Consideramos que el vegetarianismo y el veganismo -forma extrema de este último- no son posturas meramente médicas, sino religiosas y contrarias al cristianismo. En efecto, en el cristianismo, no está, de modo absoluto, prohibido el consumo de carnes de animales; por el contrario, cuando Pedro pretende no comer carne de cerdo, tiene una visión en la que aparecen "toda clase de cuadrúpedos y reptiles de la tierra, y aves del cielo" y se le dice, literalmente: "Mata y come" (cfr. Hech 10, 13). Por esta razón, el cristiano no tiene ningún problema en ser "carnívoro", porque así lo ha dispuesto nuestro Dios y Señor. Tanto el veganismo como el vegetarianismo, lo repetimos, responden a una ideología religiosa anti-cristiana y no a motivos meramente "médicos", y por eso mismo los rechazamos radicalmente. De ahí se demuestra la sabiduría intrínseca del dicho popular argentino: "Todo bicho que camina, va a parar al asador". Además, defendemos el hecho de que Dios Nuestro Señor creó las vaquitas para que hagamos un buen asado con ellas, además de alimentarnos con su leche.
El enlace acerca de la defensa del vegetarianismo en un portal supuestamente católico, es el siguiente: https://es.aleteia.org/2015/06/04/vegetarianos-porque-somos-catolicos/?fbclid=IwAR0wUSXQDezPRdJqsea0wx1uwUUn62hQMNF0PnQd6GHYPxq92JbNrX2qSTk
No lo reproducimos, porque estamos en un todo opuestos a sus conceptos.
P. Álvaro Sánchez Rueda.
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