulan: “Isis sin velo, doctrina secreta” y “lucifer: dador de luz, la voz del silencio y la clave de la teosofía”. Cinco escritos totalmente satánicos que transmiten las habilidades repulsivas del cruel rey del infierno, para que la humanidad se sacie en ellas y pierda su alma.

La Teosofía:

Exponen que la noción de Dios se logra mediante la intuición mística y la investigación filosófica, la cual conduce al pensamiento regenerador. En 1875, Blavatsky estableció varias ideas que le dieron forma a una nueva manera de ver el cuerpo y el espíritu. Según ella, Dios es incognoscible o insondable y por lo tanto el hombre no tiene acceso a Él. La materia y el espíritu actúan por sí solos y la purificación se adquiere por medio de reencarnaciones.

Utiliza argumentos contrarios a la Creación, para explicar la naturaleza humana. De allí surgen: las leyes del Karma y del Darma, la reencarnación, los cuatro reinos y la evolución planetaria, los mundos invisibles y la fraternidad blanca, los centros energéticos del hombre y el despertar espiritual, la telepatía, el magnetismo, el sueño, el desdoblamiento astral y los viajes astrales. Todo lo anterior es un legajo de trampas, donde se hunden quienes no tienen fe sólida en la palabra de Dios, plasmada en las Sagradas Escrituras.

Alice Bailey: 

Fue la sucesora de Helena Blavatsky. De origen Ingles, fundó la organización satánica “Lucifer Trust”, la cual recibió rigurosas reprobaciones de los cristianos, ya que se hizo popular por sus inconfundibles rasgos espiritistas. Esta repulsiva dama, decía recibir mensajes de un personaje tibetano. Para encubrir su ignominia, le maquilló el nombre a su sociedad secreta y la denominó “Lucis Trust”, de donde surgió su nefasta “Escuela Arcana”, caracterizada por sus enseñanzas más deleznables del esoterismo.

Fue sacerdotisa y médium de las fuerzas del averno. En esas faenas espiritistas, se le instruyó para construir el andamiaje que le dio contemporaneidad a la Nueva Era de Acuario. En sus muchos libros enaltece las antiguas culturas esotéricas y a la masonería. Aprovecha la circunstancia de los conflictos bélicos para introducir su ponzoña titulada “La educación para la Nueva Era” donde se construye una “Ingeniería Social” que al llevarse a la práctica controlaría al mundo. Todo su plan macabro está en pleno desarrollo y muy pocos logran entender que la judío-masonería, el secularismo, el esoterismo y las demás bribonadas de la Nueva Era, son las que dominan la voluntad de millones de personas en el mundo.

Los macabros sucesos como el aborto, las guerras de siempre, el dominio político y financiero de los capitalistas, el comunismo, la dominación cultural anticristiana, los estereotipos lúbricos que lesionan la castidad, las perversiones, la preeminencia de la razón, el abandono de Dios, el materialismo y los demás desastres morales que conmueven a la humanidad, no son producto de la casualidad. Los seres humanos deben convencerse que todo el mal surgió de un plan estratégico y táctico, bien elaborado por los secuaces del maligno que lideran las organizaciones secretas esotéricas que dominan al mundo, casi totalmente

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