Luis Santamaría, 290416
Una niña de 10 años murió ayer, 28 de abril, en la ciudad brasileña de Teresina, capital de Piauí (noreste), al parecer víctima de un ritual de magia negra, en el que se cree que participaron otros menores, tal como informaron fuentes oficiales.
La menor, identificada como Francisca Alice, falleció por un fallo orgánico múltiple en el Hospital de Urgencias de Teresina, después de pasar dos semanas internada en coma y con señales de tortura e intoxicación, según informó la titular del IV Consejo Tutelar de Teresina, Socorro Arraes, a la agencia Efe.
La niña llegó al hospital el pasado 14 de abril con la cabeza rapada, varias cicatrices en forma de cruz realizadas con hojas de afeitar y otras lesiones en los brazos, el tórax y las piernas, síntomas de envenenamiento y de desnutrición, según informó el centro médico.
Arraes, que tomó declaración a la madre, informó de que la niña participó en un “ritual de purificación” realizado supuestamente durante una celebración de umbanda, una religión sincrética nacida en Brasil que mezcla cultos de origen africano y cristianos con espiritismo.
El ritual presuntamente se realizó en una finca rural (en la foto) en el municipio de Timón, en el estado de Maranhão, que es colindante a Teresina, donde la madre acudía con frecuencia en los últimos cinco años, acompañada de su hija, según Arraes. Según el Consejo Tutelar, la madre declaró que pagó 500 reales (unos 140 dólares) para participar en el ritual, con el que le prometieron que le curarían el asma a su hija.
La niña ingirió un brebaje casero que según la madre contenía hierbas, miel y azúcar, llamado “garrafada”, que se cree que causó el envenenamiento. Según Arraes, “no se sabe dónde la madre consiguió” el brebaje, puesto que se contradijo y dio tres versiones diferentes. Primero aseguró que lo compró en una ciudad cercana, luego dijo que se lo entregó una vecina y después declaró que lo fabricó ella misma.
La Policía Civil de Piauí, que investiga el caso, ha solicitado que se realicen exámenes toxicológicos y de lesiones corporales durante la autopsia para identificar si fue envenenada. Según la dirección del hospital, la niña se operó dos veces en los últimos dos años para retirar papilomas en las cuerdas vocales, que frecuentemente son transmitidos de forma sexual.
El director del hospital, Gilberto Albuquerque, solicitó a la Policía que realice un examen para averiguar si la niña fue víctima de abusos sexuales. El Consejo Tutelar de Teresina ha identificado otros cinco casos de niños que participaban en los “rituales de purificación” a los que fueron llevados por familiares.
No obstante, se cree que puede haber más casos, aunque el Consejo Tutelar de Teresina no puede avanzar en las investigaciones porque los hechos ocurrieron en otro estado. El juzgado de la Infancia y la Juventud de Teresina también ha abierto una investigación sobre el caso y la fiscalía estudia la posibilidad de responsabilizar a la madre de la niña, según declaraciones de la fiscal Vera Lúcia a medios locales.
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