El dictador y brujo Nicolás Maduro, auto-proclamado presidente de Venezuela.
En la ceremonia de juramentación, invocó a los espíritus demoníacos de la brujería venezolana, el Negro Felipe y el Cacique Guaicaipuro. Sólo le faltó invocar al espíritu impuro llamado "María Lionza".
El dictador Nicolás Maduro, en la ceremonia en la que se auto-proclamó presidente de Venezuela hasta 2015 -nadie lo eligió para tal cargo-, además de cometer el delito de usurpar la presidencia de Venezuela, cometió un grave sacrilegio, puesto que juró por espíritus demoníacos propios de la brujería venezolana, como el Negro Felipe y el Cacique Gauicaipuro. Juró además por el ex-dictador Hugo Chávez, faltándole solamente el haber mencionado a María Lionza, espíritu inmundo que, junto con el Negro Felipe y el Cacique Guaicaipuro forman lo que los brujos venezolanos llaman las “Tres Potencias”, conjunto de dedidades y espíritus divididos jerárquicamente en “Cortes”. El dictador Maduro, además de cometer el delito de usurpar la presidencia de su país, cometió el pecado de superstición y perjurio, al juramentarse como presidente, invocando a espíritus demoníacos integrantes de la brujería venezolana. Nada bueno puede esperarse de un narco-dictador como Maduro, y mucho menos cuando este narco-dictador es además un ferviente creyente y practicante de la brujería y santería venezolana.
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