Luis Santamaría, el 27.03.17
Hace poco fue noticia la retirada de un artículo crítico con la Bioneuroemoción de la web del Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) de Barcelona, tras haber recibido sus responsables un requerimiento de los abogados del gurú de esta pseudoterapia, Enric Corbera. Sin embargo, el ISEP pidió disculpas al autor del artículo, el psicólogo Carlos Sanz Andrea.
En el artículo, Sanz afirma que “a pesar de todos los avisos de la comunidad científica sobre de estas actividades el movimiento se extiende de forma exponencial, mediante libros, vídeos de las conferencias colgados en plataformas, la creación de un Instituto en Bioneuroemoción, una Asociación de Bioneuroemoción e incluso dos convenios firmados con universidades en México (Universidad Iberoamericana Torreón) y Argentina (Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario)”.
Esto es una realidad, y la Bioneuroemoción aprovecha estos convenios institucionales para autolegitimarse y presentarse como una terapia acreditada, cuando esto está muy lejos de la realidad. No olvidemos que el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña ya se ha pronunciado en dos ocasiones, en 2014 y 2016, desmarcándose de la propuesta de Enric Corbera, dejando claro que “no considera que este modelo y las prácticas derivadas de este cuenten con aval y garantía suficiente para ser definidos y situados en los estándares científicos y de calidad propios de la practica psicológica”.
Además de ser sorprendente el hecho de que dos universidades de América se hayan plegado a esta pseudoterapia –ya que el Instituto y la Asociación han emanado de la misma–, llama más todavía la atención que una de ellas sea de la Compañía de Jesús, prestigiosa congregación católica. Reproducimos a continuación el artículo que ha sido publicado originalmente en el otro blog que administra la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES)..
Sin respuesta
Luis Santamaría, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), explica que “algunos afectados por la Bioneuroemoción se pusieron en contacto conmigo hace tiempo señalándome la gravedad de la colaboración institucional de una universidad católica como la de Torreón con esta pseudoterapia, por si yo podía hacer algo”.
Por eso, el padre Santamaría escribió un mensaje de correo electrónico al rector de la Universidad conocida como Ibero Torreón con fecha de 8 de agosto de 2016 (y con copia a la curia provincial de los jesuitas en México). Una semana después, y al no recibir respuesta, volvió a dirigirse a la misma dirección, recibiendo esta vez la siguiente contestación del padre Guillermo Prieto Salinas: “Recibido. Agradecemos su interés. Se estudiará el caso”.
Tres meses más tarde, al seguir sin tener una respuesta en algún sentido por parte de la Universidad, Luis Santamaría escribió en noviembre un nuevo correo electrónico, que tampoco fue contestado. Por lo que, una semana después, y con el asunto de “Infiltración en la Universidad Iberoamericana de Torreón”, el sacerdote experto en sectas reenvió el mismo mensaje al Obispado de Torreón, a la Conferencia del Episcopado Mexicano y a la Nunciatura Apostólica en aquel país. “Y ésta ha sido la última comunicación hasta el momento, porque no he vuelto a tener noticias de allá”, dice el padre Santamaría.
Una intrusión peligrosa
En sus mensajes, el miembro de la RIES aporta un mensaje de una entidad civil dedicada al fenómeno sectario en España, RedUNE, en el que se señala la gravedad de “la intrusión de una peligrosa pseudoterapia de alto riesgo sectario que se ha cobrado ya varias víctimas mortales e ingentes afectados de distinta consideración en su salud física y mental”.
Entre otras cosas, el mensaje habla de “gente a la que [el gurú] ha llegado a pedir cantidades elevadísimas a cambio de curarle enfermedades incurables por la medicina (entrando así en la categoría clara de estafa)”. Por eso se refiere a “la intromisión de este peligroso movimiento en las Universidades mediante el engaño, del que ustedes han sido una víctima más”.
Por eso se le indica al rector que “debería tener constancia de todos estos desmanes que manchan, y mucho, el prestigio de su Universidad, además de poner en altísimo riesgo la salud mental y física de los alumnos asistentes”, además de que por parte de la Bioneuroemoción “sigan ostentando su participación en ella como garantía de calidad ante la población a la que engañan”.
Luis Santamaría enviaba varios materiales que documentan los riesgos de la Bioneuroemoción, además de algunos enlaces para ampliar la información sobre esta pseudoterapia, como su artículo publicado en Aleteia “¿Qué es la Bioneuroemoción? ¿Es válida como terapia?” (del año 2015), la noticia relativa al rechazo por parte del Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña y la noticia de la muerte de una enferma de cáncer tras hacer caso a Enric Corbera.
Y su mensaje concluía diciendo: “Ninguna Universidad, y menos una católica de tanto prestigio como la suya, debería difundir esta pseudoterapia tan peligrosa”.
Los detalles de un despropósito
Consultando la página web de la Ibero Torreón, se encuentra una sección dedicada a su curso de “Especialidad y Diplomado en Bioneuroemoción”, una de las dos únicas especialidades que imparte este centro universitario (la otra es la de Juicio de Amparo, para los profesionales del Derecho).
Se aclara con letras mayúsculas que los estudios de Bioneuroemoción tienen “reconocimiento de validez oficial número 05281422998 de fecha 9 de diciembre de 2014, otorgado por la Secretaría de Educación de Coahuila”.
En la fundamentación podemos leer que “los desórdenes emocionales son consecuencia de disfunciones de este cerebro. Estas disfunciones tienen su origen en experiencias dolorosas vividas en el pasado y sin relación con el presente, pero que se hallan impresas de manera imborrable en el cerebro emocional… La Bioneuroemoción busca estos códigos en el ser humano emocional”, y continúa el discurso centrándose en la inteligencia emocional.
Y señala que “la Universidad Iberoamericana Torreón en colaboración con el Instituto Español de Bioneuroemoción, desarrollan esta Especialidad para formar profesionales con herramientas para acompañar el despertar de la inteligencia emocional en los individuos, así como las actitudes de autocontrol y altruismo, es decir, la conciencia de que las emociones se pueden controlar y gestionar para resolver los conflictos que éstas pueden ocasionar”.
En cuanto a las asignaturas, que se cursan durante un año académico, son solamente 4, con 12 créditos las tres primeras y 10 la última. Son, respectivamente: Seminario de bases de la Bioneuroemoción, Seminario de Programación Neurolingüística (PNL) e hipnosis aplicadas a la Bioneuroemoción, Seminario de formaciones específicas en Bioneuroemoción y Seminario de investigación cualitativa.
Además, se aporta un documento en PDF con la “fundamentación científica y académica” de esta pseudoterapia, un escrito de 43 páginas con el membrete oficial de la Universidad. Un documento cuyo contenido, por cierto, ya había sido publicado como libro por el propio Enric Corbera, en la editorial Sincronía en el año 2013 (y con el mismo título: Fundamentación teórica de la Bioneuroemoción).
Ningún detalle, sin embargo, sobre el profesorado o el precio de matrícula. Sin embargo, si consultamos la página web del Enric Corbera Institute, descubrimos que el coste de este diploma online es de 2.895 euros.
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