"La humanidad no encontrará la paz hasta que no vuelva con confianza a mi Misericordia" (Jesús a Sor Faustina)

jueves, 20 de junio de 2013

Católica creyente y bien formada, el Reiki y la New Age la atraparon... hasta que rezaron por ella



El reiki, práctica esotérica y ocultista de origen oriental,
es incompatible con la fe católica

Una mujer de Madrid, a la que llamaremos Mónica, ha hecho llegar a ReL su testimonio con su experiencia en el mundo del Reiki, una práctica que se presenta como terapéutica y que sus partidarios presentan como una manipulación o canalización de una "energía espiritual sanadora", por parte de usuarios que han recibido una "iniciación" en esa canalización. 

Mónica quiere explicar su testimonio para ayudar a otras personas.

Lecturas de adolescencia
»Llegada la adolescencia, la etapa de las efervescencias, los grandes ideales y las preguntas incontestables, la individualización de la persona y los cambios físicos, canalicé mis inquietudes con la lectura. Esta vez atraída por temáticas pseudocientíficas, humanistas sin apellidos o abiertamente esotéricas. Todo ello acompañado de la escucha de un programa de radio que me tuvo enganchada durante tres años. 

»Mientras tanto, seguía recibiendo una formación religiosa sólida, fundamentada en las verdades de fe y la ortodoxia en la práctica, que verdaderamente me alimentaban interiormente. 

La engañosa belleza de la New Age
»Me fascinaba todo lo que se relacionara con la Nueva Era (New Age). La belleza de las autoafirmaciones -un elogio a mis afanes de superación-, la sensibilidad al hablar de la persona humana, la cuidadosa atención a las realidades sociales desfavorecidas, la idea de sanación del planeta, la serenidad de la meditación y la música con sonidos de la naturaleza. Mi inquietud sobre el estudio de la persona humana, su cerebro, su vivencia de la realidad…. 

Un Jesús que no es Señor ni Salvador
»Y un Jesús despojado de su divinidad, un maestro. Al que, por otra parte, yo verdaderamente quería.

»En mi vida de oración dejé de llamar a Jesucristo “Señor”, término serio, frío, alejado. ¿Señor?. No. Tú eres mi Jesús, conformado a mis gustos, que todo lo aguanta, amigo, hermano, maestro, filántropo. Pero ¡es que ese señorío es la esencia del cristianismo! El Padre, que por amor se encarna en nuestra humanidad, para saber lo que es el dolor, la miseria, la soledad. ¿Puede un Dios hacerse todavía más cercano a mi realidad?

»El capellán de la Facultad donde había estudiado mi carrera, muchos años antes, ya me había encomendado la lectura de algunos libros. Por los medios de formación Cristiana a los que acudía también me llegaron algunas lecturas que me inquietaron dentro de mi aletargamiento.

»Yo seguía. Lectura, investigación, complementos al método científico. Todo era evidente, "empíricamente" cierto, ¿no sería que los cristianos exageramos mucho?. "No, no puedes ser escrupulosa". Las practican hasta religiosas y sacerdotes. "No, yo debo desarrollar todos mis talentos". 

»Tuve un péndulo, que se rompió, y seguí con mis lecturas, mis prácticas, las esencias florales, las clases que yo daba….mis cursos complementarios a la carrera…. Pero dentro de una vida en Dios e inmersa en la misma sed y deseo de estar con Él. La misma sed que tenía Él de estar conmigo.

»Hasta que llegó el Reiki. 

El Reiki y sus efectos sutiles
»Una persona de suma confianza me habló de sus bondades, que yo muy bien conocía de oídas -se aplica hasta en hospitales- y deseaba adentrarme en ellas. 

»Los círculos de información previa [sobre Reiki] ya me resultaban dudosos, en especial por su hostilidad con la Iglesia Católica y sus creencias, un tanto extravagantes. 

»La persona que impartía las clases era psicóloga –una compañera de profesión-, pensé. Mejor imposible. "Qué bien prepara el Jefe las cosas". Como esta práctica hay que “recibirla”, antes de poder darla, tuve que "pasar por quirófano" yo antes. La "operación" [iniciación en el Reiki]  duró alrededor de dos meses, tras los que sucedió todo.

Primer aviso: el libro del padre Tardiff
»Primer asalto carismático. Mi amiga Elizabeth, con la que compartía estudios de Máster, una mañana tomando café me instó a que lo dejara. Ella conocía muy bien aquéllos terrenos…. Percibí su preocupación. Pero yo no podía dejar esto: primero porque no tenía la capacidad de ver o discernir el peligro de aquello, segundo, estaba muy sensibilizada a aquellos asuntos. Al fin y al cabo todo era relativo.

»Días Elizabeth después me trajo un libro, “Jesús está vivo” del P. Emiliano Tardiff, incansable conductor de la Renovación Carismática en Latinoamérica. Sin saber por qué –apreciaba en el fondo los criterios de Eli-, leí de corrido el libro en una noche. 

»Me resultaban extravagantes las vivencias que página a página se iban contando allí. La renuncia a las prácticas que alejaban e incluso dañaban a las personas en su vida de fe, en sus mentes y en sus cuerpos. La sanación como en el Evangelio, una manifestación de carismas…. ¡Qué extraño todo!

Falsa paz y una inquietud profunda
»Puedo decir que, a pesar de estar metida en estos vericuetos, la paz que encontraba no era una auténtica Paz interior. Ya desde el principio, cuando empecé a recibir el Reiki, estaba inquieta, nerviosa, y no sabía porqué. 

»Abría la Biblia y encontraba pasajes en los que se advertía sobre las falsas doctrinas, las malas prácticas, etc. Incluso ya antes, estas lecturas me sorprendían, en la etapas de mis cursos. Sabía que algo no encajaba bien, sospechaba e intuía, pero no quería mirar y ver.

Una comunidad rezando por ella
»Segundo asalto carismático. Conocí a Pilar hace muchos años, cuando frecuentaba los medios de formación del Opus Dei, y nos conocimos a través de la persona que se encargaba de mi formación. Entre nuestras muchas conversaciones, ella me contaba sus experiencias en la Renovación, sus actividades en las cárceles. Y entablamos amistad. Estábamos en contacto.

»Me llamó. En aquélla llamada le expresé mi malestar, para el que no encontraba una causa. Y me dijo que me encomendaría en la cadena de oración de su Comunidad. Un ejército de personas había comenzado a rezar por mí.

Entes invocados mediante Reiki
»Visperas de la fiesta de la Virgen de la Almudena. Acudía aquella tarde como las otras [a las clases de Reiki]. Me dijo [la profesora de Reiki] que se encontraba indispuesta, a lo que yo aduje que me iba y retomaríamos la clase otro día, pero me invitó a tomar un té. En un punto de la conversación le interrogué con la mirada: 

–¿Pasa algo?
– Bueno, quince minutos antes de que tú llegaras estaban aquí. 
– ¿Qué? 
– Son muy físicos, y parecen dos...

»No me pareció extraño. Esta persona ya me había hablado de los "ángeles" y de los "arcángeles". Para hacer reiki se deben invocar: al parecer son siete. Omito otras cosas que pasaron aquélla tarde. Pero nada de lo sucedido me quitó la paz aquel día.

La monja que entró en la tienda
»Pasada la fiesta de la Almudena, dos días exactamente, trabajaba en la tienda restableciendo el orden para la venta normal. Entró por la puerta una religiosa, que se decía misionera. Hablaba del por qué había vuelto a España, de su vida en peligro, y los peligros a los que nos sometemos los cristianos. Con las prácticas orientales, el yoga, el reiki…

»Ni con Eli ni con nadie experimenté lo que aquél día con esa Hermana Carmen. Un salto interior (como de hipar), súbito, y darme la vuelta después para comentarle que yo hacía muchas de esas cosas y que no las encontraba nocivas. Que no podíamos meter todo en el mismo saco. Razonamientos que ya tenía con anterioridad….

-Te pido que lo dejes. Por favor, por favor

»Sus palabras me llovieron en una tierra ya diferente, creo que por acción del Espíritu Santo…

»Después siguió hablando. 

–Subía por esta calle pero algo me empujaba a venir aquí. Yo pensaba: ¿y qué se me ha perdido a mí ahí arriba?. Y continuaba caminando. Pero ante la insistencia me dije, "voy". En pleno mes de Noviembre a las 19:30 es noche, en la oscuridad sólo se ven los focos de la tienda. Y allí se metió sin saber por qué.

»Acudí después a mi última sesión de Reiki. ¿Por qué tenía que creer a esta Religiosa?

»Días después la Hermana Carmen rezó por mí. Asidua de la Renovación Carismática, lo hizo en aquel estilo del libro del padre Tardiff y me ungió con aceite exorcizado.

"Yo o el Reiki"
»De los días siguientes sólo voy a describir tres estados:

»1. Una gran compunción interior y en mi corazón con fuerza las siguientes palabras: “Estoy contigo, pero tú en tu libertad decidiste este camino”. Pero Su sufrimiento era mi sufrimiento. 

»2. Si bien la realidad no suele componerse de ambivalencias y la vida se compone de un abanico de matices entre el blanco y el negro, aquí, y en este asunto sólo podía elegir. “Yo o el reiki”. 

»El problema de estas cosas es que lo que se vivencia es realmente bueno y sanador….en un principio. Se entremezclan realidades espirituales con la dinámica de la carnalidad…La pregunta es, ¿pero, de quién vienen?.

»3. Una ausencia interior que no puedo describir. Como San Pablo, había caído de mi propio caballo, cegada por la Verdad. Me venía a la mente sin saber por qué ese pasaje. Omito los detalles del infierno interior por el que pasé.

»A pesar de la evidencia, tardé unos días más en tomar mi decisión. ¿Qué hacer? ¿De qué palabra fiarme?, ¿y si simplemente estaba somatizando algún conflicto interior?.

Elegirle a Él 
»Desde un puro acto de fe y en la más absoluta soledad de mi libertad le dije que sí al Señor. Sabía que le quería y que si debía renunciar a mis cosas por permanecer en Su amor, lo haría. En mi libertad había escogido un camino peligroso, y Él, en mi libertad, me había respetado, sin dejar de quereme. Por pura Gracia y puro Amor quiso quebrantarme en ése momento. 

»Cuarto asalto carismático. Estebana. Pasados unos meses una antigua compañera –psicóloga también-, y amiga, también de estudios universitarios, a la que conocí en la Capilla de Somosaguas, me expresó su deseo de volver a una Comunidad….¡¡¡Carismática!!!, que frecuentaba años atrás.

Una fe alegre y desacostumbrada
»Permanecí alrededor de dos años asistiendo de incógnito -como Nicodemo visitando a Jesús-, a las diversas iniciativas a las que me invitaba, organizadas por la Renovación Carismática Católica. 

»Entre perpleja y confundida presenciaba una vivencia de la fe totalmente diferente a lo que estaba acostumbrada. Las personas en las celebraciones levantaban las manos a la vez que repetían “¡gloria, alabanza, bendito y santo!”, con una alegría poco corriente. 

»Al llegar me saludaban efusivamente y me llamaban “hermana”. Si seguía acudiendo era por la evidencia de que algo se me iba a mostrar allí, pues en parte, me resultaba un insulto a mi razón y juicios. Y lo peor de todo: lloraba y lloraba, y no sabía porqué. Pensé en dejar de asistir a estas asambleas: "Para venir y llorar…"

Adoración en el Seminario
»Al mismo tiempo iba al Seminario Conciliar, a unas adoraciones carismáticas semanales. Me sorprendía durante la semana con las músicas que se cantaban allí en mi mente, y me sentía alimentada. Pero sabía que tenía que ir a estas asambleas. Interiormente lo sabía. Y como Nicodemo, lo hacía. "Que no se entere nadie, porque con la fama que tienen los carismáticos…".

»Mi primera Pascua [un retiro de 3 días en Pascua que suele organizarse en Renovación Carismática] la pasé durante tres días llorando (sin connotaciones de tristeza o alegría). Simplemente llanto. 

»–El Don de lágrimas- decían. Y me llovían kleenex desde todos los ángulos según estaba sentada. 

La experiencia de Viernes Santo
»El Viernes Santo, en la mañana, estando reunidos en  plena oración de alabanza, me sucedió algo que no he vuelto a experimentar con aquélla intensidad después. Un calor como de fuego, que me quemaba, pero no ardía, empezó a bajarme por la cabeza, desde la coronilla, y pasaba por el cuello, los brazos, el tronco…hasta llegar a la cintura. Allí se paró. ¿Por qué hasta la cintura?. No lo sé. Hubiera deseado quedarme así toda mi vida…

»Comencé a frecuentar abiertamente los círculos carismáticos. Hasta el día de hoy todo ha sido un proceso de purificación y abandono. Lento, muy lento, pero progresivo. Jamás hubiera imaginado los infinitos tesoros que se me muestran ahora en mi vida de fe. No se me ha quitado nada, y se me ha dado Todo. 

»Aquí está la Felicidad, palpitando, es real, viva, eficaz. Ni carca, ni añeja, ni trasnochada. En la Palabra, la Tradición y el Magisterio lo tenemos todo. 

Más lecturas e información
Mónica recomienda "encarecidamente" los siguientes enlaces para conocer mejor la problemática del Reiki: 

-“Jesucristo, portador del agua de la Vida. Una reflexión cristiana sobre la Nueva Era”. Consejo Pontificio para el diálogo interreligioso.

- La web del padre James Manjackal, sacerdote de la India, con "una importante labor en la liberación de personas sumidas en estas prácticas. Adjunta numerosos testimonios clarificadores". http://www.jmanjackal.net/esp/esp.htm

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