"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

viernes, 30 de agosto de 2013

El Magisterio de la Iglesia y las sectas



Las Sectas en Latinoamérica
4º Parte

P. Ignacio Garro, S.J.
Profesor del Seminario Arquidiocesano de Arequipa, ex profesor del Seminario de Trujillo.



c.- Los Documentos del Episcopado Latinoamericano:

En las publicaciones precedentes se aludió a la grave preocupación que siente el Episcopado Latinoamericano por la cuestión de las sectas y de los nuevos movimientos religiosos. Si tuviera que darse un dato del inicio de esta solicitud pastoral de manera solemne, habría que pensar en la III Conferencia General del CELAM celebrada en Puebla, Febrero de 1979. Desde entonces, la documentación episcopal sobre las sectas protestantes en América Latina es muy amplia.

En este apartado final analizamos el tratamiento que se desprende de estos textos del Magisterio Ordinario, valorando comparativamente los documentos de algunas Conferencias Episcopales con aquellos del CELAM. Parece que desde Puebla los análisis de los Documentos del Episcopado Latinoamericano han avanzado relativamente poco. Se viene repitiendo tanto su letra como su espíritu. Sólo en algunos documentos posteriores se han dado pasos que avanzan la reflexión de Puebla.

1.- Afirmaciones del Documento de Puebla:

Es sobradamente conocida la importancia que ha tenido Puebla para el catolicismo Latinoamericano. Aquí nos fijamos exclusivamente en las afirmaciones, dispersas en varios apartados a los largo del documento oficial, respecto al mundo de las sectas protestantes que Puebla denomina "Movimientos Religiosos Libres". He aquí los elementos que deben de resaltarse:

a.- la terminología: Puebla emplea términos y frases como "intensa propaganda protestante", "campaña proselitista y agresiva de las sectas", (nº 342, 1108, 1109, 112); "invasión de sectas", (nº 419); "son clara y pertinazmente anticatólicas y también injustas al juzgar a la Iglesia Católica" (nº 80); que hacen pensar en la actitud y en los sentimientos que vimos en el apartado de "amenaza". Este término, el de amenaza, se emplea literalmente cuando se habla de los aspectos negativos de la religiosidad popular, (nº 456).

b.- Una cierta identificación del pueblo, de la cultura y de la religiosidad latinoamericana con lo "católico": El Documento de Puebla resalta el hecho indiscutible de que la Evangelización en América Latina fue iniciada por la Iglesia Católica: "Desde hace cinco siglos, estamos evangelizando América Latina", (nº 342). Pero esta fe "dada a nuestros pueblos está hoy amenazada", entre otros peligros, "por el influjo de las sectas proselitistas y por los sincretismos foráneos", (nº 342). Abiertamente se reconoce, además, que la fe ha llegado a ser "constitutiva de su ser y de su identidad, otorgándole la unidad espiritual que subsiste, pese a la ulterior división en diversas naciones...", (nº 412). En el nº 444, hablando de la religiosidad popular, llegará a decir: "La religión del pueblo Latinoamericano, en su forma cultural más característica, es expresión de la fe católica. Es un catolicismo popular". Y esa "identidad y originalidad histórica cultural llamada América Latina... se simboliza muy luminosamente en el rostro mestizo de María de Guadalupe, que se yergue al inicio de la evangelización...", (nº 446).

Para Puebla, el hecho de que la Iglesia Católica constituye en América Latina la inmensa mayoría de la población, no sólo es un hecho de carácter sociológico, sino también un hecho "teológico muy relevante" (nº 1100).

c.- Reconocimiento leal de la escasa educación en la fe del pueblo católico, y deficiencias pastorales de la Iglesia misma: A pesar de lo dicho, el Documento de Puebla no refleja el triunfalismo estéril respecto a la realidad religiosa del pueblo católico. Más bien refleja una seria preocupación que la Iglesia Católica asume como "reto" y "desafío". Con gran realismo advierte en un texto muchas veces citado: "Si la Iglesia no reinterpreta la religión del pueblo Latinoamericano, se producirá un vacío que lo ocuparán las sectas, los mesianismos políticos secularizados..." nº 469. Y también en el nº 628 confiesa no haber encontrado siempre "los medios eficaces para superar la escasa educación en la fe de nuestro pueblo (católico)". El pueblo que es descrito como "indefenso frente al proselitismo sectario y a los movimientos pseudo-espirituales".

El mismo realismo se advierte al confesar la serie de elementos que obstaculizan la necesaria renovación:

"la primacía de los administrativo sobre lo pastoral, la rutina, la falta de preparación a los sacramentos, autoritarismo de algunos sacerdotes y encerramiento de la parroquia sobre sí misma, sin mirar la graves urgencias apostólicas del conjunto", (nº 633).

d.- Necesidad de discernimiento y reconocimiento de algunos valores: El Documento reconoce que los grupos religiosos no-católicos no configuran en el continente latinoamericano una realidad única. De ahí que una seria pastoral deba comenzar por la tarea del discernimiento. En el capítulo IV del Documento, dedicado al "diálogo para la comunión y la participación", propone distinguir en la realidad religiosa de Latinoamérica la existencia de, al menos, los siguientes cuerpos: Iglesias Orientales e Iglesia y comunidades de Occidente, (nº 1101), la variedad de corrientes del judaísmo, (nº 1103), el Islam y otras religiones no cristianas, (nº 1104), así como la existencia de "movimientos religiosos libres (popularmente "sectas") de los que afirma que algunos se mantienen dentro de los limites de la profesión de fa básicamente cristiana, mientras que otros no pueden ser considerados como tales", (nº 1102).

En este plural panorama religioso, Puebla recuerda además la existencia de "otras formas religiosas o para-religiosas, con un conjunto de actitudes muy diferentes entre sí, que aceptan una realidad superior (como "espíritus", "fuerzas ocultas", "astros", etc.) con la cual entienden comunicarse para obtener ayuda y normas de vida", (nº 1105).

Puebla, no demuestra tener una visión exclusivamente negativa del problema religioso. Por lo que se refiere a nuestro tema, dice que los "movimientos religiosos libres" (a los que identifica con las "sectas") "manifiestan frecuentemente deseo de comunidad, de participación, de liturgia vivida, que es necesario tener en cuenta", (nº 1109). Y respecto a las "otras formas religiosas o para-religiosas" observa en ellas "la búsqueda de respuestas a las necesidades concretas del hombre, un deseo de contacto con el mundo trascendente y de lo espiritual", (nº 1112).

e.- Estudio detenido del crecimiento de las sectas: No cabe ignorar por más tiempo uno de los retos mayores de la Iglesia Católica en América latina. De ahí que en al apartado dedicado a la acción pastoral, finalizado el Capítulo IV, se recomiende:

" ... estudiar diligentemente el fenómeno de los "movimientos religiosos libres" y las causas que motivan su rápido crecimiento, para responder en nuestras comunidades eclesiales a los anhelos y planteamientos a los cuales dichos movimientos buscan dar una respuesta, tales como liturgia viva, fraternidad sentida y activa participación misionera", (nº 1122).



2.- Las afirmaciones del Documento de Santo Domingo:

Del 12 al 18 de Octubre de 1992, el Episcopado Latinoamericano celebró en Santo Domingo (República Dominicana) su IV Conferencia General, bajo el Tema: "Nueva Evangelización, promoción humana y cultura cristiana".
El Documento final (Conclusiones) consta de tres partes.
1º.- La primera, lleva el título: "Jesucristo, evangelio del Padre". Consiste en una visión cristocéntrica para la nueva evangelización, adoptando un vocabulario no muy usual en los últimos decenios por el catolicismo Latinoamericano, pero: "ha sido retomado para hacer frente al crecimiento incesante de los Nuevos Movimientos Religiosos protestantes, que ponen a Jesucristo, Señor y Salvador, en el centro de su mensaje y ganan millares de adeptos en el continente".
2º.- La segunda parte lleva el título: "Jesucristo, evangelizador viviente de su Iglesia". Consta a su vez de tres capítulos: 1.- La nueva Evangelización. 2.- La promoción humana. 3.- La cultura cristiana.
3.- La tercera parte se titula: "Jesucristo, vida y esperanza de América Latina".
Los temas de las relaciones inter-religiosas y el sectarismo son tratados en la segunda parte en el capítulo primero: "La nueva evangelización". Como fin propio de la "nueva evangelización" propone el "formar hombres y comunidades maduras en la fe que den respuestas a la nueva situación que vivimos", y apunta como factores definitorios de esta nueva situación: "el materialismo, la cultura de la muerte, la invasión de las sectas y las propuestas religiosas de distintos orígenes", (nº 26).
Poco después, hablando de las comunidades eclesiales vivas y dinámicas (1,2) que debe de poseer la Iglesia Católica, se plantea la cuestión del anuncio del Reino a todos los pueblos (1,4). Es en este contexto donde se aborda, en un claro esquema, el problema respecto a:
1.- Los hermanos en Cristo de las otras Iglesias
2.- Los judíos y las otras religiones, entre las que destaca a las religiones indígenas y afro- americanas
3.- Las sectas protestantes fundamentalistas
4.- Los Nuevos Movimientos Religiosos.

Análisis que hace siempre bajo un triple prisma:

a.- La situación de cada una de ellas
b.- Los desafíos que esto representa
c.- Las líneas pastorales a tomar

Interesa que recordemos aquellas afirmaciones de la IV Conferencia del CELAM en Santo Domingo que hacen referencia a nuestra temática:

1.- El diálogo con las religiones no-cristianas: El documento presenta como "desafío" la importancia de iniciar cuanto antes un diálogo con las grandes religiones presentes en el continente, "particularmente las indígenas y afro-americanas, durante mucho tiempo ignoradas o marginadas", (nº 137). Como "línea pastoral", invita a un cambio de actitud por parte católica dejando atrás prejuicios históricos, así como la necesidad de que los agentes de pastoral profundicen en el conocimiento de estas religiones, (nº 138).

2.- Las sectas protestantes fundamentalistas: El documento afirma que "este problema ha adquirido proporciones dramáticas y ha llegado a ser verdaderamente preocupante sobre todo por el creciente proselitismo", (nº 139), cuya "presencia a aumentado de manera creciente desde Puebla hasta nuestros días", (nº 140).

Las sectas fundamentalistas son definidas como "grupos religiosos que insisten en que sólo la fe en Jesucristo salva y que la única base de la fe es la Sagrada Escritura, interpretada de manera personal y fundamentalista, por tanto con exclusión de la Iglesia, y la insistencia en la proximidad del fin del mundo, el juicio próximo", (nº 140). Y como características de las sectas señala el "afán proselitista con visitas domiciliarias, gran difusión de Biblias, revistas y libros, frecuente uso de los medios de comunicación social, ayuda financiera proveniente del extranjero y del diezmo de los fieles, marcados siempre por un moralismo riguroso, con frecuentes reuniones de oración en cultos participativos y emotivos, manifestando una gran agresividad contra la Iglesia Católica, y sus compromisos temporales son muy débiles", (nº 140).

El desafío de estas sectas exige: "dar una respuesta eficaz ante su avance, haciendo más presente la acción evangelizadora de la Iglesia Católica en aquellos sectores más vulnerables, como migrantes, poblaciones sin atención sacerdotal y con gran ignorancia religiosa..." ,(nº 141). Y como líneas pastorales se enumeran: "la firme voluntad de que la Iglesia Católica sea cada vez más comunitaria y participativa, generadora de grupos de familias y círculos bíblicos y haciendo de la Parroquia la "comunidad de comunidades", (nº 142). Pero añade también: "la necesidad de desarrollar una catequesis mucho más adecuada para explicar el Misterio de la Iglesia, la mediación de la Virgen María y de los Santos y la misión de la Jerarquía", (nº 142); "la promoción de ministerios ordenados y laicales, el afianzamiento de la identidad de la Iglesia cultivando la devoción a la Eucaristía, a la Virgen, la comunión y obediencia al Papa y al propio Obispo, y la devoción a la palabra de Dios, (nº 143). También, "la promoción de una Liturgia más viva y participativa" (nº 145); y por último "la instrucción del pueblo de Dios sobre las características de las diversas sectas y las respuestas a las injustas acusaciones que la Iglesia recibe de ellas, así como la promoción de las visitas domiciliarias... crear una pastoral para acoger a los católicos que regresan a la Iglesia", (nº 146).

3.- Los Nuevos Movimientos Religiosos: El documento, siguiendo una perspectiva fenomenológica, los define como "hechos socio-culturales protagonizados por sectores marginales y también capas medias y pudientes de América Latina que, a través de formas religiosas generalmente sincréticas, logran expresar su identidad y anhelos humanos". Pero desde una visión creyente afirma que "estos fenómenos pueden ser considerados como signos de los tiempos", (nº 147). El texto de Santo Domingo distingue varios tipos de Nuevos Movimientos Religiosos que enumera del modo siguiente:

a.- Formas para-cristianas o semi-cristianas, como Testigos de Jehová, Mormones, etc.
b.- Formas esotéricas que buscan una iluminación especial y comparten conocimientos secretos y un cierto ocultismo religioso: Corrientes Gnósticas, Rosacruces, Teósofos, Corrientes Espiritistas, etc.
c.- Filosofías y cultos con facetas orientales, pero que rápidamente se están adecuando al continente americano: Hare Krishna, Luz Divina, Ananda Marga y otros.
d.- Grupos derivados de las grandes religiones asiáticas, ya sea el budismo (grupo de Seiko No ´he), del hinduismo (yoga), o del Islam (Bahá ´i).
e.- Empresas socio-religiosas, como la Secta Moon, o la Nueva Acrópolis, que tienen objetivos ideológicos y políticos bien precisos, junto con sus expresiones religiosas, cruzadas, mediante medios de comunicación social, campañas proselitistas, que cuentan con apoyo o inspiración del Primer Mundo y que religiosamente insisten en la conversión inmediata y el poder de sanación, Iglesia Electrónica.
f.- Multitud de centros de "curación divina" o atención a malestares espirituales y físicos de gente problemática y pobre, con cultos colectivos terapéuticos, (nº 147).

Varias causas pueden explicar, según el documento de Santo Domingo, el interés que despiertan estos Nuevos Movimientos Religiosos:

.- La permanente y progresiva crisis social que favorece una cierta angustia colectiva.
.- La pérdida de identidad de las personas.
.- La capacidad de estos movimientos "para adaptarse a las circunstancias sociales y satisfacer momentáneamente algunas necesidades de la población.
.- El distanciamiento de la Iglesia Católica de sectores populares o pudientes, que buscan nuevos canales de expresión religiosa.
.- La habilidad para ofrecer "aparente solución a los deseos de "sanación" por parte de gente atribulada y enferma", (nº 149).

El "desafío pastoral" consiste en "evaluar la acción evangelizadora de la Iglesia Católica y determinar a qué ambientes humanos llega y a cuáles no llega esta acción", (nº 150).

Como "líneas pastorales" propone, "dar un trato diferenciado a los movimientos religiosos según su índole y sus actitudes en relación con la Iglesia Católica", (nº 151); así como "promover una Liturgia viva y presentar una antropología cristiana que dé el sentido de la potencialidad humana, el sentido de la resurrección y el sentido de las relaciones con el universo (alusión a los horóscopos)", (nº 152).

Comentando los aspectos ecuménicos del documento de Santo Domingo, se espera que el Episcopado de América Latina pueda reemprender pronto un diálogo con el "Consejo de Iglesias de América Latina" (CLAI), que ahora mismo congrega a 140 Iglesias protestantes y a organismos del Nuevo Mundo. También exhorta a que la Iglesia dialogue con las comunidades judías, musulmanas y con las religiones autónomas y afro-americanas, en "las que descubren, con auténtico discernimiento cristiano, las semillas del Verbo".

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