"Disociación
cognitiva" es un término inventado por el psiquiatra León Festinger, para
buscar una explicación psicológica a los desvaríos de los fundadores de sectas,
cuando estos formulan prediciones, vaticiones, profecías, de tipo generalmente catastróficos,
y estos no se cumplen. En tales situaciones, los fundadores de sectas aplican
un esquema bien conocido: por un lado, describen al mundo y a los que se
encuentran fuera de la secta, como inmersos en una situación de extremo
peligro, o de catástrofe inminente, o de maldad inconmensurable, o cualquier
situación dramática y amenazadora; por otro lado, se presentan ellos mismos,
los fundadores de las sectas, y las sectas mismas, como el "lugar de
salvación", en el que podrán estar a salvo de la locura, de la maldad, de
la ignorancia del mundo: lo único que tiene que hacer el pobre desdichado que
quiera "salvarse", es aceptar sin dudar, ni por un instante, acerca
de la bondad sin límites y de la profundísima sabiduría del líder de la secta
y,por supuesto, entrar en la secta, luego de donar, obviamente a la secta,
todas sus pertenencias.
El psiquiatra León
Festinger se basó en un sonado caso, que tuvo repercusión mundial, ocurrido el
21 de diciembre de 1954, en Chicago, EE. UU., cuando la ocultista Dorothy
Martin, luego de anunciar el fin del mundo y la llegada de una flotilla de
ovnis con la nave nodriza a la cabeza que rescataría a los miembros de su secta
y los pondría a salvo, tuvo que anunciar, al fallar obviamente su
"profecía", que los ovnis no habían aterrizado porque habían decidido
"perdonar" al mundo y no destruirlo, al comprobar la ferviente fe de
los seguidores de Dorothy...
Es decir, el psiquiatra
León Festinger acuña el concepto de "disonancia cognitiva" para
explicar el penoso estado mental -y espiritual- de los fundadores de sectas,
que en su delirio sectario se presentan como los salvadores mesiánicos si se
unen a ellos, y que al no cumplirse las supuestas profecías, se ven obligados a
"cambiar" el mensaje original, inventando la "solución" que
se les ocurra. Si consideramos que todos estos pensamientos, mesiánicos,
contradictorios, de salvación-condenación, de catástrofe inminente-tiempo de
salvación prolongado, y así por el estilo- suceden sin pausa en las mentes de
una misma persona -el fundador de la secta-, y que todo esta invención
fantástica no tiene el menor asidero con la realidad, nos daremos cuenta que
estos fundadores de sectas son más bien dignos de compasión que de condena.
Aunque deberían ser recluidos en un psiquiátrico, por el bien de muchas almas
incautas.
Ofrecemos el siguiente
artículo, para esclarecer un poco el panorama, considerando que las sectas
ufológicas y apocalípticas, responsables de la psicosis del fin del mundo,
anunciadas para el 21 de diciembre, entraron en la segunda fase de la
disociación cognitiva: la explicación de porqué el fin del mundo anunciado no
ocurrió...
Pese a la atención que
han recibido las predicciones sobre el fin del mundo basadas en el calendario
maya, la vida en la Tierra sigue su curso sin más. ¿Qué harán ahora los que
creían que todo se iba a acabar este 21 de diciembre? Se lo pregunta la BBC,
y contesta uno de sus redactores, Jon Kelly. Según explica, en el
transcurso de la historia, el fin del mundo ha sido pronosticado en numerosas
ocasiones y, en cada una de ellas, un grupo de fervientes creyentes ha quedado
decepcionado ante la ausencia de muerte y destrucción.
En esta última ocasión,
miles de personas habían tomado precauciones en todo el planeta. En la
provincia china de Sichuan se informó de la compra masiva de velas. En Rusia,
se disparó la venta de fósforos y comida en lata, y el primer ministro Dimitri
Medvedev urgió a sus conciudadanos a mantener la calma. Por su parte, las
autoridades francesas tuvieron que lidiar con decenas de personas que se
acercaron a una montaña de la pequeña localidad de Bugarach, convencidos
de que unas naves voladoras iban a rescatar a los seres humanos allí
concentrados.
Lo cierto es que nada
de esto es nuevo. Desde tiempos inmemoriales, la humanidad ha estado fascinada
con el fin del mundo. Los habitantes de Roma fueron presa del pánico ante las
predicciones que aseguraban que su ciudad sería destruida en el año 634 a.C. y
el temor al nuevo milenio se propagó por Europa ante la llegada del año 1000
d.C.
Ya en nuestros días,
los seguidores de las profecías de Nostradamus se prepararon para el
advenimiento del "Rey del Terror" en 1999. Mientras, el
telepredicador estadounidense Pat Robertson pronosticó que "algo similar a
un ataque nuclear" ocurriría a fines de 2007. Por su parte, el predicador
radiofónico californiano Harold Camping ha establecido una fecha para
el fin del mundo en por lo menos seis ocasiones, siendo la última el pasado 22
de octubre.
Para aquellos que
creían en sus predicciones, darse cuenta de que la vida seguía su curso tras el
supuesto día del apocalipsis debió ser una experiencia traumática. Según
explica Lorne Dawson, experto en sociología de la religión de la
Universidad de Waterloo, en California, los grupos que han pronosticado el fin
del mundo suelen seguir adelante sin problema una vez se incumplen las
profecías.
De los 75 grupos
identificados por Dawson que predicaban el fin del mundo, todos excepto seis
continuaron existiendo después de que la catástrofe no se materializase. De
hecho, algunos incluso han ganado adeptos. Los Testigos de Jehová han esperado
el apocalipsis en varias ocasiones y cuentan con siete millones de seguidores.
La Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene unos 17 millones de miembros en
todo el mundo. Este grupo surgió del movimiento milenarista, cuya fallida
predicción del fin en 1844 se conoció como "La gran decepción".
"Cuando la
profecía falla"
Uno de los mejores
estudios sobre estos casos es "Cuando la profecía falla", en el que
el psicólogo Leon Festinger explica cómo él y sus estudiantes se
infiltraron en un grupo que pensaba que el mundo se iba a acabar y que iban a
ser rescatados en un platillo volador. Cuando las naves espaciales no llegaron,
el líder del grupo aseguró que sus seguidores que habían "irradiado tanta
luz" que Dios había perdonado al planeta. Entonces, los apocalípticos se
dedicaron a dar a conocer la buena noticia entre los no creyentes, en lo que
para Festinger fue un claro caso de disonancia cognitiva.
En un ejercicio
similar, el psiquiatra Simon Dein pasó un tiempo con miembros de
la comunidad judíaJabad-Lubavitch en Stanford Hill, en el norte
de Londres. Durante años, los integrantes de esta organización creyeron que su
líder espiritual, Menachem Mendel Schneerson, conocido como "ElRebe",
era el mesías. Según sus creencias, él anunciaría el fin de la civilización y
los guiaría a una nueva era. Su fe sería puesta a prueba en 1994, cuando el
"El Rebe" murió.
"Yo estaba allí
cuando falleció", explica Dein. "Lloraban, se lamentaban, no
podían aceptarlo, no podía morir; ¿iba a manifestarse?". Pero pese a todo,
los miembros de la comunidad no abandonaron su sistema de creencias y se
dividieron entre los que creían que "El Rabi" seguía vivo pero
no podía ser visto y los que pensaban que, de que algún modo, regresaría de la
muerte. "Hay mucha tensión entre los que creen que está muerto y los que
creen que está vivo, pero su fallecimiento no parece haber disminuido el número
de seguidores", explica Dein.
Según Lorne Dawson,
las 200 familias de la
comunidad Jabad-Lubavitch de Stanford Hill contaban con uno
de los rasgos imprescindibles para mantener al grupo unido tras un fallido
apocalipsis: un fuerte sentimiento de comunidad. "Si el grupo ha estado
cohesionado y libre de disidencia, puede seguir adelante", explica. Dawson
también cree que es importante la presencia de un liderazgo fuerte que pueda
dar una explicación. "Si la racionalización llega pronto, el grupo puede
soportar que los ridiculicen desde afuera", asegura.
Cambio de fecha
Cuando pasa la fecha
señalada, la mayoría de los grupos que creen en el fin del mundo suelen
adaptarse a la realidad sin más. Muchos líderes lo que hacen es dar una nueva
fecha para el apocalipsis. Otros se disculpan ante sus seguidores por haberse
equivocado de día. Tristemente, algunos toman medidas más drásticas. En 1997,
39 miembros de la secta Heaven's Gate (Puerta del Cielo) se
quitaron la vida, creyendo que así se subirían a una nave espacial que seguía
la estela del cometa Hale-Bopp.
Pero pese a estos casos
trágicos, la mayoría de los grupos que creen en el fin del mundo suelen
adaptarse a la realidad sin más. "Cuando se ha invertido tanto en una
creencia, se tiene un interés en conservar algo de ella", asegura Philip
Jenkins, historiador de las religiones de la Universidad Baylor, en Texas,
EE.UU. Según Jenkins, la atracción que despiertan los líderes que predican un
cataclismo va más allá del contenido de sus profecías.
"Es una especie de
rechazo a la manera en la que el mundo está hecho. Tiene que ver con la
necesidad de imaginar algo mejor. Cuando se hace evidente que el nuevo orden no
va a llegar, siempre se encuentran maneras de ajustar el mensaje", afirma
Jenkins. Parece que los que pronosticaron el fin del mundo para este 21 de
diciembre deberán hacer precisamente eso.
(extraído
de: https://mail.google.com/mail/ca/?ui=2&ik=b922bf007d&view=lg&msg=13bcd3411307dc0c )
Un breve comentario... si puedes poner un fondo distinto al blog, no se puede leer el texto, cuesta mucho verlo, igual esta imagen de cabecera y luego un fondo más liso que resalten las letras, porque acá no se puede leer... y parecen interesantes los artículos. Un saludo
ResponderEliminarEnhorabuena, se lee perfecto. Es necesario este tipo de artículos que abra los ojos a las personas buscadoras, que se confunden con tanta facilidad, por no estudiar la biblia.
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