"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

jueves, 5 de diciembre de 2019

España: juzgan a un holandés que introdujo el alucinógeno DMT en un festival.


FUENTE: La Gaceta de Salamanca





El holandés apresado por introducir DMT o ‘molécula de Dios’ en el festival jipi de Sotoserrano, en ‘The Los Theory Festival’, se sentó el pasado 27 de noviembre en el banco de acusados de la Audiencia Provincial de Salamanca. La Fiscalía le pide una condena de cuatro años de prisión por un delito contra la salud pública por tráfico de sustancias nocivas para la salud, según informa La Gaceta de Salamanca.

Tal y como en su momento avanzó ya este periódico local, la Guardia Civil detuvo a D.L. el 16 de julio de 2018, que tras pasar a disposición del Juzgado de Guardia ingresó en prisión porque, aunque las sustancias intervenidas no eran muchas, fue tenida en cuenta su circunstancia de reincidente. Los agentes hallaron en su poder 22 dosis de LSD y algo más de un gramo de D.M.T.

Desde el mismo momento de su hallazgo, llamó la atención de los agentes la segunda sustancia intervenida: la dimetiltriptamina o DMT, popularmente conocida como la ‘molécula de Dios’, la droga alucinógena puesta de moda en los últimos años en localidades costeras como Tarifa o Ibiza, donde según recogen distintas publicaciones como El Español, se celebran ceremonias para tomarla, pero también en grandes capitales como Madrid y Barcelona.

La ayahuasca o yagé en realidad es la bebida que resulta de la combinación de dos plantas, la propia ayahuasca (Banisteriopsis capi) y arbustos como la chacruna (Psychotria viridis). Esta y otras plantas contienen DMT (dimetiltriptamina), una sustancia que provoca importantes alteraciones en la conciencia y potentes alucinaciones en los sujetos que la toman. De hecho, tomar estas hojas por separado no provoca ningún efecto en nuestro organismo, y sólo a través de la mezcla de ambas plantas se consiguen.

El DMT también está presente en la piel de algunos sapos, cuyas glándulas segregan esta sustancia que también se puede fumar y que, unido a las alucinaciones, genera en aquellos que la inhalan un gran estado de ansiedad y euforia. En suma, su consumo es una experiencia vinculada a distintas corrientes espirituales y de meditación que, en algunos casos, puede resultar realmente peligrosa.

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