"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

martes, 19 de enero de 2016

Colombia: el obispo de Armenia advierte sobre la construcción de un templo a Lucifer


Luis Santamaría, el 1.01.16 a las 6:04 PM
El pasado 27 de diciembre estaba previsto que se inaugurara en Colombia, en la vereda “El Aguacatal” (municipio de Calarcá, departamento del Quindío) un templo en el que se dará culto a Lucifer, tal como publicamos en Info-RIES. La ley colombiana no permite, en principio, la libertad religiosa a una entidad dedicada al satanismo, así que por ahora no se ha inaugurado oficialmente el local.

Con motivo de esta noticia, que ha alarmado a la población del lugar, el obispo de Armenia, monseñor Pablo Salas Anteliz, ha difundido un comunicado valorando el hecho y ejerciendo su magisterio con los fieles católicos para orientarlos ante este tema. Por su interés, lo reproducimos a continuación.

COMUNICADO DEL OBISPO DE ARMENIA

Muy queridos sacerdotes y fieles católicos:

En razón de la noticia difundida en estos días por los medios de comunicación en torno a la inauguración de un templo dedicado al culto al demonio en el Municipio de Quimbaya, vereda “aguacatal”, me permito hacer las siguientes consideraciones a los presbíteros y demás fieles católicos de la Diócesis de Armenia:

1. El diablo existe, no es un mito. En efecto, la Biblia desde la primera página hasta la última, afirma la existencia del Demonio. Son muchos los lugares de la Sagrada Escritura en los que aparece como un ser personal que tienta al ser humano, como enemigo de su felicidad, porque es por naturaleza opuesto a Dios. Jesús lo llama “padre de la mentira” y “homicida desde el principio” (Jn 8, 44).


2. El culto al demonio. Así como se le rinde culto a Dios, también hay personas que le rinden culto al demonio; pero, también el demonio pretende ese culto por parte del hombre. En las tentaciones en el desierto (Mt 4, 10) Jesús le dice claramente que sólo a Dios se debe adorar. Esta pretensión de ser adorado se concretiza a través de personas e iniciativas como el templo construido en Quimbaya, del cual estamos hablando. De esta forma, el culto al demonio se constituye en una forma de idolatría, es decir, en un auténtico pecado mortal.
En este sentido, entonces, cualquier forma de culto satánico es una opción por el Diablo frente a la fe en Dios, algo que aparta radicalmente al ser humano de la comunión con quien lo ha creado y lo quiere salvar. Asociarse a Satanás no puede traer consigo otra cosa que unirse a su acción destructora de la felicidad del hombre.

3. El Catecismo de la Iglesia Católica. El Catecismo habla muy claro sobre el demonio (cfr. 391-395): Tras la elección desobediente de nuestros primeros padres se halla una voz seductora, opuesta a Dios (cf. Gn 3,1-5) que, por envidia, los hace caer en la muerte (cf. Sb 2,24). La Escritura y la Tradición de la Iglesia ven en este ser un ángel caído, llamado Satán o diablo (cf. Jn 8,44; Ap 12,9). La Iglesia enseña que primero fue un ángel bueno, creado por Dios. “El diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron a sí mismos malos” (Concilio de Letrán IV, año 1215).

El diablo es “pecador desde el principio” (1 Jn 3,8), “padre de la mentira” (Jn 8,44). La Escritura atestigua la influencia nefasta de aquel a quien Jesús llama “homicida desde el principio” (Jn 8,44) y que incluso intentó apartarlo de la misión recibida del Padre (cf. Mt 4,1-11). “El Hijo de Dios se manifestó para deshacer las obras del diablo” (1 Jn 3,8). La más grave consecuencia de estas obras ha sido la seducción mentirosa que ha inducido al hombre a desobedecer a Dios.

4. El Papa Francisco y el demonio. Son muchas las intervenciones del Papa Francisco en las que abiertamente nos ha alertado acerca de la presencia de Satanás y de sus distintas maneras de hacer que nos desviemos de los caminos de Dios. “A esta generación y a muchas otras se les ha hecho creer que el diablo era un mito, una figura, una idea, la idea del mal ¡pero el diablo existe y nosotros debemos combatir contra él! ¡Lo dice San Pablo, no lo digo yo! ¡Lo dice la Palabra de Dios!” (Homilía en Santa Marta el 30 de octubre de 2014).

5. Sacerdotes y fieles de la Diócesis de Armenia: vivamos con autenticidad nuestra Fe y rechacemos toda forma de pecado y seducciones engañosas del demonio. La vida cristiana es un combate, una permanentemente lucha contra el mal; siempre estaremos combatiendo contra el enemigo que pretende separarnos de Dios. Desde nuestro bautismo, hemos sido ungidos con el óleo de los catecúmenos, para luchar contra las asechanzas del enemigo, para combatir con el arma de la Fe. En este sentido, bien nos enseña el Papa Francisco en la homilía ya mencionada: “Sin fe no se puede ir adelante, no se puede defender la salvación de Jesús, necesitamos el escudo de la fe, porque el diablo no nos tira flores, sino flechas encendidas, para asesinarnos. Tomen el casco de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios. Y a elevar constantemente toda clase de oraciones y súplicas, animadas por el Espíritu”.

6. Un motivo más para evangelizar con seriedad y hacer presente a todos y en todas partes el Anuncio del Evangelio.

Frente al rechazo y negación de Dios que promueve este tipo de cultos, necesitamos con el vigor que brota del Espíritu Santo, hacer presente con la coherencia de nuestra vida y de nuestro Ministerio, hacer resonar en todos los ámbitos de la vida diocesana el anuncio del Evangelio que Salva. En efecto, Jesús, el Señor, ha venido para que el hombre tenga vida y la tenga en abundancia, para que el hombre viva y no muera, para que no se pierda ni uno sólo de los que el Padre le ha confiado. Por tanto, las iniciativas misioneras de las Parroquias deben estar animadas de este espíritu.

7. Estemos atentos. No seamos ni ingenuos ni cobardes, nos pide el Papa. Caminemos atentos, con temor y temblor, y también y sobre todo conscientes de que Cristo ya ha vencido y nos acompaña siempre. El culto a Satanás siempre será un desafío no solo para la fe, sino también para la sociedad misma, para la moral pública, para las familias, para nuestros hijos, para el orden institucional. Las familias del Quindío deben particularmente estar muy atentas en lo que mira a sus hijos, que lamentablemente son los más frágiles y vulnerables a este tipo de propuestas ajenas a la fe y a la dignidad de la persona. Bien sabemos que en torno a este tipo de culto, de manera conexa, se viven situaciones muy dramáticas que ponen el riesgo la integridad de las personas que lo frecuentan y que en muchos casos, se configuran como auténticos delitos ante las leyes del país.

8. Las autoridades. Las autoridades competentes, como en todos los casos, deben velar por la integridad de las personas y especialmente de los niños, adolescentes y jóvenes del Quindío. Asimismo, estarán atentas, a la normatividad jurídica que rodea este tipo de templos, que en ningún caso, quedan bajo el amparo de la ley 133 de 1994, que reglamenta la libertad de culto en Colombia, que expresamente dice: Artículo 5º.- No se incluyen dentro del ámbito de aplicación de la presente Ley las actividades relacionadas con el estudio y experimentación de los fenómenos psíquicos o parapsicológicos; el satanismo, las prácticas mágicas o supersticiosas o espiritistas u otras análogas ajenas a la religión.

9. ¡Cuidado con hacer tratos con el demonio! Así lo pide expresamente el Papa Francisco: “San Pedro lo decía: Es como un león feroz, que gira a nuestro alrededor. Es así. ‘¡Pero, Padre, usted está un poco anticuado! Nos asusta con estas cosas…’. No, ¡yo no! ¡Es el Evangelio! Y esto no son mentiras: ¡es la Palabra del Señor! Pidamos al Señor la gracia de tomar en serio estas cosas. Él ha venido a luchar por nuestra salvación. ¡Él ha vencido al demonio! ¡Por favor, no hagamos tratos con el demonio! Él busca volver a casa, tomarnos en posesión… ¡No relativizar, vigilar! ¡Y siempre con Jesús!” (Homilía en la Capilla de Santa Marta, 10 de Octubre de 2013).

Fraternalmente,

+ Pablo Salas Anteliz, Obispo de Armenia

No hay comentarios:

Publicar un comentario