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jueves, 18 de enero de 2018

Evo Morales pretende meter en la cárcel a obispos y curas por predicar el Evangelio


La Bolivia del dictador Evo Morales se ha inventado una nueva figura penal: el “apostolado delictivo” con el que podría encarcelar a obispos católicos o pastores evangélicos por predicar. Así lo dice el artículo 88.11 del nuevo Código Penal. ¿Se atreverá a aplicarlo?

Diana Vázquez -  08/01/2018

El dictador boliviano es conocido por sus frases disparatadas, impropias de un mandatario: desde “En Europa casi todos son calvos, y esto es porque comen pollos” hasta la defensa de “los derechos de la Madre Tierra” por encima de “los derechos humanos”.

Moverían a risa si no fuera porque él lo dice completamente en serio. Sobre todo cuando pasa de la ecología a la política y dice cosas como ésta:

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“Cuando algún jurista me dice: Evo, te estás equivocando jurídicamente, yo le meto nomás. Después les digo a los abogados: si es ilegal, legalicen ustedes, ¿para qué han estudiado?”

El ordeno y mando por encima de la ley, y si hace falta legalizar lo ilegal, que lo hagan abogados a sueldo.

Ese estilo dictatorial de gobernar puede explicar el ataque que para la libertad religiosa (consagrada en la Constitución de Bolivia –art. 4-) supone el artículo 88.11 del nuevo Código Penal, que establece penas de cárcel de 7 a 12 años para quienes hagan apostolado a organizaciones religiosas o de culto.

Así reza textualmente el artículo:

“Será sancionado con prisión de siete (7) a doce (12) años y reparación económica la que persona que por sí o por terceros, capte, transporte, traslade, prive de libertad, acoja o reciba personas con el fin de reclutamiento de personas para su participación en conflictos armados o en organizaciones religiosas o de culto”.

Pone al mismo nivel el reclutamiento de terroristas con el apostolado religioso

Semejante redacción pone al mismo nivel el reclutamiento de gente para conflictos armados (¿terroristas?) con el apostolado religioso, lo cual es chocante y supone un atropello contra la libertad religiosa.

Pero además, la amenaza de cárcel supone que en Bolivia no se podrá predicar el Evangelio. Las homilías y sermones de sacerdotes y pastores podrían interpretarse como “apostolado delictivo”.

Tampoco se podría exponer el Belén en Navidad ni hacer procesiones en Semana Santa…

Igual que en la China de Mao o en la Rusia de Stalin. Ya que considera delictivas a las organizaciones religiosas o de culto, incluídas -por supuesto- la Iglesia católica y el resto de iglesias.

Esto atenta gravemente contra la Carta Magna. La Constitución política de Bolivia señala lo siguiente en su art. 4:

“El Estado respeta y garantiza la libertad de religión y de creencias espirituales, de acuerdo con sus cosmovisiones. El Estado es independiente de la religión”.

Pero esto es pura teoría, porque el Código Penal lleva a la catacumba a católicos (credo mayoritario en Bolivia) y evangélicos (que representan el 16% de los 10 millones de bolivianos).

Morales ya ha intentado limitar anteriormente la libertad religiosa en Bolivia, país que gobierna con tintes dictatoriales desde 2006. Ya en 2010 anunció que pretendía expropiar bienes inmuebles a la Iglesia Católica.

Después ha impuesto el laicismo en la práctica, coartando la libertad de religión de los católicos y los evangélicos.

“Creo en la Madre Tierra y en nuestros dioses” llegó a decir Evo Morales

Aunque Morales presume de respetar la religión, al mismo tiempo la pone en jaque con leyes laicistas. Personalmente dice que reza por sus padres, pero lo hace apelando al paganismo indigenista (dice que reza a la Madre Tierra: “Creo en la Madre Tierra y en nuestros dioses”).

Lo cierto es que a través de leyes como la 351, el Estado trata de controlar a la Iglesia católica y a los evangélicos, obligándoles a pagar elevados impuestos. Los protestantes, en concreto, temen que sus asociaciones terminen disueltas por la férrea presión a las que les somete el Gobierno de Morales.

La gota que colma el vaso ha sido ahora el controvertido artículo 88.11 del Código Penal. Razón por la que la plataforma CitizenGO ha lanzado una campaña de firmas pidiendo al presidente Morales que derogue ese artículo y respete la libertad religiosa, recordándole que “predicar la Buena Nueva no es delito”.

Los cristianos no son los únicos que protestan ante el nuevo Código Penal de Morales. También lo hacen los periodistas, porque cuatro artículos vulneran  la Ley de Imprenta y la misma Constitución.

“No permitiremos bajo ningún pretexto acciones que afectarían directamente a las libertades y principios en los que se rige la prensa nacional”, han señalado en un comunicado.

Afirman que la libertad de expresión no es un concesión del Estado sino un derecho humano, mediante el cual los ciudadanos ejercen su derecho a recibir, difundir y buscar información, por lo que la censura previa, obstrucción, dictadura directa o indirecta sobre cualquier expresión, opinión o información difundida, debe estar prohibida.

Trabajadores del sector Sanitario en Bolivia se han manifestado de forma violenta contra Evo Morales.
Trabajadores del sector Sanitario en Bolivia se han manifestado de forma violenta contra Evo Morales.
Estas protestas se suman a la de los profesionales en salud,  la Central Obrera Boliviana, transportistas de larga distancia, de combustibles, gremiales, colegios de abogados, colegios de profesionales etc.

Para el mandatario boliviano estas protestas no son sino maniobras conspiratorias, con la oposición, “contra el gobierno y el proceso de cambio”, y advirtió a los sectores que conspiran que no le podrán ganar, porque tiene el respaldo del pueblo organizado.
(https://www.actuall.com/laicismo/evo-morales-pretende-meter-la-carcel-obispos-curas-predicar-evangelio/)

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