"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

martes, 3 de enero de 2017

La Santería Cubana: satanismo oculto en imágenes católicas

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La Santería - Historia

La Santería es una religión que tiene sus orígenes en el África. Los Yorubas vivían en lo que se conoce hoy como Nigeria, a lo largo del Río Niger. En un tiempo tuvieron una poderosa y compleja estructura organizada en una serie de reinos, de los cuales el más importante era Benin, y este duró por 12 siglos hasta el 1896.

A finales del siglo XVIII y principios del XIX, los Yoruba pelearon una serie de guerras con sus vecinos y entre ellos. Esta pelea interna y los ataques externos llevaron a la caída y esclavización del pueblo Yoruba. Entre 1820 y 1840, la mayoría de los esclavos enviados desde Benin eran Yorubas. Estos esclavos fueron llevados a Cuba y al Brasil a trabajar en las plantaciones de azúcar. Los Yoruba pronto fueron llamados "Lucumi", debido a su saludo "oluku mi", "mi amigo".

Las leyes españolas, que al mismo tiempo que permitían la esclavitud, trataban de atenuar la injusticia concediendo a los esclavos algunos derechos, al menos en teoría.  Tenían derecho a propiedad privada, matrimonio y seguridad personal. Las leyes exigían que los esclavos fueran bautizados católicos como condición de su entrada legal a Las Indias.

La Iglesia trató de evangelizar a los negros Lucumí pero las condiciones eran muy difíciles. Además de la escasez de sacerdotes, la injusticia de la propia esclavitud dificultaba que los Lucumí comprendieran y aceptaran lo que se les enseñaba acerca de Dios. Las buenas almas que buscaban ayudarlos y evangelizar eran de la misma raza de aquellos otros que les oprimían. El resultado fue que muchos aceptaron exteriormente las enseñanzas católicas mientras interiormente mantenían su antigua religión. 

Con la revolución comunista, que triunfó en Cuba en 1959, más de un millón de cubanos se exilaron en USA (principalmente en Miami, New York y Los Angeles) y otros países. Entre ellos habían santeros que propagaron la Santería en sus nuevos ambientes.

Santería: Una religión pagana fruto del sincretismo Yoruba y algunas cosas tomadas del Catolicismo.

En sus esfuerzos de esconder su religión africana y sus prácticas mágicas, los Lucumís identificaron sus deidades africanas (orishas) con los santos venerados por el catolicismo, dando como resultado un sincretismo religioso conocido como la Santería.  Un santo católico y un orisha Lucumí son vistos como manifestaciones diferentes de la misma entidad espiritual.

La Santería adora una fuerza central y creativa llamada Olodumare. De él procede todo lo que existe, y todo regresa a él. Olodumare se expresa a sí mismo en el mundo creado a través de Ashe. Ashe es la sangre de la vida cósmica, el poder de Olodumare hacia la vida, la fuerza y la justicia. Es una corriente divina que encuentra muchos canales de mayor o menor receptividad. Ashe es la base absoluta de la realidad.

Creen que la vida de cada persona viene ya determinada antes del nacimiento en Ile-Olofi, la casa de Dios en el cielo. Aquellos que no lo cumplen serán castigados por los orishas y deben reencarnar hasta satisfacer el castigo.

Los Santos

Los católicos veneramos a los santos comprendiendo que son seres humanos que vivieron heroicamente su fe, murieron y están ahora en el cielo desde donde interceden por nosotros gracias a su participación en la gloria de Jesucristo.

Para los santeros, los santos son dioses (orishas) que deben adorarse. Olodumare creó a los orishas para manifestar su voluntad y su esencia en la creación. Estos son una personificación de Ashe. Los orishas también son los guías y protectores de la raza humana.

Los santos que tomaron para identificarlos con los orishas eran los más conocidos en la Iglesia en Cuba. La Virgen Santísima en diferentes advocaciones es también identificada con un orisha como si fuese un santo más.  La identificación a menudo tiene que ver con las vestimentas o las razones por las que el santo o la Virgen es conocida.  Así Santa Bárbara, vestida de rojo y con espada en las imágenes católicas, se identifica con el dios shangó, guerrero a quien se le atribuye la fuerza.

Tabla de orishas con su respectivo santo católico:

Orisha (dioses)
Santo
Principio que se le atribuye
Agayu
San Cristóbal
Paternidad
Babaluaye
San Lázaro
Enfermedad
Eleggua
San Antonio de Padua
Abridor de caminos
Ibeji
San Cosme y San Damián
Niños
Inle
San Rafael
Medicina
Obatalá
Nuestra Señora de las Mercedes
Claridad
Ogún
San Pedro
Hierro
Olokún
Nuestra Señora de la Regla
Profundidad
Orula
San Francisco
Sabiduría, destino
Osanyín
San José
Hierbas
Oshosi
San Norberto
Caza y protección
Oshún
Nuestra Señora de la Caridad
Eros
Oya
Nuestra Señora de la Candelaria
Muerte
Shangó
Santa Bárbara
Fuerza
Yemayá
Nuestra Señora de  Regla
Maternidad

Según la Santería, la vida de cada persona está supervisada por un santo (orisha) que toma parte activa su vida diaria.  En la fiesta de su santo, la persona, debe asistir a misa y a las ceremonias de ese orisha.

La iniciación

Antes de la iniciación la persona debe recibir una "limpieza" para purificarse. La primera iniciación es  la de los collares, conocidos como "elekes". Se entregan cinco collares que pertenecen a Eleggua, Obatalá, Shangó, Yemayá y Oshún y protegen del mal.  Se espera que la persona respete a los orishas y se comporte con moral.

La jerarquía

No todos los practicantes de la Santería son santeros.  Este nombre suele reservarse a los sacerdotes (omo-orishas) de la Santería a quienes acuden los creyentes para consultas y sacrificios.

La ceremonia en la que una persona se hace santo se llama "asiento".  Se forma un vínculo entre el santero y un orisha. Después de haber recibido el "asiento" la persona puede ascender en la jerarquía de la Santería. Pasan entonces por el rito del cuchillo que les permite hacer sacrificios de animales.

Los sacerdotes de mayor jerarquía se llaman "babalaos".   Hacen de adivinos de modo que si hay un caso muy difícil para el santero este acude al "babalao".



Adivinación

Las adivinaciones son para conocer el futuro o para descubrir alguna maldición o si a la persona se le ha pegado un espíritu maligno o bueno.  En caso de espíritu maligno, el santero procede a hacer "limpieza". Si el espíritu es bueno, hay que re-enforzarlo.  Para la adivinación los santeros utilizan diferentes formas de interpretar un oráculo. 

1-Una cadena de medallones que el santero tira sobre su mesa. El oráculo se lee de acuerdo a como caigan los medallones. 2-Una bandeja de madera llamada "ifa" sobre la que se echa un polvo (eyero-sun).  Con un cuerno el babalao traza líneas y ceros para componer el oráculo.  Se pretende descubrir la presencia de fuerzas en torno a la persona y la naturaleza buena o mala de ellas. 3-Un tipo de adivinación es el "ikin" en el que tres babalaos usan 16 cocos para hacer adivinaciones.
Los sacrificios (ebbo)

A los orishas hay que ofrecerles sacrificios o "ebbo" lo cual necesitan para vivir ya que no son  inmortales. El orisha consume el ashe invisible liberado de los sacrificios a través de una consagración (palabras sagradas de dedicación).
El "ebbo" consiste de hierbas especiales y la sangre de los animales sacrificados. Cada orisha tiene unas hierbas y animales que le gusta consumir y solo estas cosas que disfruta el orisha son las que se deben sacrificar. La sangre y las hierbas se vierten sobre piedras rituales que representan a cada orisha y que contienen la esencia espiritual de los orishas. Por eso la Santería requiere de tiendas llamadas "botánicas" donde se venden las hierbas y otros objetos de la religión.

Hay tres tipos de sacrificios de animales:

1- Para limpiar de un mal o una maldición, 2- Al orisha pidiendo su asistencia, y 3- Para la ceremonia de iniciación en una de los órdenes de la Santería.

Antes de que un "ebbo" pueda ser ofrecido se debe invocar el "eggun" o "Eleggua", los cuales son los espíritus de los ancestros, ya sea de la persona o de la familia santera a la que pertenece.  Eleggua es el orisha que lleva la ofrenda a los otros orishas y por eso debe honrársele primero.

Como entender la Santería

En los cinco años que fui capellán en la Ermita de la Virgen de la Caridad en Miami, tuve oportunidad de evangelizar a muchos santeros que venían pensando que visitaban al dios Oshún. Generalmente no tenían entendimiento de Jesucristo como Salvador, ni de la necesidad de conversión. Al no tener conocimiento de la revelación cristiana no veían conflicto entre ser católicos y santeros.  

Las personas suelen entrar en la Santería buscando resolver un problema. Por ejemplo, una enfermedad, la infidelidad de un esposo, problemas económicos, etc. Se les ha dicho que el santero tiene contactos especiales con el mas allá y poco se preocupan si ese contacto es con Dios o con el demonio, con tal que les de resultado. En algunos casos, la persona ha tratado de resolver el problema recurriendo a  Jesús y a Su Iglesia pero no les ha "funcionado".  He escuchado muchos testimonios en que dicen haberlo probado todo antes de entrar en la Santería. No dudo que eventualmente sientan una experiencia de Dios, pero en la santería no encontrarán la revelación de Dios que nos ha dado todo Su amor en Su Hijo Jesucristo.  

Una vez iniciado a la santería, se le dice que debe seguir para obtener mejores resultados. El santero va tomando control de la persona hasta que el miedo la gobierna.  Se le dice que si se separa, algo muy malo va sucederle...  El Santero se va convirtiendo en un personaje indispensable que domina toda la vida y del cual no hay salida.  En esto es parecido a la relación con la mafia.

Es natural que se busque resolver problemas, pero el auténtico encuentro con Dios no se puede centrar sino en el amor de Dios y en hacer la voluntad de Dios por amor aunque requiera abrazar la cruz. Dios es un Padre bueno que nos dará la fuerza para llevarla. Esa confianza, aunque no comprendamos Sus designios, es la base de nuestra fe cristiana. La obediencia muchas veces requiere abrazar grandes problemas por amor. 
Mateo 7, 21 «No todo el que me diga: "Señor, Señor, entrará en el Reino de los Cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial."

Jesús mismo nos da el mejor ejemplo: «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.» Lucas 22, 42

He aquí la radical diferencia: Cristo nos invita a negarnos a nosotros mismos y abrazar la cruz por amor obediente a Dios, la santería busca los poderes divinos para resolver problemas y el santero se va enfrascando en mundo espiritual que exige ciertos ritos para asegurar su bienestar. Quien es ese dios que proporciona seguridad no tiene aparente importancia para el santero. El cristiano vive en el Espíritu Santo, el santero se somete a otros espíritus.

El relativismo de la santería queda ilustrado en una carta que me escribió un babalao:

No lo trate como anatema o herejía, trate de comprender a las gentes que van de rodillas el día de San Lázaro ante Babalú-Aye para pedirle salud. Esas gentes son tan dignas de nuestro amor y comprensión como lo son los que van ante la Virgen de Guadalupe o El Cristo de Medinacelí. Trate de abrir su mente y su corazón hacia esas gentes y no las trate con desprecio y sorna, no se lo merecen aunque le recen a Yemayá o a Obatalá, al fin y al cabo tienen las misma fe y la misma necesidad que los que van a rezar a la Virgen de las Mercedes o a la Virgen de Regla.

Es precisamente por amor que anunciamos a los santeros el amor de Dios en Jesucristo. Ciertamente que son dignos de amor y comprensión. Por eso son dignos de que se les diga la verdad sobre el amor perfecto: Cristo.  

Quien ha estado en Santería necesita mucho amor y apoyo de la comunidad cristiana para librarse del miedo y de la ansiedad.  Hay que insistirle en Dios amor que viene a salvarnos, que tiene todo poder para defendernos.  Hay también que explicarle que por amor estamos dispuestos a ser fieles y obedecer sus mandamientos aunque tengamos que sufrir hasta la muerte. 

Tras la conversión cristiana.

Cuando ha aceptado salir de la santería, es necesario que se le exhorte a no guardar ningún amuleto ni artículo relacionado con la santería, ya que frecuentemente se sienten que no pueden soltarse del todo por miedo a castigos. Debe confesarse y se debe orar por el. Recomendamos que el sacerdote ore por liberación de cualquier espíritu maligno y le ayude a renovar su compromiso bautismal.

Ante toda esta realidad de lo oculto, no podemos mas que orar y sacrificarnos por todos aquellos que se encuentran atados y engañados por el demonio. Pidamos a la Santísima Virgen María que interceda por toda la humanidad trayendo las gracias de conversión a todos los hombres.

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Debemos Conservar la Pureza de Nuestra Fe. Carta Pastoral de Monseñor EDUARDO BOZA MASVIDAL, Obispo Cubano

Se está produciendo un fenómeno en nuestro pueblo cubano del exilio que nos debe preocupar profundamente a todos los que queremos una Cuba verdaderamente cristiana. Me refiero al auge de la Santería y del sincretismo religioso, especialmente en algunas zonas como Miami, Nueva York, y Nueva Jersey, hasta el punto de que ya la Santería ha sido admitida oficialmente como una "religión" a la par con las demás en algunos estados de los Estados Unidos.

Quizás en el fondo de todo esto subyace un ansia de lo sobrenatural como contrapeso al vacío espiritual de una sociedad secularizada y tecnificada, unido a una deficiente atención religiosa por la diversidad de idioma y de costumbres. No es mi propósito detenerme aquí a estudiar las causas de este fenómeno, sino sólo fijarme en algunos puntos que nos ayuden a superarlo positivamente y hacer un llamado a todo nuestro pueblo para que conservemos la pureza de nuestra fe.

ORIGEN: El origen de la Santería en Cuba es perfectamente explicable. Poco después del descubrimiento, junto con los conquistadores, vinieron los misioneros que hicieron una profunda labor evangelizadora y sembraron en nuestro pueblo la semilla de la fe cristiana. Pero cuando se cometió aquella tremenda injusticia de traer de Africa negros como esclavos, arrancados inhumanamente de su patria y de su familia, aquellos hombres no pudieron ser debidamente evangelizados. Ni los sacerdotes sabían sus lenguas africanas ni ellos entendían el español. Se les hacia ir a la iglesia y practicar la religión católica, pero sin que hubiera habido una verdadera conversión: por dentro ellos seguían pensando en sus dioses paganos, "y cuando veían en los templos católicos las imágenes de los santos cristianos, sin ninguna mala intención de su parte, los identificaban con alguno de sus dioses, con los que les encontraban algún parecido o algún punto de contacto. Así nació y fue creciendo esa mezcla y confusión religiosa que después se extendió aún a personas de otro origen y raza.

¿Por qué no se pueden conciliar el cristianismo y la Santería? Vamos a señalar dos o tres diferencias fundamentales:

1- El cristianismo es monoteísta, cree en un solo Dios. El Dios cristiano es el Dios de la Biblia, uno en naturaleza y trino en personas, Creador y Señor de todas las cosas. Esta creencia en un solo Dios es tan fundamental en nuestra fe, que para defenderla lucharon mucho los profetas en el Antiguo Testamento, ya que el pueblo de Israel tenía constantemente la tentación de volverse hacia los dioses de los pueblos paganos vecinos y los profetas les hacían una crítica dura e irónica haciéndoles ver que esos eran dioses falsos, hechura de manos humanas, que tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen, tienen boca y no hablan y es por eso que la ley de Moisés les prohibía hacerse imágenes para apartarlos de esa tentación. Jesucristo es ese único y verdadero Dios hecho hombre por amor a nosotros.
La Santería, en cambio, es politeísta, cree en muchos dioses, cuyos nombres ha dado a las imágenes de la Virgen María y de los santos cristianos. Pero la Virgen María y los santos cristianos no son dioses; son puras criaturas humanas, personas reales que han existido, y en su vida han dado ejemplo de fidelidad a Dios y de santidad de vida. Es algo completamente distinto.

2- El cristianismo es una religión de amor. Ese único Dios verdadero es un Padre que nos ama y al que nosotros amamos. En la oración acudimos a El con confianza de hijos y en su Providencia descansamos confiados.

La Santería, en cambio, es la religión del temor, del miedo. Hay que hacer cosas para librarse de males y apartar poderes maléficos, o para tener suerte y hacer propicios los dioses. Se teme más de lo que se ama.

3- El cristianismo nos lleva a hacernos mejores, a transformar nuestra vida. En la medida en la que vayamos viviendo de verdad tenemos que hacernos mejores, vencer nuestros defectos y adquirir más virtudes, más dominio de nosotros mismos, más caridad, más humildad, más espíritu de servicio, en una palabra, más santidad.

La Santería, en cambio, se queda en prácticas externas, en ritos y ceremonias que no nos transforman por dentro y que adquieren cierto sentido mágico cuyo efecto depende de los actos en sí, sin que nos cambiemos interiormente.

Señalaremos finalmente algunas normas pastorales. Nuestra actitud con las personas que practican la Santería no ha de ser una actitud cerrada, de rechazo total, sino una invitación a la reflexión y a la purificación de la fe:

1- Un llamado a no mezclar. La Iglesia Católica, en el Concilio Vaticano II, proclamó el principio de la libertad religiosa, o sea, el respeto que merece cada hombre que sinceramente y de buena fe practica una religión. Por eso la Iglesia mira con ese respeto las religiones africanas para aquellos que han nacido en ellas y allí tratan sinceramente a Dios. Pero a lo que no hay derecho es a la mezcla de elementos de dos religiones distintas, no siendo así una cosa ni otra. Esto que en su origen tuvo una explicación razonable y sin mala fe, como apuntábamos anteriormente, no la sigue teniendo cuando ya no existen esas razones. Si creemos en los dioses africanos, digámoslo claramente y esa será entonces nuestra  religión; si somos cristianos, seámoslo de verdad y aceptemos nuestra fe en toda su pureza.

2- Aprovechemos los elementos válidos que hay en toda religión para purificarlos a través de una verdadera labor evangelizadora. El Concilio Vaticano II en la declaración "Nostra Aetate" sobre la "Iglesia Católica y las Religiones no Cristianas", dice que en toda religión hay "un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombre" aunque esté también mezclada con muchos errores. Así hemos de partir de estos elementos positivos que hay en la Santería para llevar a una verdadera fe. Así por ejemplo, la creencia en Dios. Estas personas no son ateas ni materialistas. Creen en lo sobrenatural, en un ser supremo. Aquí ya tenemos un poco de terreno ganado. Lo que hay que hacer es purificar esa idea de Dios hasta llegar al Dios Uno, Creador y Señor, al Dios Padre, al Dios Amor. Estas personas dan culto a los santos. Habría que partir de ahí para llegar a lo que es verdaderamente un santo, que no es un ser mitológico, sino un ser real, cuyo nacimiento y vida conocemos, que amó heroicamente a Dios y al prójimo y nos dio un ejemplo y nos señala un caminó.

Ciertamente, esta labor evangelizadora es dura, lenta y difícil, y sería más fácil rechazar todo y quedarnos tranquilos pensando que somos los verdaderos cristianos, pero entonces no estaríamos acercando estas personas al verdadero Dios.

Hay un último punto que creo no se puede pasar por alto: la explotación comercial de la Santería, y esto sí debe merecer nuestra repulsa y condenación.  Vemos corno proliferan las llamadas "Botánicas" en las cuales se venden toda clase de objetos, yerbas, pomadas, collares, etc. por personas que muchas veces no creen absolutamente en nada de eso, pero la hacen porque esa les deja dinero y es un buen negocio. No se puede explotar así la fe del pueblo. Es algo absolutamente reprobable ante Dios y es un signo más de la entronización del dios "dinero" que para muchos es el supremo valor.

Que estas palabras sirvan de invitación a todos para vivir un cristianismo auténtico y profundo, sin mistificaciones ni deformaciones, alimentado en la palabra de Dios contenida en la Biblia, y que la devoción a la Santísima Virgen María de la Caridad. nuestra Madre y Patrona, sea para nosotros camino para ir a Jesús y formar así un pueblo verdaderamente cristiano.

-Monseñor Eduardo Boza Masvidal, 24 de octubre, de 1977. Mons. Boza fue obispo auxiliar de La Habana hasta que fue expulsado por el régimen comunista de Cuba. Reside en Los Teques, Venezuela. 
Agradecemos la colaboración de don Mario Savignon. Rep. Dominicana 2005-10-03

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Estimada ____
Dios te bendiga.

Mi respeto para ti y los tuyos. Nuestra intención es solo enseñar la verdad que recibimos de Jesucristo quien, siendo Dios, es EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA.
Comprendo que duele cuando se hace una crítica de algo en lo que estamos arraigados, especialmente cuando se identifica con nuestra familia y cultura. Pero no debemos tener miedo de la verdad, Jesús es infinitamente amoroso y su enseñanza, una vez entendida correctamente trae una profunda felicidad a todos. Es como si el médico nos dice que tenemos un tumor que se debe extirpar. Nos hace una cirugía y no quita todos los órganos del cuerpo. Tan solo saca el tumor, lo que estaba malo. Igualmente, cuando descubrimos errores no por eso despreciamos a nuestros seres queridos que estaban errados. No queremos quitarle lo bueno que tengan. Mas bien ayudarles a recibir de Dios su sanación y su amor. La verdad pone las cosas en su orden, no hiere sino que da paz y una nueva relación con Dios y con todos.
No creas que por el hecho de examinar con honestidad la santería este menospreciando a los santeros.  Una persona puede ser muy buena, por ejemplo una madre o un padre responsable, amoroso, etc. y al mismo tiempo estar confundido.  El amor está en ayudar a ver los errores con el propósito de conocer, amar y servir cada vez mejor a Dios. 

El diálogo respetuoso y honesto requiere un poco de estudio y sobre todo un corazón abierto. Si entendemos que las Sagradas Escrituras son la Palabra de Dios y que Jesús fundó una Iglesia para en ella enseñarnos y darnos su Vida, entonces tenemos una base para ese estudio.  Debíamos además estudiar las vidas de los santos que utiliza la santería. De algunos se sabe poco, como Santa Bárbara. Pero ese poco es algo para apreciar su fe y su heroísmo... Puedes ir a la sección de santos.  Veremos que ellos mismos eran todos buenos católicos. Imitemos su ejemplo, conozcamos la fe tal como ellos sin añadirle elementos extraños que no son coherentes con ella.
Hay que recordar que los santos son criaturas como nosotros que vivieron y murieron y ahora están en el cielo.  Ellos pueden orar por nosotros y es bueno amarlos como hermanos mayores nuestros que son.  El problema es cuando los confundimos con potencias divinas o dioses.  

Al ir purificando nuestra fe de los errores, no estamos despreciando a nadie, estamos obedeciendo a Dios que quiere nuestro crecimiento espiritual y nuestra unidad en la verdad que el nos ha revelado.

En los Corazones de Jesús y María, Padre Jordi Rivero
(http://www.conocereisdeverdad.org/website/index.php?id=4684)

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