"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

martes, 3 de enero de 2017

El culto satánico a la Santa Muerte, detrás de la salvaje matanza entre presos en Brasil


San La Muerte y Gauchito Gil, dos "devociones" demoníacas 
íntimamente ligadas entre sí.

En estos días, el mundo ha sido convulsionado no sólo por los atentados de terroristas islámicos –ISIS-, sino también por una horrible matanza perpetrada entre sí por dos bandas criminales en un estado de Brasil y que ha capturado la atención internacional por la brutalidad y el salvajismo inhumanos demostrado en los asesinatos entre los presidiarios, al punto de calificarlos a estos como “más brutales que el ISIS”, lo cual ya es mucho decir (la información respectiva se puede encontrar en este sitio: http://www.infobae.com/america/america-latina/2017/01/03/manaos-mas-crueles-que-el-estado-islamico-difunden-los-escabrosos-videos-del-motin-en-brasil/).
Se pueden hacer todos los análisis sociológicos, culturales, psicológicos, criminalísticos, para explicar una de las más espantosas matanzas ocurrida en Brasil hace unos días –se dice que es “la más sanguinaria” ocurrida en la historia de ese país-, pero ninguno de esos enfoques explicará la brutalidad inhumana con la cual las bandas de detenidos se asesinaron mutuamente. 
Hay una sola explicación para la brutalidad inhumana demostrada en esta oportunidad, en la que se vio, con horror, decenas de decapitaciones, desmembramientos, cadáveres calcinados, y otras atrocidades. Esta furia irracional no se debe a meras pasiones humanas –que sí las hay-, ni tampoco se explica por el hacinamiento de los detenidos –que sí existe y que es igualmente inhumano-: tamaña brutalidad y salvajismo, pocas veces visto, se debe a un solo factor: al culto satánico de la Santa Muerte o San La Muerte -culto asociado estrecha e íntimamente al culto pagano y también demoníaco del Gauchito Gil-. Como es un hecho por todos conocido, el culto a este ídolo demoníaco llamado “San La Muerte” o “Santa Muerte” –es el mismo demonio quien está detrás de este- ha crecido exponencialmente en algunos países otrora católicos –en México se habla de una “legión” de unos ocho millones de “devotos” de este ídolo abominable- y, especialmente, se ha introducido en las cárceles, en donde, en nombre de la libertad religiosa –mal entendida, porque es un culto a todas luces violento y sanguinario-, se permite a los reclusos practicar libremente esta demoníaca superstición, con los resultados que todos –horrorizados- podemos ver.
Ahora bien, los católicos debemos preguntarnos: si el culto demoníaco a este ídolo abominable llamado “San La Muerte” ha crecido tanto entre los reclusos, ¿será la causa la falta de misioneros católicos que, por decidia y acedia, no practican una de las obras de misericordia “visitar a los presos”, para dar a conocer al Salvador, Cristo Jesús? En otras palabras, los reclusos devotos de San La Muerte, ¿recibieron alguna vez la visita de católicos que le hablaran del Dios Misericordioso y Justo, Cristo Jesús?

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