"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

lunes, 11 de febrero de 2019

Las Cruzadas fueron una defensa del Catolicismo frente a la guerra de agresión del Islamismo

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LAS CRUZADAS, ¿QUIÉN FUE AGREDIDO Y QUIÉN ES EL AGRESOR?

En lo que dice respecto a las cruzadas. Los que hace novecientos años tomaron por asalto Jerusalén considerarían estúpidos a lo que les hubiesen dicho que daban cumplimento a aquello que seria llamado como "primera Cruzada". 

Los "panfletarios", en suma, inventan un nombre y construyen al rededor una "leyenda negra": Y no es sólo eso: será esa misma propaganda europea la que "revelará" al mundo musulmán el haber sido "agredido".

En Occidente, la obscura invención "cruzada" terminó por impregnar con sentimiento de culpa a ciertos hombres de la misma Iglesia, ignorantes de cómo ocurrieron las cosas.

¿Quien fue agredido y quien es el agresor? Cuando en 638 el califa Omar conquista Jerusalén, ésta era, desde hacía más de tres siglos, cristiana. Poco después, secuaces del Profeta invaden y destruyen las gloriosas iglesias, primero de Egipto y, después, de todo el norte de África, llevando la extinción del cristianismo en lugares que habían tenido obispos como San Agustín. Después le tocó su turno a España, a Sicilia, a Grecia, a aquella que será llamada ‘Turquía’, donde las comunidades fundadas por el mismo San Pablo se convirtieron en montes de ruinas. En 1453, después de siete siglos de asalto, capitula y es islamizada la misma Constantinopla, la segunda Roma. El tornado islámico alcanza los Balcanes, y, como por milagro, es detenido y obligado a retirarse de las puertas de Viena.

Entretanto, hasta el siglo XIX, todo el Mediterráneo y todas las costas de los países cristianos que le miran, son "reservas" de carne humana: navíos y países serán asaltados por incursiones islámicas, que retornan a las guaridas magrebíes llenos de botines, de mujeres y de jóvenes para los placeres sexuales de los ricos y de los esclavos obligados a morir de agotamiento o para ser rescatados a precios altísimos por los Mercedarios y Trinitarios. Exécrese, con justicia, la masacre de Jerusalén en 1099, pero no se olviden de Muhamad II, en 1480, en Otranto, simple ejemplo de un cortejo sanguinario de sufrimientos. Aún hoy: ¿Qué países musulmanes reconocen a los otros que no sean los suyos, los derechos civiles o la libertad de culto? ¿Quién se indigna con el genocidio de los armenios, antes y de los sudaneses cristianos, hoy?

Una simple revisión de la historia, incluso en sus líneas generales, confirma una verdad evidente: una Cristiandad en continua posición de defensa en relación a una agresión musulmana, desde el comienzo hasta hoy (en África, por ejemplo, está en curso una ofensiva sanguinaria para islamizar las etnias que los sacrificios heroicos de generaciones de misioneros habían llevado al bautismo).

Admitido que alguien, en la historia, debiese pedir disculpas a otro, ¿deberían ser los católicos los que deberían pedir perdón por un acto de autodefensa, por la tentativa de haber por lo menos abierto el camino de la peregrinación a los lugares de Jesús, como fue el ciclo de las cruzadas?

La primera pregunta que surge al tratar el tema es ¿ Cuando se gesta el sentimiento de cruzada? Para responder esta pregunta debemos remontarnos al siglo IV, donde los descubrimientos de la gruta del Santo Sepulcro, el culto de los lugares mismos de la manifestación redentora, la invención de la Santa Cruz, atribuida a la madre de Constantino, generan un sentimiento mayor en los cristianos. Estos descubrimientos e invenciones hacen que se eleven basílicas sobre los lugares santos y que Oriente se convierta para los occidentales en la tierra sagrada de la historia de su religión. De apoco comienzan a organizarse peregrinaciones hacia Oriente que van a promover un acondicionamiento y construcciones de hosterías. Durante los primeros siglo IV, V, VI las peregrinaciones son sobre todo de carácter individual.

Hacia el siglo VII la peregrinación se encuentra entre las penitencias de los monjes y con el correr del tiempo personas de importancia buscaran en ella una purificación, lo que genera que se vincule la purificación con la peregrinación.
En el Concilio de Clermont, en 1095, el Papa Urbano II hizo un llamado a los cristianos de Europa para que respondan a un urgente pedido de ayuda de los cristianos de Bizancio, en el Este. Los musulmanes amenazaban conquistar el resto del Imperio Romano para Alá. La amenaza era real; la mayor parte del Oriente Medio, incluyendo la Tierra Santa que había recorrido Cristo, ya había sido conquistada. Así comenzó la era de las Cruzadas, tomado de la palabra latina crux, o cruz. Dedicados a salvar al cristianismo, los cruzados dejaron atrás sus familias y sus trabajos para adoptar la causa. Dependiendo de la forma de contar (sea por la cantidad de ejércitos cruzados o por la duración del conflicto), hubo seis Cruzadas, entre 1095 y 1270. Pero el espíritu cruzado continuaría por siglos, hasta que el islamismo dejó de ser una amenaza para Europa. 
Nos cuesta mucho ver las Cruzadas con ojos que no sean los del estadounidense del siglo XXI. El concepto de defender el cristianismo o el lugar de nacimiento de Cristo mediante la acción militar es difícil de imaginar o de apoyar con la Biblia, pero tal vez sea algo más fácil luego de los sucesos del 11 de septiembre de 2001. 

Por lo tanto, cuando los cristianos piensan hoy en las Cruzadas, tal vez sea con remordimiento o con vergüenza. Líderes de la iglesia, incluyendo el Papa, han aparecido en las noticias recientemente disculpándose ante los musulmanes, y todos los demás, por los sucesos que rodearon a las Cruzadas. En las mentes de muchos, las Cruzadas fueron un poco atinado fiasco que no logró las metas de recuperar permanentemente Jerusalén y las Tierras Santas. Por lo tanto, cuando los cristianos piensan hoy en las Cruzadas, tal vez sea con remordimiento o con vergüenza. Líderes de la iglesia, incluyendo el Papa, han aparecido en las noticias recientemente disculpándose ante los musulmanes, y todos los demás, por los sucesos que rodearon a las Cruzadas. En las mentes de muchos, las Cruzadas fueron un poco atinado fiasco que no logró las metas de recuperar permanentemente Jerusalén y las Tierras Santas. 

¿Están en lo correcto los libros de historia cuando describen a las Cruzadas como una invasión de territorios musulmanes por parte de europeos errantes cuyo principal motivo era saquear nuevas tierras? Lo que suele quedar fuera del texto es que la mayor parte del Imperio Islámico había sido cristiano y había sido conquistado militarmente por los seguidores del profeta Mahoma en el siglo VII y VIII. 

El islamismo había surgido repentinamente de la nada para convertirse en una amenaza para todo el Imperio Cristiano y, si bien había demostrado alguna moderación en su trato de los cristianos conquistados, había exhibido una notable crueldad también. Como mínimo, el islamismo impuso una discriminación económica y religiosa contra los que controlaba, convirtiendo a los judíos y a los cristianos en ciudadanos de segunda. En algunos casos, los líderes musulmanes fueron más lejos. Un suceso que podría haber detonado la Cruzada inicial, en 1095, fue la destrucción del Santo Sepulcro por el califa fatimida Al Hakem.{1} De hecho, muchos cristianos de ese tiempo creían que Al Hakem era el Anticristo. 

Queremos tener respuestas de blanco o negro a las preguntas que nos inquietan, pero las Cruzadas nos presentan una compleja colección de sucesos, motivaciones y resultados que hace que sea difícil encontrar respuestas sencillas. En este artículo consideraremos los orígenes y el impacto de esta lucha de siglos entre los seguidores de Mahoma y los seguidores de Cristo. 

LAS CAUSAS

El historiador Paul Johnson dice que los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 pueden considerarse como una extensión de la lucha de siglos entre el éste islámico y el oeste cristiano. Johnson escribe: 

"Las Cruzadas, lejos de ser un escandaloso prototipo de imperialismo occidental, como se enseña en la mayoría de nuestras escuelas, fue un mero episodio en una lucha que ha durado 1400 años, y fue una de las pocas ocasiones en que los cristianos tomaron la ofensiva para recuperar los "territorios ocupados" de la Tierra Santa. El islamismo había explotado en el mapa al conquistar territorios que habían sido principalmente cristianos. Las ciudades de Antioquía, Alejandría y Cartago habían sido centros de pensamiento cristiano y de investigación teológica durante siglos, antes de ser tomados por ejércitos musulmanes en su jihad para extender el islamismo por todo el mundo. Comenzando en 1095 y siguiendo por más de cuatrocientos años, el espíritu cruzado que permeó gran parte de Europa puede ser visto como una acto de autopreservación cultural, parecido a la forma en que los estadounidenses ven hoy la guerra contra el talibán en Afganistán. 

Nuestra motivación para la Cruzada en 1095 fue el pedido de ayuda hecho por el emperador de Bizancio, Alexius I. Gran parte del Imperio Bizantino había sido conquistado por los turcos selyuquíes, y Constantinopla, la más importante ciudad cristiana del mundo, también estaba siendo amenazada. El Papa Urbano sabía que los sacrificios involucrados en el llamado a luchar contra los turcos necesitaban más que simplemente acudir en rescate del cristianismo oriental. Para motivar a sus seguidores agregó una nueva meta: liberar a Jerusalén y el lugar de nacimiento de Cristo. 

En el nivel personal, el Papa agregó la posibilidad de la remisión de pecados. Dado que el concepto del juramento del peregrino estaba muy extendido en la Europa medieval, los cruzados --nobles y campesinos por igual-- juraron llegar al Santo Sepulcro a cambio del perdón de la iglesia de los pecados que habían cometido. La iglesia también prometió proteger las propiedades que dejaban atrás los nobles durante su viaje al este. 

El Papa tal vez lanzó una cruzada, pero tuvo poco control sobre ella una vez comenzada. Los cruzados prometieron a Dios, y no al Papa, completar la tarea. Una vez en camino, el ejército cruzado era mantenido unido por "obligaciones feudales, lazos familiares, amistad o temor".

A diferencia del islamismo, el cristianismo no había desarrollado aún el concepto de una guerra santa. En el quinto siglo, Agustín describió lo que constituía una guerra justa, pero excluyó la práctica de la batalla para propósitos de conversión religiosa o para destruir ideas religiosas heréticas. Los líderes de naciones podrían decidir ir a la guerra por razones justas, pero la guerra no debía ser una herramienta de la iglesia. Lamentablemente, usando el lenguaje de la guerra justa de Agustín, los papas y los cruzados se vieron a sí mismos como guerreros de Cristo en vez de personas que buscaban justicia frente a la amenaza de un enemigo usurpador.

Los libros de historia que leen nuestros hijos, generalmente enfatizan las atrocidades cometidas por los cruzados y la tolerancia de los musulmanes. Es cierto que los cruzados cometieron errores como se cometen en toda Guerra y por tantos elementos dispares que la componen
Los musulmanes podían ser --y lo fueron frecuentemente-- bárbaros en su trato de cristianos y judíos. Un ejemplo es cómo trataron los turcos a los prisioneros alemanes y franceses capturados a principios de la primera cruzada, antes del saqueo de Jerusalén. Quienes renunciaban a Cristo y se convertían al islamismo fueron enviados al este; el resto fue asesinado. Aun Saladino, el reconquistador de Jerusalén, no siempre fue misericordioso. Luego de derrotar a un gran ejército latino, el 3 de julio de 1187, ordenó la ejecución masiva de todos los hospitalarios y templarios que quedaron vivos, y decapitó personalmente al noble Reinaldo de Chatillon. El secretario de Saladino notó lo siguiente: 

"Ordenó que fueran decapitados, prefiriendo tenerlo muertos antes que presos. Con él había toda una banda de eruditos y sufíes . . . [y] cada uno rogó que le permitieran matar a uno de ellos, sacó su espada y se arremangó las mangas. Saladino, con su rostro gozoso, estaba sentado en su estrado; los incrédulos demostraban una aciaga desesperación".

En realidad, Saladino había planeado masacrar a todos los cristianos de Jerusalén luego de recuperarlo de los cruzados, pero cuando el comandante de la guarnición de Jerusalén amenazó destruir la ciudad y matar a todos los musulmanes dentro de sus muros, Saladino les permitió comprar su libertad o ser vendidos como esclavos en cambio.

La traición mostrada por los cruzados contra otros cristianos es un reflejo de ese tiempo. En el punto más alto del espíritu cruzado en Europa, Federico Barbarroja reunió una gran fuerza de alemanes para lo que hoy se conoce como la tercera cruzada. Para facilitar su camino, negoció tratados de salvoconducto a través de Europa y Anatolia, aun consiguiendo permiso de los turcos musulmanes para pasar sin estorbos. Por otra parte, el emperador cristiano de Bizancio, Isaac II, acordó secretamente con Saladino hostigar a los cruzados de Federico a lo largo de su territorio. Cuando se lo consideraba útil, tanto los musulmanes como los cristianos hacían pactos con cualquiera que podría ayudar a su propia causa. En un momento, el sultán de Egipto ofreció ayuda a los cruzados en su lucha con los turcos musulmanes, y los turcos no fueron a rescatar a los musulmanes fatimidas chiitas, que controlaban Palestina.

El 29 de mayo de 1453, la ciudad de Constantinopla cayó ante el sultán otomano Mehmed II. Con esto, el Imperio Romano, de 2206 años de antigüedad, llegó a su fin, y la mayor iglesia cristiana del mundo, Hagia Sophia, fue convertida en una mezquita. Algunos sostienen que este desastre fue el resultado directo de los esfuerzos mal orientados de los cruzados, y que todo lo positivo que podrían haber logrado fue fugaz.

Cuando miramos atrás a las Cruzadas, tendemos a considerarlas un estallido de esfuerzos efímeros y fallidos de europeos mal aconsejados. En realidad, el espíritu cruzado duró cientos de años, y el reino latino que se creó en 1098, durante la primera cruzada, duró casi 200 años. Jerusalén permaneció en manos europeas ochenta y ocho años, un período mayor que la supervivencia de muchas naciones modernas. 

Teniendo en cuenta que el reino latino y Jerusalén finalmente cayeron en manos musulmanas, ¿lograron los cruzados algo significativo? Puede sostenerse que el movimiento de grandes ejércitos europeos hacia territorios controlados por musulmanes demoró el avance del islamismo hacia el oeste. La presencia de un reino latino en Palestina actuó como una zona de amortiguación entre el Imperio Bizantino y los poderes musulmanes, y también motivó a los líderes musulmanes a centrar su atención en la defensa antes que en la ofensiva, al menos por un período de tiempo.

Los musulmanes siguen señalando a las Cruzadas como un ejemplo de injusticia perpetrado por Occidente sobre el Islam. Una pregunta interesante sería: "Si la situación se hubiera invertido, ¿se hubieran sentido justificados los musulmanes en ir a la guerra contra los cristianos?". En otras palabras, las reglas del Corán y el Hadith (los libros sagrados del islamismo), ¿justifican un conflicto similar al que llevaron a cabo los cruzados? 
Usted tal vez escuchó la palabra jihad, o lucha, mencionado en las noticias. La palabra denota diferentes tipos de lucha dentro de la fe musulmana. En un nivel, habla de la lucha personal por la justicia. Sin embargo, hay numerosos usos de la palabra dentro del islamismo donde se refiere explícitamente a la guerra.

Primero, el Corán permite luchar para defender a musulmanes individuales y a la religión del Islam del ataque. De hecho, se ordena a todos los musulmanes aptos que ayuden a defender la comunidad de los creyentes. También se les da permiso a los musulmanes para quitar a personas traicioneras del poder, aun cuando hayan acordado un tratado previamente con ellas.

Se alienta a los musulmanes a usar la lucha armada con el propósito general de difundir el mensaje del Islam. El Corán dice específicamente: "Combatir en ese mes es pecado grave. Pero apartar del camino de Alá -y negarle- y de la Mezquita Sagrada y expulsar de ella a la gente es aún más grave . . . ". 

La guerra también se justifica con el propósito de purgar a las personas de la esclavitud de la idolatría o la asociación de alguna cosa con Dios. Esto da al musulmán una razón teológica para ir a la guerra contra los cristianos, ya que el Corán enseña que la doctrina de la Trinidad es una forma de idolatría. Si la situación se hubiera invertido, la religión del Islam brinda múltiples racionalizaciones para las acciones de los cruzados.

Pero, ¿hay una justificación cristiana para las Cruzadas? El único ejemplo de un cristiano que haya luchado en el Nuevo Testamento es el apóstol Pedro, cuando sacó su espada para proteger a Jesús de los soldados romanos. Jesús le dijo que guardara la espada. Luego dijo: "¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?" (Mateo 26:53). El reino que Jesús había establecido no estaría construido sobre la sangre de los incrédulos, sino sobre la sangre vertida por el Cordero de Dios.

Las acciones de los cruzados deberían ser defendidas usando el lenguaje de la "guerra justa" de Agustín, en vez del vocabulario de la guerra santa. Si bien no siempre vivían de acuerdo con los dictados de los ideales de la "guerra justa", como la inmunidad de los no combatientes, las Cruzadas fueron una guerra defensiva de último recurso que buscaba la paz para su gente, que había estado bajo ataque constante durante muchos años. 

Para tener un orden describiré primero las cruzadas oficiales. Dentro de las cruzadas oficiales encontramos:

- 1º cruzada fue llevada a cabo por los Normandos del Sur de Italia, los franceses del sur y del norte (separadamente) y los alemanes y flamencos, en 1097 se apoderan de Nicea, más tarde se apoderan de Antioquia y finalmente se dirigen en 1099 a Jerusalén, a la que toman y se termina estableciendo un reino cristiano bajo la autoridad de Godofredo de Bouillon.

Tras la conclusión de la primera Cruzada los colonos europeos en el Levante establecieron cuatro estados, el más grande y poderoso de los cuales fue el reino latino de Jerusalén. Al norte de este reino, en la costa de Siria, se encontraba el pequeño condado de Trípoli. Más allá de Trípoli estaba el principado de Antioquía, situado en el valle del Orontes. Más al este aparecía el condado de Edesa (ahora Urfa, Turquía), poblado en gran medida por cristianos armenios.

- 2º cruzada se organiza para defender el reino cristiano, pero tanto Luis VII de Francia como Conrado III de Alemania fracasan y hacía 1187, Saladino logró apoderarse de Jerusalén.

- 3º cruzada Barbarroja, Ricardo Corazón de león y Felipe Augusto deciden reconquistar la ciudad pero fracasaron, Barbarroja murió en el camino hacia 1190 y los otros deciden volver a Francia e Inglaterra a luchar entre ellos. Luego de esto se da el segundo grupo de cruzadas oficiales (las que se rigen más por un interés económico que religioso).

- 4º Hacía 1204, preparada por caballeros franceses y, ante la necesidad de estos de recursos toman Constantinopla por la traición del emperador 

- 5º cruzada en 1217, dirigida por el rey de Hungría y el caballero francés Juan de Brienne, el principal objetivo fue Egipto, pero no alcanzó ningún resultado favorable.

- 6º cruzada en 1228, Federico II de Alemania organizó una nueva cruzada que tuvo como rasgo importante las negociaciones que realizó Federico II con los musulmanes, obteniendo de está manera la posesión de Jerusalén, exceptuando la mezquita de Omar, así como las ciudades que iban desde el mar hasta dicha ciudad, lo que dio por resultado un movimiento comercial.

- 7º y 8º cruzadas fueron organizadas por San Luis IX de Francia, la 7º se realizó en 1248, dirigida contra Egipto y la 8º fue lanzada en 1270, contra Túnez pero ambas no tuvieron buenos resultados.


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