"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

jueves, 2 de marzo de 2017

Entrevista a psicólogo experto en abuso psicológico grupal, característico de las sectas

Así se trabaja en el único ayuntamiento de España que ayuda a víctimas de sectas


LUIS SANTAMARÍA  28 FEBRERO, 2017  
El pasado 20 de enero, el Ayuntamiento de Marbella (Málaga, España) dio los datos relativos a la ayuda social prestada durante el año 2016. En una rueda de prensa, la concejala de Derechos Sociales, Victoria Morales, informó sobre uno de los servicios que presta esta administración local, único en España: un programa de atención a víctimas de sectas. Según declaró la responsable de Derechos Sociales del consistorio marbellí, en 2016 este programa realizó 404 intervenciones, y actualmente se trabaja con 165 usuarios.

Por el interés de este trabajo pionero en España –ya que otros centros y servicios semejantes son de iniciativa privada, aunque puedan contar con ayudas públicas–, entrevistamos a su responsable, José Miguel Cuevas Barranquero, doctor en Psicología especializado en este campo.

¿Desde cuándo existe el programa de atención a víctimas de sectas del Ayuntamiento de Marbella? ¿Por qué se creó?

Sus inicios podríamos ubicarlos en el año 2004, cuando directamente se oferta como un programa más dentro del Programa Municipal de Adicciones de Marbella. Sin embargo antes emergía su cabeza, desde febrero de 2001, cuando empecé a trabajar en uno de los mejores equipos de tratamiento de adicciones de España, con un equipo multidisciplinar (psicólogos, médicos, psiquiatra, trabajadores sociales, enfermeras-DUE, abogada…).

Aproveché la coyuntura de disponer de un ambicioso programa que proyectaba tratamientos innovadores e integrales, con personal cualificado y con la vocación de la atención pública, universal y gratuita.

En ese contexto convencí al gerente de entonces, José Manuel Ramírez Navarro, de la necesidad de incorporar una atención a estas personas totalmente desatendidas por el sistema sanitario y social en España. Le aporté datos de su posible abordaje desde el campo de las dependencias y cómo en Barcelona también se estaban desarrollando tratamientos con fondos públicos en esta misma línea.

Paralelamente estaba en los inicios de mis investigaciones de este fenómeno de las sectas. Mi interés y compromiso en esta materia era total, con el proyecto inicial de mi tesis, escribiendo entonces mi primer libro sobre sectas, comenzando a navegar y a aprender de este complicado mundo de las sectas.

En este sentido, a pesar de los requerimientos de la Comisión Europea, que exigen a sus países miembros la existencia de tratamientos públicos que aborden esta problemática, la realidad es un arranque aislado que nace del empuje de personas comprometidas que tratan de aportar su granito de arena dentro de un páramo desolado y abandonado por la administración pública.

En estos 13 años, ¿cuánta gente ha pasado por este servicio?

Es difícil de precisar el número de atenciones totales desde el inicio. Aunque se contabilizan las atenciones y se abren historias clínicas, existen distintos servicios y atenciones y de aquí la dificultad para contabilizar el número de atenciones totales.

Existen distintas atenciones: a la familia (padre, madre, pareja…), a la víctima que es consciente del abuso sufrido (que sería realmente la historia clínica que se apertura), a la víctima que se asesora y acepta recibir información contraria a su grupo (motivados por su familia habitualmente),…

Más difícil resulta contabilizar las numerosas atenciones a ciudadanos que consultan de forma anónima sobre un determinado grupo.

Además se trata de un tema tabú, las personas han sido engañadas y manipuladas y acuden al profesional con mucha cautela y miedo, en ocasiones cuesta incluso el que una persona se decida a comenzar una terapia propiamente dicha. Aun así hemos ido creciendo exponencialmente en el programa.

En sus primeros inicios era un programa donde las atenciones eran minoritarias. Entonces me dedicaba mucho más tiempo a adicciones, incluyendo también adicciones comportamentales. Gradualmente la atención ha ido extendiéndose e incrementando de forma exponencial y, aunque lo compagino con otras actividades, dedican al menos la mitad de mi jornada laboral.

De todos modos, para que sirva de comparación, hace diez años difícilmente llegábamos a las cien intervenciones anuales, con diez o veinte historiales al año. Ya en el año 2014 el número de consultas estaba en torno a la veintena de atenciones mensuales y actualmente suele superarse con facilidad las treinta atenciones mensuales.

Se han atendido a centenares de personas en esta última década y actualmente hay más de cien pacientes y/o familiares atendidos.

¿Y cuáles han sido los resultados?

El nivel de satisfacción con el programa es muy alto y también la recomendación que hacen las mismas víctimas atendidas. Esto no quita que no siempre se obtienen los resultados que a todos nos gustarían.

Llegan casos muy complejos, en algunos resulta imposible, al menos a corto plazo, la atención directa del familiar involucrado en la problemática sectaria, realizándose entonces un trabajo familiar orientado a mejorar la calidad de vida familiar y personal, así como tratar de mejorar el contacto y la relación con la víctima sectaria.

En otros casos te llevas grandes alegrías: hay víctimas que egresan de sus grupos a raíz de nuestras intervenciones, o pacientes que, conscientes del abuso sufrido, vuelven a la normalidad y superan los problemas de salud mental que se han generado durante su permanencia en estos grupos destructivos.

De todos modos, debemos tener claro la dificultad de los objetivos y comprender, como les digo a todos los familiares, que esto no suele parecerse a una carrera de velocidad, sino más bien a una maratón. Deben aprender a gestionar sus esfuerzos y saber cuándo y cómo pueden actuar.

El asesoramiento a veces conlleva el que aprendan a ser constantes, pero sin morir en el intento de llegar a la ansiada meta. Con ello quiero decir que en ocasiones pueden realizarse esfuerzos gratuitos que no van a suponer un gran cambio y que la intervención en estos casos suele requerir una planificada y cuidada estrategia.

Luego te encuentras casos sorpresivos donde los éxitos llegan mucho antes de lo que uno hubiera pensado, incluso parejas que se separan a raíz del ingreso en el grupo de uno de ellos y en muy poco tiempo los vuelves a ver reconciliados, fuera de la manipulación del grupo.

¿Cómo accede la gente a vuestro programa? ¿Van más las propias víctimas, o sus familiares y amigos? ¿Cómo se procede con ellos?

Las personas suelen acceder telefónicamente, a través de los teléfonos 952 765 193 o el 952 768 703, pero también en ocasiones lo hacen a título personal, localizándome por correo o incluso por las redes sociales (josemiguelcuevasbarranquero@gmail.com; aiiap-malaga@gmail.com).

Tanto la llamada como la atención en nuestros servicios municipales es totalmente gratuita. Trabajo con citas de manera que habitualmente al familiar, amigo, víctima o cualquier ciudadano/a puede contactar para solicitar una cita.

Además, toda cita es atendida con las garantías de un servicio público reconocido como centro sanitario, con atención profesional, confidencial, personalizada y gratuita.

La llamada filtra si se requiere o es factible realizar algún tipo de intervención, ya sea telefónica o preferiblemente, presencial. La persona que consulta es derivada directamente a mi persona, que soy el responsable del servicio, si bien puede darse alguna derivación a otros servicios que se necesiten (médico, trabajador social, etc.).

Aunque en la mayoría de los casos no se requiere, en ocasiones las personas hacen consultas legales. A este respecto tenemos que advertir que no disponemos de atención legal en nuestro programa, si bien sí conocemos a buenos profesionales implicados que pueden asesorarles, pero de esto, a día de hoy, no disponemos en el sector público.

Sí colaboramos con los cuerpos de seguridad y en ocasiones éstos pueden facilitar que determinados indicios delictivos puedan ser investigados por fiscalía.

¿Cuántas personas trabajáis en este programa? ¿Con qué recursos contáis? ¿Hay posibilidades de voluntariado?

El programa cuenta con todo el equipo de adicciones del plan municipal de adicciones de Marbella (psicólogo, médico, trabajador social y enfermera). Habitualmente, como especialista y responsable del programas, soy el que evalúa y asesora a familiares y si se requieren intervenciones especializadas en otras disciplinas se derivan dentro del programa.

No disponemos en la actualidad de servicio jurídico dentro del programa, aunque contamos con movimiento asociativo que colabora con nosotros y con buenos profesionales que nos ayudan, es un servicio que no ofrecemos desde nuestro servicio.

Principalmente, más que voluntariado, contamos con la posibilidad de que alumnos de la Universidad de Málaga, a través del Grado en Psicología, o de otras especialidades, puedan realizar sus prácticas con nosotros. Contamos con convenio de colaboración de prácticas con la Universidad de Málaga y algunos especialistas en diferentes profesiones (psicólogos, trabajadores sociales, educadores…) han rotado con nosotros, siendo una experiencia de aprendizaje muy enriquecedora. 

(http://es.aleteia.org/2017/02/28/asi-se-trabaja-en-el-unico-ayuntamiento-de-espana-que-ayuda-a-victimas-de-sectas/)

El Ayuntamiento de Marbella (Málaga, España) es la única administración pública en todo el país que cuenta con un programa de atención a víctimas de sectas. Después de explicar la historia y funcionamiento de este interesante servicio en la primera parte de esta entrevista, su responsable, el psicólogo José Miguel Cuevas Barranquero, sigue aclarando los términos en torno a este tema.

¿Puedes dar algún índice de “éxito” en el trabajo con los afectados por las sectas?

El índice de éxito para los familiares sería la “normalización” de sus relaciones con el afectado, el conseguir que la relación vuelva a ser como era antes de su ingreso, puesto que en estos grupos las relaciones sociales se ven muy deterioradas, puesto que al grupo le interesa que no haya críticos y que nadie se entrometa en la dependencia y en el abuso que desarrollan.

En cuanto a los afectados, la recuperación de pertenecer a un grupo abusivo pasa por salir de él, si bien indicadores más fiables serían los relacionados con una reinserción social en toda regla. Y no me refiero a la cuestión laboral, que también es importante, sino a volver a reintegrarse a redes sociales normalizadas, ser capaz de relacionarse con el mundo sin considerarlo “un enemigo”.

Otro indicador importante es la salud mental, en la valoración inicial se realiza una exhaustiva evaluación sintomática y podemos medir si efectivamente, existe mejoría en esos parámetros. Desgraciadamente las víctimas suelen salir de estos grupos con síntomas muy variados: síntomas ansioso-depresivos, síntomas obsesivos, trastornos disociativos, fobias, etc.

Normalizar, conseguir reducir o eliminar estos miedos, modificar esquemas de pensamiento rígidos, volver a confiar en las relaciones personales, mejorar la autoestima…. conseguir que la persona pueda reestablecer su salud mental es una prioridad dentro del programa de atención a las víctimas.

El modelo de atención es biopsicosocial, contando con programas de tratamiento sanitario adaptados a esta problemática tan particular y desarrollando terapias a medida y centradas en los objetivos de nuestros usuari@s.

En ocasiones también necesitamos intervenir con la familia o la pareja, pero sobre todo, conseguir que el paciente comience a razonar con objetividad y racionalidad, evitando los esquemas sectarios y catastrofistas aprendidos dentro del grupo.

Hay que tener en cuenta que en una secta se enseña a odiar y rechazar al enemigo y éste es prácticamente todo aquel que critica al grupo. Un indicador positivo que en ocasiones también podemos usar es que el afectado, por ejemplo, pueda hablar bien de sus padres, de su pareja o de aquellos con los cuales el grupo ha intentado enfrentarlos.

Supongo que os llegará gente de otros lugares, de fuera de Marbella… ¿también los atendéis?

Sí, nos llegan muchos casos de la provincia de Málaga. La Costa del Sol es un hervidero de grupos manipulativos, la gente no puede imaginar con objetividad la plaga sectaria… que ya no es que esté a nuestro alrededor, es que raramente no afecta a nuestro medio más cercano.

Hay infiltración en los lugares menos sospechosos: universidad, centros culturales, fiestas, lugares de ocio, … y por supuesto en las relaciones sociales , con la captación a través de personas de confianza.

También atendemos a personas de fuera de la provincia, el programa no discrimina a nadie en base a su procedencia, siempre y cuando sea posible. A veces hacemos incluso seguimiento telefónico, si bien recomendamos que alguna sesión sea presencial.

¿Qué otros programas echas en falta por parte de las instituciones públicas? ¿Por qué crees que no hay otras iniciativas semejantes a nivel estatal, autonómico y local?

Echamos en falta todo lo relativo a esta problemática. En realidad no hay planes nacionales ni autonómicos… tampoco municipales, que integren intervenciones en esta cuestión, a pesar del compromiso español, como miembro estado europeo, de contar con centros de tratamiento y prevención.

España debería contar con centros especializados que se encargaran de desarrollar programas de prevención y tratamiento en esta grave problemática. También se necesita trabajar mucho con los medios, que cada vez colaboran más y cada vez se muestran más sensibles ante esta terrible problemática.

Los políticos deben escuchar a las víctimas y atender estas necesidades. Todos los problemas son relevantes, más allá de los números y los porcentajes, pero es que además en este caso concreto el problema está creciendo y extendiéndose.

Las cosas se están haciendo muy mal que incluso aspectos tan importantes y que deberían ser intocables, están siendo afectados. Me refiero a cómo esta problemática está afectando a la sanidad, o incluso a ámbitos educativos… por no hablar de la crisis familiar que se genera cuando se afecta a una sola persona.

Hay gente que piensa que no debería existir un servicio como éste, ya que estamos hablando en la mayor parte de los casos de adultos. ¿Están en las sectas porque quieren o realmente han sido víctimas de un proceso de manipulación?

Siempre que escucho este alegato pongo distintas razones. Una de ellas es que los niños, que no han elegido pertenecer a ningún grupo, también acaban siendo víctimas de la pertenencia grupal de sus padres (o de la pertenencia de uno de ellos).

Crecer en un ambiente sectario te incapacita para desarrollar una identidad personal y social saludable… son personas que son entrenadas en la obediencia grupal. En estos casos es como si los padres sectarios cedieran la responsabilidad de la crianza al grupo en cuestión.

Hablamos de grupos que no sólo introducen ideas desacertadas y contrarias a la ciencia, sino que incluso se meten en la disciplina y educación familiar; algunas promueven estilos de crianza patógenos, que generan grandes problemas.

Niños y niñas que pueden crecer con culpas innecesarias, con miedos adquiridos, con relaciones alteradas porque no conviven con normalidad con sus compañeros de clase (cuando van al colegio, en algunas la secta se encarga de la educación o “adoctrinamiento”).

Pero este no es el único motivo. Cuando alguien entra en un grupo sectario lo ha hecho bajo una captación engañosa, donde se le ha ocultado información clave y necesaria, donde se han empleado técnicas manipulativas con objeto de crear dependencia.

Nadie entraría en una secta si conociera las consecuencias, pero el adoctrinamiento es sutil, gradual y llega un momento en el que la persona pierde su capacidad de razonamiento crítico.

Las personas desde fuera suelen pensar que son los “débiles” los que entran en las sectas, pero mi consulta está llena de pacientes con carreras universitarias, profesionales, trabajadores, padres o madres de familia… personas como tú o como yo, que nunca pensaron verse envueltas en esto.

A veces se entra en una secta yendo a un supuesto profesional… incluso he tenido algún caso en el que alguien ha entrado de la mano de un profesor/a.

El que piensa que el que entra en una secta lo hace por propia voluntad es una persona que no conoce esta problemática y desgraciadamente, este desconocimiento, lo hace más vulnerable.

Saber los mecanismos de captación y engaño que utilizan, por ejemplo, es un buen método preventivo, al igual que también pueden ayudar para prevenir otras formas de abuso psicológico, como el acoso escolar, el acoso laboral, o incluso el abuso en un contexto de pareja.

Las personas deben aprender a ser libres y a saber que en ocasiones, puede resultar fácil vulnerar nuestra libertad. Existen mecanismos psicosociales de influencia en los que las personas normales podemos caer… las sectas conocen bien estos mecanismos y cómo explotarlos con eficacia.

Las víctimas a las que ayudáis, ¿pueden reinsertarse en la sociedad con toda normalidad? ¿Qué dificultades encuentran? ¿Hacéis algún tipo de seguimiento con ellas?

Ese es uno de los principales propósitos. No resulta fácil en ocasiones, aunque resulta una prioridad el trabajarlo desde el principio. En los casos más graves te encuentras que la persona ni siquiera se conoce. En el grupo se le ha dicho qué le gusta, qué no le gusta, cómo debe vivir… y debe empezar a reaprender (o aprender si ha sido criado en una secta) cómo es y a saber elegir por sí mismo.

Hacemos un seguimiento estrecho de la reinserción social y familiar y es una de nuestras grandes prioridades, pues la recuperación psicológica pasa también por contar con un adecuado apoyo social.
(http://es.aleteia.org/2017/03/01/nadie-entraria-en-una-secta-si-conociera-las-consecuencias/)

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