Zootopia: mensajes subliminales y altamente revolucionarios para los niños

Atención con Zootopia: se incita a los niños a ir en contra de la biología, entre otras cosas...

Del Disney idealista, aquel que, como en los cuentos de hadas de antaño, los protagonistas lograban superar obstáculos, vencer el mal y vivir felices por siempre, hemos pasado a un Disney que está reescribiendo todas sus historias para adaptarse a las ideologías de turno e incluyendo la mediocridad y chistes que no son tan inocentes.

Vemos entonces una Zootopía llena de medios sueños, medias verdades, mediocridades, disfrazadas de una comedia con muchos chistes muy subidos de todo para el púbico infantil, el cual, bien sabemos que no es tan ingenuo como en décadas pasadas, pero tampoco por ello se debe caer en tratarlos como adultos porque no lo son.

En un mundo de animales que se comportan como humanos, que renunciaron a actuar como su esencia animal, como la biología les predispuso, es decir, depredadores como depredadores y depredadables como animales que luchan por sobrevivir, una coneja sueña con ser policía en Zootopía, una ciudad donde los policías son en su mayoría grandes animales y depredadores.

El problema está en que por su tamaño, esta coneja, que no se rinde ante las dificultades, hace lo posible por cumplir su sueño de ser policía y lo logra, incluso cuando sus padres, a quienes la historia pinta como conformistas y mediocres, le decían que no debía tener tal clase de aspiraciones.

Hasta ahí todo va bien, yupi, que emoción, la conejita logró su sueño, pero luego, cuando empiezan los nudos de la trama, vemos a la coneja ser una policía que no se diferencia en nada a las visiones estereotipadas que se venden en muchas series crudas de televisión: extorsiona, juega con la ley de forma acomodaticicia, dice que va a enfrentarse con un mafioso, pero al final la cosa se resuelve con un giro inesperado y ella termina conviviendo con la mafia, tiene un compañero zorro que, si bien “cambia” al final, ha cometido crímenes, violado la ley en repetidas ocasiones y se sabe entremeter entre lo turbio y lo claro.

Zootopía es una trama adulta, no es para niños, el supuesto mensaje de superación de la coneja se pierde entre otros elementos fuertes de su trama, incluyendo los humorísticos, en especial viendo que la coneja pasa por un campo nudista, hay un personaje búfalo hippie que luce drogado y etc.

Vimos en el cine a Nolan (sé que no es Disney) vendernos un Batman que se empeña en hacer un cambio y derrotar a la mafia, Zootopía nos vende que la mafia es algo con lo que la policía convive, y por cierto: uno de los guardaespaldas mafioso (todos estereotipados como italianos) se santigua. Comento esto del santiguarse de los personajes malos, porque el cine quiere hacer ver esa costumbre católica como algo de superstición y propia de gente bruta, tal como pasó en la película Chappie y en Piratas del Caribe.

La cancioncita al final “Try everything”, cantada por una gacela hipersexualizada (con cuernos y vestida de rojo), puede traducirse algo así como “trátalo/prúebalo todo”, que se hace un poco similar al “haz lo que quieras” de Aleister Crowley. Cuando la coneja llega con el zorro a la taquilla de las perezas, en la fila hay un personaje con una frantela del símbolo de la cabra.

El mensaje de que la biología es algo que puede superarse: ¿se lo decimos a los niños que están siendo víctimas de unas campañas de confusión respecto a la identidad sexual y de la promoción de la idea de que pueden elegir su sexualidad a pesar de su sexo natural, y qué más bien es bueno que avisen desde niños, antes de desarrollarse, para que así se pueda empezar a inyectarles hormonas y que sus cuerpos se desarrollen según el sexo que quieren ser? También hay que mencionar al personaje recepcionista gay que sufre por ser estereotipado de “depredador”, y a los bailarines del concierto final con sus contoneos raros. Ya lo he dicho antes: los personajes gay llegaron para quedarse en las producciones infantiles.

Estéticamente es muy linda, pero su historia está llena de hilos muy negros, una visión muy distorsionada de la realidad. Los padres tendrán que hacer mucho para orientar a sus hijos después de verlas, en especial porque, si les inculcamos desde pequeños que los males del mundo son invencibles, nadie se esforzará por hacer un mejor mañana.

No todo lo que brilla es oro, atentos padres, que en medias verdades hay medias mentiras.

(Fuente: http://familiacristiana.org.ve/fcd/index.php?option=com_content&view=section&layout=blog&id=1&Itemid=10&idart=2373&rel=TWFpcXVlbCBZb2rDoWluZGVyIE1hY2hhZG8gUGFsbWFyLCBwZXJpb2Rpc3RhIC8gY3LDrXRpY28gZGUgY2luZQ== )