Wu Zeheng, fundador y líder de la secta Huazang Zongmen, se enfrentará a un proceso penal junto con otros presuntos miembros de la secta, después de un año de investigaciones de la policía de la provincia china sureña de Guangdong, tal como se anunció el pasado 15 de julio por la noche, según informa la agencia estatal china Xinhua. La fiscalía local de la ciudad costera de Zhuhai, en Guangdong, emprendió el proceso por la organización y utilización de la secta para sabotear a las autoridades del orden y llevar a cabo presuntas violaciones y fraude, así como por la producción y venta de alimentos nocivos.
El perfil de Wu, el líder
Wu, nacido en 1967, fue registrado por la policía por agresión sexual a una edad temprana y más tarde fue detenido en 1991 por fraude y robo. En 2001, Wu fue condenado a 11 años en prisión por recaudación ilegal de fondos y operaciones empresariales ilícitas. Después de ser liberado de prisión en 2010, Wu empezó a propagar la pseudo-religión Huazang Zongmen como una elevada secta del budismo y afirmó ser el sucesor de varios monjes eminentes.
Glorificado con un currículum educativo y una experiencia de vida falsos, Wu se convirtió al final en un maestro con poderes sobrenaturales a los ojos de sus seguidores. Entre muchos títulos pomposos, Wu afirmó tener un doctorado de la Universidad de Cambridge. Pero indagaciones en su pueblo natal en el distrito de Huilai, en Guangdong, revelaron que Wu abandonó su educación cuando estudiaba en una secundaria local.
En nombre de la caridad y las ciencias biológicas, y a través de prédicas incendiarias, Wu atrajo a un creciente número de creyentes que deseaban estudiar el budismo, buscar el tratamiento de enfermedades o ahuyentar la mala fortuna uniéndose a la secta, según indicaron policías involucrados en la investigación.
Acusación de violaciones
“Cuando arrestamos a Wu en su dormitorio cerrado con llave en julio pasado, estaba con una joven en pijama”, dijo un oficial de policía, quien también decomisó pócimas, licores lujosos, cigarros, relojes, joyas y dinero en su departamento de 200 metros cuadrados en Zhuhai. Varias seguidoras creían que “practicar” con Wu en la cama les ayudaría a “obtener poderes sobrenaturales”, una excusa utilizada por Wu para seducir o coaccionar a decenas de mujeres para tener sexo con él, incluyendo a dos pares de hermanas y a varias menores de edad.
Una seguidora apellidada Wang dijo que había sido violada con frecuencia. Wang quedó embarazada en tres ocasiones y fue obligada a abortar. Algunas de las seguidoras violadas quedaron infértiles. La policía dijo que Wu tenía seis hijos nacidos en matrimonio y al menos otros seis nacidos fuera de matrimonio. Wu creó páginas de Internet y abrió cuentas en redes sociales para atraer seguidores, a quienes estafó por grandes cantidades de dinero. “Los recién llegados normalmente regalaban a Wu cigarros, licor y té de lujo. Pero él daba a entender que prefería dinero”, dijo un seguidor de apellido Yuan.
Pinturas sagradas, sellos benditos y… millones de yuanes
Wu decía que sus pinturas tenían el “poder sagrado” de alejar la mala fortuna y vendió tres obras entre 100.000 y 500.000 yuanes (cerca de 81.400 dólares) cada una a sus seguidores. También compró en una tienda en línea 11 sellos de madera con valor de alrededor de 3.000 yuanes y los vendió por 538.000 yuanes como sellos “raros y benditos”.
También pidió a sus seguidores recaudar millones de yuanes y abrió un “restaurante imperial” en la ciudad de Shenzhen, en la provincia de Guangdong, donde afirmó que los platos, con precios de entre 2.000 y 6.000 yuanes, estaban cocinados con recetas secretas e ingredientes preciosos. Sin embargo, se demostró que los alimentos eran muy ordinarios y sólo contenían algunas hierbas prohibidas. La investigación de la policía mostró que Wu amasó más de 6,9 millones de yuanes en ganancias ilícitas. Huazang Zongmen no es una organización registrada de manera oficial y Wu tampoco es un monje registrado, según las investigaciones.
Una secta disfrazada de budismo
En 1991, Shi Suxi, un ex superior del reconocido templo Shaolín, negó públicamente cualquier vínculo entre el monasterio y Wu, quien afirmó ser un discípulo de un prestigioso monje shaolín. El superior en funciones Shi Yongxin también dijo que “los shaolín no tienen nada que ver con Wu”. La mayoría de los escritos de Wu han resultado ser plagios o ilegales.
Para encubrir su pasado, Wu indicó que su encarcelamiento se debió a una “persecución religiosa” con el fin de buscar apoyo en el extranjero. Gracias al cabildeo de sus seguidores, 17 legisladores estadounidenses enviaron un mensaje al embajador chino en Estados Unidos y exigieron poner fin a la llamada “persecución”.
Wu describió la acción de la policía contra su grupo como “medidas severas contra la caridad” y pidió a sus seguidores formular “un plan de respuesta para la emergencia”. De acuerdo con el plan, si Wu desaparece durante más de 24 horas, los seguidores tienen que organizar protestas y dar a conocer la situación en el extranjero para presionar al gobierno chino. Wu también contrató a un abogado radicado en Beijing para enseñar a sus seguidores la forma causar problemas a la policía y de obstaculizar a los agentes del orden. El vicepresidente de la Asociación Budista de China, Shi Mingsheng, dijo que Huazang Zongmen “de ninguna manera” se ajusta al budismo y únicamente es “una secta disfrazada”.
Información crítica con la acusación
Sin embargo, tal como informa Europa Press, la Comisión Estadounidense para la Libertad Religiosa Internacional, en la que colaboran tanto demócratas como republicanos, asegura que Wu y sus seguidores están siendo perseguidos debido a sus creencias religiosas. Un comunicado en la página web del grupo religioso, que se encuentra bloqueada en China, pide ayuda internacional para Wu y afirma que se trata de una figura religiosa que se enfrenta a acusaciones inventadas.
Miembros de otra secta, encarcelados
Por otra parte, tal como ha dado a conocer en los mismos días China Radio International, once miembros de la secta Mentuhui han sido condenados a penas de cárcel de diferente duración en la región autónoma de la etnia hui de Ningxia, en el noroeste de China, informaron el pasado 17 de julio fuentes oficiales locales. Los convictos fueron sentenciados a penas que varían de tres años a ocho años y seis meses de prisión por haber instigado a los creyentes a desafiar la ley y las regulaciones con la doctrina del culto, según un portavoz de la oficina antisectas de la ciudad de Shizuishan.
Para atraer a más discípulos, los miembros del grupo crearon bases en los distritos de Dawukou y Pingluo de Shizuishan, y enviaron a los habitantes locales mensajes de texto, fotografías, así como fragmentos de video y audio sobre sus creencias, según fuentes del tribunal de justicia que juzgaron el caso. El grupo Mentuhui (secta de la disciplina) fue clasificado como secta en 1995. En noviembre de 2014, la policía detuvo a 137 miembros del grupo.
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