Desde el Colegio de Psicólogos de Mendoza (Argentina) cuestionaron el pasado mes de diciembre la falta de formación académica y una habilitación profesional (matrícula) para poder ejercer distintas terapias alternativas relacionadas con el campo de la salud mental. La inquietud surgió después de ser publicada una nota reciente en Diario Uno relacionada con constelaciones familiares. Este mismo medio publica la noticia, firmada por Patricia Losada, que reproducimos aquí.
“Quiero aclarar que esta inquietud no es en contra de una persona en particular, sino de aquellos que hacen prácticas terapéuticas sin tener título habilitante para ejercer como profesional de salud, ya que no es lo mismo que las constelaciones o terapias alternativas las haga una persona con formación, matriculado, que alguien que no lo es”, dijo José Alberto Muñoz, presidente del Colegio de Psicólogos de nuestra provincia.
El profesional explicó que uno de los riesgos de quienes acuden a este tipo de terapias es que, por ejemplo, puede ocurrir que, en caso de que el paciente sufra una crisis emocional severa, “no tendrá herramientas legales a las qué recurrir, ya que si es atendido por alguien que no está matriculado no tiene sustento ante la Justicia. Tampoco estas terapias tienen un perfil científico. Por lo tanto, es difícil que pueda ser asistido debidamente. Esto puede suceder, por ejemplo, en casos de personas vulnerables, con problemas afectivos y emocionales que se someten a alguna práctica que influye en estos aspectos”, señaló Muñoz, máximo dirigente de los psicólogos mendocinos.
También aclaró que cada uno tiene la libertad de elegir lo que crea conveniente para solucionar sus problemas, pero recomendó tener siempre en cuenta un resguardo, una base científica y elegir profesionales avalados por instituciones de salud de la provincia a modo se asegurarse una eficaz atención.
“Curandería”
Mauricio Fracapani, coordinador de la institución que nuclea a los psicólogos, opinó que actualmente en nuestro medio existen una multitud de pseudoterapias “etiquetadas bajo la denominación de terapias alternativas, o peor aún, de psicoterapias. Tales prácticas toman teorías y procedimientos provenientes del campo de la psicología y las hacen propias sin ningún inconveniente. Este hecho está encuadrado como delito de curanderismo, según el Código Penal Argentino”. El psicólogo agregó que para esas terapias no existe validación alguna por parte de la comunidad científica internacional sobre los resultados terapéuticos.
Tampoco, dijo Fracapani, disponen de ningún tipo de regulación por parte del Estado ni ley que las regule. “Desde nuestra institución queremos dejar en claro que tanto el uso y aplicación de técnicas psicológicas como la difusión de conocimientos psicológicos pertenecen exclusivamente al ejercicio profesional del psicólogo, de acuerdo con lo establecido por los artículos 6 y 7 de la Ley Provincial 5045/85. Quienes practican estos procedimientos terapéuticos representan un verdadero riesgo para la salud mental de las personas puesto que carecen de la formación académica y profesional en ciencias de la salud”, apuntó.
Tres puntos
Desde el Colegio Profesional de Psicólogos de Mendoza señalaron que entienden que la salud mental de las personas es un derecho inalienable y que debe ser sostenido sobre pilares como la ética y la formación. Para llevar adelante una orientación psicológica, un asesoramiento o bien una terapia psicológica, es necesario que el profesional tratante cumpla con los siguientes requisitos:
1) Estar titulado como licenciado en Psicología (título con validez oficial).
2) Estar matriculado ante el Ministerio de Salud de Mendoza.
3) Estar inscripto en el Colegio Profesional de Psicólogos de Mendoza.
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